Al enfrentar las circunstancias de cada día,
siempre buscamos las respuestas correctas. En algún momento, casi todos
nosotros pensamos: ¿Qué debo hacer ante esto? ¿Cuál es la respuesta correcta?
Si entrenamos nuestras mentes para que estén
abiertas y receptivas a la luz de Dios que está en cada uno de nosotros,
recibiremos ideas directas y edificantes. Sabremos qué hacer y cómo hacerlo.
La
luz interna de Dios ha estado contigo siempre y puede ayudarte a pensar con
claridad, comprender las situaciones ante ti y tomar la acción apropiada. Nunca
permitas que tu mente caiga en un surco ni en una zanja. Date cuenta de que tu
mente está abierta, receptiva y es flexible. Puedes enfrentar valerosamente
cualquier circunstancia o condición con una mente y un corazón abiertos.
Recuerdo que cuando tenía que aprender cosas nuevas
en preparación para un examen, utilizaba la idea de que la luz de Dios estaba
conmigo en cada experiencia, sin importar cuán difícil. Al utilizar esta idea,
pensaba claramente, comprendía la materia y recordaba lo que había aprendido.
Por supuesto, aprobaba el examen.
La
luz de Dios en ti te ayuda a permanecer alerta para que puedas comprender
rápidamente cosas nuevas o inesperadas. Mantén tu mente siempre consciente; no
dejes que esté ociosa.
Al dirigirte a la luz de Dios en ti, estarás libre
de ansiedad acerca del resultado de cualquier situación. Cualquier cosa que
tengas que hacer, comprenderás lo que se espera de ti y lo lograrás con
facilidad y prontitud.
La
luz de Dios en ti resplandece siempre. Aprende a confiar en esta gran fuente de
inspiración en ti. Ella siempre está presente para mostrarte el camino.
Permite que tu mente esté abierta, libre y gozosa a
medida que recuerdas tu unidad con la gran fuente de conocimiento en ti.
Los tiempos cambian, las circunstancias y
condiciones cambian y tú cambias. Puedes expandirte, crecer y desarrollarte si
te mantienes receptivo a ideas nuevas y edificantes.
Quizás has oído a otros decir: “Bueno, yo tengo mi
opinión y no la voy a cambiar”. Se convierten en personas inflexibles, rígidas
y críticas. Quienes no están dispuestos a cambiar y crecer parecen tener muchas
dificultades.
El mundo está lleno de personas, jóvenes y viejas,
quienes encuentran nuevas maneras de disfrutar los buenos tiempos en la vida al
confiar en su fuente interna para que los guíe. Bien sea que se den cuenta o
no, confían en la luz de Dios en ellas porque Dios los ha llenado de “sabiduría
y en inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Ex. 31:3).
Piensa
que estás lleno de la luz de Dios y recuerda que la tienes en ti.
Esto te da un enfoque directo a las respuestas correctas sin importar la
necesidad o la situación.
May
Rowland
http://cienciacosmica.net/
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