Amados…
Las transformaciones nacen en nuestro interior y se originan
cuando aceptamos que esas transformaciones forman parte de nuestra evolución,
que somos más que un cuerpo físico, somos Luz que tiene que desplegar sus alas
hacia nuevos territorios espirituales y que deben reflejarse en nuestra
realidad cotidiana.
Cuando nos hacemos conscientes que para seguir avanzando
debemos realizar un “cambio”, que en realidad deberíamos llamarlo
transformación interior.
Cuando aceptamos que, algo en nosotros nos obstaculiza el
camino del progreso y que ese “algo” que nos impide avanzar, nosotros tenemos
la capacidad de retirarlo en paz.
Recordemos que la meditación, la lectura, las sanaciones en
cualquiera de sus técnicas y origen, pueden actuar como disparadores, para que
nosotros lleguemos a una transformación, siendo conscientes que no llega desde
afuera, se inicia y ejecuta desde nuestro interior, por ello observemos, la
siguiente realidad…
La humanidad cada día participa más en técnicas de
meditación, cambios en una alimentación más saludable, busca sanaciones con
cristales, aromas, colores, realiza cursos de autoconocimiento, pero aún no se
llega a una transformación global de consciencia desde el interior de cada ser
humano.
Pues, entonces… ¿Qué nos falta comprender?
La transformación será cuando se realice desde nuestro
interior con fuerza de voluntad y fe, que podemos ejecutarlo, por nosotros
mismos, aquí en este presente y debe ser visible en nuestro ser y hacer
cotidiano de manera permanente, estable y armoniosa, de lo contrario es un
“cambio temporal” y aún nuestro ego nos está boicoteando nuestra evolución
espiritual.
Hoy las energías Planetarias nos reclaman soltar lo que ya no
podemos continuar sosteniendo o no se puede cambiar, como por ejemplo, nuestro
pasado.
También nos indican no aferrarnos al “posible futuro” como
una tabla de salvación para sanar, progresar o evolucionar, esta actitud de
empujar las situaciones hacia un futuro anhelado, implica postergar una
transformación que puede realizarse en el aquí y ahora.
Debemos centrarnos en el presente, pues es lo único real y
auténtico, desde él realizamos las transformaciones, es por ello que cualquier
técnica, ritual o sanación puede o no funcionar, si lo enfocamos en el presente
que realmente vivimos cada día y siempre desde el Amor nacido del corazón.
Puede que tu presente no te agrade, que lo sientas hostil,
pero recuerda, que es tu creación y depende de ti el transformarlo desde tu
interior.
El tiempo es hoy, ayer es pasado, el futuro un interrogante.
Puede que te lleve más tiempo de lo deseado y los resultados lo sientas que se
demoran en manifestarse, pero ten paciencia y fe, pues si tu siembra es desde
el corazón los frutos siempre llegan desde el amor y la paz.
Todo dependerá de ti, tú eres el verdadero dueño y creador
de tu destino, por ello, así como hoy puede desagradarte lo que estás viviendo,
hoy también puedes comenzar un trabajo desde tu interior para transformarlo.
Enfoca tu energía en el amor, que nace en el corazón y
déjate guiar por la intuición, ella es la herramienta de nuestra Divinidad, la
mente quedará subordinada al corazón, al amor infinito.
El corazón le dará las prioridades a la mente, la guiará desde
la comprensión, la reflexión, la empatía, la compasión.
El ego no tendrá necesidad de crear muros ante la adversidad
o las críticas, pues no juzgará a nadie, simplemente todo lo sentirá desde el
amor infinito y la paz interior.
Comprenderemos que las “heridas” son experiencias, que
atravesamos para continuar evolucionando, que cada quien juega su propio juego,
nosotros no somos ni más ni menos que observadores que respetamos las
transformaciones de los otros, como las propias, que a veces podemos funcionar
como maestros y otras como alumnos, que podemos funcionar como espejos de luz o
de sombra, pues estas dos energías están presentes en nosotros, que predomine
una o la otra dependerá de nuestro enfoque interior que se reflejará en el
exterior.
Los cambios que nos transforman, no son casuales, son el
resultado de nuestro esfuerzo, voluntad y amor a la vida, de esta forma
evolucionamos hacia una integración
interior más elevada.
Ser conscientes de las causas y consecuencias de nuestros
pensamientos, emociones y actos cotidianos nos hace responsables de nuestro
presente.
Finalmente, no nos auto engañemos con los falsos profetas,
los textos “mágicos”, las profecías milagrosas, pues los únicos “cambios” que
nos transforman son aquellos que nos sacan a la luz nuestras propias sombras,
para que las transformemos conscientemente desde el corazón en Luz, en Amor, y
en Paz.
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