El despertar de la conciencia es el verdadero movimiento de los campos
energéticos más elevados a los cuerpos físico,
emocional, mental y espiritual de la humanidad y del planeta Tierra a niveles
múltiples y en diferentes formas.
Cuando uno piensa sobre la energía, uno tiene
que entender que en esencia toda energía está compuesta de diminutas partículas
de luz que vibran a una cierta frecuencia. Por lo tanto, la nueva energía
opera ahora a niveles múltiples, y es el color y el sonido. Ambos se
combinan para formar el núcleo de la nueva tecnología que se volverá el modo de
vida en la Nueva Era Dorada.
Antes que nada, a fin de que nosotros podamos accesar y utilizar esta
energía y se liberen los campos energéticos de
modo óptimo, tenemos que despertar desde profundo en nuestro interior pues
en realidad SOMOS energía pura – nuestros cuerpos son energía pura, y la
Tierra es energía pura. En el mundo de la 3D esta energía es lenta y muy
densa, y ahora que estamos avanzando hacia la nueva dimensión esta energía se está aligerando
y volviendo menos densa. Esto se debe a que los niveles del cociente de luz
están subiendo, y por lo tanto somos capaces de absorber frecuencias más
elevadas, etc.
Nuestra mayor fuente de absorción de energía proviene de dos formas o estructuras principales
en el cuerpo: los chakras o ruedas energéticas, y las 33
vértebras de nuestra columna vertebral. Los otros campos energéticos
están allí en la coronilla de nuestra cabeza, en el centro del corazón, y en el
‘tazón’ del coccis. Cuando todos ellos funcionan como una sola unidad es
entonces cuando podemos elevar nuestras vibraciones a tal estado consciente que
podemos fácilmente teleportarnos, levitar y vivir así sólo del prana
o fuerza vital.
Los Yogis en los Himalayas ha hecho esto por miles de años,
así que en realidad no es nada nuevo – es sólo que hemos olvidado
componentes vitales del modo de hacerlo.
Estaba escuchando a alguien tocar los cuencos de cristal Tibetanos,
desde el mayor hasta el menor, y pude sentir la energía
vibrar a través de todo mi cuerpo. Como cada juego de cuencas fue
armonizado/sintonizado con cierto tono, este tono tenía entonces los
tonos más graves o los más altos, y todo dentro de una sola nota que era
ya sea A, D, E, F o lo que sea, y cada una de ellas estaba armonizada/sintonizada
con los chakras en cuestión. A medida que esto sucedía, noté que toda mi
columna vertebral estaba reverberando pues la columna vertebral es un diapasón
enorme, y mediante este increíble instrumento es como sucede la iluminación, en
sintonía con las ruedas chakras. Noten la palabra ARMONIZACIÓN/SINTONIZACIÓN,
pues eso es ciertamente lo que es.
En ese momento comprendí que nosotros somos como un
violín – y que el Maestro músico tiene que armonizarnos/sintonizarnos para
que vibremos exactamente al tono o cuerda correcta o nota musical. Si una
sola cuerda tocada en este violín no está perfectamente armonizada/sintonizada,
el Maestro no puede tocar una música hermosa y profunda pues una sola cuerda
fuera de tono añadirá un sonido discordante.
Es inherente al hombre ser de cualquier modo discordante pero estamos
hechos del mismo polvo de estrellas a partir del cual se formaron el Universo y
toda la Creación. En consecuencia, dentro de nosotros
mismos tenemos la música de las esferas. Es cosa de rearmonizarse y ser
reencordado por las energías más elevadas para que podamos por fin reclamar
nuestra herencia cósmica y volvernos y crecer en perfecta armonía con el
resto del Cosmos.
Y sin embargo, en esencia, esto es una cosa muy personal. Aunque
podamos pedir a otra gente que alinee nuestros propios centros energéticos,
siempre y cuando algo dentro de nosotros no esté en armonía, hasta que no
hagamos nuestro trabajo de limpieza interior y despeje, no estaremos en
armonía.
Lo que más tapona nuestros sistemas
energéticos es toda la escoria emocional que tendemos a acumular y portar por
todos lados consigo nuestro. Algo de esto proviene de muchas vidas y
existencias múltiples.
Cada vez que nos aferramos al enojo o al dolor o nutrimos el
resentimiento o la discordia y nos culpamos a nosotros mismos y unos a otros,
atascamos nuestros sistemas, y los desagües se bloquean
cuando se acumula demasiada escoria en ellos.
A veces estos resentimientos y sentimiento de culpabilidad son portados
de generación en generación, lo cual bloquea todo nuestro ADN
y líneas ancestrales.
En sitios donde ha habido guerras o un trauma intenso, ese dolor
colectivo permanece allí por miles de años después de que ha sucedido.
Yo he estado en campos de batalla y el trauma era palpable. Tal
trauma colectivo atasca los campos energéticos de la Tierra y necesitan ser
liberados.
En esencia, la elevación de la conciencia es una
responsabilidad y una búsqueda personal. Nadie de nosotros ha tenido el
mismo despertar ni las mismas iniciaciones y esto es una experiencia
muy única y especial de cada ser individual. Hay muchos niveles de
despertar y muchos niveles de conciencia. Cada quien lo suyo – esto es lo
que nos hace únicos y especiales, y sin embargo una parte y partícula de
la Totalidad mayor.
No obstante, a medida que cada uno de nosotros despierta y despeja
conscientemente nuestros sistemas energéticos y
trabajamos conscientemente para el bien mayor de la Totalidad, entonces
afectamos el nivel de conciencia de todo alrededor. Uno ejerce un efecto de
repercusión sobre muchos, y mientras más trabaja uno con los muchos, más se
vuelve uno los muchos, y uno se vuelve un poderoso catalizador del
cambio.
Nunca subestimen su propio poder para efectuar cambios. Tal vez no
estén siquiera conscientes de que están impactando las
vidas de otros, y que lo están haciendo a su propio modo. No todos
nosotros estamos destinados a ser líderes en una sociedad – un gran número
de seres evolucionados eligieron encarnarse y llevar vidas ordinarias, y hacer
este trabajo en una oscuridad total. No siempre los que hacen el mayor ruido
tienen el efecto más potente en la sociedad. Los cambios vienen con mayor
frecuencia a partir de lo desconocido y de los pocos.
En el mayor mar
cósmico, cada uno de los seres es validado y cada uno de los seres es merecedor
por derecho propio.
Nunca subestimen el poder del UNO, pues aquí
aplica la Ley del Uno y de los Muchos.
Al igual que una sola célula en su cuerpo tiene un
efecto repercutivo en todas las otras células, igual así su presencia causa un
efecto repercutivo en algún sitio y de algún modo aquí en el planeta – ya
sea que estén conscientes de ello o no.
Éste es el
tiempo del despertar de las masas.
Muchos de nosotros ya hemos pasado a través de severas dificultades
y regresado de nuevo, y ahora estamos entrando a una mayor madurez como seres a
fin de que podamos conducir a otros. Esto no significa que podemos dejar
el trabajo interno – significa meramente que hemos encontrado un tipo de
paz y equilibrio interior que nos ayudará a pasar a través de los próximos
años, hasta el 2024 cuando la Era Dorada sea verdaderamente anclada y a
niveles múltiples.
Como con todo, habrá cambios masivos en la Tierra y cambios en la
sociedad para entonces. Depende de nosotros sostener firme la Luz, y dar
un paso adelante y salir verdaderamente en misión.
(Judith Kusel)
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