jueves, 30 de octubre de 2014

Sanando las emociones negativas.

Las emociones, positivas y negativas, son disparadores de muchas sustancias químicas al interior del cuerpo. Las emociones negativas, al ser repetitivas en el tiempo, producirán trastornos en el funcionamiento natural de los órganos relacionados a estas emociones. Dependiendo si se trate de miedo, tristeza o rabia que sentimos gatillada por una supuesta causa externa, se afectarán distintas partes del cuerpo.
Estos trastornos pueden generar enfermedad por tensión, por deficiente funcionamiento del órgano afectado o por una baja del sistema inmunológico que no será capaz de defenderse de los virus y bacterias que se encuentran permanentemente presentes en el medio ambiente.
Las emociones son una guía maravillosa que se nos ha regalado para saber orientarnos en cuanto a las ideas que albergamos en nuestra mente y en cuanto a las acciones que podemos realizar para favorecer nuestro equilibrio perfecto. Sin embargo, no nos encontramos masivamente informados sobre como manejarlas, utilizarlas y corregirlas cuando sentimos que ellas están afectando la calidad de nuestra vida. Además son “pegajosas” y presentan cierta dificultad para ser detectadas, removidas o transmutadas.
Nuestra primera tarea será aprender a reconectarnos con las emociones que estamos experimentado, de tal manera de saber que las estamos sintiendo en forma consciente. Muchas veces ni siquiera advertimos que nos estamos sintiendo enojados o tristes. Otras muchas veces, tratamos de acallarlas porque pensamos que no es prudente expresarlas debido a que son desagradables y podemos ser cuestionados, juzgados y condenados por tener el atrevimiento de manifestarlas.
Socialmente, consideramos que es más saludable atragantarse con alguna emoción negativa, antes de expresarla. Pero la naturaleza dice una cosa diferente.
Cuando guardamos o reprimimos emociones negativas, el cuerpo físico se encarga de mostrarlo de alguna manera. Lo ideal es que no las sintamos, pero si están presentes, es más saludable dejar que se expresen para aliviar la presión que puede generar su presencia y luego dedicarse a su transmutación. Este “vaciar” puede realizarse a solas, ya que se trata de un reconectar con lo interno de cada uno. No es necesario, aunque algunas veces puede resultar terapéutico, tirar nuestros sentimientos a otra persona.
Cuando enfermamos, es ideal apoyarnos con algunas terapias para colaborar al equilibrio de las emociones que pueden estar generando esa enfermedad. Durante la enfermedad, es muy común que solo se atienda al cuerpo físico y se deje de considerar esta gran herramienta que acelera el proceso de sanación.
Los hospitales están diseñados para atender solo el cuerpo físico y podrían presentar una gran disminución en el tiempo de recuperación de los pacientes si estuvieran considerados estos aspectos del Ser. Si la enfermedad es creada a partir de estos aspectos, lo mas lógico es que sean considerados al momento de esperar una sanación.
Para prevenir las enfermedades es necesario tener en consideración el equilibrio de nuestras emociones y ¿Cómo podemos hacer esto?.
Podemos atender nuestras emociones al menos de dos maneras. Una es, detectarlas y dedicarnos conscientemente a trabajar con ellas para comprenderlas, atender el mensaje que nos están entregando y hacer los cambios para templarlas y conseguir su transformación.
Otro modo para operar con nuestras emociones negativas consiste en la dedicación a recopilar y nutrirse de aquellas emociones positivas que son contrarías a las negativas que se están sintiendo en ese momento, de tal manera de generar nuevas rutas neuronales para comenzar a utilizarlas de forma repetitiva e ir dejando de utilizar las que ya no sirven.
Ambos procedimientos tienen su lado favorable y desfavorable para una situación o momento en particular. Lo ideal es hacer una mezcla de ambas técnicas para conseguir los mejores y más rápidos resultados.
Es deseable reconocer que toda emoción negativa es producto de un mal entendido. Si estuviéramos situados en niveles de alta vibración, veríamos que estas emociones son casi inexistentes. Estando en esta realidad, es muy común que se encuentren presentes siempre, pero es importante no quedarse sumergidos en ellas más de lo necesario.
Las emociones negativas existen, son naturales en esta dimensión. Seguramente que son muy necesarias, por eso existen. No obstante, quedarse detenidos, sufriendo con ellas, crea enfermedades.
La naturaleza, tan sabia, nos permite la presencia de emociones negativas, pero al mismo tiempo nos señala que al albergarlas dentro, nos enferman. Parece una contradicción, pero por cierto, que no lo es.
A veces la vida te presenta situaciones difíciles de superar para ti, en las áreas de salud, económica y/o relaciones. Sabes que estas situaciones las creas tú, pero hasta la fecha no has podido comprender, como es que las estas creando, no encuentras una salida y te gustaría que alguien pudiera explicarte como salir de allí.
Patricia González.
http://saludyovivo.blogspot.com
http://abundanciainfinita.com/

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