miércoles, 12 de febrero de 2020

La importancia de darle sentido a la vida


¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es nuestra razón de ser? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos?

Estas son las preguntas que se ha hecho el ser humano a través de siglos de evolución y autodescubrimiento, y que todos hemos intentado responder en algún punto.

El psicoanalista Erich Fromm dijo una vez que el sentido de la vida no es más que el acto de vivir en uno mismo. Cómo experimentamos cada hora, día y mes a través de los años, moldea de cierta forma el propósito que adoptamos para nuestra existencia y este, a su vez, es el responsable de nuestra plenitud o infelicidad.

Según Viktor Frankl en su libro El hombre en busca del sentido, la misión del ser humano es hallar un propósito, asumir una responsabilidad con nosotros mismos y hacia el resto que justifique nuestro paso por la tierra. Así, teniendo claro un «por qué», podremos hacer frente a todos los «cómo»; solo sintiéndonos libres y seguros del objetivo que nos motiva seremos capaces de generar cambios para crear una realidad mejor.

Una búsqueda personal

Ahora bien, el sentido no es el mismo para todos los seres humanos, pues cada uno ha de hallarlo en función de sus propias circunstancias y objetivos en la vida, incluso sus posibilidades.

El significado debe hallarse por medio de una búsqueda personal. No existen respuestas concretas para darle sentido a la vida, aunque sí elementos comunes entre las personas que ya lo han encontrado.

La búsqueda puede ser una fuente de motivación para seguir viviendo y asumir obligaciones. “La lucha por encontrar un significado en la propia vida constituye la primera fuerza de motivación del hombre”, dijo Frankl en 1988. Su legado para el mundo, la logoterapia, centra su atención en el significado de la existencia humana y en su búsqueda. Se procura llegar a una visión integral de la persona donde pueda ser vista como ser único e irrepetible; para esto, es indispensable tomar en cuenta su dimensión espiritual.

La logoterapia ha demostrado ser muy efectiva para tratar la depresión y ayudar a las personas a encontrar su propósito de vida, no obstante, no es la única alternativa posible.

Un diagrama de flujo para acercarnos al sentido de la vida

Alfried Längle describe Cuatro Motivaciones Existenciales Fundamentales (MF) del ser humano, cada una de las cuales plantea un trabajo terapéutico profundo. El logro de la primera, en rasgos generales, es necesaria para entrar en la temática de la segunda; y de la misma manera, el abordaje de cada motivación es más fácil si su motivación precedente ya está lograda.

Primera motivación fundamental
Dilema existencial: “Yo soy, pero ¿puedo ser?”

Es una motivación principalmente relacionada con el mundo fáctico. La pregunta existencial profunda que desde ella aflora es: “Si todo aquello en lo que confío desaparece, entonces ¿qué me sostiene?”. Aparece aquí una esencia trascendental, a la cual llamamos el Fondo del ser.

Segunda motivación fundamental
Dilema existencial: “Yo estoy vivo pero, ¿me gusta vivir?”

Se aborda lo concerniente a la vida afectiva y a nuestra capacidad para conmovernos. La pregunta existencial profunda que aflora es: “¿Cómo es para mí, muy personalmente, estar vivo?”.

Tercera motivación fundamental
Dilema existencial: “Yo existo, pero ¿me permito ser plenamente como soy?” o bien, “¿tengo permitido ser como soy?”

Vemos que se aborda lo concerniente a la autenticidad, autoestima, libertad, responsabilidad y dignidad. La pregunta existencial profunda que aflora es: “Si yo, por un momento, fuese totalmente libre, entonces ¿qué haría con mi libertad?”. Y si tal libertad existiera, “¿cómo sería?”.

Cuarta motivación fundamental
Dilema existencial: “Yo existo, pero, ¿para qué es bueno que yo exista?”

Es una motivación principalmente relacionada con el sentido. La pregunta existencial profunda que aflora es: “Durante las próximas semanas, ¿cuál es la pregunta más importante de mi vida?”.

Phrònesis

Atrévete a ser feliz.

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