“Historias de Dioses,
Donubellinos y… algo más”
“El origen”
Autora:
Ana Isabel Insua - Ashamel Lemagsa
Amados…
A veces las historias esconden
antiguas historias, pues cada historia es la síntesis de estructuras
emocionales, mentales que afloran a la luz de la pasión, se transforman en
leyendas, por eso se dice que las leyendas siempre tienen una pizca de verdad escondida
en sí misma y las “fantasías” esconden verdades ocultas que serán reveladas a
través de la sabiduría del tiempo.
Esta historia abre la puerta para
la toma de consciencia individual, que tanto la luz como la sombra existen, son
una realidad, una verdad, una unidad cósmica.
Somos seres en evolución y más allá
de nuestra realidad planetaria, la Vida es evolución con luces y sombras que
buscan equilibrio, a veces lo encuentran, otras luchan como dos opuestos que se
buscan y se rechazan al mismo tiempo, generando caos y en el caos, cuando llega
a su máximo desarrollo, inevitablemente surge el equilibrio, cambian las
estructuras anteriores al caos, para dejar paso a la evolución.
Así como un parto es una situación
dolorosa, desde la luz de ese dolor nace a la realidad una nueva vida.
La vida
evoluciona desde su origen en tiempos de nacimientos, caos, dar paso al
renacimiento a la vida nueva.
Quizás el origen de hoy, presente
las semillas del caos futuro, pero seguramente son los escalones necesarios
para superar los obstáculos y así llegar a una evolución más brillante.
Finalmente, agradezco a mis dos
mentores, inspiración activa de esta novela, Mariano y Brian, los amo, están
por la eternidad en mi corazón!!! Gracias!!!!
También agradezco a mis guías del
Cielo, que siempre me asisten con la inspiración adecuada y amorosa.
Gracias!!!!!!
Los Amo!!!!
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
Siempre un nacimiento genera un cambio, adaptación, en
definitiva, un nuevo comienzo.
Intentar perpetuar con las
antiguas estructuras, la llegada de un nacimiento, es casi tan imposible, como
seguir siendo un adolescente eterno, cuando las canas se asoman y las arrugas enmarcan nuestro rostro, solo nos
queda bendecir el nuevo nacimiento y agradecer el cambio de poder seguir.
No todos los nacimientos son
iguales, pues no hay dos evoluciones idénticas, pero existen nacimientos que
llegan para cambiar definitivamente el rumbo de la vida.
Las luces en lenta retirada
dejaban paso a las sombras del anochecer, el bosque en solemne silencio, las
aguas del lago se movían lentamente en ondas infinitas, cielo, agua, aire y
bosque ingresaron en un estado de espera…
En vuelo majestuoso cruza el
cielo el Dragón Gliocasgíd, proveniente de la Dimensión Platino, llevaba un
mensaje viviente, que debía ser entregado a orillas del Lago de la Vida Eterna,
dominio de la Rosa Ferfarvet, ella poseía el néctar que otorgaba vida eterna a
la Dimensión Arcoiris.
Su intenso perfume y los colores
que irradiaba conducían a quien la visitara, a un estado de equilibrio, tanto
en el cuerpo como en la mente, en las emociones, y en el alma, todo se mantenía
en armonía y paz gracias a la energía de Ferfarvet
Su sabiduría
iluminaba, sanando cualquier desequilibrio.
A cada habitante o visitante de la Dimensión Arcoiris, ella le compartía un mensaje…
“Te deseo que descubras los
colores de la vida en cada rincón de tu alma.
Recuerda que los mejores
aprendizajes a veces, se presentan con tonalidades opacas, pero… ¡tú!
Con la capacidad de la Maestría
innata que posees y con mucha paciencia contigo mismo, puedes…
Pintar un Arcoiris en cada
nubarrón, en cada contrariedad, en cada rostro hostil.
Sonríe, canta, disfruta de los colores que te ofrece la vida
y transitarás tu sendero en armonía al ritmo del latido del Universo”.
El dragón Gliocasgíd se detuvo
sobre unas rocas, necesitaba descansar unos instantes, beber agua del lago,
antes de entregar un mensaje viviente.
Su descanso fue interrumpido al
escuchar que alguien se acercaba, eleva su cabeza y lo observa.
Con pasos lentos y cautelosos,
aparece desde el interior del bosque, Saoigich, el guardián principal y
guerrero superior del Dios Arcoiris, Duwefys.
Saoigich, miro con gran sorpresa
la visita del Dragón Gliocasgíd, mensajero de la Dimensión Platino, pues su
llegada debía ser por causas muy urgentes o importantes ya que el dialogo entre
el Dios Grisial de la Dimensión Platino y el Dios Duwefys de la Dimensión
Arcoiris se establecía solo en caso de
urgencia o cuando ambas partes corrían un peligro inminente y debían trabajar
coordinadamente, por la paz.
Pasaron muchos milenios, para
que ambos Dioses comprendieran que las guerras, no era el medio más eficaz para
entenderse, entre ellos.
Las diferencias, se habían
iniciado cuando el Dios Duwefys desconoció y enfrentó al Dios Grisial como
único Creador de la Dimensión Arcoiris.
Duwefys reconocía como origen de
su Dimensión a la
Fuente de Luz Suprema que
pasaba a través del Dios Grisial, creando la Dimensión Arcoiris, por ello no aceptaba subordinarse, a él como
Supremo Creador de la Dimensión Arcoiris, sino a la Fuente de Luz Suprema.
Finalmente, después de muchas
guerras y disputas se decidió acordar la paz, a pesar de las discrepancias
entre ambos.
Se estableció que la energía
Arcoiris que generaba el Dios
Grisial fuera transferida a la
Rosa Ferfarvet en el Lago de la
Vida Eterna, de esta forma el Dios Grisial le otorgo a la
Rosa el don de ser el puente entre la energía Arcoiris que él creaba, y la Dimensión del Dios Duwefys.
La Rosa Ferfarvet, sería su
mejor representante en la Dimensión Arcoiris, por lo cual debía ser venerada
como una Diosa.
Los habitantes de la Dimensión
Arcoiris y el Dios Duwefys, respetaban y veneraban a la Rosa Ferfarvet, por
considerarla a ella, la responsable de sostener la dimensión, logrando el equilibrio, el amor, la sabiduría
y la paz en todo lo creado en ella y por ella.
Por su parte el Dios Duwefys
acordó el retiro de sus ejércitos y el fin del hostigamiento constante a los
habitantes de la Dimensión Platino, a cambio de una colaboración permanente, de
su parte, para mantener la paz entre ambas Dimensiones, del mismo modo que en
caso de cualquier peligro de un invasor
externo a ellas, que intentara perjudicarlas de alguna manera, colaboraría con
sus ejércitos, para que el orden, el
respeto y la paz continuaran por siempre.
Ambos Dioses, lograron la paz,
cediendo algo de sus egos en favor de los habitantes, los reinos y las
Dimensiones respectivas, comprendieron que el poder y el respeto no se podían
implantar a través de la violencia y las continuas guerras, que provocaban
muerte, dolor y sufrimientos a todos, así fue que acordaron un tratado de paz
duradero y que beneficiara a todos, para establecer definitivamente una
convivencia pacífica después de tantos desacuerdos y dolor.
Fue por todas estas razones que
cuando el Guardián
Saoigich descubrió a orillas
del lago, la presencia del Dragón Gliocasgíd, representante y mensajero de la
Dimensión Platino, sintió mucha inquietud.
El encuentro del Dragón y el Guardia fue tenso y ambos se
observaron detenidamente, en silencio.
Gliocasgíd, miró al Guardián de
manera penetrante y cristalina propia de los Dragones Platinos, que imponían su
autoridad y respeto tan solo mirando al otro directamente a los ojos y le
comunicó…
“Saoigich, te entrego un cristal,
muy distintos a todos los vistos anteriormente desde la Creación de esta
Dimensión Arcoiris, tiene vida Suprema, debe aceptarlo el Dios Duwefys.
Dentro del cristal vive un
mensajero de Paz, Justicia y defensor de la Vida.”
Finalizado el mensaje, del
Dragón, un rayo de Luz Platino, partió en dos el cristal, dejando a la vista de
ambos, una bella criatura, un bebe que latía al ritmo de foskia, era luz
platina, pero también sombra, tan oscura como un azabache.
Saoigich, quedo sorprendido al
ver un niño tan bello y tan distinto al resto de los bebes conocidos en la
dimensión, lo tomó en sus brazos y cuando iba a agradecerle al Dragón, tan
bella entrega, Gliocasgíd ya había partido entre las sombras de la oscura
noche, solo se escuchaba la brisa que había levantado el vuelo de sus alas.
El Guardián, abrazó al niño con ternura y amor como
la haría un verdadero padre. Rápidamente lo envolvió entre sus ropas y lo llevo
ante el Dios Duwefys, quien con
sorpresa, escucha el relato de
todo lo sucedido, en el lago, quedando ambos observando al bebe… descubren que
más allá de la belleza del niño, poseía sombra, oscuridad, una energía
azabache, que no era compatible con la energía de la Dimensión Arcoiris.
Después de muchas deliberaciones
y dudas si debía permanecer con ellos, pues iba en contra de las leyes que ya
estaban establecidas desde el mismo origen de la Dimensión Arcoiris, en las
cuales, se prohibía la existencia de energías que fueran contrarias al
Arcoiris, pues podían desequilibrar todo lo creado hasta ese momento, llegando
a desintegrar la totalidad de la Dimensión.
Duwefys, finalmente, en acuerdo
con Saoigich decidieron que podía
permanecer en las afueras del palacio, al cuidado del Guardián, hasta tanto se
conociera el origen del niño y si el comportamiento que desarrollaba a medida que creciera en su evolución, era
adecuado y se adaptaba a la dimensión, a sus habitantes y a la de todos los
Reinos Arcoiris.
Fue así que el Guardián
principal pasó a ser padre de un Ser que en realidad no sabía quién era y cómo
evolucionaría.
A medida que pasaban los años
el niño crecía robusto, alegre y muy fuerte, fue entrenando como un guerrero
guardián y pronto se destacó del grupo de niños que entrenaban con él, por su
fuerza fuera de lo común, sus habilidades para manejar las armas, su concentración
mental y por su… capacidad infinita de hacer bromas a sus amigos, entrenadores
y hasta a su propio padre de corazón, que le tenía tanto amor como paciencia.
Así como era un niño alegre,
fuerte y valeroso, había algo muy extraño en él, pues lograba reflexionar como
si fuera un sabio milenario, sus respuestas eran firmes, seguras, sin perder su
capacidad de amar al prójimo, hasta en los enfrentamientos más duros cuando
entrenaba, era un guerrero que amaba la vida por sobre todas las cosas.
Saoigich lo llamó Beltor “El
guerrero Foskia”, pues observó en él esa capacidad innata de tener una
respuesta adecuada ante una discusión y una actitud conciliadora que le gano el
respeto de todo el grupo de amigos, hasta cuando sus palabras no eran comprendidas
por parte de sus interlocutores, el silencio era su mejor respuesta, pues decía
que tanto el entendimiento como la comprensión no podían imponerse al otro,
pues había que esperar que llegara el tiempo adecuado en la maduración de cada
ser, sin forzar los procesos.
La conciliación, el respeto a
todos y el amor a la vida era su gran Luz.
Además, Beltor, tenía un lado
inquietante para todos los que lo amaban, cuando sentía que la injusticia
prevalecía por sobre la comprensión y que el respeto hacia él o hacia los otros
desaparecía, se enfurecía y el enojo le acrecentaba la fuerza de sus poderes y
lo transformaba en un Ser invencible, ese era su lado oscuro, nadie podía
detenerlo o controlarlo, solo el aroma de Ferfarvet lo conducía a la calma y a
su habitual estado de alegría.
Beltor trataba de preguntar o
de recordar quién era realmente y por qué reaccionaba de esa forma cuando se
enojaba, las historias que le contaban generalmente eran incompletas, teñidas
de fantasías o relatos poco creíbles.
A veces sentía miedo de sí
mismo, de su lado oscuro, que aún no lograba controlar y mucho menos comprender
de dónde se originaba en él mismo.
El gran misterio para él y
todos, era conocer cuál era su origen y quiénes habían sido sus padres.
Mientras las respuestas a tantos
interrogantes llegaran, todos decidieron y en especial Beltor, transitar el
mejor camino ante tantas incertidumbres interiores, continuar con la alegría,
las bromas, las ocurrencias y las risas, fuentes de las mejores guías para suavizar
las trifulcas cotidianas en los entrenamientos o las aventuras con sus amigos.
Para Beltor la amistad era lo
más importante en su vida, a pesar de las diferencias que podían existir a su
alrededor y siendo consciente que sus poderes en estado de enojo podían causar
más daño que soluciones, siempre buscaba suavizar las diferencias desde la
compasión, la paz y el respeto y la alegría.
Beltor había aparecido casi mágicamente, para cambiar el rumbo de la historia de la Dimensión Arcoiris, todos lo amaban, pocos lo comprendían, nadie llegaba a conocerlo cómo era realmente, a veces ni él mismo se conocía cuando reaccionaba enojado o cuando respondía desde la sabiduría de su corazón.
Solo se conocía su llegada
inesperada y entre todos aquellos que lo amaban desde el corazón, querían que
perdurara eternamente con ellos, pues comprendieron que además de la energía
Arcoiris, sino no existía la alegría, la esperanza y la conciliación, no se
podía construir entre todos un futuro mejor.
Duwefys, el Dios Arcoiris.
Cuando se abren juicios de
valores, cuando se toman decisiones, muchas veces se lo hace desde las viejas
estructuras de pensamientos, influidas por el miedo, este último, genera más
confusión, por lo cual las decisiones finales que se toman, son en general,
erróneas y se vuelven en contra del emisor a la luz de la verdad.
Sólo una mente amplia y
flexible logra resolver cuestiones de difícil abordaje, que no implican
necesariamente aciertos, pero si los hay se transforman en mayor sabiduría y si
se comenten errores, se transforman en nuevos aprendizajes.
Obstinado, rebelde, de ideas
inquebrantables, aunque los hechos le demuestren lo contario, eran algunas de
las características de la personalidad del Dios Duwefys.
Escondía en su rostro serio y
formal, amor a la vida y también miedo de quedar en evidencia ante el Dios Platino
que su control por la paz en su
dimensión corría el riesgo de fracturarse, por sus decisiones, perjudicando a
la Dimensión Platino.
No se permitía a sí mismo
cometer errores y mucho menos ir en contra de las Leyes Dimensionales, que para
él eran inquebrantables, aunque por momentos se sintieran asfixiantes y
obsoletas.
Su Guardia Principal y
Guerrero, Saoigich, era de los pocos que
lo trataban de comprender, además de escuchar sus interminables instrucciones, de cada día.
Orden, obediencia, control,
justicia, bienestar y equilibrio absoluto en las energías Arcoiris, eran sus
objetivos y los hizo extensivo a todos sus ejércitos, colaboradores, guías y
subordinados.
Todo funcionaba a un ritmo perfecto y la Rosa Ferfarvet era la
encargada de suavizar sus ataques de ansiedad de perfección y autoridad.
Ferfarvet le transfería la paz,
el amor a la Vida y la flexibilidad a su mente,
que por momentos, se perdía, en pos de seguir las Leyes, el orden y el
control…
“Una mente poco flexible, no logra sentir
otros aspectos desconocidos de una misma situación, por ello se cometen
errores, quizás involuntarios, pero que podrían haberse evitado si se hubieran
ampliado la búsqueda de soluciones fuera de las ya conocidas.”
“El control y el dominio de una
situación desequilibrada, tienen que ejercerse desde el amor y la humildad,
pues de lo contrario el efecto final será irremediablemente, un caos mayor.
“Solo un corazón puro logra
reinar en los corazones de los otros eternamente”.
“El poder perdura cuando se
ejerce desde la humildad, el amor, la paz, el respeto y el valor.”
Sus consejos le llegaban al
instante a su corazón, pero había algo en él, en su mente, que sin rechazarlos,
no lograba ejercerlos plenamente, por ello era un tanto áspero y cerrado en su
comunicación con los demás, temía que el Dios Grisial, se diera cuenta de sus
miedos ocultos, así como todos aquellos que dependían de sus decisiones.
Nada es eterno, la “estabilidad
y el orden” siguen las Leyes Universales de la evolución tanto en las
Dimensiones, como en los Reinos y en cada ser o Divinidad, los cambios no se
pueden evitar, forman parte de la vida misma y la vida es el resultado de la evolución,
pero el Dios Duwefys, aún no había
comprendido la profundidad y el valor de
saber fluir y adaptarse a los cambios.
Se acercaban tiempos de cambios, transformaciones, en
definitiva…Evolución, que llegarían de la mano de Beltor.
A medida que Beltor crecía
y maduraba, al Dios Arcoiris le surgían
más interrogantes, que respuestas, quién era y por qué había sido enviado a su
Dimensión, cuando él tenía todo bajo su firme control.
Lo que no sabía o no quería
comprender era que nada está bajo control eternamente, pues la evolución es una
Ley que inevitablemente se cumple, rompe los controles y fluye en total
libertar y Beltor había llegado para instalar los cambios evolutivos en la
Dimensión Arcoiris.
El principio de un cambio, se
inicia cuando menos lo esperamos, en la Dimensión Arcoiris será a partir de un
Torneo de fuerza y valor entre los mejores guerreros y fieles custodios del
Dios Duwefys.
El primer día de la Luna roja
en el mes Coch, se realizaban los torneos de competencias entre los guerreros
más fuertes, valerosos y fieles a las leyes de la Dimensión Arcoiris en
cumplimiento y veneración al Dios Duwefys y a la Rosa Ferfarvet, el ganador
final debía competir con el ganador de la Dimensión Platino.
Fue así, que todos
participaban, pero pocos llegaban hasta el final del torneo.
Los golpes vibran en todas
direcciones, entre aplausos, gritos, lágrimas y alabanzas a cada participante
los días se sucedían, hasta que las luces se apagan en la noche profunda.
Finalmente, el último día de la
luna roja, se definía el ganador del torneo, esta vez sería entre Beltor el
valiente y alegre guerrero que era tan amado por todos, como temidos por
algunos que conocían su oscuridad a
pesar que él trataba de ocultarla desde
la alegría y el respeto. Su contrincante sería Enadiel un valiente, guerrero,
de gran poder, absoluta fidelidad a la Leyes de la Dimensión y al Dios Duwefys.
Beltor y Enadiel, se conocían en
los entrenamientos, ambos aceptaron las reglas del torneo, que indicaban que el
ganador no debía dar muerte al contrincante.
Llegó el último día del torneo,
el clima era apacible, luminoso, los habitantes de la dimensión y reinos se
acercaron en torno al campo de lucha.
Todos estaban presentes desde el
Dios Duwefys, hasta el último de sus asistentes, también habían llegado de
tierras muy lejanas Deidades con sus comitivas, para ver quién era el ganador
final.
Beltor estaba entusiasmado, un
poco nervioso, con mucha energía en su interior que lo empujaba a combatir y a
ganar.
Enadiel, durante un largo tiempo
observaba las formas de combate de Beltor y los cambios de energías que hacía
cuando se enojaba, lo admiraba, pero de alguna manera lo sentía como un peligro
para la estabilidad de la Dimensión.
Ambos llegaron al centro del
campo de combate, se observaron y comenzó la pelea con fuertes golpes de puño,
patadas que volaban en el aire, ninguno de los dos cedía un milímetro de su
espacio, ambos golpeaban con todas sus energías, las mezclaban creando rayos
que les producían cortes en el cuerpo.
Los golpes cada vez más intensos
los arrojaban fuera de los límites de campo de lucha, ninguno bajas sus brazos.
Enadiel al verse casi
derrotado, unió sus manos y le envió
desde su pecho un rayo rojo fuego que fue directo al pecho de Beltor,
atravesándolo, cayendo desvanecido…
Todos los asistentes, el público
y hasta el mismo Dios Duwefys, exclamaron con gritos y llanto, fue una gran
sorpresa para todos los asistentes allí presentes, ante estos acontecimientos,
el Dios Duwefys, solicita al jurado que se detenga la pelea, por el riesgo de
muerte de uno de los guerreros.
Increíblemente, Beltor, tirado en el suelo, logró girar su cabeza y
ver el dolor, las lágrimas y la desesperación del público, por su trágico final
de agonía, sintió por primera vez, el dolor de los corazones de todos los ahí reunidos, que era mayor, que
su propio dolor y posible muerte, ante esta situación tan dramática comprendió
que lloraban por él, por el amor que le tenían a él, entonces… trató de
incorporarse y continuar con la pelea para darle un poco de tranquilidad y
esperanza a todos, que él seguía en pie.
Elevo la mirada al cielo
iluminado por el Arcoiris, levantó sus brazos, pronunció una oración de lealtad
al Dios Duwefys y comenzó a elevarse
girando sobre sí mismo, creando un escudo de luz multicolor alrededor de su
cuerpo, pero del centro de su pecho, salió una garra oscura como el azabache,
que fue directo a la garganta de Enadiel, dejándolo asfixiado al instante y
cayendo muerto.
Cuando Beltor toma conciencia de
lo que había hecho, no podía creerlo, desconocía que de su interior podía salir
una garra azabache, fue entonces que se acercó a Enadiel y por primera vez,
convocó a la sabiduría de la Rosa Ferfarvet para que lo guiara en revivir a su
compañero de competencia.
Sus manos se transformaron en
dos estrellas de energía platino, que al acércalas a la garganta de Enadiel,
borraron las heridas de inmediato, comenzando a respirar lentamente,
recuperando la vida.
Entonces…
¿Quién ganó y quién perdió…?
Enadiel, recuperado comprendió
que por su miedo a que Beltor fuera un peligro para la Dimensión, había tratado
de matarlo, pero a su vez, contrariamente a lo que deseaba había quebrado las
Leyes de torneo y la fidelidad jurada
como guerrero guardián de Dios Duwefys.
Beltor, por su parte comenzó a
comprender y a conocer el poder que realmente tenía en su interior, desconocido
hasta ese momento para él, tanto para matar, como para convocar la energía de
la Vida y revivir a un muerto, que esto último ni el Dios Arcoiris podía
hacerlo.
Los jueces dieron por ganada la
pelea a Beltor, pues entendieron que se defendió ante el ataque de Enadiel,
aunque le causó la muerte, reconoció su grave acto contra la vida y logró
revivirlo, reparando el daño causado.
Enadiel y Beltor, desde ese día,
fueron amigos casi hermanos, inseparables, llamándolo a Beltor el “Guerrero
Capitán Foskia”.
Beltor, no le agradaban tantos
los títulos, simplemente quería ser un Guerrero
y tener muchos amigos.
El único confundido y alterado
fue el Dios Duwefys, que había decidido tomar una decisión drástica hacia
Beltor.
Después de muchas
consideraciones decidió, a pesar de los pedidos de Saoigich, para que no
ordenara enviar a Beltor a las Tierras finales, donde la energía de la
Dimensión Arcoiris se perdía en la Dimensión sin Luz, allí la oscuridad era
absoluta, una vez que ingresaba alguien a esos territorios, solo el Dios
Duwefys, podía otorgarle la libertad, nuevamente.
El día que se llevaron a Beltor a
las Tierras finales, fue uno de los días más tristes para todos los habitantes,
los reinos y para Beltor, debía separarse de su padre de corazón, de su casi
hermano y amigo Enadiel y de todos sus compañeros, pero como le debía respeto
al Dios Duwefys, en silencio y dolor se dirigió a las tierras sin luz.
Una vez allí, se perdía la noción del tiempo, así como de la
orientación hacia dónde se caminaba.
Caía rendido de agotamiento y
dolor, dormía, para despertase y comenzar nuevamente a caminar.
La comida le llegaba, pero no
sabía quién la entregaba o cómo llevaba.
Sentía como si se hubiera
detenido el tiempo, lo mismo que su vida, su alegría y la posibilidad de saber
quién era realmente.
Mientras…
En la Dimensión Arcoiris, nadie
podía contradecir al Dios Duwefys, porque enloquecía de nervios, la Rosa
Ferfarvet le enviaba mensajes, para que recapacitara, pero no lograban llegar
al corazón del Dios Arcoiris.
Las risas se fueron apagando, la
alegría se fue perdiendo, ya pocos recordaban como eran los tiempos del
Valiente Beltor, solo se trabajaba en el orden, la perfección de la estabilidad
energía Arcoiris, pero no era suficiente…
Lentamente la Rosa Ferfarvet se
fue apagando, ya no compartía mensajes a los visitantes, ni al Dios Duwefys,
los colores de su energía se mezclaban, esfumándose lentamente, ante tanto caos
el Dios Grisial envió a su Dragón Mensajero para acordar una pronta reunión con
el Dios Duwefys.
La reunión se concertó en el
límite exterior de las dos
Dimensiones donde se ubicaba el
Palacio interdimensional, Eadarnach, ambos Dioses iban acompañados de sus
consejeros, guías, sabios y guardias principales.
Todos en silencio se fueron
sentando en los atrios correspondientes para cada grupo y en el centro del gran
salón una mesa de cristal azul, con los tronos en cada extremo, para que se
sentaran el Dioses Grisial y el Dios Duwefys.
El primero en hablar fue el Dios
Grisial, comunicándole a al Dios Duwefys, su desacuerdo absoluto en conducir a
Beltor a las Tierras finales, esa decisión había lastimado a todos los
habitantes y en especial a la Rosa Ferfarvet que absorbía el dolor del entorno,
de los visitantes al lago, de Beltor y también del Dios Arcoiris, aunque no lo
admitiera.
La energía que enviaba el Dios
Grisial a la Rosa, no llegaba a compensar la pérdida que ella debía realizar
para que continuara estable la Dimensión y lo que era peor aún en pocos días,
sus pétalos comenzaría a marchitarse y con el último de ellos sería la muerte
definitiva de Ferfarvet y la disolución de la Dimensión Arcoiris.
Ante esta situación, tan
desesperante, la única solución era que regresara Beltor.
El Dios Duwefys, escucho en
silencio, su rostro se endureció y exclamó con ira, que su decisión estaba
basada en el peligro que representaba Beltor, con su energía oscura azabache,
que era incompatible con la de la dimensión, además si aceptaba que regresara iría en contra de la
Leyes dimensionales, que así lo establecían, sin encontrar otra solución
viable, había decidido encerrarlo en la Tierras finales y de esta forma
continuar con vida en la Dimensión Arcoiris, recuperando su seguridad
energética.
El Dios Grisial, escuchaba atentamente todos los argumentos
del Dios Duwefys, evaluando todas las posibilidades con sus asistentes, guías y
sabios, hasta decidiendo el siguiente dictamen…
“Se dejará a Beltor en las
Tierras Finales durante dos lunas azules, y con la primera luna violeta, deberá
regresar a la Dimensión Arcoiris, debiendo presentarse ante el Dios Grisial,
para evaluarlo y dictaminar su destino final en la séptima Luna violeta.”
Ambos Dioses sellaron el acuerdo, finalizando la reunión.
Los días pasaban, junto con los
cambios de las lunas y la tristeza se acumulaba comenzando afectar los colores
que se tornaban opacos, sin energía.
Beltor en ese tiempo de encierro
y cuando lograba estar lúcido, decidió buscar en su interior de quién era esa
garra azabache que le había salido del
pecho durante el combate.
Lograba concentrarse en
meditación y viajar a su interior, buscando a esa bestia, pero más la buscaba,
menos la sentía, era como si ella lo supiera y se escondiera, esa actitud lo
enojaba y con cada arranque de enojo, lograba verla un poco más, hasta que
logró verla por completo era un inmenso Dragón negro, que emergió de su
interior, presentándose ante él como… el Dragón Dubach.
Dubach, se iluminó con una
brillante oscuridad más intensa que la existente en el lugar, resoplo un
aliento de fuego, ardiendo el rostro de Beltor, que lo hizo retroceder unos pasos para protegerse del Dragón, pero este
lo tomo con
una garra y lo subió a su lomo,
remontando en rápido vuelo, hacia lo que parecía un palacio de cuarzo negro.
Una vez allí, emitió unos
gruñidos guturales… comenzando a hablarle telepáticamente a Beltor.
“Te asustas y me tienes miedo,
pero debo aclararte que yo soy tu, soy una parte de tu ser, por tu origen
mismo.
Si me rechazas, te estás
rechazando a ti y si me temes, es porque no te conoces y mucho menos aún
aceptas esta parte oscura que es tuya y llega desde tu concepción.
Eres hijo directo de Dios
Azabache, el creador de la Dimensión más oscura, tenebrosa y maliciosa que
jamás nadie haya conocido.”
Beltor, al escuchar esta
información, quedo tan aturdido y desorientado, pues no podía creerlo y menos
aún aceptarlo, ya que en él había alegría, paz, esperanza, respeto y amor
absoluto por cualquier forma de vida. Continúo el dragón diciéndole…
“Si, ya sé que en tu interior,
no logras aceptarlo, pues sientes amor y respeto, pero si te enojas,
automáticamente te conectas con tu propia oscuridad, que soy tu mismo.”
Beltor, se quedó muy
consternado, porque comprendió que ya no podría regresar a la Dimensión
Arcoiris, con sus compañeros, amigos y su padre del corazón, Saoigich,
entonces, si era un peligro, ¿adónde iría?...
El dragón leyendo los
pensamientos de Beltor, le respondió…
“Todo depende de ti, del
desarrollo de tu capacidad del control, para no llegar a destruir lo que amas
tanto, que es la vida misma tanto tuya como las de los demás.
Si aceptas, este tiempo de
retiro en las Tierras finales, para auto controlarte, tendrás que entrenarte al
ciento por ciento, olvidarte de lo que deseas ser, para aceptar lo que
realmente eres… valioso además de valiente.”
Beltor aceptó, los
entrenamientos fueron feroces, agotadores y por momentos llegó a pensar que el
dragón buscaba cortarlo en cientos de pedazos, para comerlo.
Cada golpe que recibía, era una
cicatriz, nueva que le quedaría para siempre en su piel, le quebró las piernas,
lo arrastro por un desierto y por último lo arrojó hacia el cráter de un volcán
de lava espesa y negra, que le quemaba la piel de todo el cuerpo, para
finalmente quedar inconsciente en el borde de un precipicio del volcán.
Pasaron las dos lunas azules y
llegó la luna violeta, el Dios Duwefys rodeado de una comitiva fue a retirar a
Beltor de las Tierras finales, pero cuando llegaron encontraron un joven con el
cuerpo marcado, una espada a su lado, tirado al
costado del cráter humeante, parecía Beltor, pero de mayor edad y en
estado de inconsciencia.
Lograron recuperarlo y lo único
que confirmó que era Beltor era su enorme sonrisa, pues en su cuerpo aparecían
dibujados un dragón y marcas de fuego.
Capítulo 3
Grisial, el Dios Platino.
En cada ser luz y sombra juegan
una danza de polos opuestos, que se atraen y rechazan, de ese eterno tire y
afloje se construye la futura evolución individual y colectiva.
Son inseparables, pues ambas son necesarias para darnos la
oportunidad de elegir y evolucionar.
Las leyes Universales nos otorgan la
libertad de elección y también el resultado final de dicha elección en la
evolución.
De mirada profunda, serena y firme, el Dios Grisial, siempre trataba de llegar a la profundidad de los problemas y encontrar la solución más equitativa, sabia y justa.
Era flexible si debía cambiar de rumbo, cuando le
demostraban tanto en los hechos como en los argumentos de sus consejeros y
guías que sus determinaciones podían perjudicar de alguna manera o crear otros
problemas que no había evaluado anteriormente, rectificaba sus decisiones, sin
oponerse.
Su fuerza y poder eran admirados
por todos y más aún su amor y respeto a todas las formas de vida de su
dimensión y también de otras conectada a ella, especialmente la Arcoiris, que
era una parte de él mismo.
Con la primera Luna violeta,
Beltor, había regresado a su hogar, con su padre de corazón, Saoigich y su
hermano Enadiel.
Repuesto y disfrutando la
libertad, que había recuperado, estaba decidido esforzarse para controlar su
energía oscura.
Con la llegada del Dragón
Gliocasgíd, debía continuar con lo pactado por los Dioses Grisial y Duwefys, así
fue que Beltor con más interrogantes que certezas, fue llevado por el dragón
Gliocasgíd ante el Dios Grisial, no le
queda más remedio que subir al lomo del dragón y volar hacia la dimensión
Platino.
El Palasgrisial era la
residencia del Dios Grisial, estaba construido de cristal plateado, pero según el color del cielo variaba sus
tonalidades, se imponía en el paisaje por sus dimensiones que se perdían en el
horizonte y parecía que llegaba a los límites del cielo mismo, se ubicaba en la
cima del monte Platinwm.
Con la llegada de Beltor al
Palacio, se movilizaron, sabios, guías y el personal de asistencia del Dios
Grisial, todos trataban de hacerle pasar unos días de descanso, hasta que
llegara el encuentro con el Dios Grisial.
Los parques iluminados, las
flores de cristal, la brisa que mecía los cedros plateados, las aves que
danzaban en lo más alto del bosque, el lago de aguas transparentes, dejan ver
las rocas y las flores blancas que parecían nieve y crecían en el fondo del
mismo.
Llegó el día del encuentro entre
Beltor y el Dios Grisial, fue de mañana cuando el sol platino recién se asomaba
por el horizonte.
En el salón principal del
palacio, sentado en su trono de plata y cristal, imponente, majestuoso y
sereno, el Dios Grisial comenzó a comunicarle el camino que debía recorrer
Beltor, para su libertad definitiva.
“Beltor hemos evaluado, las
posibilidades de tu futuro dimensional, sin perjudicarte a ti, ni que
perjudiques a otros, para ello debes
recorrer un camino previo, que será desde tu interior, sanando todo aquello que
te enturbia tu mente y tu corazón, rescatando tu parte más luminosa y pura.
Para ello vivirás un período en el Palacio, donde recibirás
entrenamiento tanto físico como mental.
Te enfocarás en ser y
desarrollar tus capacidades como Guerrero Superior y como Sanador Cósmico, para
ambas especialidades deberás estudiar autocontrol mental, emocional y
desarrollar tu resistencia física, pues deberás viajar a otras Dimensiones en
misiones de rescate y sanación de enfermos o heridos por catástrofes.
Serán misiones donde se debe
restablecer la paz y sanar a los habitantes de esas áreas afectadas por guerra
o catástrofes.
Cuando determinemos que te encuentras
preparado, deberás participar activamente en restablecer el orden y la sanación
de la Dimisión Arcoiris, si lo logras, conocerás la otra parte desconocida de
tu identidad, tu origen.”
Ante tanta información, Beltor
quedó un tanto aturdido, pero conforme, pues era consciente que no podía
descontrolarse y poner en riesgo la vida propia y la de los demás, siendo ya
consciente en las Tierras finales de esa otra parte de él tan oscura y extraña
hasta para él mismo.
Con un saludo formal, y una
reverencia, Beltor acepto las condiciones y se retiró del salón acompañado de
su asistente personal, que lo acompañaría en su recorrido de crecimiento y
evolución. Era un ser muy misterioso, con una túnica blanca con ribetes azules,
la capucha le tapaba el rostro, cuando llegaron a la fuente principal de los
jardines del palacio, allí se retiró la capucha y Beltor reconoció su verdadera
identidad…
Ahí estaba, su amigo y hermano
Enadiel, para tu alegría y asistencia de cada día. Fue incluido en la misión
por ser un guerrero con experiencia, además de la amistad que los unía a ambos,
debía velar para que todo el proceso que debía atravesar Beltor, obtuviera
buenos resultados, pero además era el nuevo asistente del Dios Grisial.
Los días se sucedían tan
rápidamente que era casi imposible para Beltor contar el tiempo que ya había
pasado entre tanta agitación por los entrenamientos, los estudios y los
descubrimientos que hacía de las capacidades que iban apareciendo y que debía
reconocer y controlar.
Podía trasladarse a cualquier
dimensión con solo pensarlo, sus manos eras luceros plateados y violetas cuando
se concentraba en sanar a otros y así mismo.
Veía el aura, leía el
pensamiento de los otros, logrando hablar cualquier idioma desconocido.
Su visión se había amplificado
de tal manera que veía más allá de la Dimensión platino, además de ver el
futuro con un movimiento de sus manos creaba un círculo de energía en cuyo
centro aparecía las escenas de lo que podía suceder, además lograba correr las
líneas del tiempo, para crear otra realidad con las correcciones ideales para
desviar guerras, conflictos, enfermedades o desastres naturales.
En todo este período de
aprendizajes, fue llevado a lugares que jamás hubiera imaginado que existían.
Mundos paralelos y opuestos,
seres que eran mitad monstruos y humanoides, seres que actuaban por instintos,
sin consciencia por lo que lo único que lograban hacer era destruir todo lo que
se les cruzaba a su paso.
Conoció el mundo de las Hadas y
Duendes, se hizo amigos de ellos, ayudándolos a que se liberaran de los
Gigantes cíclopes, para que nunca más los esclavizaran, para lo cual a los
Gigantes les creo una realidad distinta, sin esclavos, pero con la capacidad de
conciencia para crear una comunidad de gigantes libres y solidarios entre sí.
También conoció la Dimensión de
los Lamentos, donde vivían todos aquellos que no había encontrado una esperanza
para continuar viviendo, Beltor los ayudó para que se centrarán en lo que ellos
eran por sí mismos, sin juzgarse, ni compararse en lo que aún no habían
alcanzado, sino en lo que ellos eran realmente,
en los valores que poseían, en lo fuertes que eran a pesar de las
dificultades que debían atravesar para liberarse de esa dimensión y continuar
avanzando a niveles superiores.
Les reestableció las conexiones
entre el amor del corazón y el pensamiento que se habían cortado por el miedo,
la desvalorización de sí mismos, la culpa y el auto castigo constante.
Los reconecto en la confianza,
el amor y la paz interior, pero además los guio para que ayudaran a otros a
sanar las heridas emocionales, mentales y las desconexiones que nacían de los
eventos vividos y sufridos sin superar aún.
Beltor logró que la Dimensión
de los Lamentos se transformara en la Escuela Cósmica para superar los lamentos
y transformarse en una Dimensión para sanar la desesperanza y la pérdida del
amor a la vida.
Beltor, también debía participar
de grandes batallas para retirar a los seres oscuros que buscaban crear
confusión, sufrimientos y enfermedades para que de esta forma ingresaran las
energías azabaches, en los seres del Luz o lo que era peor aún mantenerlos
cautivos en la oscuridad, extraerles sus conocimientos y hacerlos esclavos de
la Dimensión Azabache.
Beltor en cada batalla que
ganaba se transformaba un poco más, comprendía algo más en esas luchas
constantes entre la luz y la oscuridad.
Comprendió, que no existen
seres totalmente luminosos, pues todos poseen el germen oscuro en su interior,
todo dependía hacia donde dirigían su atención si lo hacían en los actos
luminosos o permitían cautivarse en las redes que les ponían a su alcance los
seres oscuros, donde el facilismo les hacía creer que se llega más rápido a la
“meta” desde la oscuridad.
Las metas, podían estar
arraigadas en el mundo del inconsciente, de cada ser o hasta en una Dimensión,
moviéndose en cualquier caso de manera luminosa o confusa.
A veces ni ellos mismos sabían
que metas alcanzar si el poder, la gloria, más alabanzas, más territorios, pero
si lo descubrían los oscuros, eran presas fáciles de atrapar, les hacían creer
que los ayudaban, para que lograran sus
objetivos, para después transformarlos en sus esclavos.
Beltor amaba la libertad y el
respeto a la vida, por ellos luchaba como una fiera salvaje para defender la
Luz, establecer la paz, respetar toda forma de vida en libertad, por más
insignificante que pareciera, pues decía…
“Todo lo que existe en el
Universo y más allá de él, tiene una razón de Ser y merece ser respetada desde
la infinita comprensión que la Evolución nos dará las respuestas de la
existencia, por ello hay que dejar que sea lo que debe ser y que nada lastime
injustamente a la vida en libertad y paz.
Todos somos Seres en evolución,
por ello, la oscuridad no debe impedir que otros evolucionen libremente, para
sacarles provecho, ante esos actos de crueldad y barbarie deberán retirarse a
su propia Dimensión o los retiraremos nosotros desde la Luz para restablecer la
vida en su equilibrio pleno.”
A veces, Beltor, se retiraba a
unas montañas muy inaccesibles, que las llamaban “de las Brumas Eternas”, pues
allí siempre había bancos de nubes blancas, lloviznas y nevadas, en la cima del
monte Klarc, había creado su lugar de retiro, cavando en la misma montaña,
construyo su propio templo, que lo llamaba el “Santuario de Beltor” donde
meditaba, descansaba, creaba su propia realidad y diseñaba sus futuros pasos.
Sabía que aún le quedaban muchas
pruebas que superar, muchas batallas por ganar, pero por sobre todo le
inquietaban dos cosas, la primera era saber quién era desde su misma esencia y
la segunda era enfrentarse y derrotar sus propias sombras.
Trataba que su naturaleza
ansiosa, intensa y apasionada, no le jugara una mala pasada, dejando rienda
suelta a su oscuridad, por ello se retiraba a su propio Santuario, para
ordenarse y continuar desde la paz, el amor y la justicia.
Capítulo 4
Amatista…“La invisible.”
Los límites son mentales,
cuando se logra aceptar este hecho tan real como la luz y la sombra, se superan
cualquier barrera que impone la mente.
Nosotros somos los únicos
dueños de nuestra mente, por lo cual somos los creadores de los pensamientos y
también los únicos que podemos derribarlos.
Lo que es de nosotros y
nace en nosotros, podemos modificar, no así los pensamientos de los demás, pero
cuidado en las proyecciones que salen de nosotros hacia el exterior y lo que
proyectan los demás hacia nosotros, saber distinguir qué nos pertenece
realmente y que no es nuestro es un gran paso hacia la…Sabiduría evolutiva.
En el borde sudoeste de la
Dimensión Platino, existía un Planeta, llamado Jubar, que se distinguía desde
todos los sectores de la Dimensión por su resplandor platino azulado. Allí
vivían pueblos pacíficos, pero en algunas oportunidades entraban en disputas
territoriales, por riquezas, poder o dominio de unos sobre otros, la eterna
competencia entre los seres donde el ego podía más que el amor y el respeto a
la Vida.
En el Palacios de los
jerarcas guerreros, crecía una niña llamada Amatista, era tímida, silenciosa,
solo hablaba cuando sentía que sus palabras serían interpretadas desde la
energía del corazón, el amor y el respeto, como muy pocas veces sentía que se
daban esas condiciones, prefería callar.
Tenía una mascota que la
seguía a todas partes, una tigresa blanca llamada Agatha, con ella podía
hablar, pues las respuestas que recibía eran mimos, arrumacos y juegos
interminables en los cuales ambas se divertían y practicaban destrezas de
defensa.
Amatista la llamaban “La invisible”
pues casi todos, inclusive, su propia familia, no la tenían en cuenta, por sus
silencios casi eternos, su rechazo a las fiestas familiares, por sus respuestas
certeras la mentira o el engaño.
Tenía una capacidad innata
de crear puentes de armonía entre los “opuestos”, sin perderse a sí misma, sin
dejar de ser Amatista.
La niña solitaria, crecía
entre los juicios y prejuicios de los unos hacia los otros, la competencia
hasta llegar a la crueldad absoluta de su familia hacia ella o hacia todos
aquellos que pensaban distinto a las reglas de la realeza.
Un día, Amatista, siendo ya
una adolescente y cansada de los maltratos hacia ella, por su timidez y al ver
que la subestimaban convirtiéndola en casi una esclava de los caprichos ajenos,
en especial de su propia madre, Raicer, decidió ingresar al ejército de
guerreros, para cuidar las fronteras del Palacio Caerulem, donde vivía su
familia.
Las invasiones de otros
pueblos cercanos que buscaban más riquezas y destronar a la familia real eran
habituales y muy peligrosas.
Su decisión fue tomada por
la familia real con desagrado, pues su madre de origen de legendarios guerreros,
en el arte de la guerra, cuidaban los límites del palacio desde su creación y consideraban,
que Amatista sería una hazmerreír para el resto de las familias reales, pero Amatista,
más allá de dejar su futuro como Guerrera, por las críticas que recibía,
continúo, con más fuerza.
Si bien, Amatista, no llegó
a conocer a su padre pues había partido desde que ella era muy pequeña, poco
sabia de él, de su actual existencia y su madre Raicer, nada le informaba, todas esas actitudes de
Raicer, le generaban en Amatista no poder confiar en su madre y mucho menos en
el amor que decía tenerle a ella como hija.
A pesar de todas las
contrariedades, decidió continuar adelante con su futuro de guerrera, pues no
lo hacía para demostrarles a los demás de su capacidad y fuerza, lo hacía por
ella misma, para sentir que era más fuerte de lo que había creído hasta ese
momento.
El ejército de guerreros era para mujeres y hombres, sin distinciones o privilegios, por lo tanto los entrenamientos eran tan violentos y crueles para todos por igual.
Cada día de entrenamiento eran más los dolores, cortaduras y hasta huesos rotos, que triunfos, pero se reponía y seguía, su fortaleza crecía, junto con su valor y destreza.
Había descubierto que
poseía una habilidad especial con el arco y la flecha y muy pocos podían
ganarle, con la práctica era imbatible, muchos sentían un poco de envidia o
celos por su destreza, pero ella tenía ese don, que jamás lo había perdido de
conciliar lo separado y armonizarlo.
Su valor fue puesto a
prueba en más de una batalla, cuando arriesgó su vida por salvar vidas, sus
flechas las disparaba con una exactitud y fuerza sinigual, lo que la llevó a
ser líder entre los arqueros, para posteriormente nombrarla como Capitana
General del ejército de la frontera sudoeste.
Su madre, Raicer, pasó del desprecio
hacia ella a sentir celos, pues más crecía Amatista, más honores cosechaba,
junto con el afectos de todos sus colegas que la admiraban, en contraposición más
se desdibujaba la imagen de autoridad y poder de su madre sobre su hija, la
sentía como una competidora que le iba socavando poder sobre su trono de
realeza que sustentaba por herencia familiar.
Fue entonces, que organizó
una competencia con los mejores guerreros de la Dimensión Platino, el ganador,
sería coronado como Jefe del Ejército Mayor de la Frontera, pero para ganar
debía no solo ganar la última confrontación, debía matar al contrincante.
Sabía con seguridad que su
hija estaría participando en la última competencia, pero debía encontrar a un
guerrero excelente, superior a la fortaleza de Amatista, le habían informado que
existía un guerrero llamado Beltor, que estaba bajo las órdenes del Dios
Grisial, decide enviarle a su mensajero de mayor confianza, Zorugo, el cual
conocía de las intenciones de Raicer hacia Amatista, para invitar a Beltor para
que participara en la competencia.
Fue así, que una mañana se
presenta ante el Dios Grisial, el mensajero Zorugo con la invitación a la
competencia para Beltor.
El Dios Grisial, que
conocía la historia familiar de la Reina Raicer, tomó con desconfianza dicha
invitación y le comunicó al mensajero que le daría la respuesta a la brevedad.
Consultó con los sabios,
videntes y consejeros, entre todos, llegaron a la conclusión que debía
participar Beltor, pues formaba parte de su entrenamiento personal, pero más
aún, Amatista sería una pieza clave en la vida de Beltor y aunque esto último
no se lo comunicaron, al guerrero, le dijeron que debía participar en dicha
competencia, fue así que acompañado de su amigo Enadiel viajó al Planeta Jubar.
Una vez allí, Beltor,
comenzó a estudiar a sus posibles contrincantes, todos querían ganarle a la
Guerrera Amatista, pero se corría la voz entre los participantes que preferían
morir antes de matarla para ganar el cargo de Jefe del Ejército Mayor de la
Frontera, pues Amatista era la líder por excelencia, ella siempre arriesgaba su
vida para salvar a sus compañeros y defender la frontera.
Beltor escucho, junto con
Enadiel historias increíbles de las hazañas de Amatista y realmente quería
ganarle, pero mucho más que eso… quería conocerla, a pesar que ella era algo parca,
desconfiada y muy seria y que prefería estar sola que acompañada, solo Agatha
la hacía reír, sentirse acompañada y confiada que realmente existía un ser que
la amaba, desde el corazón y sin ningún interés de por medio.
Pero como a Beltor le gustaban
los desafíos, Amatista se había convertido en un gran desafío y había algo en
ella que lo atraía, sin saber qué era realmente.
Llegaron los combates hubo
heridos, hinchadas para todos, triunfadores, perdedores y finalmente dos
ganadores que debía enfrentarse a muerte, ellos eran Amatista y Beltor.
El día había amanecido
luminoso y la expectativa era tensa, porque todo el público los amaba y los
respetaba por su valor, destreza y fuerza, nadie comprendía porque uno de ellos
debía morir, si ambos eran tan importantes para la defensa de sus pueblos, de
la Dimensión Platino y más allá de ella.
Amatista había estudiado a
su contrincante como eran sus movimientos, las técnicas, sus poderes luminosos
y el peor de ellos… el Dragón negro, pero no sentía miedo, aunque no terminaba
de comprender por qué su madre había establecido la regla de la muerte para el
perdedor, quizás ese día era el último de su vida, lamentaba que Agatha no la
acompañara en su partida si la que debía morir era ella, no le quedaba otra salida
que luchar con todas sus fuerzas, dejar su último aliento en el combate y si le
tocaba morir que fuera con la dignidad de una Guerrera que siempre amo a todos
en el silencio de su corazón, sin que nadie se percatara de ello.
Cuando se enfrentaron Beltor
y Amatista en la pista de combate, se observaron y sin mediar palabra Amatista
comenzó a lanzarle a Beltor flechas, todas ellas eran atrapadas con las manos,
lo cual la puso muy alterada pues no lograba que ninguna de sus flechas tocaran
sus objetivos, fue entonces que, lanzó un grito de rabia y le dirigió una
flecha directa al corazón de Beltor la cual la tomó con su mano derecha
mientras que con la mano izquierda, hizo un leve movimiento formando una bola
de energía plateada que fue a toda velocidad impactando en la frente de
Amatista, cayendo muerta, al instante.
La consternación del
público fue muy grande, comenzando a llorar y gritar en contra de la Reina
Raicer por la crueldad en las reglas que había impuesto al torneo.
Por su parte Raicer
intentaba demostrar consternación ante los hechos, a pesar de sentirse satisfecha internamente, pues su plan maléfico
se había cumplido a la perfección, intento derramar lágrimas y dio por
finalizada la contienda, dándola por ganada a Beltor, este espero a que se confirmara
su triunfo, para acercarse al cuerpo de Amatista apoyarle sus manos en la
frente, invocando a la vida Suprema y en ese mismo instante, Amatista abrió los
ojos y vio los ojos de Beltor, eran oscuros pero con destellos de luz plateada
que los hacían únicos.
Las tribunas estallaban de
alegría, euforia y agradecimiento a Beltor por haberla traído a la vida a la
Guerrera más valiente y valiosa de Jubar.
La única que estaba
contrariada era Raicer, que ya había decretado el triunfo para Beltor y no
podía dar marcha atrás a su decisión.
Pasaron los días, después
de torneo, y entre los habitantes de Jubar y de la Dimensión Platino se
tejieron infinitas historias de las flechas de amor de Amatista y del Súper
Guerrero Beltor…perdidamente enamorado.
Ellos, transitaban una
nueva historia nunca vivida antes, era la del amor desde sus mismas esencias
Divinas Cósmicas y a medida que transcurría el tiempo más y más se afianzaban
el uno para el otro.
Ante tantos cambios en sus
vidas, decidieron visitar el Árbol de la Vida, llamado Eolais Crann, buscaban
respuestas… cómo continuar cada uno en sus caminos, pero juntos, a pesar de las
tareas que ambos debían cumplir que eran tan importantes y a tanta distancia
uno del otro.
Cuando llegaron, ante
Eolais Crann, este les sonreía mientras avanzaban hacia él, los estaba
esperando con sus ramas extendidas hacia el cosmos y también hacia ellos y les
dijo…
“Amados jóvenes guerreros,
los estaba esperando, pues sabía de sus inquietudes y del camino que les espera
juntos y por separado.
El Amor los une, pero no es
cualquier amor, es un amor sagrado cósmico, es el Amor que mantiene el
equilibrio entre las corrientes de la vida, algunas de ellas opuestas, otras
afines.
Deberán sortear
dificultades que más de una vez pondrán, en peligro sus propias vidas.
Sufrirán una maldición que
les tocará a ustedes y su descendencia, pero lograrán superarla desde el Amor.
Intentarán una y mil veces
separarlos, pues cuando se da esta unión Sagrada las sombras se inquietan.
Serán más fuerte que la
Vida misma y podrán cambiar juntos los rumbos maléficos hacia la paz, el equilibrio
y la sanación.
Recuerden… detrás de las
lágrimas hay amor profundo en sus corazones, el infortunio se supera con fe y
paciencia.
Nada será imposible para Beltor,
pero antes deberá derrotar a su mismo origen.
Amatista, eres distinta,
invisible para algunos, menos para el Universo, pues eres una parte del
equilibrio del mismo y de Beltor.
Serás lo que debes ser,
aunque quieran eliminarte, distraerte o engañarte, eres la unión del Sagrado
Femenino en el designio final.
Les dejo un gran amigo que
los acompañará desde hoy y para siempre, un asistente, un pequeño sabio,
Ferfer, el Duende de los nuevos proyectos.
Él los guiará y los ayudará
en la apertura de los nuevos caminos, deberá permanecer en el Palacio del Dios
Grisial, bajo su protección.
Nada más puedo decirles,
sigan sus senderos juntos, aunque la distancia o el tiempo los separe, la unión
está definitivamente anclada en sus corazones y en sus Almas, los bendigo
infinitamente.”
Elevo sus ramas al Cosmos,
para irradiar una plataforma de Luz en la cual se proyectó una imagen que les
quedó grabada en sus almas.
Beltor y Amatista, junto a
Ferfer, iniciaron un nuevo camino en sus vidas, que los unía desde la
eternidad.
Capítulo 5
“Más allá del Caos”.
El caos desorienta,
lastima, invade, nos saca del eje interior para transportarnos a lo desconocido,
a lo no explorado, por eso nos conduce a los territorios del miedo, la
desolación, de desesperanza, pero a medida que atravesamos el caos y cuando
llegamos al límite de nuestra resistencia, comprendemos que debemos cruzarlo,
para conocer los hilos más sutiles que lo conforman, el origen de su entramado
y así descubrir qué o quién lo tejió y para qué los tejió.
Al llegar a la misma
esencia caótica de su estructura, encontramos las respuestas y con ellas las
soluciones, logrando desarmarlo desde la luz de la fe, el valor y el amor a la
Vida, para finalmente, renacer una vez más a una nueva realidad, más sabia.
Beltor y Amatistas debieron
regresar cada uno a sus lugares de trabajo, distantes el uno del otro, pero
ambos conectados desde la esencia misma del amor, no era un amor trivial, temporario, “fuego”
que se extinguía cuando no tenía alimento, el amor de ellos era la energía más
pura de la Creación Cósmica, el Divino Masculino y la Divina Femenina en su más
alta potencia, esto implicaba una gran responsabilidad, para ambos, pues en
ellos residiría el cambio energético de las Dimensiones Platino y por ende la Dimensión
Arcoiris, debían lograr en ellos mismos el equilibrio constante, sin excesos,
sin carencias.
Beltor ya nuevamente
instalado en el Palasgrisial con su mejor amigo Enadiel organizaban los nuevos
desafíos que el Dios Grisial les iba informando.
Durante el tiempo en que se
había ausentado Beltor, se había producido la incursión de un ser originario de
la Dimensión Azabache, se creía que era un “Alfil” del mismo Dios Azabache, su
nombre era Kakosen comandaba los
ejércitos oscuros.
En donde incursionaba, destruía todo a su
paso, se llevaba prisionero a los dioses como trofeos y a sus pueblos para
entregarlos al Dios Azabache, a la prisión oscura donde nadie lograba escapar
con vida, los transformaban en esclavos al servicio del maligno.
Ante tanto peligro Beltor y
Enadiel organizaron los ejércitos platino y partieron ambos en busca de
Kakosen.
No tardaron mucho tiempo en
encontrarlo, pues él los esperaba en lo alto de la montaña Klarc, donde estaba
enclavado el Santuario de Beltor.
Entre la bruma y la
llovizna apareció Kakosen, con la espada en su mano derecha y el fuego
azabache en la mano izquierda, una cortaba y la otra incineraba al instante, la
velocidad era mayor que la misma luz, nadie había logrado detenerlo, durante
sus incursiones devastadoras.
Destruyo el santuario en
milésimas de segundos, dejó a la vista, solo cenizas y escombros para que
comprendieran el poder que él ostentaba.
Beltor también desplegó
todo su poder, ese que escondía siempre y solo lo dejaba salir cuando las circunstancias
lo requerían, el dragón Dubach…
Se desprendió de su brazo,
específicamente de su tatuaje, dirigiéndose directamente a la garganta de
Kakosen, este intentaba cortarlo en pedazos, pero de la espalda de Beltor…
Los tatuajes dorados se
desprendían y se escurrían estrellas de fuego y lava que se unían como cadenas
Inmovilizando los brazos y
piernas de Kakosen, mientras Enadiel creaba un escudo de plata entorno de
Beltor para protegerlo y le enviaba rayos platino al pecho de Kakosen, que lo
paralizaba, sin más fuerzas, se desvaneció cayendo por un precipicio helado.
Beltor, rápidamente descendió
hasta el mismo fondo del precipicio por un estrecho y empinado laberinto de
hielo y roca, logrando divisar el cuerpo de Kakosen, Enadiel lo secundaba, ambos
comprobaron que yacía sin movimiento alguno.
Lograron retirar el cuerpo
sin vida de Kakosen llevándolo a un sector de la planicie más alta y luminosa
de la montaña Klarc.
Los tatuajes de Beltor regresaron
a su lugar en la espalda y brazos, ya más sereno y en profundo silencio unió
sus manos hacia el cielo, como signo de paz, recuperando el equilibrio entre la
ira que desataba el poder de los tatuajes y la paz que los mantenían como
dibujos en su piel, miró a Enadiel y con una profunda compasión y respeto le
dijo…
“Amigo, Enadiel, quisiera
saber quién era realmente este ser que acabamos de matar, cuál era su verdadera
historia, por qué actuaba con tanto odio, sed de venganza y rencor hacia todos
y todo lo que encontraba a su paso, creando un caos total.”
Fue entonces cuando
ejerciendo su poder de restablecer la vida, con la imposición de sus manos en
el corazón de Kakosen, le otorgó el don de la vida a su enemigo.
Kakosen abrió sus ojos, lo miró a Beltor con
odio.
¿Era su orgullo de Guerrero
Azabache invencible que había sido herido, o existían otras causas que le generaban tanto
odio?
Las profundas heridas en el
cuello, piernas y brazos no lo dejaban casi expresarse, solo suplicar que lo
matara, debía llegar hasta el final con su triunfo, de no acceder a su pedido,
él mismo se clavaría la espada de fuego azabache para morir en la dignidad de
un guerrero oscuro, pero Beltor a pesar de lo maligno que era su contrincante,
quería saber quién era realmente Kakosen, le pidió que le relatara su historia,
para ello le calmó el dolor y detuvo la sangre que brotaba de las heridas.
Ya más aliviado, y con un
hilo de voz, le relató su vida, su origen.
Había nacido y crecido en
el Planeta Kosen, allí había conocido a su esposa Norika, ella además de ser
muy bella, trabajaba como científica en un laboratorio que creaban cristales de
gran poder para construir desde ciudades, hasta dar energía a sus naves,
hogares y fábricas, tenían un hijo llamado Torden que estudiaba y practicaba el
arte de la guerra como su padre, para llegar a ser un General de la Guardia de
Guerreros en las fronteras del Planeta Kosen.
Pero esa vida de orden y
tranquilidad fue aniquilada, con la llegada del ejército Azabache dirigida por
el mismísimo Dios oscuro.
Destruía todo a su paso,
raptaba a las mujeres, a los hombres los obligaba a participar en sus guerras,
con la amenaza de matar a sus familias o esclavizarlas hasta causarles la
muerte.
Ellos intentaban continuar
con sus vidas, cuidando las fronteras, el trabajo diario y la familia, pero las
invasiones de los ejércitos Azabache continuaban y Kakosen ayudaba a los
habitantes a reconstruir las ciudades, con la ayuda de los cristales.
Día Kakosen ingresó a un
pueblo a rescatar sobrevivientes y vio a una niña que le habían quebrado las
dos piernas, se arrastraba por los escombros de lo que había sido su casa, toda
su familia había muerto, la niña se llamaba Clarisa, él la tomo en sus brazos y
la adopto como su hija.
Con muchos cuidados sanaron
sus heridas, pero nunca más volvió a caminar, su presencia llenaba de alegría y
esperanza el hogar, la niña, había cambiado la vida de todos, sentían una profunda felicidad de cobijarla en su
familia, aunque lamentablemente, no fue por mucho tiempo, pues un día, apareció
ante Kakosen, el Dios Azabache, entre golpes y amenazas lo obligó a trabajar
para él de lo contrario mataría a toda su familia, ante sus propios ojos.
El odio, sed de venganza
ilimitada, que sentía Kakosen, en realidad era dirigida hacia al Dios Azabache,
pues le había robado lo que más amaba, la familia, pero ahora ya estaba todo
perdido, con su muerte, moriría toda su familia, pues eran las reglas que se le
había impuesto a él, si fallaba o moría, su familia desaparecía junto a él.
Ante este relato tan
estremecedor Beltor y Enadiel le propusieron ayudarlo para que lograra recuperar
su familia, pero antes debía jurar fidelidad a los principios de justicia, paz,
fraternidad, respeto y amor a la vida, que eran principios básicos de la
Dimensión Platino, de aceptarlo, ellos con el ejército platino irían en busca
del Dios Azabache y dejarían en libertad no solo a su familia, sino a todos
aquellos que realmente querían regresar a sus vidas anteriores de libertad, en
paz y respeto.
Kakosen, acepto, pero les
dijo que el ejército azabache estaba en camino y de no encontrarlo vivo y con algún “trofeo”, lo matarían, junto a sus
seres queridos.
Beltor, ideó un plan,
complicado, pero posible.
Convocó las energías
Universales de la Creación Suprema para que lo guiaran a él, en la creación de
un “duplicado” de Kakosen, sería físicamente igual, con recuerdos, sentimientos,
pensamientos como el ser original, pero con un tiempo limitado de vida, todo
dependía de la energía que el “nuevo” Kakosen gastara, su nuevo nombre sería
Kakosen Dublachd.
El verdadero Kakosen iría a
un pueblo de energía azul platino en el planeta Jubar, allí debía reponerse
para acompañar a Beltor y Enadiel en la liberación de su esposa e hijos.
Quedaba un último tema a
resolver, cuál sería el trofeo a entregar al Dios Azabache…
Beltor comenzó a buscar
entre los escombros de su templo destruido, finalmente encontró lo que tanto
buscaba y amaba… El cristal de la Vida Suprema, de la más alta energía que se
conocía hasta el momento, el que lo poseía podría conocer el poder de la
creación en su máxima abundancia, ese sería el trofeo, a entregar.
Enadiel lo miró a Beltor
con temor, pues ese poder en un ser tan maligno como lo era el Dios Azabache,
lo haría invencible y corrían todos un peligro inminente de horror y muerte
segura.
Beltor abrazó a su gran
amigo, lo tranquilizó, pues sabía que todo lo que conlleva un gran riesgo y requiere
mucho esfuerzo, el triunfo es siempre seguro.
Así fue que Kakosen Dubach
viajo con el ejército Azabache para la entrega del trofeo al Dios Azabache y
Beltor, Enadiel, regresaron a Jubar para que se sanara Kakosen.
Capítulo 6
La
Traición.
Ejercer el poder puede implicar muchos riesgos para aquellos
que lo ostentan y también para todos
aquellos que rodean al poder, pues pueden transformarse en posibles competidores,
según los poderosos de turno.
El poder sin sabiduría, se transforma en tiranía y violencia,
pues la ambición, crea intolerancia a los cambios propios de la vida misma y de
sus ciclos naturales.
De esta forma comienzan a gestarse las intrigas, traiciones,
maldiciones y todo aquello de lo más oscuro que puede albergar un ser que no
comprende que el tener poder, implica responsabilidad y que el poder no es
definitivo ni infinito, se lo posee por un breve tiempo, para perderlo cuando
las circunstancias así lo requieran.
El que se afana en retener el poder no solo se arriesga a
perder la vida, se pierde a sí mismo en los oscuros pasillos de la mente y de
allí difícilmente se sale ileso.
Raicer no se daba por vencida…
Amatista, a sus ojos de Reina, día a día incrementaba más y más valor,
respeto y poder entre los ejércitos, dejando lentamente a su madre en un
segundo plano.
Asimismo Beltor unía su poder con el carisma propio de los
guerreros y sabios, haciéndolo único.
De formalizar la unión entre Beltor y Amatista, Raicer
quedaría fuera del reinado, pues los habitantes de Jubar los proclamarían Reyes
por sus hazañas, dedicación y amor en cada acto en protección al Planeta.
Debía hacer algo urgente, para cambiar esta posible unión de
Guerreros y nuevos sucesores de su reino.
Así pues, Raicer, decide viajar en busca del Dios Azabache,
para ofrecerle una propuesta de traición, ambición y mayor poder para ambos.
El encuentro se concretaría en el “Pantano de los deseos”, allí
los deseos que se solicitaban se hundían en el lodo y quedaban atrapados en las
rocas azabaches, solo por la voluntad del Dios Azabache y en su presencia se
cumplirían el deseo si la roca que
contenía el deseo emergía del lodo y el Dios Azabache la tomaba en posesión por
un gran beneficio para él mismo.
Así fue que Raicer le propuso, al Dios Azabache, enviar a su
hija en busca del El cristal de la Vida
Suprema, debería “robarlo”, para entregárselo a su verdadero dueño, Beltor,
pero cuando ingresara al Palacio de los Cristales, sufriría una emboscada, para
asesinarla, seguramente Beltor iría a
rescarla, siendo la mejor oportunidad para matarlo a él también.
Los beneficios…
Raicer seguiría por largo
tiempo con la totalidad del poder sobre Jubar y el Dios Azabache, sin la pareja
en cuestión, podría seguir sumando poder, pues ya no tendría impedimento alguno,
además, Raicer se ofreció para ser su esposa y así unir las fuerzas de sus
ejércitos y combatir entre ambos en contra del Dios Grisial y el Dios Duwefys.
Ante este panorama tan prometedor,
el Dios Azabache acepto la propuesta, excepto el tema del matrimonio, que no
estaba en sus planes personales, y menos
aún casarse, con una bruja que estaba entrando en el atardecer de la vida.
El deseo fue arrojado al pantano,
se absorbió en una roca que salió a la superficie y fue tomada por el Dios
Azabache, retirándose con la piedra, pero sin antes advertirle a Raicer, que si
algo llegaba a salir mal, pagaría con la vida y el planeta Jubar.
Raicer, se retiró, del
encuentro con la certeza que su plan se llevaría a cabo con un resultado
exitoso y con respecto al tema del casamiento… tiempo al tiempo, según ella
podía cambiar de parecer el Dios Azabache.
Pasados unos días, la Reina
Raicer, manda a llamar a su hija, de manera urgente, ante tanta premura,
Amatista concurrió un tanto inquieta y con dudas si debía ir a ver a su madre, la
recibió cariñosamente, muy extraño por ser Raicer, pues en general era muy fría
y distante con Amatista.
Con un rostro de mucha
preocupación le explico que corría grave
peligro de vida tanto ella como Beltor, pues el Cristal de la Vida Suprema en
poder del Dios Azabache, según le informaron sus videntes y asesores, le había
otorgado tanta fuerza y poder al Dios Azabache, que había organizado un plan
siniestro para asesinar primero a Beltor y después a ella, para posteriormente
apoderarse de la Dimensión Platino y Arcoiris, todos corrían un grave peligro,
por ello le encomendaba a su hija, una gran misión, robar el Cristal que estaba
en el Palacio de cristales Azabache, no sería difícil sacarlo de allí, pues era
custodiado tan solo por un guardián en
la entrada, si podía distraerlo de alguna manera con Agatha y el Duende Ferfer,
ella podría ingresar y retirar el cristal y entregárselo
a Beltor.
Amatista escucho con
atención, la misión que le proponía su madre, le pareció creíble, aunque no
terminaba de entender por qué su madre estaba tan interesada en salvar la vida
de Beltor y la de ella, a pesar de estas dudas, aceptó el desafío con el ímpetu
y valor de siempre.
Se dirigió al Palasgrisial
en busca del Duende Ferfer.
Una vez allí, le informó
del viaje que debían realizar juntos, pero el Ferfer, en silencio, la escucho
para posteriormente, tratar de hacerla reflexionar.
Estaba en desacuerdo con el
plan, mucho más si provenía de Raicer, que no era bien intencionada, en ninguno
de sus actos.
Ferfer trató de todas
formas de persuadir a Amatista para que no realizara ese viaje, pues sentía que
era más una emboscada que una solución.
Amatista contrariada le
dijo que iría igual porque debía salvar la vida de Beltor y la integridad de
las dimensiones, creía que su madre le decía esta vez la verdad, sin segundas
intenciones.
Esa misma noche, partió
Amatista acompañada por Agatha al rescate del Cristal.
Ferfer, conociendo el
carácter de Amatista, decidió comunicarle a Beltor lo sucedido, cuando este se
enteró, sintió un gran dolor en su pecho por la angustia y desesperación, pues
sabía de la maldad de Raicer y que esto era una gran traición para matarlos a
ambos.
Fue en busca de Amatista
para detenerla, pero ya había partido, entonces le pidió a Enadiel y a
Ferfer que lo acompañaran al rescate de
su amada.
Amatista, había llegado al
Palacio de los Cristales, era de noche y
no fue vista por el guardia que custodiaba la entrada, Agatha hacia cabriolas
entre los arbustos, buscando comida, el guardia observando esa situación, no se
percató que Amatista había ingresado, ella rápidamente buscó el cristal, lo
encontró, para llevárselo rompió el pedestal que lo sostenía, cayendo en sus
manos, sin darse cuenta que a sus espaldas había más guardias que la estaban
esperando, la tomaron por cuello asfixiándola, ella no soltaba el cristal,
entonces otro guardia le tomo la mano con la cual ella sostenía el cristal y se
la empujó hacia su pecho, clavándoselo, en el corazón.
Asfixiada, quedó tendida en
el suelo, los guardias se dirigieron a la salida, pero uno de ellos, que tenía
en su poder el Cristal de la Vida Suprema, se escabulló por un portal secreto,
que solo él podía atravesar activando un código del medallón de la muerte
Azabache que portaba colgado de su cuello por una delgada cadena de eslabones
negros y rojos.
Cuando logra llegar Beltor
junto con Enadiel interceptan a los guardias, matándolos, ingresan al Palacio y
con desesperación buscan a Amatista, la ven tendida en el suelo, el cristal lo
habían retirado, estaba sola, balbuceando algunas palabras, cuando lo ve a
Beltor, le sonríe y tan solo logra decirle, “será hasta la próxima…”
Beltor le pide ayuda a
Ferfer y a Enadiel, para retirarla del
Palacio de los Cristales y llevarla a un lugar más seguro, así lo hacen con
gran esfuerzo para tratar de mantenerla con el hilo de vida, que creían que
todavía tenía.
Ferfer llevaba, pócimas
para detener las hemorragias, mientras Beltor trataba de recuperar la vida de
Amatista y Enadiel creaba un escudo de protección invisible para que nadie los
viera, mientras ellos recuperaban a Amatista nuevamente a la vida.
Finalmente, la valiente y terca
guerrera, abrió los ojos con un gran suspiro y logró esbozar una sonrisa.
Los cuatro acompañados de
Agatha regresaron al Palacio del Dios Grisial, para que se recuperara
totalmente, pero por su seguridad, nadie debía saber que estaba viva.
Beltor, sabiendo que
Amatista estaba protegida y segura, decide viajar al Palacio Caerulem, para
enfrentarse a Raicer.
Llega a las murallas del
Palacio y las cruza sin dificultad, podía transformarse en un ser invisible a
la vista de los demás y de esta manera no ser atacado por los guardias que
custodiaban en Palacio.
Así llega a la recámara de
la reina cuando estaba sola y distraída se sienta en un sillón cercano a su
cama, volviéndose visible ante ella.
Raicer, no podía creer que estuviera
Beltor sentado en su sillón mirándola y más aún que ningún guardia lo haya
detenido, ni visto, automáticamente pensó en que la habían traicionado todos
los que debían protegerla.
Beltor se incorporó del
sillón y con la ira a flor de piel, comenzó a transformarse en el guerrero
imparable del dragón y las estrellas de fuego, pero Raicer, no se quedó atrás…
Sus ojos eran dos bolas de
fuego y toda ella comenzó a transformarse, su piel blanca y lisa pasó a ser
como el cuero de una serpiente, de verdosas escamas, crestas rojas y su vos chillona
se transformó gritos graves cavernosos, para finalmente transformarse en una
bestia de siete cabezas de serpiente, que despedían lava verde por sus fauces,
que quemaba y disolvía todo a su paso.
Beltor trataba de cortar
las cabezas de la bestia, pero volvían a crecer, era agotador, el dragón Dubach
buscaba la cabeza principal para matarla, pero las cabezas adyacentes la protegían,
se producían explosiones y con cada una de ellas, los derrumbes del Palacio y
la lava verde quemaba todo lo que tocaba, nadie del ejército de la Reina podía
ayudarla, pues la explosiones eran tan fuertes que el castillo se fue derrumbando,
hasta quedar prácticamente en el medio del bosque rodeados de escombros, era
una batalla sin fin.
Hasta que en un momento
Beltor cayo agotado tras unas rocas y la bestia se le acercó a pocos metros,
cuando Beltor, logró ver en el pecho del animal, un corazón azabache central y
de él se desprendían otros que se conectaban al central…
En ese instante comprendió,
que ese corazón central era Raicer en su máxima maldad y que Dubach debía
dirigirse hacia allí, así fue que el dragón, avanzó directo al corazón de
Raicer y lo desgarró al instante, cayendo la bestia al suelo.
Agonizando Raicer
reaparecer en su forma habitual, pero ya sin fuerzas, comienza a hablarle a
Beltor…
“Puedes rescatar mil veces
a tu amor, de la muerte, pero la maldición del olvido será la barrera que los
mantendrá separados eternamente”.
Finalmente Raicer murió,
desintegrándose en un humo negro que se elevó perdiéndose en la noche.
Beltor, agotado, se desmayó
y fue encontrado por Enadiel y el ejército Platino unas lunas azules después,
en ese tiempo de inconsciencia, soñó…
Revivió su pasado, sintió
los dolores, la angustia de perder a su gran amor, Amatista, rescatarla de la
muerte en muchas oportunidades, para finalmente ver escenas de sus tiempos
futuros, una familia con tres hermosos hijos con Amatista a su lado muy felices,
viviendo en un planeta muy distinto a los conocidos hasta ese momento, lo
sentía como un regalo a la Vida Suprema.
De pronto lo despiertan de
sus sueños, los abrazos de Enadiel que lo trataba de hacer reaccionar y el
llanto de Ferfer, detrás de ellos, vio
el rostro de angustia de Kakosen, entre todos lograron incorporarlo, para que
comenzara a dar unos pasos, cuando de pronto… escuchan unos quejidos de alguien
que pedía ayuda, comienzan a retirar escombros de lo que había sido una torre
del palacio y descubren una escalera de piedras, muy angosta, que conducía a un
salón que parecía ser un laboratorio, en el centro de el mismo una camilla,
recostado en ella un muchacho, muy delgado pidiendo que lo liberen, se
acercaron a él y para gran sorpresa de todos, sus rasgos faciales eran casi
idénticos a Amatista, le preguntaron quién era y que hacía allí, el muchacho les
relató…
“Me llamo 539, soy hijo de
Raicer, pero me mantienen aquí encerrado, pues ella junto a otros científicos,
están reemplazando partes de mi organismo interno por unas esferas de luz y
cristales, para transformarme en una súper máquina de guerra, pero manteniendo
mi actual aspecto exterior, de un habitante de Jubar.”
A medida que escuchaban azorados el relato de
539, trataban de desconectarlo como él
mismo les iba indicando, tenía cadenas y conexiones que lo mantenían sujeto a maquinas.
Así descubrieron que 539
era el hermano de Amatista, que nadie sabía de su existencia, que lo habían
tenido encerrado desde recién nacido, experimentando con él, para crear un
nuevo ser de gran poder, para usarlo en contra de todos aquellos pusieran en
peligro el reinado de Raicer.
El joven no tenía nombre,
solo se identificaba por su número, era delgado, pero muy fuerte, firme en sus
convicciones, un poco terco, como lo era su hermana, amaba la libertad, aunque no sabía lo que
realmente era, pero quería sentir y actuar libremente, era muy ágil,
inteligente, experto en ciencias matemáticas.
Decidieron llamarlo Eadrom,
lo llevaron a la Dimensión Platino donde le otorgaron un sector donde sería el
responsable de cuidar a la naturaleza, sería el guardián de animales, plantas,
ríos, montañas, bosques, era el nuevo Guardián de la Naturaleza de ese lugar.
Ese sería su espacio de
libertad para iniciar una nueva etapa, dejando atrás esa parte de su vida de
encierro, muchos sufrimientos y soledad.
Había recuperado lo que le
quedaba de familia, su hermana Amatista, un cuñado y muchos futuros amigos.
La creación se inicia desde la mente, cuando su motor está guiado por el corazón, moverá a la mente
con la energía del amor, que es dinámica, amplia, versátil, intuitiva, compasiva
y el resultado final será un equilibrado flujo de energía entre semejantes y
opuestos, pero si la creación se inicia desde el ego, será rígida, buscando
resultados específicos, que enaltezcan al Creador y no a la creación misma.
Crear desde el amor es plasmar en hechos concretos, lo que
nace en las ideas guiadas por el corazón, así se inician los grandes y pequeños
proyectos que se expanden sin límites, pues a diferencia del ego, la energía
del corazón no sabe de barreras, las traspasa, sin destruir, pues sabe de
atravesar dificultades, creciendo entre los obstáculos, abriéndose paso desde
la paciencia y la fe, como una tierna flor que crece entre las rocas, para
abrazar la luz del sol.
Así fue que un día, Beltor sintió que más allá de todas las
dificultades que ya había atravesado y siendo consciente que seguramente
seguirían apareciendo muchas más, quería tomarse un tiempo de soledad creativa
en su renovado Santuario del monte Klarc, para crear una nueva Dimensión
Multiuniversal, planetaria en evolución permanente y distinta a todo lo conocido,
según su sabiduría interior.
La nueva dimensión se desarrollaría entre la Dimensión
Platino y la Dimensión Arcoiris, su función sería de enlace, conexión, un espacio
intermedio entre ambas, con características de ambas, para ser puente, no
muralla, para lograr continuar con la evolución hacia ambas, pero sin perder
las características propias de cada una de ellas.
La nueva Dimensión
se llamaría Amrylif, en ella no
existirían límites para las formas, colores y evolución, pues todo dependía de
cada integrante, sean planetas, estrellas, asteroides o universos.
La vida se desarrollaría bajo el libre albedrío, la
diversidad espiritual, así como la dualidad, que estaría contenida en los
opuestos complementarios.
La libertad de decisión era la que marcaría la evolución
individual y colectiva, nada existía sin un origen y del origen nacería la
consecuencia, por ello los opuestos tendrían matices infinitos, según la
libertad de decisión y la capacidad de entrelazar las dimensiones Platino y
Arcoiris.
Como una estrecha línea multicolor fue naciendo la Dimensión
Amrylif y en la medida que le incorporaba universos, planetas, satélites,
estrellas, galaxias, cometas, constelaciones y para finalizar su Plan de
Creador, dio origen a un planeta muy especial, donde allí viviría él y su
futura familia, lo llamó Donubell, su nombre significa “Regalo de Beltor” y sus
habitantes los llamó Donubellinos, eran muy bellos, los distribuyó en distintos
sectores, cerca de ríos, bosques, desiertos, cadenas montañosas.
Con gran capacidad de
ser creativos para sobrevivir, sus cuerpos se adaptaban al lugar donde vivían,
si eran lugares de mucho frío su piel era de colores claros, cabellos gruesos y
castaños claros, pero si vivían en lugares de mucho calor la piel se tornaba
oscura, el cabello rizado y abundante de color caoba, si vivían en zonas
marinas, sus pies poseían membranas que les facilitaban nadar y si vivían en
zonas desérticas con médanos y suelos
pedregosos, los pies tenían, en la planta de los mismo, una gruesa capa de piel
protectora y sus ojos un doble párpado móvil para protegerlos del viento con
arena y el reflejo de la luz en el suelo desértico.
De esta manera Beltor fue creando razas, paisajes rústicos y
fértiles para el desarrollo de la vida, en todos sus aspectos.
La libertad y el libre albedrío eran las reglas básicas, así
como el amor y respeto a la diversidad, por ello cualquier habitante podía
trasladarse y radicarse en cualquier sector, más allá de sus características
físicas favorables o no para adaptarse a la región que había elegido, pues el
origen no debía ser un ancla para la evolución del individuo, sino un desafío
para su propia evolución individual.
Los creo para que sean felices donde ellos lo determinaran.
El sexo de cada individuo lo determinaban ellos antes de
nacer, pues debían atravesar todas las experiencias posibles para compartir una
vida comunitaria en paz, sin competencias ni rivalidades, los Donubellinos
femeninos o masculinos aprendían que trabajando por el bien común se progresaba
más rápidamente.
El amor de la pareja era fundamental para que la
descendencia continuara bajo las mismas reglas de convivencia y respeto.
Beltor, dividió la vida en reinos y cada reino era guiado
por un Dios o Diosa, así por ejemplo el reino mineral estaba regido por el Dios
Roca, el reino del aire por el Dios Viento, el reino vegetal por la Diosa Cercis
y el reino animal por la Diosa Búho, de esta forma los reinos estaban bajo una
representante de la Divinidad mayor, que era Beltor.
Cada ser sea Donubellino o de cualquier reino tenía la
posibilidad de evolucionar hacia un estado de consciencia mayor, pero para ello
debían pasar por los desafíos propios de las elecciones que realizaba cada día,
si por ejemplo llegaba una época de sequía y si no había guardado agua para él
o su familia, corrían el riesgo de enfermarse, si utilizaba el poder del fuego
incorrectamente, corría el riesgo de transformar
un vergel en un desierto, así fueron comprendiendo que cada acto individual
tenía consecuencias positivas o negativas para sí mismo y para el entorno.
Beltor les otorgo a cada ser una chispa de sí mismo, para
que se conectaran desde sus corazones a su corazón, pero lo que más deseaba es
que fueran libres, que confiaran en sus propias capacidades de progresar,
evolucionar y ser felices en paz y respeto.
También les otorgó una sombra que debían esforzase en controlarla
y solamente ellos podían lograrlo, lo llamó Kilan, en cada ser era distinto en
intensidad, características y complejidad.
Beltor sabía, que en su interior habitaba una sombra muy
poderosa, que cobraba vida y fuerza sin límites cuando su ira se desbordaba, se
activaba el Dragón y las estrellas de fuego, ambos poderes tenían la capacidad
de destruir más allá de todo lo creado por él mismo, pero también había
aprendido a controlarla por el bien de todos y por el bien de él mismo, no
perdía la esperanza de erradicarla de su vida, pues si bien había ganado muchas
batallas utilizándolas, para destruir enemigos, su temor era que un día
perdiera ese control y lastimara a la vida misma.
Este era su calvario silencioso, que no podía compartirlo
con nadie, para no preocuparlos, pero su gran amigo inseparable, Enadiel, sabía
de sus temores, por ello siempre lo acompañaba y cuando no estaba ante su
presencia lo escuchaba desde su corazón, aunque Beltor no se diera cuenta,
Enadiel, siempre estaba allí… Cuidándolo.
Cada día, su Planeta Donubell tomaba más forma, más variedad
de reinos, como los elementales, había hadas, duendes, elfos, gnomos, todos
tenían tareas asignadas, para sostener a la naturaleza, el aire, el viento, la
lluvia, los ríos, el mar, el fuego, los minerales, todos se mezclaba en armonía
para que la vida en su conjunto fuera un lugar para aprender a ser libre,
respetando la vida de todos como una comunidad con vida propia y respetándose a
sí mismos como individuos libres.
Pronto Donubell, comenzó a llamar la atención a seres de
otros planetas, por su belleza, armonía y exuberancia. Beltor sintió que se
acercaba un gran peligro y que debía crear algo para proteger su creación, así
fue que rodeo al planeta con un cordón de asteroides, que se movían a gran
velocidad alrededor de la órbita de Donubell, ellos detectaban cualquier
ingreso de seres intrusos, que no estaban en sus registros, entonces, lo
rodeaban, retirándolo de la órbita de Donubell, para posteriormente destruirlo
en caso de poner en peligro la vida del planeta. Solo podía ingresar aquel que
era aceptado por Beltor y por su ejército previamente.
La fuente de energía que disponían Donubell, era una estrella
llamada Ámbar, en ella vivían los Dragones de fuego ámbar, desde allí sostenían
al planeta con su energía, Donubell giraba entorno de sí misma y de la estrella
Ámbar entre ambas creaban sonidos que algunos llamaban la música de Ámbarbell.
Esos sonidos, creaban un estado de consciencia de armonía al
planeta y a sus habitantes, sanando enfermedades, los Sabios de los Templos de
Cristal, ayudaban a los pobladores enseñándoles cómo sanarse con la música de
Ámbarbell.
Finalmente,
Beltor, instauró la evolución a través del nacimiento y la muerte.
Todo ser ara
evolucional debía morir, para renacer a una nueva vida, solo el Alma era
eterna, pues en ella se albergaba los resultados de todas las experiencias
vividas.
Lo material era
efímero, por ello era tan importante respetar la vida y la evolución de cada
ser ser, para avanzar sabiamente.
Beltor , después de su Creación descansó un tiempo, en un Templo interno del Donubell, creado por
él mismo, para meditar, armonizarse, crear nuevos proyectos y lo más
importante… desde allí estaba conectado con todos y con todo, por ello lo llamó Templo
del corazón de Donubell.
Capítulo 8
Cuando
el presentimiento…
Se hace realidad.
El presentimiento está ligado a la intuición y ella al
corazón.
Cuando logramos conectarnos al corazón llegamos a la fuente
de información auténtica, a las creaciones, al tiempo y al espacio sin límites.
Desde la humildad, el amor y el respeto a la Vida, nos
llegan intuiciones que las sentimos como “presentimiento”, corazonadas o
pálpitos.
De la mano de la intuición la energía del corazón nos abre
la puerta al conocimiento para mantener con valor, fuerza, fe, y esperanza
siempre vivas en nosotros.
Nuestra capacidad innata de sentir más allá que nuestros
sentidos sensoriales, se logra cuando vinculamos nuestro corazón con la
intuición que emana de la sabiduría Superior de nuestro Espíritu.
Recordemos que la mente es la herramienta del ego en él
reside el miedo, la culpa y el sufrimiento, pero cuando logramos subordinar la
mente al corazón, la intuición se expresa libremente en los presentimientos.
Beltor presentía que se acercaba un gran peligro para todas
las dimensiones y que todos los ejércitos debían estar preparados, juntos con
él.
Decide regresar a la Dimensión Platino, para informarse cómo
estaban todos y en especial Amatista, además de su nuevo aliado Kakosen.
Con infinita alegría lo recibe Amatista, pues se sentía
totalmente repuesta y muy feliz al anunciarle que estaba embarazada y que en un par de lunas serían padres.
Beltor se sentía tan feliz, pues lograría formar su propia
familia en el nuevo y prístino Planeta Donubell, era un regalo del Universo a
todos sus esfuerzos por proteger la paz en todas las Dimensiones.
Se organizó una gran reunión familiar, de amigos y
camaradas, querían por primera vez
disfrutar de la felicidad del amor incondicional entre él y Amatista y
dejar un mensaje eterno para todos…
”El
Amor siempre triunfa más allá de las dificultades, la distancia, el tiempo y
hasta la propia muerte, pues el Amor es la verdadera energía que sostiene la
Vida.”
La fiesta se desarrolló con entusiasmo, alegría y esperanza por
la próxima llegada del hijo de la joven pareja, Amatista y Beltor, dos
guerreros amados y respetados por todos los presentes.
Al finalizar la fiesta, Enadiel lo conduce a Beltor para
conversar tranquilos y solos, en los jardines del Palacio Palasgrisial, estaban
llegando nuevas informaciones, cada día, sobre el ingreso de energías azabache, que no eran
específicamente del Dios homónimo, sino de otro ser alfil del mismísimo Dios Azabache.
Lo último que habían descubierto era que la barrera de
protección de la dimensión Platino se estaba quebrando y no lograban
restablecerla.
Beltor lo escucha con atención, pero no se sorprendía pues
su presentimiento se estaba haciendo realidad
y los iba a impactar a todos, desafortunadamente.
No tenían mucho tiempo para crear barreras de energía
protectoras y él sabía que en realidad lo que buscaba ese ser azabache era
matarlo a él y a su familia.
Decidió, entonces llevar a Amatista junto con su hermano
Eadrom y por supuesto, a la tigresa Agatha, al Templo del Corazón de Donubell,
allí estarían seguros y protegidos, además confiaba en la capacidad de su
cuñado para defenderse y defender a Amatista, era muy hábil con sus esferas de
energía, las lanzaba a sus enemigos,
persiguiéndolos hasta destruirlos, para posteriormente regresar a sus manos
intactas, pero con cada batalla que las activaba eran más y más fuertes.
Beltor, Enadiel y Kakosen con su armadura plateada que lo
cubría totalmente, para que el ejército Azabache, no se dieran cuenta que era
él realmente, se dirigieron a las zonas
donde se estaban produciendo las grietas en las barreras de protección, pues
sabía que seguramente por allí ingresaría ese Ser junto con sus ejércitos.
No pasó mucho tiempo, para que comenzara a ingresar una
neblina negra y verde a través de las grietas, finalmente pasa, ese Ser, que se
les queda parado ante ellos en silencio, pero haciendo alarde de su poder
destructor, clava su espada en la barrera protectora, destruyéndola de manera instantánea.
Una nube de humo negro, gris y verde los envuelve a todos y
nadie sabía exactamente donde estaba cada quién, caminaban totalmente
desorientados, cayendo en abismos o asesinados en manos del ejército Azabache,
ante tanto horror Beltor comienza a gritar a este ser preguntándole quién era y
que buscaba.
Se presenta ante él como Mansklingorm Jefe Supremo del Ejército
Azabache y mano derecha del Dios
Azabache.
Le informa que destruirá toda la Dimensión Platino si él no
se entrega y regresa ante el Dios Azabache, la respuesta de Beltor es negativa, así se
inicia una batalla entre ambos, cada uno despliega sus poderes, al máximo,
Beltor el Dragón y sus estrellas de fuego, Mansklingorm el poder ilimitado de
su espada y las serpientes que se transformaban en cadenas para ahogar a sus
contrincantes.
Explosiones, nubes de humo verde y negro envolvían el aire, en
suelo la sangre de ambos se esparcía por doquier, hasta que en un momento
Beltor logra juntar varias estrellas de fuego hasta crear un rayo de
proporciones gigantescas que se lo entrega a su Dragón y este se lo clava en la frente de Mansklingorm, pero este
último, casi de manera simultánea le arroja un disco verde que se le clava en
el pecho de Beltor, desapareciendo en él.
Beltor, cae al suelo por el dolor, perdiendo el
conocimiento, cuando logra despertar, lo ve a Enadiel que intentaba reanimarlo,
pero Beltor no lo reconoce y lo retira con brusquedad, mira a su alrededor y no
entiende dónde estaba y quienes eran los que lo rodeaban y por qué lloraban.
Mansklingorm, llama a Beltor, este incorpora rápidamente lo
mira, pero ya no era el Beltor de siempre, se había transformado, su cabello
era de color verde y las serpientes que le había lanzado Mansklingorm
se habían transformado en cadenas para quitarle toda posibilidad de movimiento,
en su pecho latía una luz verde.
Finalmente, Beltor, se retiró junto con el Ejercito Azabache, en silencio.
Con estupor y gran dolor todos observaron como el Gran
Guerrero de todas las dimensiones se había retirado a la dimensión Azabache.
Enadiel y Kakosen sin perder tiempo organizaron a los
ejércitos para defender la Dimensión Platino y rescatar a Beltor.
Mientras en el Planeta Donubell, Amatista, se sentía
confundida y por momentos muy angustiada. Sentía que algo muy grave estaba
pasando con Beltor y la incertidumbre la ponía más nerviosa, quería regresar
junto con su hermano a la Dimensión Platino, pero por suerte se presentó ante
ella Enadiel, conversaron sobre lo sucedido, que habían decidido partir a
rescatar a Beltor, pero ella debía tranquilizarse y quedarse allí, por su
seguridad y la del bebe, además se debía respetar la voluntad de Beltor que era
que ella debía permanecer en el Templo del Corazón de Donubell.
Amatista acepto quedarse, pero presentía que la situación
era muy grave y corrían peligros todos, estuvieran donde estuvieran, el peligro
los asechaba.
Finalmente, aceptó que se quedaría por un tiempo más, en el
templo, hasta que ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.
Pasaban las lunas y Amatista, no recibía noticias
alentadoras, sabiendo que no podía irse del lugar donde estaba viviendo, decidió,
conectarse con Beltor desde su corazón, en meditación, al corazón de Beltor.
Sucedió lo que menos esperaba…
Vio una serpiente verde que le aprisionaba el corazón a
Beltor, cuando ella intentó acercarse para matarla, tuvo que retirarse hacia
atrás, pues no solo la atacó, le envió serpientes que intentaban meterse en el
corazón de ella, logro repelerlas con su escudo de luz y las flechas platino,
pero la serpiente era muy fuerte y poderosa, entonces decidió retirarse por su
bien y del bebe.
Noche tras noche, Amatista, no dormía pensando cómo sacarle
esa serpiente a Beltor, caminaba solitaria y pensativa, a unos pocos pasos de
ella, su hermano Eadrom la seguía para cuidarla.
Un día ambos caminando por los jardines muy preocupados, se
sentaron en el borde de una fuente de aguas cristalinas y serenas cuando de
pronto vieron una luz muy fuerte que descendía en los jardines, dejó a paso una
estela de Luz, era un Ser…
De largo cabello plateado, de ropas negras y poseía dos
pares de alas que las recogió entre sus ropas.
Elevo su mirada al cielo y agradeció ese sagrado instante de
estar frente a sus…Amados Hijos Amatista y Eadrom, les hablo…
“Amados hijos, me presento antes ustedes porque sentí el
desesperado llamado de sus corazones, yo soy
Koyabey, su padre, soy un Guerrero del Tiempo defendí las fronteras de
la Dimensión Arcoiris y Platino, fui esposo de vuestra madre, pero ella me
traicionó con mis propios enemigos de la Dimensión Azabache, cuando la
descubrí, antes que matarme prefirió encerrarme hasta el final de mis días en una
caverna más oscura del Planeta Jubar, cuando Beltor combatió contra Raicer y
destruyó el Palacio, él no sabía que había abierto un portal de luz por el cual
logré escapar y ser nuevamente libre, hoy me presento ante ustedes para
rescatar a Beltor, porque a él le debo mi liberación y el reencuentro con mis
hijos”
Ante esta información Amatista y Eadrom abrazaron a su padre, llorando de alegría por
este reencuentro tan importante para todos y en especial para Beltor que debía
liberarse para liberar a todas las dimensiones de tanto horror y oscuridad.
Koyabey, rápidamente les propuso una solución para el
rescate de Beltor, le pidió a Eadrom que lo acompañara al Planeta Jubar, pues
en el Palacio aún estaba su espada sagrada de Luz, que le serviría para enfrentar
a las huestes Azabache y quitarle la serpiente del corazón a Beltor.
Eadrom, aceptó emocionado, de acompañar a su padre, le pidió
a su hermana que permaneciera en el Templo, por su seguridad y la del bebe, pues
faltaba poco para el nacimiento.
Ante esta situación tan urgente, el padre convocó a dos
Hadas que se especializaban en cuidar a las futuras parturientas y a sus bebes,
se llamaban Grisel y Greta, ambas se presentaron al instante y acomodaron el
Templo para Amatista y el futuro bebe, para que estuvieran muy cómodos.
Ya más tranquilos al
ver que Amatista se encontraba conforme con sus nuevas acompañantes, Koyabey y
Eadrom, partieron rumbo al planeta Jubar.
Llegaron al Palacio de Raicer o mejor dicho a lo que había
quedado en pie y sin saber a ciencia cierta por dónde comenzar a buscar el
salón de la espada sagrada de Koyabey, con ella lograba crear códigos sagrados
que los incluía en figuras muy poderosas y las teledirigía con su pensamiento
hacia el objetivo, que él determinaba, su poder era único en todas las
dimensiones y solo él sabía cuáles eran los códigos exactos para cada objetivo.
Mientras buscaban en el salón, muchos recuerdos dolorosos
les llegaron a ambos mientras recorrían el lugar, ambos estuvieron presos por
la ambición desmedida de un ser que ejerciendo el poder que le fue delegado por
herencia y por el consentimiento de sus súbditos, se dedicó a construir su dominio a través del miedo, la
crueldad, la soberbia y la ambición sin límites, pero ya no había tiempo para
lamentos porque lo importante era el presente, conservar lo que había quedado
de ellos y seguir construyendo la paz a través de una justicia equilibrada por
el respeto a la vida.
Después de varias lunas y de largas caminatas, lograron
divisar lo que había sido la entrada del salón principal, la escalera caracol
que llevaba directo a la espada, tenía
los escalones rotos, con mucho cuidado, ascendieron hasta el salón principal que guardaba la
espada.
Allí estaba… en perfecto estado, esperando a su legítimo
dueño.
Koyabey se acercó a ella, emocionado, la tomó con sus manos
mucho cuidado y al hacerlo la espada de
códigos de luz, se tornó más luminosa y él se transformó, logró completarse,
con la energía de ella, para regresar a Ser lo que fue siempre, un Guerrero
multidimensional, defensor de las fronteras de los Universos y más allá de
ellos.
Del caos nace la luz y aunque nos cueste aceptarlo, los
grandes cambios en todos los planos de la existencia, siempre se inician a
partir del caos.
El caos es confusión de energías, es antagonismos de fuerzas,
es lucha, empuje y resistencia, hasta que finalmente llega un estado de
equilibrio de las energías que se desplegaron
como fuerzas antagónicas, así funciona la evolución, como una búsqueda
permanente del equilibrio entre las energías opuestas.
Esto no significa que se debe crear el caos, para lograr
obtener triunfos, el caos nace como consecuencia del desequilibrio de las
fuerzas energéticas del momento, cuando una fuerza busca prevalecer sobre las
otras e intenta imponerse de manera arbitraria, sin tener en cuenta las
consecuencias para las otras partes, tanto generales como individuales,
entonces… inevitablemente se está generando el caos.
El caos es la transición hacia el inicio del equilibro,
cuando uno de los opuestos rechaza que el otro lo domine, se inicia el caos,
pero en él no hay ni perdedores ni ganadores, hay una búsqueda casi
inconsciente de restablecer el equilibrio que ambas partes perdieron y
necesitan recuperar.
Durante la lucha, cada parte implicada saca de su interior
sus miserias, los miedos, la ambición personal, el egocentrismo, pero también
llega un momento, donde todo aparenta estar perdido y es en ese instante donde
se descubre cómo obtener los cambios necesarios para no continuar con el caos que genera más y más conflicto, sin llegar a una
solución.
En el momento donde la oscuridad más profunda se intensifica
y ya parece que no quedan posibilidades de un cambio, llega inevitablemente el
inicio de una transformación, pues nada en el Universo es rígido y definitivo,
todo se transforma, cambia y fluye en busca del equilibrio.
Con el equilibrio final, si las partes implicadas
comprendieron el valor Sagrado del caos dentro de la Evolución de la Vida, se
habrán transformado, y ya nada será igual, como lo era antes del caos.
El rayo que envío Beltor a través de su dragón se clavó en la frente de Mansklingorm, pero fue sacado al instante por un ser nunca visto por nadie antes, de ropas oscuras, rostro tapado por una capucha, sus manos huesudas y blancas, actuó con tanta rapidez, que le salvó la vida a Mansklingorm y le dijo… “Aún no ha llegado tu hora”…
Gira la cabeza y le dice a Beltor… “Hermano por qué nos das tanto trabajo, tú perteneces a este lugar, eres mi hermano por parte de nuestro padre en común, el Dios Azabache.” Beltor, aturdido, encadenado y con un fuerte dolor en el pecho que casi no lo dejaba respirar, le pregunta quién era, a lo que responde, “Soy tu hermano mayor, Medelurgrim, me llevo las almas a mi territorio silencioso, frío y solitario, cuando les llega el final de sus vidas, la muerte definitiva y eterna, las enfrento con sus propios miedos, errores y 107 torturas, hoy, no falta mucho tiempo más para que te lleve a mi territorio, del cual jamás podrás salir”. Beltor, los sigue, sin saber adónde se dirigía y quién era él realmente, había perdido parte de sus recuerdos. Caminaba por un acantilado, para llegar a un laberinto de caminos cubiertos por bruma gris, animales salvajes gigantes y plantas con púas, imposible escapar por esos territorios.
En el caos las energías luchan desde lugares opuestos,
buscan ocupar el lugar del otro, desplazarlo, aniquilarlo, mueren en el
agotamiento de sus propios egos entronizados, hasta que llega un instante, que
comprenden que no hay ni ganadores ni perdedores, todas las partes perdieron y
ganaron de alguna manera.
¿Cuándo termina esa lucha?
¿En qué momento llega el equilibrio de las energías que dan
paso a la paz?
En el instante sagrado donde la sabiduría, prevalece por
sobre la astucia del ego.
Los actos sabios son aquellos que establecen prioridades
desde la nobleza del corazón, si bien la razón continúa activa, aprende a
subordinarse al Corazón.
Los actos sabios conocen del avance y del retroceso
necesario para avanzar con mayor firmeza y respeto en la corriente de la vida
plena.
El Dios Azabache se ubica frente a su hijo Beltor, ambos
sabían que era la batalla que marcaría el final, solo cuando uno de ellos
muriera.
El Dios Azabache se consideraba el único ganador, pues era
el más poderoso de todos los multiuniversos, nadie más que él sería el dueño de
la Dimensión Platino, Arcoiris, Amrylif, además de su propia creación Azabache,
él se sentía ganador antes de serlo.
Beltor sentía que su padre veía su poder solo a través del
odio y la fuerza maligna, no veía en él ni un átomo de Luz, solo oscuridad,
mientras que él debía defender la Vida de todas las dimensiones y lo haría
desde la fuerza del amor y aunque fuera su padre, debía matarlo si era
necesario y hasta entregaría su propia vida a cambio de la vida y la paz de
todas las dimensiones afectadas.
Beltor nunca buscaba soluciones pensadas desde él, siempre evaluaba
desde su amor a la Vida.
Todos los allí presentes, que lo conocían, sabían del
sacrificio sin límites de Beltor y eran conscientes que esa podía ser su última
gran batalla.
Entre ambos un abismo, que los separaba… el suelo se abría
por la energía de ambos y de las grietas salían llamaradas, humo y lava, era
como si el lugar se preparaba para explotar.
Beltor
vio como el Dios Azabache se transformaba en una bestia de grandes dimensiones…
No sentía miedo, convocó a la energía más pura y valiosa
desde su corazón… Los universos lo
escucharon, también los distintos planos de las dimensiones conectadas a él,
llegaron al unísono esferas de energía, estrellas y rayos de luz que se
incorporaron a su cuerpo…
Ambos, Beltor y el Dios Azabache, transformados en su máximo
poder, comenzaron a pelar, cada golpe hacía vibrar el suelo y la atmósfera,
Beltor recibía golpes que lo derribaban, cayendo al suelo y volviendo a
incorporarse, su dragón, comenzó a despertar su ira máxima de hielo y platino…
La energía de los golpes que Beltor le propinaba al Dios
Azabache, este último, la absorbía, debilitando la energía de Beltor, pero haciéndose con cada
golpe más fuerte, el Dios Azabache.
Todo parecía que la batalla la ganaba el Dios Azabache hasta
que el Dragón Dubach se abalanzó hacia el Dios Azabache y le arrancó los
ojos con un latigazo de su cola de hielo
y cristal, parecía que iba a caer por el abismo, por haber quedado ciego y sin
equilibrio, pero logró elevarse y desde lo
alto tiraba esferas de fuego hacia Beltor.
Beltor comenzó a esquivar las esferas mientras se elevaba también él, en las
alturas creó una estrella de energía que la hizo girar a gran velocidad, dirigiéndola
al Dios Azabache, rozó su brazo izquierdo, cortándoselo.
Beltor solo le quedaba un recurso… transformarse él mismo en
una estrella, su dragón se incorporó a su cuerpo y todas las estrellas, rayos,
energía que convocaba se fueron incorporando a él…
Como una esfera de Luz gigantesca y al grito… “Por la Paz”,
se dirigió en su máxima velocidad a destruir lo quedaba del Dios Azabache, en
el choque final… Vientos huracanados, lava, truenos y rayos salían del suelo y
del aire… Una explosión de grandes dimensiones, originó en remolino de energía
en el cosmos.
Cuando se disipó tanto caos, el Dios Azabache estaba muerto
y Beltor caído inconsciente al borde de una grieta por la cual salía humo,
fuego y también luz…
La grieta se fue abriendo cada vez más, para dejar paso
desde las mismas entrañas de la Dimensión Azabache al Cristal de la Vida Eterna,
que ante tal magnitud del golpe final logró abrirse paso y salir…
Ya liberada, fue directamente al Beltor y se absorbió en su
pecho, llegando al corazón, donde se integró a el, dejando paso a la Vida
eterna para Beltor.
De pronto comenzaron a ver que entre las fumarolas que
salían de las grietas del suelo, se asomaban seres que no eran pertenecientes
de la Dimensión Azabache, eran los esclavos, los prisioneros y los seres de
luz, que se liberaban de milenios de oscuridad, entre la multitud Kakosen, pudo
distinguir a una mujer que llevaba en sus brazos a una niña y la acompañaba un
niño, era su familia, Norika, Torden y Clarisa, estaban escoltados por su
duplicado Kakosen Dublachd, que se acercó hasta él para entregarle su familia
sana y salva.
Posteriormente, Dublachd, se arrodilló ante Beltor como
muestra de lealtad a su verdadero Dios y comenzó a desintegrarse, cada partícula
regresó al verdadero Kakosen.
Comenzaron a llegar naves de todas las galaxias, universos y
planetas para llevarse a los seres que se liberaban de tantos milenios de
opresión, todos se reencontraban con sus seres queridos y volvían a sus lugares
de origen.
Rápidamente tuvieron que evacuar la Dimensión, pues cada
instante que demoraban era más peligroso, la energía del torbellino absorbía toda la
materia, desapareciendo rápidamente todo rastro de la dimensión Azabache y sus
habitantes.
Finalmente, partieron todos, cada quien a su lugar de
origen, dejando atrás el cierre de una de las etapas más máxima oscuras conocida por todos los
afectados.
Ahora quedaba por
delante la sanación de las heridas, la reconstrucción y la reflexión…
Beltor se dirigió a la Dimensión Platino, pues el Dios
Grisial, quería conversar con él.
Fue así que organizó
una reunión a solas, en el Palacio Palasgrisial, allí ambos mantuvieron
una larga conversación donde Beltor recibió felicitaciones y una cena especial
de bienvenida y agradecimiento, pero lo más importante fue que le anunció a
Beltor, que debía regresar a la Dimensión Arcoiris porque la Rosa Ferfarvet, lo
llamaba con urgencia.
Beltor, acudió al Lago de la Vida Eterna, una vez allí, infinidad
de recuerdos lo invadieron y el perfume de la Rosa lo transportó hacia ella,
caminó sobre el lago, sin que sus pies se hundieran en el agua cristalina, que
fluía suavemente como las caricias de una madre a su bebé.
Al detenerse frente a ella, la rosa comenzó a crecer y abrir
sus pétalos, de ella salió una bellísima mujer muy joven, que le sonreía
dulcemente…
Con el transcurso del tiempo, logró salir de adentro de la
rosa, lo tomó de la mano y lo llevó a la orilla del lago.
Lo abrazó como una madre lo hace con su hijo tan amado, en
sus manos creo una esfera de luz y dentro de ella se sucedían imágenes…
“Amado hijo Beltor, ha llegado el momento para que conozcas
la otra parte de tu origen, observa la esfera…
Yo soy la Diosa Arcoiris, Ellen esposa del Dios Grisial, mi
hermano es el Dios Duwefys, tú eres mi amado hijo, pero tu padre no es el Dios
Grisial.
Hace mucho tiempo atrás el Dios Azabache, atacó la Dimensión
Platino, en la guerra, fui secuestrada y violada por el Dios Azabache, el Dios
Grisial logró liberarme y desalojar al Dios Azabache de la Dimensión Platino,
pero, para mantener la paz de las Dimensiones, el Dios Grisial y yo debíamos
estar separados, me refugié muy lejos allí, esperé tu nacimiento, cuando
naciste…
Busqué un cristal muy
resistente, allí te introduje para enviarte a la Dimensión Platino en donde el
Dios Grisial, te enviaría a la Dimensión Arcoiris ante mi hermano, mientras
tanto, yo salí de mi refugio y me escondí en la Rosa del Lago de la Vida Eterna,
de esta forma logre sobrevivir y cuidarte desde un lugar que solo el Dios
Grisial yo sabíamos, para que todo se mantuviera en paz, aunque estuviera
separada de mi esposo, su energía me mantenía viva la esperanza que un día
podría ser libre y ver en persona a mi amado hijo, Beltor.”
Beltor no podía dejar de llorar, se le mezclaba la alegría y
el dolor por el sufrimiento de su madre y del Dios Grisial.
La Diosa Ellen, lo abrazó, calmándolo…
“Hijo ahora todos somos libres gracias a ti, mereces ser
feliz y disfrutar tu verdadera libertad y yo recuperar mi matrimonio y a mi
hermano que no estaba informado que yo vivía dentro de la Rosa Ferfarvet,
culpándolo al Dios Grisial de mi desaparición, pero en realidad mantuvimos el
secreto por la seguridad de ambas Dimensiones.
Ya es tiempo que regreses a tu Dimensión, Amatista está
pronta a dar a luz y seremos una gran familia.
Beltor, se arrodilló ante su madre, besó su frente,
agradeciéndole todo el sacrificio que había realizado por la paz y la
integridad de las dimensiones y por protegerlo de la muerte.
Muy emocionado, se dirigió hacia la Dimensión Amrylif, a su
Palacio en el Templo del Corazón de Donubell.
Allí, en la habitación principal, desde la cuna con carita
de asombro, ojos cristalinos y de cabellos oscuros y platinados… lo esperaba,
su hijo.
Todo origen… evoluciona.
Del caos, nacen los cambios y en cada cambio se suceden
nuevos orígenes para la futura evolución.
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
19/03/2024
Índice de personajes y lugares.
Capítulo: 1
Dragón Gliocasgíd: Representante y mensajero de la Dimensión Platino.
Dimensión Platino: Ubicada en el Plano vigésimo uno del Universo Plateado.
Rosa Ferfarvet: Su néctar otorgaba a la vida de la Dimensión Arcoiris
crecimiento, paz y sabiduría. Representante del Dios Grisial.
Dimensión Arcoiris: Ubicada en el vigésimo Plano del Universo Multicolor.
Lago de la Vida Eterna: Dominio de la Rosa Ferfarvet.
Saoigich: Guardián principal y guerrero Superior del Dios
Duwefys. Padre de corazón de Beltor.
Dios Duwefys: Dios de la Dimensión Arcoiris.
Dios Grisial: Dios de la Dimensión Platino.
Foskia: Luz platina y sombra azabache.
Beltor: Guerrero Foskia, (Luz y sombra)
Capítulo: 2
Enadiel: Valiente guerrero del ejército Arcoiris. Amigo de
Beltor.
Tierras Finales: Sector final de la Dimensión Arcoiris, sin luz.
Dragón Dubach: habitaba en Beltor desde su origen azabache, quedó fijo
en un tatuaje, que cobraba vida a través de la ira de Beltor.
Dios Azabache: Padre de Beltor, creador de la Dimensión Azabache.
Capítulo: 3
Palasgrisial: Palacio y residencia del Dios Grisial.
Monte Platinwm: Monte donde se construyó el Palasgrisial.
Dimensión de los Lamentos: sector donde vivían los seres sin esperanza. Evolucionó
a la Escuela Cósmica para superar los lamentos.
Montañas de las Brumas
eternas: Sector donde Beltor
construyó su santuario.
Monte Klarc: lugar donde Beltor construyó su Santuario.
Capítulo: 4
Amatista: Guerrera del Planeta Jubar, capitana general del ejército
de la frontera sudoeste. Hija de la Reina Raicer.
Planeta Jubar: Planeta ubicado en el sudoeste de la Dimensión Platino.
Agatha: Tigresa blanca, mascota de Amatista.
Raicer: Reina de Jubar y madre de Amatista.
Palacio de Caerulem: residencia de la Reina Raicer y su familia.
Zorugo: mensajero de confianza de la Reina Raicer.
Eolais Cran: Árbol de la Vida.
Ferfer: Duende de los nuevos proyectos.
Capítulo: 5
Kakosen: Alfil del Dios Azabache.
Planeta Kosen: Origen de los guerreros Kosen.
Norika: esposa del guerrero Kakosen.
Torden: hijo de Kakosen y Norika.
Clarisa: hija de corazón de Kakosen.
Kakosen Dublachd: duplicado de Kakosen.
Cristal de la Vida Suprema: cristal que otorga el poder de la Creación.
Capítulo: 6
Pantano de los deseos: lugar donde los deseos se cumplen sólo por voluntad del
Dios Azabache.
539 Eadrom: hijo de Raicer, hermano de Amatista.
Capítulo: 7
Dimensión Amrylif: Dimensión creada por Beltor, ubicada entre la Dimensión
Platino y la Dimensión Arcoiris.
Planeta Donubell: (Regalo de Beltor) Planeta creado por Beltor.
Donubellinos: habitantes del Planeta Donubell.
Reinos de Donubell:
conducidos por los Dioses:
Reino mineral: Dios Roca.
Reino aire: Dios viento.
Reino vegetal: Diosa Cerci.
Reino animal: Dios Búho.
Kilan: la sombra del ego individual.
Cordón de Asteroides: berrera protectora contra las invasiones peligrosas.
Ámbar: Estrella de Donubell, fuente de energía del Planeta,
habitada por los dragones de fuego.
Música de Ambarbell: sonido que se generaba entre la órbita del Planeta
Donubell y el Sol Ámbar.
Templo del Corazón de Donubell: Templo de meditación y armonización del Planeta
Donubell. Creado por Beltor.
Capítulo: 8
Mansklingorm: Jefe Supremo del Ejército azabache y mano derecha del
Dios Azabache.
Koyabey: padre de Amatista y Eadrom, ex esposo de Raicer.
Guerrero del tiempo multidimensional.
Greta y Grisel: hadas cuidadoras de Amatista.
Capítulo: 9
Medelurgrim: hermano mayor de Beltor, hijo del Dios Azabache.
Conductora de las almas fallecidas a las tinieblas Azabache.
General Tornado: miembro del ejército Platino, generaba con su espada
tornados y cataclismos atmosféricos.
Overgang: nueva Diosa de la transición entre la vida y la muerte,
transformación de Medelurgrim.
Capítulo: 10
Kakosen Dublachd: muere desintegrado.
Diosa Ellen: esposa del Dios Grisial, hermana del Dios Duwefys y madre de Beltor.
Imágenes: extraídas de internet.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario