Todos conocéis y
sois conscientes del papel que juega el Sol como dador de vida para todo lo
que existe en el Sistema Solar. Es nuestra principal fuente de energía, que
se manifiesta, sobre todo, en forma de luz y calor. Contiene más del 99% de
toda la materia del Sistema Solar y gracias a que ejerce una fuerte atracción
sobre los planetas, los hace orbitar a su alrededor, en un movimiento
helicoidal, y mantiene la estructura estable. Hace ya varios meses, en este otro artículo, hablamos del rol de cada sistema planetario dentro del sistema
solar, y hoy vamos a hablar específicamente del rol del Sol y de sus
emisiones energéticas, como contenedoras de la información que hace
evolucionar todo lo que existe bajos sus dominios.
“Nuestro sol es
el centro de todo un sistema planetario, al que sostiene, organiza y
vivifica. Si el movimiento de los planetas es considerado como la imagen
misma de la armonía universal es precisamente porque los planetas giran
alrededor de un centro que mantiene este equilibrio maravilloso. Si el Sol
desapareciera del lugar que le corresponde, en el centro, sería un caos”.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Las llamaradas solares
Según la
explicación científica que hacemos de las erupciones solares, estas se definen
como una explosión en el Sol, que ocurre cuando la energía almacenada en
campos magnéticos, usualmente localizados encima de las manchas solares, es
soltada repentinamente. Las llamaradas producen un estallido de radiación a
través del espectro electromagnético, desde las ondas de radio hasta los
rayos-X y los rayos-gamma.
La comunidad
científica clasifica a las llamaradas solares de acuerdo a su brillo en
rayos-X, en el intervalo de 1 a 8 Angstroms. Existen tres categorías: las
llamaradas de clase X son grandes; son eventos de gran magnitud que pueden
desatar apagones en las ondas de radio en todo el planeta, así como tormentas
de radiación de larga duración. Las llamaradas de clase M son de tamaño
mediano, pueden generalmente causar ligeros apagones en el radio que afectan
a las regiones polares de la Tierra. Comparados con los eventos de tipo X y
M, las llamaradas de clase C son pequeñas y de consecuencias poco notorias
para nosotros.
La parte y el papel espiritual del Sol
Ahora vamos a
hablar de lo que hace el Sol y que no se ve, o no se entiende, en nuestra
comunidad científica. Primero, el Sol es un ser consciente, como lo es la
Tierra, o lo son cualquiera de los planetas del sistema solar. Alberga vida,
pero vida de niveles evolutivos que no somos capaces ni de imaginar. El Sol
para este tipo de seres no es el Sol que nosotros vemos y, por lo tanto, hay
un cierto tipo de vida consciente que no tiene ningún problema en usar
estrellas, como la nuestra, como “campo base” para su evolución y
aprendizaje, como nosotros usamos la Tierra para la nuestra.
Esta vida
consciente, trabaja mucho más en consonancia y en colaboración con la
entidad-consciencia solar (yo suelo llamarle el logos solar, cuestión de
terminología), para el mantenimiento del resto de la vida, a todos los
niveles, en el sistema que rige.
El Sol es,
además, un gran acumulador energético de información. Prácticamente todo lo
que nos llega en forma de energía consciente desde el centro de la galaxia o
desde cualquier otra zona de la misma, suele ser acumulado y retenido por el
Sol, y luego reenviado a los diferentes cuerpos planetarios en la forma que
ya conocemos, de luz y erupciones solares, que no son otra cosa que la
manifestación física que nosotros vemos de un “envío de información urgente”,
saliendo disparado de la oficina de correos (el Sol) hacia sus destinatarios
(los diferentes cuerpos del sistema solar).
Es en estas
llamaradas o erupciones solares, donde todos aquellos seres que “viven” en él
(a falta de mejor término), programan, preparan y codifican los diferentes
paquetes de información que son luego transmitidos hacia el interior del
sistema solar. El hecho de que nosotros solo veamos el estallido
electromagnético de plasma saliendo de la fotosfera, la capa más superficial
de la atmósfera solar, por no estar en el nivel evolutivo y frecuencial donde
podríamos percibir lo que realmente va en esas llamaradas, nos impide ver la
codificación energética y la información que es enviada hacia las diferentes
conciencias planetarias, y niveles de vida en su interior, en cada una de las
erupciones.
Modulación consciente de la información
Hace algún
tiempo, aquellos que llamamos nuestros guías, nos explicaron el
funcionamiento de los paquetes de información que son enviados desde el sol,
como influyen en la vida orgánica y en los cuerpos energéticos de todos los
planetas, pues, como podréis suponer, la vida consciente y el Sol mismo no
trabaja solo para mantener a la Tierra evolucionando. La modulación y el tipo
de onda que es emitida (el tipo de llamarada o erupción) depende de la
vibración unida de todos esos seres, que, en conjunto con el Logos Solar,
introducen y programan, elevan o bajan, modulan o amplifican, las ondas
electromagnéticas que son dirigidas luego hacia cada rincón del sistema solar
con la información adecuada para el tipo de vida en ellos.
Composición de los paquetes de información
Estos paquetes
de información no son más que fotones para nosotros, unidades
electromagnéticas, que forman la luz que recibimos de nuestro astro, pero con
una carga de información en formato numérico y geométrico que incorporan
múltiples capas vibracionales, cada una de ellas destinada a una cosa
distinta y a un receptor (sistema planetario) distinto. Cada vez que se emite
una determinada llamarada solar, pues no son aleatorias sino producidas
conscientemente, la información proyectada está tanto destinada a
incorporarse a alguno de los cuerpos energéticos de Neptuno, como a ayudar al
desarrollo de la vida en Mercurio o en la Tierra, siendo la definición de
“vida” algo mucho más extenso de lo que podemos imaginar si solo nos ceñimos
a lo que conocemos en nuestro planeta. Como ya podéis suponer, la intensidad
de una llamarada solar depende también de la distancia a recorrer por la
misma. Para hacer llegar un cierto tipo de información codificada hasta Urano
hay que emitir con más intensidad que si solo se envía algo a Venus. Ya me
entendéis.
Trabajando conscientemente con estos paquetes
Desde hace
tiempo, yo soy los que se paran regularmente de cara al sol y conscientemente
invito a los fotones de luz con información a que sean recogidos por mi
pineal y sean integrados por mi sistema energético, y mi ADN, en un intento
de trabajar conscientemente con esta información que llega constantemente.
Evidentemente, los códigos que nos sirven a los seres humanos, de todo lo que
llega en un solo paquete de “luz”, un fotón, no son más que una millonésima
parte (por decir algo) de la información que realmente va en cada una de las
emisiones energéticas que realizan, ya que, como hemos dicho, están
destinadas a trabajar en un entorno macro, planetario. Es importante
comprender que no solo en una llamarada solar van paquetes destinados a los
seres humanos o a la Tierra, sino que tienen que emitir vibraciones distintas
para todas las razas que existen (y formas de vida) en todos los planetas del
sistema solar, por lo que aquello que un humano puede usar realmente de uno
de esos paquetes de forma individual y personalizada es muy poco.
Bloqueo de las emisiones solares
Hace ya más de
un año, hice uno de los cursos que Nassin Haramein y su equipo imparten, una
introducción al trabajo de este científico sobre la estructura del espacio y
otras cosas que ya sabréis los que le vayáis siguiendo o leyendo. Por segunda
vez en mi vida, oí el mismo consejo: trabaja con el sol, no lo bloquees en tu
vida, deja que los rayos de luz conscientemente inserten en tu ADN los
paquetes de información necesarios para tu crecimiento y evolución. La
primera vez fue en un libro que hablaba de conspiraciones para bloquear la
luz solar, hace más de 10 años, y en aquel momento no tenia ni idea de que
diablos me estaban hablando.
Y es que, como
ya estaréis suponiendo, si la absorción de paquetes de información en nuestro
ADN es lo que nos hace evolucionar, aquellos que no están por la labor de
dejarnos hacerlo se buscan la vida para, precisamente, bloquear la llegada de
estos paquetes o al menos distorsionarlos. Ya conocéis los famosos
chemtrails, y esta es una de las múltiples funciones que tienen, sin embargo,
lo que posiblemente no conozcamos tanto, son los otros tipos de bloqueos y
barreras puestas al respecto.
En una de las
múltiples sesiones de trabajo, un buen día, salió el tema de los chemtrails,
que derivó en la explicación de que, además, nuestras élites y sus amigos off-planet llevan tiempo colocando alrededor del planeta,
para disminuir la recepción de estos paquetes de información, escudos (de
nanotecnología) que distorsionan los paquetes de información y desvían la
mayoría de ellos. Este tipo de “nanobots” suspendidos por encima de la
atmósfera, justo debajo de la orbita de los satélites de comunicaciones,
rebotan, bloquean y cambian la modulación de lo que nos llega (lo que
pueden), y nos decían, nuestros guías, que es una guerra constante entre
aquellos, los que nos asisten y los van desmontando y rompiendo (los
escudos), y las razas y grupos que los vuelven a poner y colocar. Nos
explicaban que, tanto aquellos que “emiten” desde el logos solar, como
aquellos que asisten al planeta desde ahí fuera, eran muy conscientes de
ello, y estaban trabajando mucho para que la información necesaria pudiera
llegar a los planos energéticos de la Tierra sin obstáculos. Mucho más
desarrollado estaría el ser humano a nivel de conciencia y de ADN si desde
los tiempos del inicio de nuestra historia manipulada hubiéramos recibido el
100% de los códigos destinados a hacer avanzar la vida consciente y orgánica
sobre el planeta Tierra.
Recepción de instrucciones
Sin embargo el
Logos Solar y sus “habitantes” no son solo los que deciden que tipo de
codificación se envía hacia el interior del sistema solar, sino que la
evolución del conjunto depende de las instrucciones recibidas de la jerarquía
inmediatamente superior a nuestro sol, esto es, de sistemas solares “mayores”
y del centro galáctico. En este aspecto, algunos ya sabéis que nuestro
sistema solar es un sistema binario, la llamada hipótesis de Némesis explica
la existencia de una estrella menor acompañando al Sol y rotando a su
alrededor. Así como Némesis con su mini-sistema solar propio, en formación,
depende de nuestro sol para la recepción de la energía e información
evolutiva que lo hace crecer, nuestro sol depende de sistemas solares más
grandes y más cercanos para recibir las mismas instrucciones. En este caso,
muchos conoceréis también la teoría que postula que el sistema solar también
orbita alrededor del sol central de la constelación de las Pléyades, llamado
por nosotros Alción, así como Alción y su sistema estelar también orbita
alrededor de otros puntos mayores, aunque todos sean dependientes,
evidentemente, del centro del Logos Galáctico, el nombre que le damos a la
conciencia del Ser que es nuestra Vía Láctea.
Así, las
“instrucciones”, por llamarlo de alguna forma, sobre los diferentes tipos de
paquetes energéticos que deben transmitirse para el funcionamiento armónico
de todos los componentes planetarios y estelares, funcionan como si de torres
de radio que retransmiten las ondas de un punto a otro se tratase, como si en
nuestro Sol hubiera una especie de antena energética, que hace de
“receptor” entre el Sol y Alción, y de ahí al centro galáctico u otros puntos
intermedios.
Nada es dejado
al azar o es casuístico en la evolución de todo lo que sucede en nuestro
sistema solar, pero todo queda muy lejos de lo que conocemos, entendemos y,
en muchos casos, somos capaces de
creernos. Quizás ahora,
conociendo la importancia de las emisiones y llamaradas solares para nuestra
propia evolución como raza, entendamos porque es tan importante para nuestras
elites bloquear la luz del sol, meternos miedo con el mismo, generar patrones
en nuestro subconsciente que provoquen reacciones físicas, quemaduras,
canceres de piel, etc., etc. Y es que, como me recuerda siempre un buen
amigo, en este planeta en el que vivimos “nada es lo que parece” :—).
¡Saludos!
David |
lunes, 16 de junio de 2014
David Topí- Llamaradas solares y paquetes de información.
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