“La enfermedad
es un conflicto entre la personalidad y el alma”. Bach.
Muchas veces…
El resfrío
“chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de
garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde
cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes
invade cuando la soledad duele.
El cuerpo
engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de
cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón
afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia
aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se
quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta
cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube
cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis
paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre
calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores
callados? Cómo hablan en tu cuerpo?
La Enfermedad no es mala, ¡Te avisa que te estás
equivocando de camino! El camino a la felicidad muchas veces no es directo.
Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos
llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y
todo se logra si tienes:
Una llanta de repuesto llamada DECISION, Un
potente motor llamado AMOR, Un buen seguro llamado CREENCIA, Abundante
combustible llamado PACIENCIA, Y sobre todo un experto
conductor llamado DIOS…
DIALOGANDO CON SU NARIZ
-El aire es un
símbolo del padre y la nariz se suele relacionar con el sexo masculino. ¿Podría
tener alguna conexión el moqueo constante que padezco con mi padre?
-Yo sólo soy tu
nariz. No pretenderás que lo sepa todo, sin embargo haces bien en considerarme
como una maestra útil…
-Te pregunto
directamente: ¿Para qué tanta mucosidad? ¿Qué utilidad puede tener?
-La mucosidad es
una barrera defensiva que sirve para protegerte de posibles infecciones. Cuando
se convierte en un tapón deberías preguntarte: ¿Qué es lo que no dejas que
aflore a tu conciencia? Busca tus emociones bloqueadas y dales salida. En
cualquier caso, lo que no lloran tus ojos saldrá a través de mí en forma de
mocos
-¿Esta mucosidad
no se deberá a un proceso alérgico?
-La alergia nace
en relación a un trauma. Los mocos de hoy pueden darte pistas sobre lo que
quedó por sanar en el pasado.
-¿Qué hago?
-Baja hasta lo
más profundo del pozo, que eres tu mismo, en busca de respuestas útiles.
Después, ¡pasa a la acción!
NO ESTOY A GUSTO EN MI PIEL
-Lo demuestra mi
psoriasis, los granos que siempre me acompañan, las manchas, etc.
-Considera que
yo -tu piel- soy la mejor maestra a la que tienes acceso. ¿Te alejas de los
demás para no tocar ni dejar que te toquen? Busca las causas profundas de tal
actitud y enfréntate a ellas (muchas de se crean durante la infancia)
-Sólo eres piel,
no quieras atribuirte más importancia de la que tienes
-Soy la frontera
que comunica a tu cuerpo con el exterior. Es improbable que puedas ver con tus
propios ojos cómo está tu hígado pero a mí me verás siempre. Como es arriba es
abajo, como es afuera es adentro, tu historia se escribe sobre mi superficie,
por eso lo se todo sobre ti.
-¿Algún consejo
útil que puedes darme?
-Confía en ti
mismo y en la vida. Deja de defenderte de peligros imaginarios. Aléjate de las
personas tóxicas. Acaricia y déjate acariciar. Da sin esperar nada a cambio.
Acepta tu imagen…
EL ESTÓMAGO Y LOS MIEDOS EXISTENCIALES
Una mujer de
edad avanzada describe sus síntomas a un médico: “Mi estómago hace años que no
es capaz de digerir la comida. La vomito, sólo puedo tomar caldos y cada día
que pasa estoy más delgada…”
-Responde el
médico: “Debe saber que en el estómago se recogen muchas de las impresiones que
vienen del exterior, todo aquello que debemos tragar, digerir y asimilar en la
vida”
-¿Cuál es la
mejor forma de observar los problemas de estómago?
-Como un maestro
que nos enseña que todo requiere su tiempo y al que le gusta ser escuchado
atendiendo a sus sabias señales. Es como un segundo cerebro que funciona con la
intuición más que con la razón. ¿A qué edad empezaron estos problemas?
-Mis problemas
digestivos empezaron a los 76 años -la edad que tenía mi madre cuando murió,
una figura posesiva.-. También me obsesiona la locura, perder la cabeza, como
le pasó a ella.
-Este problema
puede ser como una queja respecto a lo recibido en la vida. ¿Por qué no acepta
que puede vivir más que ella y que no tiene por qué repetir su
destino? Dígame también cómo le gusta organizarse diariamente
-Me gusta que
todo esté perfectamente controlado… y tengo la sensación de que se me escapan
demasiadas cosas.
-Aquí aparece la
relación que tuvo con su madre. Devuélvale a ella lo que es suyo: la obsesión,
el miedo a perder el control, etc. Céntrese en lo que puede hacer y permita que
los otros se equivoquen tanto como lo deseen. La vida es una escuela para
todos.
PERDER PESO, ¿QUIÉN LO DECIDE?
Marisa se
encontró con su doctor, ese tan particular que había llegado al pueblo, en la
puerta de la pastelería, a punto de poner un pie en el escalón de entrada al
establecimiento.
-Doctor, si
quiero perder peso, si sé que no me conviene entrar, ¿por qué estoy cayendo en
la tentación? ¡Me atraen tanto esos merengues de fresa del escaparate!
-Es una cuestión
de toma de decisiones, Marisa. Para elegir si entras o no entras en este local
lleno de azúcar, sustituto para el inconsciente del amor que no te dan, se pone
en marcha un debate interno entre tu yo consciente, tu cuerpo sabio y tu cuerpo
programado.
-Me interesa…
¡cuántos personajes!… explíquemelo mejor- dijo la paciente mientras bajaba el
pie de ese escalón.
-El yo
consciente te diría que tomarte un par de pasteles te aleja de tu finalidad,
claro que. si no lo escuchas… Tu cuerpo sabio puede que tropiece al entrar o
que te haga sufrir una indigestión esta tarde, claro que, si no lees sus
mensajes…. Tu cuerpo programado se guiará por el hábito, entrará y se zampará
los merengues…
-Me ha
convencido, doctor. ¡Son dos contra uno!… Paso de largo y me programaré
mejor para cuidarme, dar y recibir amor, ¡hay algo más dulce!
DIALOGANDO CON SUS MIGRAÑAS
-“Estoy hasta la
coronilla” de este dolor intenso acompañado por nauseas y vómitos que me
impiden ver, oír y oler bien. ¡Lo que daría por unas pastillas milagrosas que
lo resolvieran!
-Migraña: Trato
de decirte, sin necesidad de palabras, que debes ser lo que en verdad quieres
ser. Deja de vivir inmerso en el “no puedo” y abandona la idea loca de que por
depender de los otros vas a ser más querido. ¿Qué utilidad puede tener vivir
invadido en tu propio territorio?
-¿No acabo de
comprender por qué te comparan con un orgasmo cerebral?
-Migraña: Los
deseos sexuales no pueden intelectualizarse, ya que de ese modo no se
satisfacen. Cualquier cosa que no esté bien “digerida” provocará dolor de
cabeza y después vómitos. ¡Ahí tienes una clave!
UN CORAZÓN QUE FLORECE
Debajo de
aquella camisa cerrada hasta el cuello, había un corazón marchito.
-Me siento vacío
y cansado, necesito la energía del amor para poder latir con energía.
Su desconsolado
llanto despertó al sabio interior que habita en cada uno de nuestros cuerpos:
-En lugar de
lamentarte por tus carencias comienza a dar. Un corazón sano es el que mantiene
un equilibrio perfecto entre el dar sin esperar nada a cambio y el recibir con
agradecimiento.
Al cabo del
tiempo, detrás de una camisa abierta se hallaba un corazón floreciendo…
¿ME QUEDO AFÓNICO PORQUE REPRIMO ALGO QUE
DEBERÍA DECIR?
Se había
quedado, otra vez, afónico y con la voz ronca. Se preguntó: “¿Será este frío
invierno el responsable? ¿O el dolor de garganta refleja heridas emocionales de
las que no se defenderme? “
Recordó que la
garganta y las cuerdas vocales eran vías de expresión, para recibir de la vida
lo que nos alimenta, enriquece, nutre, etc.
En realidad se
estaba tragando lo que pensaba, sin ser capaz de pronunciar ninguna palabra. Su
irritación se había quedado instalada allí.
Se dijo a sí
mismo: “Si soy capaz de expresar, de dar salida a esos sentimientos
bloqueados, la afonía desaparecerá como ha venido… “
EL DOLOR DE CABEZA COMO MENSAJERO
-¡Has vuelto a
hacerlo!- le dijo la mente consciente al cuerpo.-Otra vez has caído en repetir
ese patrón de comportamiento que te lleva al malestar… claro, como tienes
esa fe ciega en tu cerebro programado… y dicen los neurólogos de la plasticidad
del cerebro…
-¡Qué quieres!,
-respondió ofendido el cerebro programado- mis redes neuronales son como
autopistas seguras y pides que con nuevos hábitos y creencias se vayan
construyendo nuevos caminos por en medio de la nada, ¿qué seguridad me da eso?…
no es tan fácil…
El cuerpo, hizo
un dolor de cabeza, como cada vez que discutían su mente consciente y su
cerebro programado. Ese dolor actuó de mensajero, de manera que la
fortaleza de los nuevos hábitos y la convicción en las nuevas creencias
reprogramaron el cerebro, creándose esas “nuevas carreteras” que llevaban al
bienestar.
¿ERA EL MIEDO LO QUE SE ESCONDÍA DETRÁS DE
SU LUMBAGO?
Fueron sus
vértebras lumbares las que le dijeron que el miedo las agarrotaba más que todas
las hernias discales, los problemas articulares y los problemas de columna
juntos.
Tuvo que
responderse: ¿Miedo a qué?
Tal vez
un rechazo inconsciente a los cambios que la vida le planteaba. Al cambiar
de hábitos abandonaría la zona segura para entrar en lo desconocido. ¡Ahí
estaba la clave!
Las vértebras
añadieron: “Nos bloqueamos cuando percibimos señales de que no vas a poder
hacer frente a todas tus responsabilidades, y que lo que en verdad te gustaría
es salir corriendo”.
Quedaba claro
que el mejor remedio no serían las pastillas, sino la flexibilidad. Dejar de
querer controlarlo todo, confiar en lo nuevo y aceptar cualquier ayuda que
viniera del exterior. En ese instante la sangre -la vida- volvería a oxigenar
la zona del conflicto y el lumbago desaparecería sin dejar rastro.
UNA CHARLA CON LA ESPALDA-
Miro pero no te
veo, sólo te siento.
-Soy el lugar en
el que que depositas todo aquello a lo que no quieres enfrentarte: miedo,
tristeza, etc. Soy el almacén de muchos de los conflictos no resueltos de tu
presente y pasado.
-Dicen que eres
el sostén del cuerpo y supongo que el dolor es el mensajero que trata de
comunicar que algo falla. ¿Me falta apoyo porque cargo con algo que no me
pertenece? ¿Dónde he de buscar las pistas que me faltan?
-Localiza el
punto de la columna vertebral que te duele. La zona baja está conectada con la
parte sexual creativa, la media -dorsales- se relaciona con tu parte emocional
y la alta -cervicales- con la intelectual.
-¿Y después que
hago?
-Si no actúas
esta información será completamente inútil. ¿Tienes capacidad para decidir?
¿Eres consciente de la parte de ti mismo que estás negando? ¿Enfrentas los
obstáculos o escapas por la tangente? ¿Eres flexible?
-¡Estaba
buscando respuestas, no más preguntas!
Fuentes:
http://planocreativo.wordpress.com/
y http://sincrodestino2012.ning.com/
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