Estos dos términos se usan muy habitualmente, pero a menudo hay dudas sobre a qué se refieren exactamente.
De hecho, no siempre está claro si el subconsciente y el inconsciente son lo mismo o cosas diferentes.
Hoy hablaremos en detalle de este tema.
Está muy relacionado con nuestra naturaleza profunda y con el proceso que nos ha traído hasta aquí.
La Mente Consciente y la Mente No Consciente
El primer paso para comprender bien cualquier concepto profundo es tener presente que las palabras concretas que usamos para hablar de él no son lo más importante, lo que realmente importa son las ideas que hay detrás de estas palabras.
Y en el caso del subconsciente y el inconsciente, la idea más importante es que hay una parte de nuestra mente que percibimos de forma consciente y otra que no. Algo así:
La parte consciente contiene todas las ideas y vivencias que podemos percibir y recordar conscientemente, y la parte no consciente contiene las ideas y vivencias que ahora mismo no recordamos.
A partir de aquí, podríamos debatir sobre cuáles son las mejores palabras para referirnos a esta parte que no vemos. Y, como pasa a menudo entre las personas, seguramente habría diversidad de opiniones. Unos dirán que hay que usar la palabra “subconsciente”, otros dirán que es mejor “inconsciente”, y otros propondrán otras posibilidades. En psicología, por ejemplo, se usa principalmente la palabra “inconsciente”. En otros ámbitos, en cambio, se usa más “subconsciente”.
Pero esto es secundario.
Lo importante es tener claro el concepto: hay una parte de nuestra mente que no percibimos de forma consciente.
Los Diferentes Niveles de la Mente No Consciente
Una vez tenemos claro que hay una parte de nuestra mente que no percibimos conscientemente, y que comprender esto es mucho más importante que las palabras que usamos para referirnos a ella, podemos añadir una idea más.
La parte no consciente de la mente tiene diferentes niveles de profundidad.
Dentro de la mente no consciente, hay ideas que pueden convertirse en conscientes sin mucha dificultad, y otras que están muy enterradas y que es más complejo llegar a ellas.
Por ejemplo, no es lo mismo un acontecimiento sin mucha importancia que sucedió hace un año y que hemos olvidado (y que podríamos recordar con relativa facilidad), que un recuerdo traumático de una vida pasada (hablaremos de esto en breve). Los dos están en la parte no consciente de la mente, pero uno está mucho más enterrado que el otro. Y esto hace que sea mucho menos accesible (más difícil de hacerlo consciente).
Lo mismo sucede con todas las demás ideas de la mente no consciente: en función de cuándo y cómo se generaron, están más o menos enterradas y son más o menos accesibles.
Y con esto podemos dividir la parte no consciente de la mente en niveles: en los niveles más superficiales están las ideas no conscientes más accesibles, y en los niveles más profundos están las ideas más enterradas y difíciles de acceder.
La Diferencia entre el Subconsciente y el Inconsciente
Al hablar de los niveles de la mente no consciente sucede lo mismo que al hablar de la mente consciente y la mente no consciente: lo más importante es el concepto y no las palabras.
Alguien podría preguntar: ¿y cuántos niveles no conscientes hay? ¿Y cómo se llaman estos niveles?
Pero no hay una respuesta absoluta a estas preguntas. Todas las clasificaciones son arbitrarias, y dependen de los criterios que se usen para clasificar. Con un determinado criterio pueden salir tres niveles, con otro siete y con otro doce. Y también podría decirse que en realidad no hay niveles claramente diferenciados, porque todo forma un continuo. Y todas las opiniones pueden ser válidas.
Lo importante es tener claro el concepto: dentro de las ideas no conscientes, algunas son más accesibles y otras son menos accesibles.
Dicho esto, la clasificación más sencilla es utilizar dos niveles: uno para las ideas no conscientes más superficiales y otro para las más profundas.
Y esta es una posible utilidad de las palabras “subconsciente” e “inconsciente”.
En algunos lugares se usa la palabra “subconsciente” para referirse a la parte de la mente no consciente más superficial (la palabra “subconsciente” hace referencia al hecho de estar justo debajo del consciente), y la palabra “inconsciente” para referirse a la parte de la mente más profunda y difícilmente accesible. Así:
Pero esta no es la única posibilidad, ni mucho menos. También podríamos utilizar las expresiones “subconsciente superficial” y “subconsciente profundo”, o “inconsciente superficial” e “inconsciente profundo”. No hay que olvidar en ningún momento que lo que importa son los conceptos, no las palabras.
Y el concepto principal es que hay una parte de la mente que no vemos, y que dentro de esta parte hay zonas más profundas y zonas más superficiales.
Qué Hay en el Subconsciente y en el Inconsciente
Llegados hasta aquí, puede surgir una cuestión interesante: ¿y dónde está la frontera entre lo que consideramos “ideas no conscientes más superficiales” e “ideas no conscientes más profundas”?
¿Qué hace que una idea sea más superficial y que otra sea más profunda?
Al intentar responder esta pregunta, lo más habitual es empezar a analizar nuestra existencia humana actual y, a partir de ella, intentar ver qué ideas y recuerdos pueden ser más profundos.
Pero en realidad, nuestra existencia va mucho más allá de nuestra forma humana actual. Y, por lo tanto, nuestras ideas y recuerdos también.
Es decir, nuestra mente no consciente contiene ideas y recuerdos de muchas existencias, no solo de la actual.
Según las creencias que tenga cada uno, esta afirmación puede sorprender de entrada, pero en el fondo lo dice incluso la ciencia: “todo es energía, y la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Esto significa que somos energía, y que no nos creamos ni nos destruimos, solo nos transformamos. Si representamos nuestra existencia como una línea, esta línea se remontará a mucho antes de lo que llamamos “nacimiento”. Así:
Esta imagen es muy importante, porque pone de manifiesto un punto de inflexión muy claro en nuestra existencia: el momento del nacimiento. Todo lo que es anterior a este momento (lo que vivimos en existencias anteriores) suele estar muy enterrado; pocas personas recuerdan cosas anteriores al nacimiento. En cambio, todo lo que hemos vivido en la existencia actual, aunque puede estar más o menos oculto, es relativamente accesible.
Y esto encaja directamente con lo que estamos explicando.
Personalmente, no creo que sea necesario marcar una frontera rígida entre el subconsciente y el inconsciente. De hecho, yo casi siempre uso estas dos palabras de forma indistinta para referirme a la mente no consciente.
Pero si queremos una definición más concreta del subconsciente y el inconsciente, podemos usar el momento del nacimiento como punto de referencia y decir que todas las ideas de antes de nacer son el “inconsciente” y las ideas de después de nacer son el “subconsciente”.
Las ideas y recuerdos de nuestra existencia actual pueden ser relativamente profundos, pero no muy profundos, porque son relativamente recientes. En cambio, las ideas y recuerdos de existencias anteriores son mucho más profundos, porque nunca han pasado por nuestra mente consciente durante nuestra existencia humana actual, y generalmente cuesta más llegar a ellas.
El Poder del Subconsciente y el Inconsciente
Esta definición de subconsciente e inconsciente tomando como referencia el momento del nacimiento no es la única posibilidad, ni mucho menos; pero tiene sentido, porque el momento de nacer en la Tierra en esta vida actual marca un cambio muy grande en nuestra trayectoria eterna. De hecho, marca un punto de inflexión tan grande, que la mayoría de nosotros creemos que no hay nada antes de ese momento.
Pero como hemos comentado varias veces en el artículo, los nombres no son importantes. Da igual que usemos las palabras “inconsciente” y “subconsciente” de una manera u otra. Lo que importa es el concepto.
Todos nosotros tenemos una existencia que va mucho más allá de nuestra llegada a este planeta. Y toda la informació sobre esta larga existencia está dentro de nosotros.
Toda la información sobre tu vida humana actual está en ti.
Y toda la información sobre tus existencias anteriores también.
La única diferencia es que la información sobre existencias anteriores suele estar en un lugar más profundo y cuesta un poco más acceder a ella. En cambio, la información sobre tu vida actual es mucho más reciente, y es más fácil recordarla.
Pero, en el fondo, todo está en ti.
Podemos usar las palabras que queramos para hablar de ello.
Lo importante es que está en ti.
Un gran abrazo,
Jan
Atrévete a ser feliz.
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