La comunicación verdadera surge de la conexión del espíritu, es una conexión que no muchos dominamos, pero la única comunicación verdadera se da cuando unimos espíritu y corazón. Hablar hablamos mucho pero comunicar, ya es otro tema. Vivimos en un mundo donde hablamos y hablamos, utilizamos las palabras sin ningún tipo de consciencia y luego nos quejamos de lo mal que nos va la vida… da que pensar ¿no?
Las palabras son la energía del viento que utilizamos para relacionarnos con los demás y también con nosotros mismos, porque también nos hablamos muchas veces hacia dentro, aunque la forma en que nos expresamos dista mucho de ser una buena influencia en la mayoría de ocasiones. Las palabras son decretos aunque no seamos conscientes, y a veces tenemos tan poca conciencia respecto a este concepto que vamos decretando todo el día frases tipo: nadie me quiere, no puedo, no tengo, no sé…
Cuando hablas decretas, porque cuando te expresas estás dando forma a la energía que encierran las palabras, y éstas realmente tienen el poder de cambiar realidades, situaciones e incluso tu propia vida. La energía de las palabras da forma a la transformación, dime cómo te expresas y te diré en qué te transformas… Tomemos conciencia de cómo utilizamos nuestras palabras, porque el Universo está abierto a darnos aquello que pedimos, así que hoy es un buen día para ser impecable con la palabra, empezando por ti. Habla como te gustaría que te hablaran, escucha como te gustaría que te escucharan.
Otro aspecto a tener en cuenta en la comunicación es la “escucha activa” esa que muy pocas veces se da en realidad, porque estamos demasiado ocupados mentalmente en nuestros asuntos y no prestamos toda la atención que debiéramos. Conecta con tu verdad espiritual, que es aquella que desarrollas cada día en tu vida cotidiana, haz de tu comunicación algo sagrado, porque la espiritualidad no se encuentra en los altares, se encuentra en la verdad de cada persona.
Nuestra evolución requiere una drástica revisión acerca de cómo nos comunicamos, conectar con nuestro espíritu, nos permite abrir una vía de comunicación sagrada con nuestra verdad, permitiendo que nos expresemos libremente, poniendo en orden nuestras ideas, siendo impecables con la palabra, siendo amables a la hora de expresarnos, para crear el espacio de comunión sagrada entre nuestro espíritu y corazón.
La libertad de expresión requiere de sabiduría y responsabilidad, medita antes de hablar, y recuerda que las palabras son energía para la transformación, tú decides cómo utilizar las palabras, para finalizar os quiero transmitir una pizca de la sabiduría tolteca que encierran sus 4 acuerdos:
Sé impecable con tus palabras, no te tomes nada personalmente, no hagas suposiciones, haz siempre lo máximo que puedas, yo soy otro tú
Daniel Pellicer de Carli
http://espejomagnetico.com/
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