Yoga y Meditación
(http://www.yogadarshana.tk) (http://www.abserver.es/yogadarshana/)
Indice
El misterio
de la meditación
Dinu Roman
Antes de
empezar
Etapas en
la meditación
Dharana - Concentración Mental
La mente puede
escoger
Definiendo
el concepto
La teoría
de la percepción del yoga
La mente es
movimiento
Centramiento
intencional
¡No fuerce!
El estado
ideal
Como
empezar
No hacer
nada
Aprender a
percibir
Todo
comienzo es difícil
Domar la
mente
Dhyana – El estado de meditación
El láser
mental
Superimposición
dinámica
El
principio básico
Uno conduce
a otro
Como
empezar
El
auténtico objetivo
Samadhi – Identificación gozosa
Perderse a
si mismo
El
triángulo de la meditación
El
triángulo se absorbe en un punto
Samyama –
la absorción meditativa
Contemplar
la película
Una nueva
forma de conocer
Unas notas
sobre el estado de samyama
Meditación en la vida diaria
****************
El siguiente artículo es una
traducción libre del original publicado en su día en la desaparecida web http://www.spiritweb.org/
(actualmente puede hallarse en
http://www.traditionalyogacenter.com/yoga-articles.php?article=8).
Todas las notas son del traductor.
Es una síntesis de las enseñanzas
tradicionales sobre meditación. No se expone una técnica concreta para meditar
sino reglas generales que pueden seguirse para penetrar en el estado
meditativo.
Dinu Roman es un practicante e
investigador tántrico, discípulo de Gregorian Bivolaru e instructor en Natha (Dinamarca) desde 1997 hasta 2003. Actualmente enseña tantra
yoga en New York y Florida.
Antes de empezar
La mayoría de las personas pueden
efectuar con éxito ejercicios aeróbicos o de entrenamiento muscular sin saber
nada de anatomía o sin comprender en absoluto lo que están haciendo o porqué.
Desgraciadamente (o, quizás, afortunadamente), esto no es así con respecto al
yoga y la meditación. Sin saber exactamente la naturaleza
de estos procesos es imposible
realizarlos adecuadamente y, por tanto, la meditación puede no ser correcta.
La meditación es la práctica más
elevada del yoga (¡esto no quiere decir que sea difícil!). Realmente, muy pocas
personas pueden meditar debido principalmente a dos razones:
-Muy pocas personas saben lo que es
exactamente la meditación.
-Menos aún tienen la suficiente
voluntad para practicar (falta de motivación)
No todo el que permanece quieto con
los ojos cerrados esta meditando. La meditación es una ciencia delicada y no
puede practicarse en completa ignorancia. Solo quienes la estudian con una seria
motivación interior pueden practicarla con éxito.
Hay que tener presente que la
meditación, especialmente en las primeras etapas, debe tener un objeto. Sin
objeto sobre el que meditar no hay meditación. El objeto de meditación más
simple es un objeto físico (un punto, un dibujo geométrico, una bola,
etc.). En etapas más avanzadas los
objetos de meditación se vuelven más sutiles:
- imágenes mentales creadas a
voluntad,
- una afirmación,
- un problema que precisa solución,
- un sentimiento,
- un pensamiento,
- una idea,
- una energía sutil,
- un estado de conciencia, etc.
En este caso, la palabra “objeto” se
refiere a cualquiera
de éstos ejemplos.
Aquí hay que destacar que el sujeto
debe percibir muy bien el objeto de meditación.
En otras palabras, el objeto debe
poseer una realidad objetiva o subjetiva clara. Una idea definida con vaguedad
no puede funcionar como objeto de meditación. El sujeto (el practicante de la
editación) debe ser capaz de “apoderarse” de una de las principales
características del objeto, al menos, si no de todas ellas.
Etapas en la meditación
La perenne sabiduría tradicional nos
enseña que para entrar en el estado de meditación hay que seguir ciertos pasos
definidos. Nadie puede entrar en meditación sin seguir estos pasos.
Las etapas son:
Dharana - concentración mental
Dhyana – meditación
Samadhi – identificación gozosa
En la Tradición Occidental estas tres
etapas se denominan “consideratio” (consideración), “contemplatio”
(contemplación) y “raptus” (rapto).
Cada etapa, una vez dominada, conduce
de forma natural hacia la siguiente.
Dharana -
ConcentraciónMental
La mente puede escoger
La mente humana recibe información
del mundo exterior continuamente, a través de las cinco “puertas” de los
sentidos: olfato, gusto, vista, oído y tacto. En un momento determinado, de
toda la información recibida a través de un sentido concreto, la mente puede
seleccionar solo aquello que sea de su interés. Esta selección se realiza concentrando
la atención sobre una información concreta e ignorando otros datos no relevantes.
Cuanto más se concentre la atención
sobre un sentido concreto, más aumentará la cantidad de información recibida a
través de ese sentido, y la información que venga a través de los otros
sentidos se volverá “menos importante” e incluso será completamente ignorada
por la mente.
Una característica especial de la
mente humana es la capacidad de concentrar la atención sobre el mundo interior
de sentimientos, pensamientos e ideas. Más aún, la mente humana puede
concentrarse incluso sobre el sí mismo esencial —este hecho es de una importancia fundamental
porque crea la posibilidad de controlar la mente.
Esta
facultad de la mente humana de modificar a voluntad la orientación de la atención
consciente es el mecanismo básico de la concentración mental (dharana).
Definiendo el concepto
“Concentrarse” significa reunir en el
centro,recoger, centrar. La concentración mental (dharana) quiere decir
concentrar la mentesobre un objeto único sin permitir (a la mente) que se fije
en otro objeto durante un determinado periodo de tiempo. El opuesto de la
concentración es la dispersión, el esparcimiento. En este caso, la mente descontrolada
salta de un objeto a otro sin fijarse en nada. Por desgracia, hoy en día, esta
es la condición mental de la mayoría de las personas.
La teoría de la percepción del yoga
Cuando se
percibe un objeto externo (artha), la mente “adopta la forma” de ese
objeto.
Esto se denomina vritti.
La mente como vritti es, por
tanto, una representación interna del objeto externo. El objeto inicial se
denomina “objeto grosero” y la impresión mental es el “objeto sutil”.
Pero además del objeto sutil, hay
otro aspecto de la mente que es “lo que percibe”.
Por tanto, la mente tiene dos
aspectos: vritti (lo conocido) y el perceptor (lo que conoce).
Puesto que la mente es así
“transformada” en la forma del objeto percibido, la mente que medita en una
Deidad, por ejemplo, se transforma con el tiempo y a través de la concentración
continuada en algo similar a esa Deidad; se vuelve tan pura y poderosa como esa
Deidad. Este es el principio
fundamental de la adoración.
La mente es movimiento
“Dharana” quiere decir
“sujetar la mente”. La Sabiduría Intemporal considera que “la mente”, tal como
la conocemos, es solo un flujo perpetuo de patrones mentales (vrittis),
de acuerdo a ciertas leyes concretas. El tren de patrones psíquicos tiene una contracorriente
de emociones, reforzada por la correspondientes respuestas fisiológicas.
Ciertamente, la mente es movimiento.
La mente es como el viento: el viento es aire en movimiento; cuando este
movimiento se detiene, el aire aún esta ahí, pero el viento desaparece. El
producto mental que permanece cuando los patrones psíquicos (vrittis) se
detienen es lo que se denomina citta. Cuando los patrones psíquicos (vrittis)
se
detienen, la mente desaparece: se
entra en un estado de no-mente. No-mente (que significa en realidad “más allá
de la mente”) es el estado más elevado de creatividad e intuición espiritual.
Patañjali define el yoga como sigue: yoga [es] citta vritti nirodha.
Yoga Sutra, I.21
Es decir, yoga es la detención
gradual (nirodha) de los vrittis (patrones mentales) de citta.
Este sutra contiene toda la
esencia del yoga y el secreto de la concentración mental.
Quizás, la ignorancia y los prejuicios
pueden hacerte creer que no puedes concentrar la mente. ¡Esto no es cierto!
Todo el mundo puede concentrarse, incluso profundamente, sobre un objeto que
sea realmente interesante para esa persona.
La cuestión es: ¿este tipo de
concentración es la concentración del yoga? Incluso aunque pueda proporcionarte
valiosas pistas sobre el estado real de dharana (concentración mental),
esto no es lo que en yoga se entiende por concentración.
1 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/1-02.htm
Centramiento intencional
Dharana significa ser capaz de centrar la
mente a voluntad y mantenerla centrada durante largos periodos de tiempo sobre
un objeto, incluso si tal objeto no despierta de forma natural nuestra
curiosidad.
¡No forzar!
Para entrenarse uno mismo en dharana,
la regla más importante es: no forzarla mente a permanecer centrada. La mente
es como un mono loco: cuanto más se intenta calmarlo por la fuerza y hacer que
permanezca en un lugar concreto, más se resistirá a ello, haciendo exactamente
lo opuesto: saltar incluso más locamente de un lugar a
otro. Por tanto, hay que empezar a
centrar la mente sobre el objeto escogido con mucha suavidad y cuando salte a
otro objeto sencillamente hacerla regresar calmada y pacientemente, con humor y
compasión por la falta de disciplina. Si surge la ira provocada por este salto
mental continuo, solo aumentará la tendencia de la mente
hacia la dispersión.
El estado ideal
La concentración mental perfecta implica
enfocar completamente todo el potencial de la atención —sin utilizar fuerza
mental o tensión nerviosa alguna— sobre el objeto escogido durante un periodo
definido de tiempo, no permitiendo en absoluto la dispersión mental2. Este
estado es análogo al enfoque de la luz solar a través de una
2 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/3-01.htm
3 Respecto a la postura de
meditación, consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/056.htm,
http://www.abserver.es/yogadarshana/163.htm, http://www.abserver.es/yogadarshana/175.htm,
4 También se
pueden mantener semicerrados; consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/199.htm
lente: los rayos de luz se reúnen en
un pequeño punto, lo cual aumenta enormemente su poder.
Aquí, el elemento del tiempo es muy
importante: si la luz se concentra perfectamente pero este estado dura muy poco
tiempo, nada puede acontecer. El punto de enfoque de la luz a debe mantenerse
un cierto tiempo de forma continuada—solo hasta que
aparezcan los efectos (por ejemplo,
el encendido de un trozo de madera). De forma similar, dharana debe
mantenerse un cierto periodo de tiempo: solo hasta que la concentración inicia
el proceso de resonancia con la energía cósmica correspondiente y la
consecuente transferencia de esa energía hacia tu ser. La energía conlleva sentimientos
e información relacionada con el objeto de concentración.
Como empezar
Siéntate en una postura confortable
con la columna y la nuca en línea recta y vertical3.
Cierra los ojos4 y sigue los
siguientes pasos:
·
Relájate
completamente de forma rápida y profunda.
Recorre mentalmente todo su cuerpo y
elimina todas las
tensiones.
·
Respira calmada
y pacíficamente.
·
Vuelve la
atención hacia tu interior (mirada introvertida) y
desconéctate de factores externos
molestos (ruidos, etc.);
·
Empieza por
apartar la mente de cualquier pensamiento que surja (como resultado de la actividad
sensorial) mediante un breve pero determinado esfuerzo para
parar el pensamiento discursivo; ·
Concentra la
mente (dharana) sobre el objeto de tu elección.
Examinemos dharana con mayor
detalle.
Vacía tu mente de todo pensamiento
llevando el objeto escogido ante el ojo interno de la mente. No permitas que la
mente se fije en otro objeto o pensamiento.
Si esto sucede, calmada y
pacientemente enfoca de nuevo la mente en el objeto. Esto es lo único que
supuestamente hay que hacer durante dharana: mantener la mente centrada
en el objeto. ¡Se consciente de toda fuerza o tensión! Permanece en calma, abierto y favorablemente dispuesto
hacia la concentración.
No hacer nada
La concentración mental es un proceso
estático: durante la concentración la mente se “congela”, el pensamiento se
detiene, la actividad mental se suspende5. El único movimiento mental debe ser
llevar con suavidad la mente hacia el objeto escogido cada vez que salta. La
concentración mental puede describirse como “no hacer nada”.
Hay que comprender que no se trata de
un estado perezoso, sino de “solo sentarse” con un propósito. Durante dharana,
la mente es como un espejo: la única actividad es reflejar el objeto.
5 Se refiere
siempre a la actividad mental voluntaria.
“Durante la
concentración (dharana), la mente es como el cristal pulido que adopta el
color del objeto sobre el cual se coloca”
Yoga Sutra I.416
Aprender a percibir
Considera cuidadosamente el objeto de
concentración: acércate a él con asombro y curiosidad infantil, como si no
supieses nada sobre él (¿realmente conocemos algo importante sobre los objetos
del mundo externo?). No te aproximes al objeto racional o intelectualmente; en
su lugar capta su esencia solo con los sentidos o incluso solo con
el instinto. Explora el objeto de
forma no verbal, en un estado de alerta pasiva, sin propósito, sin
preocupación, con curiosidad infantil, con puro asombro. Solo estas tu y el
objeto; nada se espera de ti, todo se espera del objeto.
Por consiguiente, siéntate en un
estado de expectación eufórica continuada, en el más elevado estado de alerta.
Esto es muy importante. Déjate absorber en y por el objeto.
No intentes definirlo, juzgarlo o
comprenderlo, solo considera el objeto con curiosidad, como si lo estuvieses
contemplando por primera vez. Solo el hecho de no poder definir exactamente el
objeto y de no entenderlo racionalmente, te abre hacia él y crea el estado de receptividad mental en el
cual la intuición (“no-mente” o “superconciencia”, como también se denomina)
puede empezar a funcionar.
Haciéndolo así descubrirás enseguida
que los objetos que te rodean poseen miles de significados (esto surge como
destellos o flashes de intuición). Normalmente pasamos por alto estos
significados.
Cada cosa esta así repleta de un
fascinante y maravilloso misterio que empezarás a captar gradualmente; todo se sostiene
gracias a una energía invisible que empezarás a sentir y a controlar sin esfuerzo.
La concentración mental (dharana)
es una forma de iniciar el proceso de resonancia y afinamiento de las energías
cósmicas sutiles de las cuales el objeto de concentración es solo una
manifestación visible. No intentes acelerar este proceso: permite que se inicie por si mismo cuando sea
oportuno.
En este acercamiento, el conocimiento
viene del objeto, no del sujeto (del practicante).
La concentración permanece residente,
en contemplación hiperatenta, como un gato esperando que el ratón abandone su
escondite: lo imprevisto puede suceder en cualquier momento.
6 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/1-41.htm
Todo comienzo es difícil
Al principio, es probable que
descubras que el ejercicio fracasa lamentablemente.
Acéptalo como un hecho perfectamente
normal. Ten en cuenta que en yoga no hay esfuerzos perdidos; en otras palabras,
todo esfuerzo traerá su resultado en el momento oportuno.
Ninguno de tus fracasos es un trabajo
perdido. Tal como dice el sabio: “El barro es tan valioso como la flor de
loto que alimenta”.
Cada intento fracasado es en realidad
un paso hacia el éxito porque la concentración mental, igual que la meditación,
posee un efecto acumulativo que aparece no solo por hacerlo “bien”, sino
también por trabajar consistentemente.
Domar la
mente
Al principio, la mente tiene muy poca
estabilidad; encontrarás el objeto y seguidamente lo perderás muy rápidamente.
La mente vagabundea por todas partes.
Tras cierto periodo de práctica,
surge en la mente suficiente estabilidad como para que la atención permanezca enfocada
sobre el objeto de forma ininterrumpida durante cortos periodos de tiempo (diez
o quince segundos, quizá mas)
Más adelante, el grado de estabilidad
mental se acrecienta aún más; la mente puede permanecer constantemente centrada
sobre el objeto con un razonable buen nivel de estabilidad e incluso, casionalmente,
dejar de vagabundear.
Entonces surge un estado en el que la
mente no pierde el objeto, porque se ha logrado el poder de concentración.
Ahora debe efectuarse un esfuerzo sostenido
para aumentar la claridad mental. Tras ello, la mente alcanzará un tremendo
poder. Con solo un mínimo esfuerzo se centrará sobre el objeto y permanecerá en
él sin esfuerzo tanto tiempo como se desee.
Cuando se alcanza este estado, la mente
se convierte en un instrumento extremadamente sensible apto para desarrollar
cualquier tipo de meditación.
Es como montar sobre un caballo
salvaje. Ciertamente, en los primeros intentos te caerás al suelo. Pero si
perseveras lo suficiente, eventualmente tendrás éxito y con el tiempo el
caballo se convertirá en tu amigo íntimo y obedecerá tus órdenes incluso sin necesidad de ser pronunciadas. En
esta analogía, el caballo salvaje es tu mente y la concentración es la doma y
entrenamiento del caballo. A este respecto, la continuidad es lo importante.
Dhyana – el estado
de meditación
"Dhyana
(meditación per se) es el flujo continuado de procesos mentales hacia el objeto
(de meditación)".
Yoga Sutra III.27
"Dhyana
es un flujo continuado de reflexión (es decir, “como en un espejo”) con respecto
a la realidad esencial del objeto (de meditación)”.
Ratnatika, (texto tántrico)
El láser mental
Dhyana es un flujo de la mente sin esfuerzo,
dirigido espontáneamente hacia el objeto.
Dhyana (meditación) es un proceso dinámico:
mientras sucede, los procesos mentales (pensamientos, ideas, etc.) giran
alrededor del objeto de meditación, efectuando asociaciones libres relacionadas
solo con ese objeto concreto. Durante la meditación
la actividad de la mente logra una
tremenda intensidad dinámica y, eventualmente, se convierte en algo similar a
un rayo láser de pensamiento concentrado.
“Un
intelecto inquebrantable, una mente impasible que no puede distraerse con nada
y que se halla libre del pensamiento discursivo —esto es, el estado de dhyana.
Esta adoración es idéntica a la absorción (en Shiva) que nace del ardor místico”.
Texto tántrico
Superimposición dinámica
Dhyana (meditación) se superimpone sobre dharana
(concentración mental). En otras palabras, la concentración mental
permanece durante todo el período de meditación.
El propósito de tal concentración es
“mantener el objeto delante del ojo mental”, por así decir; se trata de un
proceso estático. La meditación tiene lugar a un nivel mental elevado e implica
cierta dinámica de la mente.
El principio básico
Hay una ley mental que dice que si un
pensamiento prevalece, todos los demás pensamientos tenderán gradualmente a
someterse ante el dominante. Este es el principio básico de la meditación. El
pensamiento dominante esta creado por la concentración y el movimiento de la
mente alrededor de ese pensamiento concreto es
la meditación.
7 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/3-02.htm
Uno conduce
a otro
La concentración y la meditación, aunque
parecen muy próximas, sin embargo son fenómenos distintos. Si logras una buena
concentración, ella te conducirá de forma automática a la meditación, porque en
yoga cada paso, cuando se ejecuta perfectamente, proporciona la clave
para el siguiente. No fuerces, no intentes acelerar el proceso de pasar de la
concentración a la meditación. Surgirá de forma natural tras un cierto periodo
de práctica. Recuerda que el genio posee una paciencia infinita.
Se por tanto paciente y te convertirá
en un genio a través de la práctica de la meditación. Comparativamente, la
mente es como una persona en sueño profundo; la concentración es empezar a
despertarla y la meditación es despertarla completamente y ponerla a funcionar.
Como empezar
1. El
primer paso en dhyana (meditación)
es dharana (concentración mental). Durante algún tiempo, este será el
único paso que podrás dar para meditar. A través de la paciencia y de la
práctica incesante, descubrirás de forma gradual por medio de la experiencia personal como iniciar y
liberar el siguiente paso. Ten esto en cuenta: a un nivel profundo, nadie puede
realmente ayudarte a meditar, excepto tu mismo, aplicando la información
tradicional revelada sobre este asunto.
2. El
siguiente paso es éste:
mientras se mantiene el estado mental de dharana (concentración), sal de
él y permite que tus pensamientos se muevan con libertad con objeto de hacer
conexiones y asociaciones. No creas que debes hacer algo para ello: solo permanece mentalmente alerta y
se consciente de la transición espontánea y sin esfuerzo de la quieta reflexión
(dharana) al pensamiento dinámico (dhyana).
Descubrirás ahora que tu mente no
salta ya al azar sino que, a un nivel inferior, dharana (concentración)
se mantendrá casi sin esfuerzo y, a un nivel superior, los pensamientos
empezarán a moverse solo alrededor del objeto. Esto es dhyana (meditación).
Al principio, probablemente no durará
mucho el movimiento de la mente alrededor del objeto. Los pensamientos
empezarán a moverse sobre el objeto en destellos, luego cesarán, permaneciendo
solo la concentración. Tras un tiempo, se sucederán nuevos destellos de
pensamiento; después cesarán, y así sucesivamente. Esto es lo normal al comienzo.
Esto significa que tu mente adormilada comienza a despertar y cae de nuevo en
el sueño. Tras algún tiempo de práctica, los periodos de movimiento mental se
volverán más y más largos, llegando finalmente a un movimiento mental
continuado. Entonces alcanzarás el
auténtico estado de meditación (dhyana).
Es preciso aquí ser consciente de que
ese “movimiento”, en este contexto, tiene un connotación especial.
Generalmente, cuando pensamos sobre algo que se mueve, lo concebimos como un
movimiento en el tiempo. Esto no es cierto en el caso del movimiento mental meditativo; lo que
sucede en realidad es un destello de conciencia que no tiene lugar en el
tiempo, porque es una manifestación de la simultaneidad intemporal de la
conciencia.
Meditación es vivir AQUÍ y AHORA; es
una tremenda experiencia con un poder ilimitado que puede cambiar tu vida
completamente y dar un nuevo curso a tu destino.
La meditación es un estado de
conciencia superior y, por tanto, no puede comprenderse completamente mientras
no sea experimentado
El
auténtico objetivo
Ten en cuenta esta importante
cuestión: meditar no quiere decir relajar el cuerpo, curar enfermedades o
liberarse de la fatiga o el estrés, como algunos “meditadores” pregonan. Es
perfectamente cierto que la meditación puede conseguir todo esto e incluso
mucho más, más allá de la imaginación más exacerbada, pero solo como un efecto secundario. El auténtico
objetivo de la meditación es alcanzar conocimiento, comprensión y sabiduría. El
genuino objetivo es la gnosis (en griego, “conocimiento”) que no es un simple
conocimiento de las cosas, sino más bien una penetración
espiritual en su naturaleza esencial.
Samadhi –
identificación gozosa
Hemos visto que dhyana (meditación)
es el flujo continuo de procesos mentales hacia el objeto de meditación. Este
proceso lleva gradualmente a la identificación gozosa (interpenetración del
objeto de meditación con el auténtico ser del practicante). Este es el estado
mas elevado, denominado samadhi. En samadhi la mente asume la naturaleza
del objeto de concentración y se vuelve una con él, de forma continua y con exclusión
de otros objetos.
Perderse a si mismo
En samadhi solo permanece la
conciencia del objeto, como si desapareciese la conciencia de individualidad8.
En realidad, la individualidad del practicante no desaparece (¡sería
imposible!), pero la conciencia del practicante se identifica gozosamente con
el objeto de meditación. En samadhi, la mente y la conciencia del yogui se vuelven uno con el objeto.
Ya no hay más conciencia de
funcionamiento mental (la mente entra aparentemente en un estado de vacío o
vaciedad). No hay más conciencia de individualidad personal, en el sentido de
sentirse separado del objeto. Ahora, el practicante experimenta que no hay separación entre “objeto” y
“yo”. Tal dicotomía es ahora imposible.
8 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/3-03.htm
"Así
como un grano de sal se disuelve en el agua y se
convierte en uno con ella, durante el estado
de samadhi se produce una unión similar
entre mente y atman (el sí mismo
supremo)”
Hatha Yoga Pradipika, IV, 59
“El estado
de equilibrio, unión del si mismo esencial
(atman) y el si mismo cósmico (paramatman),
se denomina samadhi, del cual sólo el sí
mismo es consciente, pues está mas allá de las
palabras”
Hatha Yoga Pradipika, IV, 7, 32 10
"[Samadhi
es] esa forma de dhyana en la que no hay "aqui" ni "no
aqui", en la que hay
iluminación y quietud como si se tratase de un gran océano, y que es el Gran Vacío
(shunya) en si mismo”
Kularnava Tantra, IX, 9
El triángulo de la meditación
Durante dhyana existe
conciencia del conocedor (el que practica la meditación), lo conocido (el
objeto de meditación) y el conocimiento que surge en la mente acerca del objeto
de meditación. Los tres son distintos.
El triángulo se absorbe en un punto
En samadhi, conocedor,
conocido y conocimiento se funden, se mezclan uno con otro, se vuelven uno.
Samadhi es un conocimiento intuitivo relativo
a lo que se halla presente, es la inmediatez de la experiencia repetitiva, la
no intermediatividad de la percepción. Esto quiere decir que aquí la percepción
se lleva a cabo sin utilizar los canales intermediarios (por ejemplo, los
sentidos, la mente o el intelecto), y por eso la experiencia se concibe como una
identidad.
Samadhi es un estado de identidad no
diferenciada con el objeto a conocer, una inmersión desapegada en su
significado. En este estado, el yogui experimenta un estado de conciencia en el
que percibe la no diferenciación del substrato único de todas las cosas, seres
y mundos. Se descubre la parte que es el todo; cada unidad se halla presente en todas las demás;
todo es parte de la totalidad de la cual el experimentador representa una
personificación.
9 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/pradipika41.htm
10 Consultar http://www.abserver.es/yogadarshana/pradipika41.htm
y
El yogui que ha completado este
proceso es capaz de reconocer la subyacente y, en esencia, visible realidad de
la Consciencia Cósmica que compone el estatus más íntimo de todos los objetos
aparentemente finitos.
Ahora, la tríada de conocedor,
conocido y proceso de conocimiento se ha trascendido. El conocedor (el yogui en
samadhi) se aparta del objeto y regresa a si mismo.
Haciendo esto, crea una situación en
la cual el objeto de conocimiento es el conocedor mismo, y el proceso de
conocimiento es también sencillamente el conocedor mismo.
Este estado se describe a veces como
“vacío” o “vaciedad” (shunya) a causa del contraste con la aparente totalidad
objetiva (representada por la dualidad objetosujeto) que lo precede.
Es un proceso de eliminación
progresiva de los atributos y características externas del objeto de meditación
hasta que el yogui se queda simplemente con la pura esencia existencial del
objeto.
El proceso de descubrimiento del
substrato único no diferenciado de todo lo que existe es la principal
característica del logro de la liberación e iluminación espiritual. Ya no se muestran
los objetos finitos como estructuras limitadas y separadas; en su lugar, la
Conciencia, fuera de la cual todas
las cosas son compuestos, emerge y se visualiza como la auténtica Realidad de
los objetos percibidos.
"Él,
que posee este conocimiento (es decir, que el Universo es idéntico al Sí Mismo)
considera el mundo como un juego (divino), y permaneciendo siempre en unidad
(con la Conciencia Universal) es, sin lugar a dudas, un liberado en vida
(jivanmukta)."
Spanda Karika II, 5
Se produce una transformación radical
en la percepción del mundo exterior. El contenido de la entrada consciente en samadhi
es ananda —gozo inexpresable. El practicante penetra la conciencia
más profunda de lo Supremo. La realidad del samadhi debe experimentarse
personalmente. No es suficiente hablar sobre ella o tratar de imaginarla (¡sería
imposible, en cualquier caso!). La realidad de esta afirmación sin la
experimentación directa es solo una parte de la verdad.
Samyama – la absorción meditativa
Samyama significa efectuar al mismo tiempo dharana
(concentración), dhyana (meditación) y samadhi (identificación)11.
"El
dominio del samyama proporciona la luz del conocimiento trascendental"
Yoga Sutra III.512
Dharana es el estacionamiento de la mente en
un punto. Dhyana es la absorción
continuada y gradual de la mente en el objeto.
Samadhi es la inmersión completa de la mente
en el objeto. Los tres se hallan inseparablemente unidos: de dharana a samadhi
hay un proceso continuo, cuyo El misterio de la meditación Yogadarshana –
Yoga y Meditación
(http://www.yogadarshana.tk)
(http://www.abserver.es/yogadarshana/)
propósito es la asimilación del
objeto, igual que se asimila la comida que se come. En samyama, se
penetra el objeto y se es consciente de su esencia mediante un conocimiento de
identidad (prajña).
En samyama tiene lugar una
expansión de la conciencia sin esfuerzo. En este estado aprendemos a
desplegarnos hacia fuera como en un firmamento de paz y tranquilidad, y luego,
en la profundidad de ese espacio, permitimos que surja por sí mismo el
conocimiento del objeto, como si
fuésemos el objeto mismo.
Contemplar la película
Para comprender samyama fácilmente,
podemos compararlo con una película en movimiento.
Supongamos que podemos detener la
película en un fotograma concreto (una exposición única) que muestre a los
protagonistas. De esta forma se puede estudiar la escena inmóvil tanto como se quiera
. Este estado corresponde a dharana (concentración) Luego dejamos que se inicie
nuevamente el movimiento de la película. Somos ahora capaces de seguir la
imagen que hemos estudiado durante la parada, ver la conexión de esa imagen con
la acción de la película e integrar dicha imagen en el flujo continuo de la
acción. Este estado corresponde a dhyana (meditación).
Siguiendo la acción de la película, participamos
emocionalmente, nos identificamos con lo que sucede (nos sentimos tristes si es
una tragedia, reímos si es una comedia, etc.) Esta identificación se
corresponde con el inicio del samadhi.
Una nueva forma de conocer
En samyama, el practicante descubre
que la corriente de pensamiento se carga con una emoción beatífica y armoniosa.
El yogui no solo “ve” el objeto de samyama, sino que también lo “siente”
con una extraña intensidad, como si ahora absorbiese el objeto o como si fuese
absorbido por él. El yogui se sumerge, a un nivel sutil, en la realidad del
objeto, como si la realidad del objeto se hubiese mezclado con su propia
esencia.
Esto es samyama, el método más
completo para lograr el conocimiento intuitivo (“intuir” quiere decir “entrar,
colocarse uno mismo en el interior”).
Unas notas sobre el estado de samyama
La inocencia conduce a la
identificación desapegada con el objeto a través de la absorción.
La aspiración para alcanzar la
Realidad se encuentra más allá de las limitaciones del ego; te conviertes en
canal de manifestación de esa Realidad. La permites expresarse a través de ti;
sin interrupción. Te vuelves “transparente” a ella.
Samyama conduce a la comprensión mediante la
vivencia, no mediante el razonamiento. Se establece únicamente sobre un tópico
o idea (por tanto, es todo lo opuesto a “pensar sobre algo”) y el practicante
se absorbe en dicha idea.
El proceso de conocimiento surge a
través del objeto, no a través del sujeto. Se trata de un conocimiento no
verbal, no conceptual.
En samyama, la mente es como
un espejo: no agarra nada, no rechaza nada, recibe pero no mantiene, no añade
nada.
No “traduzcas” a lenguaje corriente
lo que experimentes durante el samyama; se trata de una nueva
experiencia obtenida a través de medios inusuales.
Samyama es una nueva forma de ser en el
mundo, una nueva forma de percibir y relacionarse con la Realidad, penetrando
en un elevado estado de conciencia. Se trata de contemplar la Realidad tal como
es, encontrarla en un estado mental sin pensamiento, en lugar de inventarla o
imaginarla con ayuda del pensamiento discursivo.
Encuentra el placer de efectuar samyama
cada día y olvida los resultados: piensa que no hay un objetivo real en la
meditación; esta actitud te conducirá rápidamente al éxito.
Meditación en
la vida diaria
Sentarse con los ojos cerrados es la
forma más conveniente al principio para controlar el vagabundeo mental. No
obstante, cuando empiezas a saber, incluso solo un poco, cómo ejercitar este
control sentado inmóvil en meditación, puedes continuar haciéndolo mientras
paseas, permaneces de pie o llevas a cabo cualquier actividad normal.
Esto se lleva a cabo dividiendo tu
atención en dos, utilizando una parte para la meditación interior y la otra
para las actividades rutinarias. Descubrirás que, contrariamente a lo que
parece, tus actividades diarias se llenan mucho más de sentido y son más
eficientes. La meditación que interioriza y el subsiguiente estado de tranquilidad proporcionan un soporte
energético y dotan de sentido tu actividad exterior.
Si la meditación no conlleva una
relación con la vida diaria, ¿qué puede tener de positiva? Una meditación que
ignore la sociedad no tiene sentido y no es buena para nadie. Meditar en medio
de la actividad significa traer todo el mundo a tu meditación.
La auténtica práctica de meditación
no tiene nada que ver con sentarse en un lugar tranquilo o no, cerrar los ojos
o no, estar en soledad o no.
La meditación en medio de la
actividad es incomparablemente superior al acercamiento silencioso. Este tipo
de meditación realmente produce una transformación interior significativa y
conduce a la iluminación. Por supuesto, meditar en medio de distracciones es
inicialmente mucho mas difícil —con pocas compensaciones a corto plazo— que
sentarse en soledad y quietud. No obstante, si deseas que la elevada conciencia
de la meditación sea parte de tu vida, entonces deberás meditar en todo momento
durante tu vida ordinaria; deberás permanecer internamente en meditación, sin
importar lo que hagas externamente.
A menudo sentirás que no obtienes
nada con la práctica de la meditación en medio de la actividad, mientras que el
acercamiento en soledad proporciona rápidos e inesperados resultados. Pero ten
la seguridad de que quienes practican únicamente en soledad nunca entrarán en
meditación en medio de la actividad diaria, que es el auténtico sentido de la meditación.
La meditación en soledad tiende a
separar nuestra vida espiritual de nuestra vida ordinaria, y esto es solo
esconderse de la realidad. Un auténtico yogui o yoguini (mujer que practica el
yoga) no se esconde.
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