lunes, 22 de junio de 2020

EL ATERRIZAJE (FORZOSO) EN LA REALIDAD MATERIAL/ESPIRITUAL. Por Laura Foletto


Frecuentemente, se cree que la espiritualidad se trata de sahumerios, lecturas, rezos, meditaciones y viajes astrales. Quizás, fue así en otras épocas, pero en la actual está anclada en la realidad. No hay un mundo material y otro espiritual, los dos son uno, por eso somos humanos divinos y estamos limpiando el terreno para concretarlo.



Últimamente, me consultan personas (algunas jóvenes) porque dicen que están teniendo “fenómenos extraños”, como ver números que se repiten, pensar en algo y sucede, conectar telepáticamente con alguien, sentirse como flotando, ver auras, etc. En esta sociedad, hemos separado lo espiritual de la vida; es un mundo regido por el ego en su peor expresión, así que cualquier manifestación del otro se percibe como algo raro que produce miedo.



¡No hay nada más normal que eso! Sobre todo en estos momentos en que estamos integrándolo aceleradamente. Son contraproducentes esos programas televisivos (o personas) que muestran esta realidad como acontecimientos prodigiosos cuando se deberían presentar como inherentes a nuestra condición y enseñar a aceptarlos y vivirlos de forma normal. Por otro lado, algunos los usan para lucrar indebidamente (no me estoy refiriendo a los que ayudan a evolucionar) o para sentirse especiales y no ocuparse de su crecimiento.



Hay un koan que dice: “Si encuentras al Buda en tu camino, mátalo”. Tiene distintos significados, pero en este contexto implica que nos podemos distraer de nuestra espiritualidad si nos perdemos en los fenómenos accesorios que surgen, como telepatía, conectar con otras dimensiones, ver seres de Luz, etc. Eso puede hacer sentir excepcional y no continuar con la labor personal que es imprescindible.



Justamente, este es un tiempo de vasto trabajo individual, conectado al linaje y a la humanidad. Como siempre, todo está relacionado, porque Todos Somos Uno. Estamos liberando memorias celulares (están en nuestro físico) de esta vida, de otras, de generaciones anteriores, de la humanidad, por eso es tan fuerte. Pueden aparecer como recuerdos, sueños extraños, emociones potentes (ira, tristeza), enfermedades (en este momento, digestivas), etc.



Como comento, pueden ser tanto personales como colectivas; por eso, no todo lo que estamos sintiendo es nuestro; a veces, estamos soltando memorias ancestrales de sucesos que no hemos vivido en esta encarnación, pero somos canales por donde eso pasa. Sentirnos enojados o cursar una enfermedad no nos hace menos espirituales, así como tener chispazos místicos no nos hace mejores. En la medida que normalicemos estos eventos, los aceptaremos y los gestionaremos con más sencillez y rapidez.



Estos son tiempos extraordinarios. Estamos en una frontera y pisando nuevos terrenos. A la vez que dejamos atrás lo conocido, nos aventuramos en lo desconocido. Estamos decidiendo qué soltaremos para siempre y en qué nos internaremos. Nos sentimos de muchas formas al mismo tiempo, pasando de un estado de ánimo al otro: miedo, éxtasis, furia, alegría, resentimiento, entusiasmo, etc. La incertidumbre es nuestra compañera; lo fue siempre, pero ahora estamos conscientes de ello, tanto como de una enorme cantidad de cosas, que dábamos por supuestas o que no conocíamos.



Aunque cuesta, pongamos el corazón en cuáles queremos materializar. En medio de ánimos cambiantes, focalicemos lo mejor de nosotros y tratemos de actuarlo. Pidamos ayuda a los Seres de Luz y confiemos en que somos divinamente guiados y protegidos. Te acompaño.


laurafoletto@abrazarlavida.com.ar y abrazarlavida@egrupos.net

No hay comentarios.:

Publicar un comentario