Hay dos
postulados que siempre me han parecido muy interesantes a la hora de intentar
entender las leyes que rigen el universo, la vida y el ser humano, desde el
punto de vista del buscador de información y conocimiento que trata de expandir
su conciencia, para abarcar más allá de lo que sus cinco sentidos físicos le
dictan. El primero de esos postulados, es aquel que dice que “solo sé que no
sé nada”, frase
atribuida a Sócrates, filosofo griego, maestro de Platón. Posiblemente la forma
en la que Sócrates usó esa frase, no es la misma en la que la uso yo, o si, no
lo sé, básicamente es el postulado que salta como un resorte cuando has creído
alcanzar alguna pequeña cumbre de conocimiento metafísico, solo para darte
cuenta que detrás aparecen enormes montañas que hay que volver a escalar, y que
antes no podías ver por no estar en la cima de la pequeña montaña anterior.
Así, realmente,
cuesta creer que uno sabe algo de nada, expandes tu conciencia, adquieres
conocimiento, tratas de que se convierta en sabiduría (y no se consigue
siempre) y luego te das cuenta de que ese conocimiento que tanto esfuerzo te ha
costado entender o adquirir, no es nada comparado con lo que viene a
continuación. Y, como ya podéis suponer, el bucle se repite ad
infinitum, pues cuando
vuelves a escalar otra montaña, y crees haber aprendido más cosas, vuelves a
ver otras cordilleras lejanas que vuelven a recordarte que sigues sin saber
nada. De ahí que, lo interesante, en este juego de la vida, no es el fin, sino
el camino, pues disfrutando de cada montaña de conocimiento o comprensión de la
realidad que subes, te evitas la desesperación de vivir solo pensando en que
otras montañas tendrás detrás, y cuando se acaban las montañas.
Y, por si os
sirve, os doy una pista: no se acaban
nunca.
La verdad absoluta
Por otro lado,
el segundo postulado que ha estado presente en mi búsqueda, es aquel que dice
que “la única verdad absoluta, es que no existe ninguna verdad absoluta”.
Esta frase encierra una
sabiduría profunda, la de que no se debe ser dogmático en ningún momento, y no
dar nada por sentado hasta que no lo tenemos claro (y yo no soy precisamente
buen ejemplo de ello, pues a veces me salto esta regla a la torera en mis
propias convicciones y sistema de creencias personal). A este respecto, solo
nos queda que investigar e investigar, y no pensar que hay una sola verdad,
porque todo es variable, y todo puede y cambia constantemente en un mundo donde
todo es energía. Posiblemente, se trate siempre de decir y expresar lo que uno
cree que es verdad en cada momento, y cómo uno cree que es esa verdad, pero sin
olvidarnos nunca de que no hay una sola verdad, pues cada uno tiene la suya, y,
a la verdad de la Fuente, que seria quizás la “verdad real”, no
podemos llegar aun, al menos mientras estemos dentro de las limitaciones
actuales que tenemos como raza..
Siempre, tras
cada concepto que creamos ver o entender como el “correcto”, hay un concepto
mayor que puede contradecirlo, volverlo una paradoja, o cambiarlo, pues si
cambia tu nivel de conciencia y tu punto de referencia, cambia tu visión de ese
concepto, y, de repente, puede que ya no sea tan correcto o verdadero, como nos
pareció en su momento. Siempre vamos viendo las verdades pequeñitas, que a
veces no son más que ilusiones para llegar a una verdad mayor, que luego vuelve
a cambiar para poder llegar a otra más grande aun, pero que, en algún tiempo,
volverán a ser ilusiones, y volverás a estar en la búsqueda de la verdad que se
encuentre por encima, porque lo anterior ya no nos satisface y quizás haya
cambiado.
Todo es relativo al observador
Y es que, en una
realidad que no es sólida sino cuántica, todo es siempre relativo al observador
de esa realidad, y, sobretodo, todo es una ilusión, porque nada nada de lo que
vivimos es real. Solo así podemos entender tantas formas de comprender un solo
concepto, ya que el concepto es pura energía consciente, y la comprensión
depende de la decodificación que haga cada uno de esa energía consciente.
Incluso las antiguas escuelas de misterios y enseñanzas esotéricas no son más
que decodificaciones de las leyes que rigen todo, desde el punto de vista de
los que las decodificaron en su momento, con la ventaja de que, si son líneas
de conocimiento anteriores a la creación del actual ser humano, tienen o
presentan menos distorsiones que las que generamos nosotros actualmente.
Por otro lado,
puesto que estamos programados para creer los dogmas, y no para pensar por
nosotros mismos, el poder actual que mueve los hilos en el mundo trabaja con un
modelo educativo basado en el dogma: esto es lo cierto porque así lo dice la
autoridad. Cuando al ser
humano nos dan posibilidades, entonces pensamos, si nos dan dogmas, acatamos, y
entonces no evolucionamos, porque no nos esforzamos por ver si lo que nos
cuentan es cierto o no, por nosotros mismos.
Desprogramarnos
de esta forma de pensar y adquirir conocimiento forma parte de nuestro trabajo,
descubrir que en realidad no sabemos nada, forma parte del proceso de caminar
con naturalidad por el sendero del conocimiento, y saber que no existe ninguna
verdad absoluta, sino que la verdad solo depende de la decodificación
particular de cada uno según su nivel de conciencia, nos mantiene alejados de
la tendencia de adoctrinar a los demás creyendo que nosotros tenemos esa verdad
absoluta y los demás no. Espero me perdonéis si falté a alguna de las reglas
anteriores en alguno de mis artículos (es lo malo que tiene ponerte de vez en
cuando a releer lo que has escrito años antes, cuando aun estaba subiendo otras
montañas menores que ya se quedaron atrás :—)).
Nuevos libros de texto
A este respecto,
tuve un sueño muy lúcido hace algunos días, donde me veía en una escuela, no se
en que plano o nivel dimensional, y los maestros de la escuela me decían: termina
de estudiar ahora lo que te queda en este curso, pero, que sepas, que a partir
del siguiente, cuando des el cambio evolutivo, tendrás que empezar de cero de
nuevo con todo el conocimiento que crees tener respecto a como funcionan las
cosas, pues nada se percibe igual y todo lo que sabes ahora solo es válido para
tu forma de percibir la realidad actual, luego, hay que usar “nuevos libros de
texto”. Y tal cual, me
veía a mi mismo cerrando los “libros de texto” de este nivel evolutivo, y
pensando para mi mismo, “entonces, ¿ya no me vale nada de lo aprendido hasta ahora?”, y venia la respuesta, “solo
fueron parte del camino que te ayudaron a escalar otra montaña”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario