Hay una expresión en particular que he escuchado por ahí, y es la que me hace escribir esta entrada, esa expresión es: la tierra sufre por nuestra culpa. Y hay más frases similares, todas parientes de la culpa, y tienen que ver con ese gran daño que aparentemente le hacemos al planeta. Mi punto es este: alguien que se cree esas palabras no puede dejar de ser culpable nunca, no tiene manera de hacerlo, ya que en su mente racional la paz no comienza en cada uno de nosotros, comienza en los demás y de allí salta a nuestro ser. Para esas mentes, no tenemos ninguna clase de poder, lo cual para mí, carece de fundamentos.
Para quien se haya creído esa frase la salida no será fácil. Somos más de 7 mil millones de habitantes.
Ahora bien, ¿Es necesaria más culpa aparte de la que ya trajimos al mundo?. Lo más probable es que la primera persona a la que se le ocurrió esto sintiera la necesidad de pagar con algo, por algo, por deudas que consideró suyas. Así que le comentó a gente que se lo creyó, y que lo propagó, también para enmendar otras culpas. Porque eso es lo que solemos hacer a través de la culpa. Pagar.
Si estudiamos bien el caso, pues debemos tanto que ni siquiera nuestros tataranietos van a poder pagar la deuda. Que si la capa de ozono, que la contaminación de los mares, que si la tala de árboles, que el calentamiento global, que los polos se alejaron o se acercaron, que ya casi no hay hielo en el Artico, que si el uso de desodorantes y sprays de no sé cuáles, que si toda la sangre derramada, que si el sufrimiento de las especies, y tantas cosas más. Y todo esto supuestamente es tu culpa. Por eso mi pregunta ¿Hasta cuándo será tu culpa?
Sí. Todo en este mundo indica que hay calentamiento global, pero la causa está en que nos creímos eso la primera vez que lo escuchamos y lo hicimos popular. Eso fue lo que calentó al planeta. El juicio. O sea un pensamiento que negaba y continúa negando la vida. Entonces en la actualidad, cada cosa que sucede es porque nosotros hemos sido tan malos que a propósito dañamos el planeta. ¿Cómo encontrar paz así?
Hace algunas semanas charlaba con mi mamá por teléfono y como Bogotá es una ciudad donde siempre hace frío, ella me decía: Hija, dicen que este calorcito repentino en Bogotá es por el fenómeno del niño, pero también me pregunto: ¿hasta cuándo todo va a tener que ser un fenómeno? ¿Por qué no simplemente disfrutamos de una breve etapa de calor? Yo la estoy disfrutando.
Y eso me gustó.
Comprendí que mientras una parte de las personas sufría por el fenómeno del niño en la ciudad y se preguntaba por qué somos tan malvados, y lanzaba al medio ambiente juicios y más juicios sobre sí mismo, y se preguntaba qué sucedería en las próximas horas por el calor bogotano, otra parte disfrutaba por fin de ropa más ligera, de helados en el parque, de niños corriendo aún por las noches, de fiestas con la puerta abierta. Es que definitivamente la vida en este mundo se hace con lo que tú interpretas, con lo que tú crees. Y ya.
Y deseo hacerme entender, deseo que tu nivel de comprensión de lo que escribo sea perfecto, por eso aclaro algo: no estoy negando la percepción de sufrimiento. Estoy afirmando que es mayor el daño que hacemos, propagando que somos culpables, que los propios conflictos que según algunas personas opinan, hemos creado. ¿Crees tú que al darle veracidad a la publicidad que nos anuncia como seres despiadados, vas a cambiar el mundo? ¿Ese dolor puede ayudar?. Claro que no. Es dolor. Y no puedes remediar el dolor con más de tu dolor. Ya la tierra tiene mucho de eso. Debes encontrar otra solución.
No es resistiéndote como lo lograrás. Entre más lo resistas, más lo verás crecer. Y sólo para tu mundo, porque no todos los mundos coinciden con el tuyo. Te recuerdo que somos más de 7 mil millones de mundos, todos en este. Y en cada uno la tierra se posiciona de diferente manera. Así que por favor comienza a tratarte más suavemente. Lo que está sucediendo no es tu culpa. Sólo sucede. Es la vida experimentándose de todas las maneras posibles. Es la vida y siempre ha sido así. La vida siempre ha sido vida. El mundo siempre ha sido mundo.
No es tu culpa, y tampoco es culpa de los otros. Descansa, nadie es culpable. No tenemos que esperar morirnos para saber que la culpa que predomina en la tierra es un programa más. Que se corrige respetándola, dándole su lugar y dejándola ir. En pocas palabras, perdonándonos. Sí, parece extraño, perdonándonos por lo que no hemos hecho, pero eso ya es un gran paso. Esa es nuestra parte.
El universo no comete errores. Y quien nos puso aquí, no es un peón en un juego de ajedrez sin control. Es la reina, así que sabe perfectamente el para qué de cada movimiento, y yo no solo lo respeto, lo acepto.
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Gracias por leerme.
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