por Morihei Ueshiba
“The art of peace”
Traducido by John Stevens
&
traducido por Pedro J. Riego.
El arte de la Paz comienza
contigo. Trabaja en ti mismo y en tu tarea destinada en el Arte de la
Paz. Todo el mundo tiene un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo
que puede ser entrenado de cierta manera, un camino adecuado para seguir.
Tú estás aquí sin ningún otro propósito que comprender tu divinidad interna y
manifestar iluminación innata; crear paz en tu propia vida y luego aplicar el
Arte a todo que te encuentres.
Uno no necesita edificaciones,
dinero, poder o status para practicar el Arte de la Paz. El Cielo está
aquí mismo donde te encuentras parado, y ese es el lugar para entrenar.
Todas las cosas, materiales y
espirituales, se originan de una fuente y están relacionadas como si fueran una
sola familia. El pasado, presente, y futuro están todos contenidos en la
fuerza vital. El universo emergió y se desarrolló de una sola fuente, y
nosotros hemos evolucionado a través del proceso óptimo de armonización y
unificación.
El Arte de la Paz es medicina
para un mundo enfermo. Hay maldad y desorden en el mundo
porque la gente ha olvidado que todas las cosas emergen de una sola
fuente. Regresa a esa fuente y deja atrás todos esos pensamientos
egocéntricos, deseos sin importancia, y cólera. Aquellos que están
poseídos por nada poseen todo.
Si no te has vinculado a ti
mismo al verdadero vacío, nunca entenderás el Arte de la Paz.
El Arte de la Paz funciona en
cualquier lado de la tierra, en reinos que recorren desde lo vasto del espacio
hasta las plantas y animales más pequeños. La fuerza vital es
totalmente penetrante y su fuerza es ilimitada. El Arte de la Paz nos
permite percibir y conectarnos dentro de esa tremenda reserva de energía
universal.
Ocho fuerzas sostienen a
la creación: Movimiento y quietud, Solidificación y fluidez, Extensión y
contracción, Unificación y Creación.
La vida es crecimiento.
Si nosotros dejamos de crecer, técnicamente y espiritualmente, nosotros somos
tan buenos como un muerto. El Arte de la paz es una celebración de
la unificación del cielo, la tierra, y la humanidad. Todo esto es
verdadero, bueno, y hermoso.
Ahora y de nuevo, es necesario
que teé apartes a los adentros de montañas profundas y valles
escondidos para restaurar tu vínculo con la fuente vital. Inhala y
déjate remontar hacia el fin del universo; exhala y conduce el cosmos de nuevo
adentro. Finalmente combina el aliento del cielo y el aliento de la tierra
con el tuyo, convirtiéndose en el aliento de la vida misma.
Todos los principios del cielo
y la tierra viven dentro de ti. La vida misma es la verdad, y esto nunca
cambiará. Todo en el cielo y la tierra respira. La respiración es
el hilo que se amarra a la creación con todo. Cuando el millar de
variaciones en la respiración universal pueden ser sentidas, las técnicas
individuales del Arte de la Paz han nacido.
Considerando la decadencia y
abundancia de la marea (marea alta y baja). Cuando las olas vienen a golpear la orilla,
ellas hace una cresta y caen, creando un sonido. Tu respiración debe
seguir el mismo patrón, absorbiendo el universo entero en tu ombligo con cada
inhalación. Sabiendo que tenemos acceso a cuatro tesoros: la energía del
sol y la luna, el aliento del cielo, el aliento de la tierra, y la abundancia y
decadencia de la marea.
Aquellos que practiquen el
Arte de la Paz deben proteger el dominio de la Madre Naturaleza, la divina
reflexión de la creación, y mantenerlo con amor y fresco. El guerrero de
la nave le da nacimiento a la belleza natural. Las sutiles técnicas de un
guerrero se alzan tan naturalmente como la aparición de la primavera,
verano, otoño, e invierno. El guerrero de la nave no es otro más que la
vitalidad que sostiene toda vida.
Cuando la vida es victoriosa,
hay nacimiento; cuando es frustrada, hay muerte. Un guerrero
siempre está en la lucha de una pugna de vida o muerte por la paz.
Contempla los trabajos de este
mundo, escucha las palabras de los sabios, y toma todo lo que es bueno para
ti. Con esto como tus fundamentos, abre tu propia puerta a la
verdad. No pases por alto la verdad que está enfrente de ti. Estudia como
el agua fluye en un arroyo en un valle, suave y libremente entre las
rocas. También aprende de los libros sagrados y de la gente
sabia. Todo – hasta las montañas, los ríos, las plantas, y los
arboles – deben ser tus maestros.
Crea cada día nuevamente
vistiéndote con el cielo y la tierra, bañándote con sabiduría y amor, y
situándote en el corazón de la Madre Naturaleza.
No falles al aprender de la
voz pura del arroyo que nunca para de fluir de la montaña que salpica con las
rocas.
La Paz se origina con la
fluidez de las cosas –su corazón es como el movimiento del viento y las
olas. La Vía es como las venas circulan sangre a través de nuestros
cuerpos, siguiendo la fluidez natural de la fuerza vital. Si estás
separado en lo más leve de esa esencia divina, estás muy lejos del
camino.
Tu corazón está lleno de
fértiles semillas, esperando a germinar. Tal como la flor de loto se levanta
del lodo a florecer espléndidamente, la interacción del aliento cósmico
causa que la flor del espíritu florezca y germine frutos a este mundo.
Estudia las enseñanzas del
árbol del pino, del bambú, y del ciruelo en flor. El pino está siempre
verde, con las raíces firmes, y venerable. El bambú es fuerte,
resistente, irrompible. El cerezo en flor es duro, fragante, y
elegante.
Siempre mantén tu mente tan
brillante y clara como el vasto cielo, el gran océano, y el pico más alto,
vacío de todo pensamiento. Siempre mantén tu cuerpo lleno de luz y
calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y de iluminación.
Tan pronto como te inquietes
con lo “bueno” y lo “malo” de tus compañeros, te creas una abertura en tu
corazón para que entre la malicia. Probar, competir, y criticar a
otros te debilita y te derrota.
http://pazenlasmentes.blogspot.com.ar/2011/12/mentes-en-paz-acciones-de-paz.html
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