domingo, 19 de abril de 2020

Para ser felices tenemos que dejar espacio a las sorpresas de la vida.


Los eventos inesperados son los que realmente cambian nuestra vida. Por eso tenemos que dejar espacio para las sorpresas.

Dejar espacio para estos eventos inesperados que están fuera de nuestro control requiere en primer lugar un corazón receptivo y una mente abierta. Solo así podremos aprovechar las maravillosas oportunidades para “avanzar” y sentirnos sorprendidos.


Eurípides dijo una vez: “lo que se considera posible no sucede y lo que nadie espera Dios lo da”. 

Todo bajo control

Los sociólogos o expertos en finanzas como Nassim Nicholas Taleb creen que todos actuamos como si pudiéramos predecir lo que sucederá mañana o incluso la próxima semana. Nuestra plácida ignorancia o, mejor dicho, nuestra exagerada necesidad de pensar que tenemos todo bajo control a menudo nos hace incapaces de reaccionar cuando, de repente, algo inesperado nos sucede.


La mayor alegría es la que no es esperada.
-Sófocles-

Sorpresa o tener todo bajo control?

Este comportamiento responde a un principio muy simple: nuestro cerebro necesita controlar todo. No importa si no estamos contentos, lo importante es “sobrevivir”.

Todo lo que cae dentro de los límites de lo inesperado, se interpreta como una amenaza, un batallón que lleva una bandera, la del peligro.

Las personas que tienen mayores temores, generalmente desarrollan una mayor necesidad de control sobre sí mismas y hacia los demás. 

Fanáticos del poder

Los fanáticos del control, aquellos que dicen dominar lo incontrolable y no dejan ni un rincón a las cosas inesperadas e improvisadas, están irremediablemente condenados al abismo de la insatisfacción y la infelicidad.


Aprende de los niños, grandes amantes de las sorpresas inesperadas.

Es suficiente mostrarle algo inesperado a un niño para llamar su atención. Tiene una mirada fascinada cuando ve algo diferente, algo colorido, que desafía la lógica y la gravedad.

Los niños tienen una habilidad natural y el instinto para abrazar todo lo que es impredecible e inesperado. Sin embargo, nosotros, con nuestras gafas para adultos y nuestros filtros racionales, hemos perdido esta maravillosa habilidad que estimula tanto el aprendizaje.

Estudios realizados

Como lo reveló un estudio realizado en la Universidad Johns Hopkins por la psicóloga Aimée Stahl, los niños de entre 9 y 11 meses prefieren todos esos estímulos que aparentemente escapan a la lógica. La psicóloga realizó un curioso experimento con un grupo de bebés a quienes presentó dos tipos de juegos, uno que parecía cruzar la pared (gracias a un efecto óptico) y otro que simplemente rodó contra ellos y luego cayó al suelo.


Por extraño que parezca, los bebés estaban más interesados ​​en el juego “imposible”, es decir, lo que dio la idea de cruzar la pared. 

Conclusiones

Los expertos han llegado a la conclusión de que los niños más pequeños están más involucrados en cosas inesperadas. Sin embargo, a medida que crece, lo inesperado se interpreta como algo que está fuera de su control y, por lo tanto, es peligroso. Cuando nos encontramos atrapados en una nueva situación y no tenemos un plan que seguir, manifestamos ansiedad y estrés. En lugar de quedar atrapados en el miedo, permitámonos ocasionalmente volver a ser niños, para abrazar la positividad que pueden ofrecer cosas inesperadas.


Haz espacio para lo inesperado en tu vida

Hazlo, deja la puerta de tu corazón entreabierta para dejar entrar, de vez en cuando, un poco de garbo, de alegría, porque ciertamente no te hará daño. Esculpe un rincón para cosas inesperadas, improvisadas, no programadas, lejos, muy lejos, de tus objetivos. Debido a que el reino de lo inesperado puede ser más útil de lo que pensamos, de hecho, grandes exploradores han descubierto continentes enteros por accidente y muchas personas famosas han hecho sus mejores contribuciones bajo la influencia de la casualidad.

Steve Jobs, durante una conferencia para graduados de la Universidad de Stanford, dijo que la vida no es más que aprender a “conectar puntos”. Muchas de las cosas inesperadas que nos suceden a lo largo de nuestra existencia adquieren un significado real cuando las miramos desde la perspectiva correcta.

Sorpréndete

Por ejemplo, quizás el trabajo que tenemos ahora es insatisfactorio, pero nos ha dado nuevas amistades que, a su vez, nos han impulsado a cultivar un pasatiempo que nos gusta mucho, lo que nos enriquece emocional e intelectualmente hasta el punto de querer desarrollarlo también desde un punto de vista profesional. Lo hacemos y, una vez que se inician los negocios, también nos encontramos con el amor de nuestra vida.

Como puedes ver, una cosa puede llevar a otra, saltamos de piedra en piedra en este río implacable de nuestra existencia y lo hacemos casi sin darnos cuenta.

Sin embargo, para apreciar la belleza y las oportunidades que se nos ofrecen, debemos mostrarnos receptivos a este maravilloso hechizo del destino. Y debemos hacerlo con una actitud positiva y una mente abierta, porque aquellos que esperan lo inesperado con la predisposición correcta tienen más posibilidades de ser felices.



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