viernes, 22 de enero de 2016

El patrón metabólico y el proceso de transformación de la energía en el cuerpo. Por David Topí.


Para completar la explicación sobre los procesos energéticos que hemos visto en los dos artículos anteriores, vamos a adentrarnos finalmente en la parte más física de nuestro organismo, para ver cómo se interrelacionan estos diferentes gradientes de energía de los que hemos hablado, con los diferentes órganos y procesos fisiológicos que tenemos.

Patrón metabólico
Lo primero es que la parte metabólica del cuerpo, a nivel químico, está regida por unas “instrucciones” codificadas en el llamado “patrón metabólico”, que, al igual que sucede con el patrón conductual (el tablero rúnico donde están codificados nuestros programas y conductas para la personalidad que desarrollamos), contiene el “cómo” deben funcionar estos procesos internos fisiológico-químicos-energéticos, para que el cuerpo marche correctamente. Este patrón metabólico (tenéis una introducción a los patrones básicos en este artículo de DDLA) es también una lámina energética situada en los componentes internos que forman cada una de las esferas mentales, y dónde se encuentran grabadas características físicas y químicas tales como la estructura atómica, las valencias, las combinaciones entre elementos, el peso, el número de electrones, protones y neutrones, etc., de los principales seis elementos químicos del cuerpo: calcio, cloro, carbono, sodio, potasio y nitrógeno. La información sobre el resto de elementos químicos que también tenemos, y de los que está hecho nuestro vehículo orgánico, está agrupada aparte, en una sola “tabla”, energéticamente hablando, dentro de cada esfera mental.

Así, para automatizar y sincronizar los procesos energéticos con los físicos, el organismo trabaja transformando los diferentes tipos de energía que vimos anteriormente almacenada en los diferentes tantiens, procesándola por diferentes órganos del cuerpo, usando las instrucciones del patrón metabólico para ejecutar correctamente su transformación y refinamiento, según sea el proceso químico a generar o la función a desarrollar por esa energía vital.
Proceso de refinamiento energético
Los tres acumuladores y el tipo de energía correspondiente que ya vimos son:
1.- El tantien inferior que almacena la energía vital física en bruto. Sede de la energía “Jing” de la medicina tradicional china y de las enseñanzas taoístas.
2.- El tantien medio, que almacena la energía emocional en bruto. Sede de la energía “Qi”.
3.- El tantien superior, cuya función es almacenar energía mental y psíquica en bruto y es la sede de la energía “Sheng” de las filosofías y enseñanzas orientales.
El proceso de producción y transformación energética para nutrir las funciones vitales del cuerpo orgánico pasa por el almacenamiento en los riñones de la energía Jing, proveniente del tantien inferior, de la cual una gran parte es la energía heredada de nuestros padres. La energía “en bruto” del tantien tras el proceso de refinamiento que recibe en el riñón estimula y prepara además el bazo para que se pueda procesar correctamente el Jing de los alimentos (la energía vital que tiene todo lo que comemos, y que Gurdjieff llamaba genéricamente “Carbono”). La importancia energética y física del bazo es enorme, pues es gracias a este órgano y al estómago, tanto a nivel físico como etérico, que podemos extraer la vitalidad de todo lo que ingerimos y bebemos.
Extrayendo la fuerza vital de los alimentos
Así, el bazo hace ascender la energía extraída de los alimentos hacia el corazón, siendo este órgano, alimentado por la energía del tantien medio, el encargado de enviar esta fuerza vital a los vasos sanguíneos que llegan al pulmón. A este respecto, el corazón, puede “bombear” cualquier tipo de energía por todo el sistema de canales físicos y etéricos. Si por ejemplo sois aficionados a la gemoterapia, y queréis distribuir una vibración en concreto, no tenéis más que poner la gema o mineral sobre el corazón, y trabajar mentalmente con este órgano y su consciencia, para que la vibración de la piedra sea “bombeada” por el organismo.
Extrayendo la energía vital del aire
Mientras que la energía de los alimentos es procesada mediante el Jing de los riñones, del bazo, y finalmente del estómago, la energía del aire que respiramos, (el oxígeno en la terminología de Gurdjieff) es procesada por los pulmones, donde el Qi del aire es purificado gracias a la energía del tantien superior, y convertido en lo que la medicina china llama “Zong Qi”, que viene a ser como el prana o Qi que ayuda a la motricidad del resto de energías del cuerpo, a la circulación de la sangre, a la respiración y a la fuerza de la voz. Acordaros cuando os explicaba el porqué de la importancia de retener el aire entre inspiración y espiración, ya que así se da más tiempo a que se recoja el Qi del aire, y este pase en mayor cantidad al pulmón para su procesamiento. Podéis releer el artículo aquí.
Luego, cuando el pulmón recibe la energía proveniente del corazón, una parte se transforma en “Qi nutritivo” (para alimentar el organismo) y otra parte se transforma en “Qi defensivo”, para protegerlo y reforzar el sistema inmunológico. Finalmente, una parte del Jing de los alimentos y líquidos que hemos ingerido y extraído por el bazo, será usado también para los procesos fisiológicos de generación de la sangre. La parte química de proceso de los alimentos, en paralelo a la extracción de su energía explicada, se lleva a cabo según las instrucciones del patrón metabólico, a partir del que, cuando uno de estos seis elementos químicos entra al cuerpo de la forma que sea, automáticamente es comparado con su patrón específico e identificado como elemento patrón base metabólico, poniendo en marcha una serie de procesos químicos para que, a nivel físico, cumplan su función asignada (el calcio para reforzar el sistema esqueletal, el potasio para producir proteínas o procesar carbohidratos, por ejemplo, etc.). De esta forma se automatiza la química de nuestro cuerpo para su correcto funcionamiento, así como los procesos energéticos para su desarrollo y mantenimiento.
Dependencia físico-etérica
Vemos así la relación que existe entre los centros acumuladores de energía, los diferentes tipos de la misma que absorbemos y las funciones de los órganos encargados de procesarlas. De estos, son el pulmón, el bazo, el estómago y los riñones los que asumen los procesos de transformación más importantes del Qi, prana o fuerza vital, que luego circula por nuestro cuerpo bombeada por el corazón, con diferentes tipos de refinamiento y propósito, y, por eso, el desequilibrio de uno de estos órganos a nivel físico puede provocar desequilibrios y alternaciones del Qi o prana en todo nuestro sistema, y viceversa.
http://davidtopi.com/

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