miércoles, 24 de julio de 2019

ACOMPAÑAR ES....



1. Acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.


2. Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.


3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.


4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.


5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.


6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.


7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.


8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.


9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.


10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.


11. Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos.


-Alan D. Wolfet


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¿Cuándo hacerle caso a la voz de la conciencia?



¿Qué sucedería si alguien te dice que existe un ‘sexto’ sentido? Seguramente has escuchado al respecto antes, pero puede que no entiendas bien de qué se trata.


A todos nos enseñan desde la primera etapa escolar que los seres humanos poseemos 5 sentidos principales: el olfato, la visión, el tacto, el gusto y el oído. Cuando hablamos de sexto sentido, nos referimos a la intuición o voz de la conciencia, la capacidad que tenemos de ver o sentir algo que los demás no pueden.

El sexto sentido en acción

¿Alguna vez te ha pasado que conoces a una persona y sientes que no es de fiar? ¿O has sentido que no debes tomar “ese atajo” hoy y eliges el camino más largo en su lugar?

Si la respuesta es sí, entonces has experimentado una conexión directa con la voz de la conciencia.

Aún faltan muchos estudios para conocer de dónde proviene esta sensación, sin embargo, algunos científicos lo llaman “propiopercepción”, explicando que nuestras articulaciones envían constantemente información a nuestro cerebro sobre dónde estamos. Desde luego, este término no abarca todas las sensaciones que implica el sexto sentido.

Creo en las intuiciones e inspiraciones … A veces siento que tengo razón, aunque no sepa si la tengo”.
– Albert Einstein

Otros relacionan el sexto sentido con la “magnetorrecepción”, habilidad que permite detectar los cambios magnéticos en nuestro entorno. Está comprobado que este sentido existe en animales como las aves migratorias, las abejas y los tiburones, pero no se ha confirmado en el ser humano.

Lo que sí sabemos es que el sexto sentido es una alerta. Cuando algo no va bien, nuestra mente lo percibe y puede reaccionar en pro de la supervivencia, evitando que algo malo nos ocurra.

¿Conviene escuchar a la voz de la conciencia?

La psicóloga Maria Fornet, en un artículo publicado en su página personal, explica que durante su experiencia laboral ha notado que a las mujeres se les enseña a no prestar atención a su voz interna, aquella que les dice que algo está mal. Fornet explica que muchas mujeres, antes de ser abusadas o víctimas de la violencia, han sido advertidas por la voz de la conciencia, pero han ignorado esta alerta.

Tal vez, si aprendiéramos a estar en sintonía con nuestra intuición, podríamos:

Reconocer situaciones peligrosas con mayor facilidad y alejarnos de ellas.

Leer las verdaderas intenciones de quienes nos rodean, para así evitar ser engañados o heridos.

Tomar decisiones más inteligentes en el plano laboral y sentimental.

Se dice que la intuición nunca se equivoca, el problema es que nosotros no sabemos interpretar sus señales. Existen libros dedicados a conectarte con tu sexto sentido a través de técnicas de meditación y nuevos hábitos de vida, como “La inteligencia intuitiva” de Malcolm Gladwell, o “Educar la intuición: desarrollo del sexto sentido”, de Robin Hogarth.


Cuando sientas el llamado de tu sexto sentido, atiende y escucha pacientemente. Date cuenta de que quizás la voz de la conciencia puede revelarte verdades que escapan a la lógica. En especial cuando te encuentres en situaciones que puedan acarrear algún peligro para ti o tus seres queridos, decide escuchar y seguir tu intuición; el resultado podría terminar siendo un auténtico milagro.

Phrònesis

Atrévete a ser feliz.

Las 7 Reglas Espirituales De Paracelso



Paracelso sostenía que cuando existía el equilibrio entre la humanidad y la naturaleza se conseguía tener buena salud. Estaba especialmente interesado en la relación de la humanidad con el cosmos, que él llamaba Diva Matrix, clasificándolo así de elemento femenino.

Paracelso estudió astrología, y creía que las estrellas y los planetas afectaban profundamente a toda la vida y a la materia. También estaba fascinado por la magia natural, a la que describía como un poder que provenía directamente de Dios, y que podía ser canalizada por un médico para provocar efectos curativos. Paracelso afirmó que el poder de la imaginación podía contactar con el universo y, a su vez, reflejarlo en la humanidad para conducirla al autodescubrimiento.


El aspecto que vamos a abordar de Paracelso será su faceta alquimista. «Paracelso es también, además de otras cosas, y tal vez más profundamente, un ‘filósofo alquimista’, cuya concepción religiosa del mundo, está en oposición al pensamiento y la fe cristiana. Él fue inconsciente de esta oposición, que es para nosotros casi inextricable», resume Jung en su prólogo al abordar su Opera Omnia, formada por 2.600 folios y editada en 1616. Jung ve en el viajero incansable y médico altruista que fue Paracelso a un precursor de la medicina química, así como de la psicología empírica y de la terapéutica psicológica.
1. Lo Primero Es Mejorar La Salud

Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento.
2. Desterrar Absolutamente De Tu Ánimo, Por Más Motivos Que Existan, Toda Idea De Pesimismo, Rencor, Odio, Tedio, Tristeza, Venganza Y Pobreza


Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3. Haz Todo El Bien Posible

Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona, pero debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.
4. Hay Que Olvidar Toda Ofensa

Hay que olvidar toda ofensa, mas aun; esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablará así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse.
5. Debes Permanecer Todos Los Días En Donde Nadie Pueda Turbarte


Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia.
6. Debes Guardar Absoluto Silencio De Todos Tus Asuntos Personales

Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7. Jamás Temas A Los Hombres Ni Te Inspire Sobresalto El Día De Mañana

Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre.


Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan.

Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el mal, cuyo verdadero nombre es el egoísmo.

Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad. La humildad te sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos: pecado mortal contra el Espíritu.

Fuente: Estos fragmentos han sido tomados de distintas obras de Paracelso, así como de citas hechas por estudiosos en sus obras sobre Paracelso, como Jung.

Cómo funciona el sistema de comunicación entre Yo Superiores. Por David Topi.


A lo largo de todos estos meses y artículos, en más de una ocasión hemos mencionado que la información que vamos publicando viene “consensuada” por todos los YS que poseen una encarnación activa en el planeta, que ha recibido la aprobación de las diferentes fuerzas “planetarias” y que el propio Kumar da por “válido” para que sea transmitido, especialmente en lo referente a lo que concierne a su sistema de vida, gestión y fuerzas que le asisten.

Ahora bien, ¿cómo consensúan y comparten nuestros Yo Superiores la información? ¿Hablan entre ellos? ¿Se comunican telepáticamente? Es un poco de todo lo anterior pero a un nivel más complejo. Inicialmente diremos que cada Yo Superior se encuentra en una ubicación espacial diferente, y en un nivel frecuencial y atemporal que difiere o puede diferir del resto.



Esto significa que no están todos “confinados” en una región del espacio-tiempo en el entramado de planos de la Tierra, y, de hecho, muchos están incluso fuera del sistema solar, ya que no importa la ubicación “espacial” ni la banda energética en la que te encuentras para que puedas establecer comunicación con otros seres o YS con los que compartes encarnación y formas parte de un sistema de vida en una especie consciente como la humana.

¿Cómo funciona entonces? Se hace a través de una conexión que todos los YS poseen con nuestro “logos galáctico” que recibe el nombre de Eur en Irdim, como alguna vez hemos comentado. Puesto que todo YS posee una parte de energía del mismo logos galáctico, aunque haya sido creado por otros niveles jerárquicos o por otros logos en otros rincones del universo, si tus encarnaciones activas se encuentran dentro de los “dominios” de una galaxia, entonces todos se “sintonizan” y conectan con el logos de esa galaxia para establecer los parámetros y recibir las instrucciones del sistema de vida en el que vas a gestionar encarnaciones “físicas” o “energéticas”, durante el periplo que dure tu conexión con esa raza o especie (por ejemplo, si la raza humana en algún momento abandonara la Vía Láctea y se estableciera en Andrómeda, por decir algo, todos nuestros YS tendrían que establecer comunicación y sistemas de trabajo y cooperación a través del logos galáctico de Andrómeda, desconectándose entonces de Eur para ello).

Así, a través de Eur, en una zona “especial” dentro de las diferentes bandas energéticas que existen en la galaxia (unas 350 en total desde la más densa a la menos), hay espacios reservados para este tipo de sistemas de cooperación y comunicación. Por lo tanto, todos los YS o seres que encarnan en la Tierra poseen un “campo común de información” en uno de los niveles superiores de la estructura de la Vía Láctea donde “vuelcan” todo el conocimiento que reciben desde sus personalidades y almas, que son las que están dentro del planeta y experimentando la vida física directamente.

Toda la información que cada ser humano “envía” a su YS sobre lo que percibe, siente, ve, oye, capta o aprende a lo largo de su vida, su YS lo traspasa al campo común de datos donde todo otro YS puede estar al tanto de cualquier cosa que pase en cualquier lugar de la Tierra donde haya un ser humano que haya vivido, visto, oído o percibido algo.

Este tipo de comunicación y sistema para compartir la información no viola el libre albedrío de nadie, pues no se añaden detalles de la personalidad que los vivió sino solo aquello que fue captado o aprendido, por esa razón, ningún YS sabe nada de la vida de ningún otro ser humano que no sea su propia encarnación, y, por esa razón, solo con permisos especiales y con una conexión “punto a punto” desde un Yo Superior a otro se pueden obtener datos de otra persona, que es lo que hacemos con la Sanación Akáshica, por ejemplo, porque para que yo, como terapeuta, pueda saber que problemas energéticos, emocionales, álmicos, físicos, etc. tienen mis hijos o un amigo que me pide una sanación, tengo que tener el permiso de la persona para entonces poder pedirle a mi Yo Superior que conecte con el YS de esa persona y así obtener los datos concretos de aquello que queremos trabajar o sanar.

Este mecanismo de comunicación sirve a todos los YS para consensuar las acciones contra asimoss y amoss y demás, porque recopilan toda la información que se tiene en el planeta sobre ellos, sobre sus movimientos, sus actividades y planes, etc., y cuando no hay ningún ser humano que pueda proporcionarla porque no lo sabemos o no estamos en ningún sitio donde podamos tener acceso a ello, entonces se le pide la información a las “fuerzas de la naturaleza”, al propio Kumar, etc.

De esta forma, se vuelcan en este repositorio de información y campo de comunicación todos los datos disponibles sobre algo, se analiza, y se toman las decisiones oportunas, se crean las estrategias de trabajo y luego, como ningún Yo Superior puede violar el libre albedrío de su parte encarnada, se nos comunica en forma de plan de acción con una petición para que la ejecutemos libremente si así lo deseamos, porque, de lo contrario, nuestros YS no pueden tomar la iniciativa para hacer algo aunque lo hayan decidido ellos mismos, ya que no son quienes “están al mando”, por decirlo así, de la situación en el planeta, sino que son los propios seres humanos a nivel de alma y de personalidad, los responsables de lo que sucede en el mismo.

Esto hace que muchos YS no puedan ejecutar las peticiones que publicamos aunque desearían hacerlo, porque no reciben el permiso y la solicitud desde sus personalidades, pues, evidentemente, de toda la población humana, solo una ínfima parte llegáis a leer alguno de los artículos que publicamos y llegáis a hacer la petición de los mismos. Aun así, es impresionante que siendo solo unos pocos miles de personas los que estáis haciendo este trabajo, se consiga la energía y consciencia necesaria para que la petición “global” que hacemos en conjunto con cada artículo llegue con la fuerza necesaria para que pueda ser puesta en marcha y, en consecuencia, estemos avanzando en muy buena dirección con los procesos que visteis en el checklist actualizado de hace unos días. Imaginaros que potencia tendría la humanidad si todos nosotros hiciéramos las peticiones y asumiéramos el control de nuestra propia realidad, una vez hemos tomado consciencia de lo que sucede, tenemos un plan de acción creado por nuestros YS y trabajamos a través de ellos para llevarlos a cabo.

Finalmente, ¿cómo se pueden ejecutar cambios en el planeta, en su estructura, en los planos energéticos, etc., si nuestros YS no están “aquí”? ¿Cómo pueden interactuar con la estructura mental para desmontar un egregor o eliminar un bloqueo en mi sistema energético si no existe un canal o conexión directa? La respuesta es que si que existe, todo YS está conectado al avatar o avatares que están activos en ese momento a través del llamado cordón dorado o línea de Hara, que puede extenderse millones de km, descrito en “distancia lineal”, hasta la posición del YS, pero además todo YS tiene sus propios “hilos energéticos” conectados desde si mismo a la estructura de la Tierra, desde donde puede interactuar con ella y, por lo tanto, puede mover energías, manipular, cambiar, sanar, eliminar, bloquear, asistir, etc., al planeta y a todas las fuerzas de la naturaleza a mantener la Tierra en el mejor estado posible. Por eso, y recordando lo que me decían mis guías: “es importante tener a cuantos más Yo Superiores activos y ayudándonos mejor, porque es un recurso que no podemos desaprovechar”.



Claro, para ello, es necesario que haya muchas personalidades “conscientes” y “despiertas” del trabajo que se tiene que hacer, porque solo la consciencia altera la energía y solo la energía puede hacer cambios en la materia, de ahí la necesidad de despertar tanta consciencia en las personas para que comprendan como se puede cambiar todo solo entendiendo lo que hay que cambiar, tomando consciencia de ello, ejecutando los protocolos de cambio energético (a través del YS) y luego viendo como poco a poco cambia la realidad “física” que, como ya sabéis, no es más que un reflejo de la realidad “energética”.

Un abrazo,

David Topí

martes, 23 de julio de 2019

AUTOESTIMA POSITIVA



1. Nunca más volveré a someterme o a ceder sumisamente ante nadie. Cualquier hombre o mujer que me lleve a un estado de sumisión no merece mi afecto ni menos aún ser dueño de mi corazón o de mi alma.

2. Nunca más volveré a tolerar comentarios críticos, mordaces o cínicos que puedan herirme en torno a mi aspecto físico, mi edad, mi cuerpo, mi peso, mi profesión, o cualquier otro tipo de inseguridades que pudiera tener. Un buen compañero nunca buscará hundirme, sino levantarme y aceptarme incondicionalmente.

3. Nunca más huiré hacia adelante en una relación. Me comprometo a tomar distancias al menos una vez al mes para retirarme y meditar acerca de adónde va mi relación con alguien, asegurándome de ser amado y respetado y no meramente seducido o adulado mediante bombardeos amorosos.

4. Nunca más dejaré que ninguna pareja amorosa me maltrate psicológicamente o de otra forma. Recordaré preguntarme periódicamente si yo trataría a alguien de este modo, y si la respuesta es negativa, no permitiré seguir siendo maltratado.

5. Nunca más dejaré al margen mi intuición o mi sexto sentido para detectar desde el principio las malas vibraciones, los sentimientos de confusión, de culpa o el mal rollo. Pondré coto a mis racionalizaciones y confiaré en mi yo interno.

6. Nunca más preferiré estar en malas compañías a estar solo.

7. Nunca más permitiré que me echen la bronca, me denigren o me hablen en un tono de superioridad o paternalista. Las buenas parejas no abroncan.

8. Nunca más permitiré a mi pareja llamarme celoso, posesivo, controlador, loco, o inestable ni le permitiré ninguna otra forma de proyección.

9. Nunca más aceptaré la inequidad o la falta de reciprocidad en una relación de pareja. La reciprocidad positiva y la mutualidad hace crecer la relación. La inequidad, el abuso y la dominación psicológica y mental, no. El amor nada tiene que ver con dominar al otro.

10. Nunca más volveré a sentir dubitación o inseguridad sobre estos principios sagrados que deben regir mis relaciones afectivas. Si en algún momento me olvidare de ellos, buscaré ayuda de un amigo o de un terapeuta experimentado y no actuaré bajo la presión o los impulsos, ni aún menos desde la vergüenza o la culpabilidad.


POLET

http://buscandome.es

Cinismo: El precio a pagar por dudar de todo y no creer en nada



¿Eres de los que piensa que tu gato solo te quiere porque le abres la lata de comida? ¿Crees que todos los políticos son corruptos? No te fías ni un pelo de las ONG, ni de ninguna organización en sentido general. ¿Crees que todos los que piden limosna luego gastarán ese dinero en drogas? Estás convencido de que tu compañero de trabajo solo está siendo amable para después pedirte un favor. Piensas que las investigaciones que dicen que la dieta mediterránea es saludable han sido pagadas por grupos de presión para que compres sus productos.

Si te has sentido identificado con la mayoría de estas afirmaciones, es probable que seas una persona cínica. Sin embargo, hay poco que celebrar porque el cinismo hostil se ha relacionado con numerosos problemas de salud. Aunque es probable que ni siquiera lo descubras porque, para ser fiel a tu cinismo, estarás sospechando que este artículo forma parte de alguna mega conspiración mundial para forzarte a pensar como los demás, a seguir los cauces del pensamiento normalizado que tanto detestas.
¿Qué es el cinismo?

“Eres un hombre amargo”, dijo Cándido.

“Eso es porque he vivido”, dijo Martin.

En este sintético diálogo de “Cándido”, Voltaire resumió a la perfección qué es el cinismo.

El cinismo fue un sistema filosófico que, en sus orígenes, allá por el siglo I, compitió con otras corrientes filosóficas, como el estoicismo. Y salió perdiendo. De los principios que implicaban vivir según la naturaleza abrazando el minimalismo poco queda. El cinismo moderno se fraguó entre los siglos XVIII e inicios del XIX, conservando de sus raíces filosóficas únicamente la propensión a dudar de los motivos de las personas.

En la actualidad, el cinismo se refiere a la incredulidad en los motivos expresados, implica dudar de la sinceridad y la bondad de los demás y, por extensión, de las normas y los valores sociales y éticos que compartimos. Esa duda no solo genera desconfianza, sino que a menudo se acompaña de desprecio y pesimismo acerca de los demás y de la humanidad en sentido general.

Cinismo: Psicología de las personas cínicas

La línea entre el cinismo y la objetividad puede llegar a ser muy sutil. Dicen que después de los 40 años, es prácticamente imposible no haber acumulado varios átomos de cinismo – quien más y quien menos. De hecho, el cinismo existe en un amplio espectro, de manera que ser cínicos en determinadas circunstancias o asuntos, no implica necesariamente que seamos personas cínicas.

En realidad, la mayoría de las personas cínicas son idealistas desilusionados. Generalmente se trata de personas que tenían estándares y expectativas poco realistas y que, en vez de ajustarse, comprometerse para cambiar su entorno más cercano o simplemente retirarse en silencio, desplegaron su cinismo como arma y escudo.

Desde esta perspectiva, el cinismo es una actitud defensiva. Si siempre esperamos lo peor de todos y de todo, no podrán herirnos ni nos sentiremos decepcionados. Se trata de asegurarnos de que todos los ángulos estén cubiertos, de prever todas las eventualidades posibles e imposibles, para defender a capa y espada nuestro “yo”.

Al mismo tiempo, ese cinismo nos hace sentir superiores. De hecho, la persona cínica suele enorgullecerse de su cinismo y lo blande como estandarte de objetividad, racionalidad e inteligencia, aunque en realidad detrás de esa coraza se esconde una persona más sensible y vulnerable de lo que imaginamos.

La larga lista de daños que causa el cinismo

Las personas cínicas que suelen asumir una actitud despectiva, irritante y desalentadora son las primeras en sufrir su cinismo. Los cínicos pueden ver esa característica como un reflejo de un realismo frío y duro, pero cuando se lleva al extremo puede convertirse en una actitud poco saludable, como está demostrando una creciente evidencia científica en la que se dibuja un cuadro más pesimista que el que los propios cínicos podrían imaginar.

Para comenzar, las personas cínicas tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, como señala un estudio publicado recientemente en la revista Neurology. Tras analizar a 1 146 personas, estos investigadores descubrieron que las personas cínicas tienen tres veces más probabilidades de sufrir demencia que aquellas que presentan un nivel bajo de cinismo.

El cinismo también aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Lo comprobó otro estudio publicado en la revista Circulation y realizado en 97 253 mujeres. Los investigadores explican que el cinismo aumenta nuestro nivel de estrés cotidiano, afecta las habilidades de afrontamiento para lidiar con la adversidad y disminuye el apoyo social.

Los hombres tampoco se salvan. Otro estudio realizado en la Universidad de Ciencias de la Salud de Lituania con 2 682 hombres de edades comprendidas entre los 42 y 61 años demostró que los cínicos tienen más probabilidades de sufrir una muerte precoz. Tras darles seguimiento durante 28 años, apreciaron que el cinismo aumentaba entre 1,5 y 1,7 veces el riesgo de muerte prematura.

¿Por qué el cinismo es tan dañino?

Parte de la explicación llega de la mano de un estudio realizado en la Carnegie Mellon University en el que se apreció que el cinismo hostil está relacionado con la inflamación. Esa actitud estimula la actividad proinflamatoria a través de las citoquinas.

La otra parte de la explicación llega de la mano del pesimismo y el aislamiento social a los que conduce el cinismo, estados que no contribuyen precisamente a que tengamos una mejor salud. De hecho, un estudio de la Universidad de Utah reveló que las personas cínicas son más propensas a sentirse provocadas por las acciones de los demás, lo cual desencadena una respuesta fisiológica exagerada que probablemente mantiene alto el nivel de estrés.

Los efectos del cinismo no solo se aprecian en nuestra salud sino que también se extienden a nuestros ingresos. Un estudio desarrollado en la Universidad de Colonia descubrió que las personas cínicas tienen menos ingresos porque son desconfiadas y excesivamente controladoras, de manera que no aprovechan los beneficios de la cooperación y pierden mucha energía monitorizando el trabajo de los demás.

Este cúmulo de investigaciones confirma que la forma que vemos el mundo tiene un poderoso efecto sobre nuestra salud, de manera que el cinismo hostil termina convirtiéndose en un bumerán que se vuelve en nuestra contra.
Ser o no ser cínico: Ese es el dilema

A veces, con los golpes de la vida, es casi inevitable no desarrollar una actitud más cínica. Eso no es necesariamente negativo, siempre que no se nos vaya la mano.

Diógenes, probablemente el cínico más conocido, alzaba una lámpara para los atenienses invitándolos a cuestionar sus creencias, valores y prioridades, y apuntándoles un camino más auténtico y satisfactorio.

Su objetivo era eliminar la niebla y la confusión para ver la realidad con mayor lucidez y claridad. De hecho, Bernard Shaw definió el cinismo como “un poder de observación precisa”. Una persona cínica se negará a ser encasillada, a colocarse etiquetas y puede llegar a ser muy objetiva y convertirse en un observador sagaz cuando es necesario una dosis de realismo.

El cínico, después de todo, se inclina a cuestionar los motivos de las personas y de la sociedad en general, quiere destruir cualquier forma de convencionalismo. Y eso no es malo. Lo malo es partir con la presunción de que todos los motivos son perversos y ponerse a la defensiva porque eso implica que nos estamos cerrando a conocer la realidad.

La clave para que el cinismo no nos dañe consiste en usar el cuestionamiento y la duda no como un fin en sí mismos, sino como un medio para eliminar la niebla e intentar ver las cosas como son – o al menos de la manera más objetiva posible. Como dijera Oscar Wilde: «El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean«. Y eso implica estar abiertos a lo malo, pero también a lo positivo.

Podemos aprovechar las experiencias de la vida, no para desarrollar un cinismo hostil sino para darnos cuenta de lo que realmente importa y eliminar todo aquello que no sirve y solo está estorbando. Necesitamos poner en práctica un cinismo inteligente, que no es una negatividad general hacia el mundo sino un foco de búsqueda de lo que realmente vale la pena, sabiendo separar el oro de la paja.



Fuentes:

Šmigelskas, K. et. Al. (2017) High levels of cynical distrust partly predict premature mortality in middle-aged to ageing men. J Behav Med; 40(4): 612-619.

Stavrova, O. & Ehlebracht, D. (2016) Cynical beliefs about human nature and income: Longitudinal and cross-cultural analyses. Journal of Personality and Social Psychology; 110(1): 116-132.

Neuvonen, E. et. Al. (2014) Late-life cynical distrust, risk of incident dementia, and mortality in a population-based cohort. Neurology; 82(24): 2205-2212.

Janicki-Deverts, D. et. Al. (2010) Cynical Hostility and Stimulated Th1 and Th2 Cytokine Production. Brain Behav Immun; 24(1): 58–63.

Tindle, H. A. et. Al. (2009) Optimism, Cynical Hostility, and Incident Coronary Heart Disease and Mortality in the Women’s Health Initiative. Circulation; 120(8): 656-662.

Allred, K. D. & Smith, T. W. (1991) Social cognition in cynical hostility. Cognitive Therapy and Research; 15(5): 399–412.

La entrada Cinismo: El precio a pagar por dudar de todo y no creer en nada se publicó primero en Rincón de la Psicología.

Los Beneficios de las manualidades.


En este post hablaremos sobre los múltiples beneficios que las manualidades reportan para los niños y niñas, de manera de promover que las utilicemos con la mayor frecuencia posible.

Siempre es bueno recordar lo que ya sabemos, pero que dejamos de lado por diversos motivos. Tal es el caso de los beneficios de las manualidades para niños. Tenemos claro que potencian el desarrollo de múltiples habilidades, sin embargo, cada vez damos menos oportunidades para que las realicen.

Las actividades para niños deben considerar las manualidades, de manera de favorecer la expresión de su creatividad y de su mundo interior, al tiempo que desarrollan sus procesos cognitivos y mejoran su autoestima. Los invitamos a recordar la importancia y poner en práctica las manualidades con sus niños y niñas.

Las manualidades para niños no es tan sólo colorear dibujos, pegar bolitas de papel, o recortar plantillas para hacer un títere, no. Va mucho mas allá. Las manualidades son una herramienta capaz de generar la adquisición de nuevos conocimientos, de despertar nuestros sentidos y los de nuestros hijos. Con las manualidades le ayudarás a enriquecer su capacidad de comunicarse y de expresarse, además de ampliar su capacidad de ver, comprender e interpretar el mundo.

Los pedagogos infantiles y la comunidad de psicólogos infantiles coinciden en lo mucho que las manualidades estimulan y refuerzan los procesos mentales. Algunos de los beneficios que las manualidades reportan a los niños son:

– La creatividad pues les enseña a expresarse y mostrar el mundo real tal y como ellos lo ven. Además, combinan lo real con lo fantástico y trabajan el lóbulo derecho del cerebro, es decir, el lado creativo de nuestra mente. De la misma forma, estos trabajos manuales desarrollan la paciencia y la perseverancia.

– La atención y concentración ya que el niño debe centrar sus sentidos en una sola cosa, aprendiendo a centrar su atención y concentrarse de un modo paulatino.

– La memorización también se desarrolla a través de las manualidades. Los niños se fijan en cómo trabajan los adultos, memorizan los pasos y copian los mismos movimientos.

– La psicomotricidad en general y en particular el área motora fina. Es decir, la soltura en el manejo de los dedos y manos como herramientas, fortaleciendo también los músculos que los componen.

– Mejorar la autoestima porque el niño se ve capaz de afrontar un reto y lograr su objetivo. No importa que los pequeños sean grandes artistas, sino que se expresen a través de las manualidades. Por ello es importante hacerles ver que la manualidad que han hecho no es desechable, debemos valorar su esfuerzo y trabajo.

El arte y las manualidades concretamente, ayuda a potenciar todos estos valores facilitando los canales para que el niño pueda expresar lo que lleva dentro, sus sentimientos, sensaciones y emociones de una forma creativa, a la vez que aprende a percibir y entender el mundo desde diferentes puntos de vista.

En el mundo de la educación social, podemos encontrar muchos niños con dificultades a la hora de expresarse mediante canales habituales como el lenguaje oral o escrito, ya sea por dificultades psíquicas, físicas, de comportamiento o de relación. Sin embargo el arte y las manualidades les ofrece la posibilidad de expresarse sin filtros, prejuicios o tópicos, que resulten un impedimento para su comunicación y su expresión entre su mundo interior y su entorno de una forma más directa y efectiva.

Además, las manualidades permiten pasar un buen rato con los más pequeños de la casa, ayudarles en su desarrollo físico y mental, hacer que se diviertan y mejorar la comunicación entre la familia ¡Incluso hacer de una actividad cotidiana un recurso educativo!


lunes, 22 de julio de 2019

CONVIENE SER TOLERANTE. Por Francisco de Sales.


En mi opinión, una de las cosas que más cuesta hacer, y que es algo que requiere mucho tiempo de vida para empezar a comprender y aplicar, es ser tolerante.

De entre las diferentes acepciones de tolerar, me quedo con la que dice “respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”, también “permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente”, y “llevar con paciencia”.

Además, se puede añadir otra forma de definir la palabra: “aceptar a los otros tal como son”. Y si ya son difíciles y complicadas de asumir las anteriores definiciones, lograr esta última requiere un esfuerzo especial.

Por naturaleza parece que a todos nos surge la norma de suponer que son los otros los que están equivocados, los que no hacen las cosas bien, los que son raros, los complicados… y cuesta aceptarlos tal como son porque no cumplen nuestras expectativas, porque no están en sintonía con nuestra forma de ser y actuar, que, por supuesto, según nuestro criterio, es la correcta. Eso es lo que creemos, claro.

Cada día estoy más convencido que hay que des-identificarse de las cosas que ocurren, y no permitir que todo-todo lo que hacen los demás nos afecte; que no hay que implicarse innecesariamente en cosas que no son de nuestra incumbencia y que además no nos aportan nada bueno, que hay que eliminar los juicios y más aún los prejuicios, que hay que ser muy respetuoso y comprensivo, que hay que meterse en los zapatos del otro antes de opinar y de juzgar, y que hay de reconocer los propios fallos y limitaciones antes de exigir la perfección a los otros. (¿Y qué autoridad tenemos nosotros para decirles cómo tienen que ser?)

La paciencia y la objetividad son unas aliadas imprescindibles. La capacidad de comprensión también es necesaria. Y también la aceptación desde la comprensión y la empatía.

Es bueno estar predispuesto para aceptar que las cosas no siempre van a ser como nosotros deseamos, que no se van a cumplir todos nuestros sueños, que la vida no siempre transcurre a nuestro gusto, que el mundo no gira a nuestro alrededor, que hay que ser siempre muy comprensivo y muy indulgente, que la capacidad de perdonar –o sea, de comprender- tiene que estar siempre activada, que no todo es tan grave como aparenta o como nos parece en un primer momento, que lo importante es que uno prevalece por encima de todas las adversidades y que con el tiempo, si se desea, todo se va minimizando, todo pierde su aparente agresividad inicial.

Es bueno no oponerse a lo inevitable, no martirizarse, no frustrarse continuamente, resignarse sin sentimiento de derrota ante lo irremediable, ser un poco flemático y conformarse con lo que hay cuando no puede haber más.

Es bueno tomarse la vida con más tranquilidad y los inconvenientes con menos drama. Se trata de VIVIR y no de sufrir. Conviene ser objetivos, neutrales y a veces un poco fríos –o sea, sensatos-. Eso ayuda a ver las cosas como realmente son y no como nuestra confusión nos hacer verlas.

Sé tolerante. Serás más feliz.

Te dejo con tus reflexiones…

http://buscandome.es

DEJA DE CORRER, LO QUE BUSCAS NO ESTÁ AFUERA. Por Laura Foletto



“La vida bucólica”. Si hay una frase pasada de moda es esta. Creo que solo la gente grande la recuerda. Está originada en poemas de Virgilio, describiendo la vida pastoril, en contacto con la naturaleza, de una forma idílica, refinada, romántica. Tan contraria a la actual…


Siendo una persona con poca energía y sin el afán de hacer, cada día me sorprendo más todo lo que corre la mayoría de la gente. Es una actividad frenética tras otra, en general por obligación y a veces por placer, pero que tiene como factor común la presión de lograr (algo) para ser (alguien).



Siempre hay algo que conseguir en esta sociedad, ya sea a nivel profesional, familiar y personal; siempre hay objetivos externos que resultan tan atrayentes para el ego, que le prometen seguridad, satisfacción, paz, prosperidad, completitud. Cuanto más, mejor. Y así se embarca en consumos varios, de cualquier tipo (incluso espirituales), y anda muy contento consigo mismo (al principio) de todo lo que hace y alcanza.


Con el tiempo, tanta actividad hace mella en el cuerpo, y aparece el cansancio, el estrés, las enfermedades, los malestares. La mente está abarrotada de tantos pensamientos y exigencias que no para nunca. ¿Dónde está el supuesto resultado tan esperado, la solución mágica, el éxito supremo? No está. Porque no importa lo que se haga desde el ego; siempre querrá más, nunca será suficiente.


Comprender esto es crucial pero no sencillo. La cultura del consumo es omnipresente, nos bombardea constantemente y siempre somos tentados con una nueva zanahoria que nos asegura aquello que tanto anhelamos. Esta sociedad es tan hábil en su intento de mantenernos comprando y perdidos de nosotros mismos que toma cualquier novedad, cualquier idea o acto creativo y original, y lo adapta inmediatamente a sus fines, homogeneizándolo y neutralizándolo, haciéndolo otro producto vendible e inofensivo.


Si es fácil de ver en lo cotidiano, no resulta tanto en lo sutil. ¿Cuánta ropa más necesitamos o electrodomésticos o celulares? Bien, podemos dejar de adquirir tanto. ¿Cuántas más “experiencias”, viajes, spas? Bueno, necesitamos descanso, otras culturas. ¿Cuántos más cursos, talleres, libros, meditaciones? Ok, pero es para nuestro “crecimiento” interior, para nuestro trabajo, para llenar vacíos, para saber más, para… No hay tanta diferencia…


No podemos dejar de comprar, de hacer, de creer que surgirá algo nuevo que será LA solución. Pasamos de una cosa a la otra, sin profundizar en ninguna, sin detenernos, sin encontrarnos. Más no es mejor. Mucho no es una ventaja. Correr, ocupados todo el día, no garantiza que lleguemos antes. ¿A qué, para qué?


Esa es la cuestión. ¿Hacia dónde vas? ¿Cuál es el propósito? ¿Qué quieres alcanzar? La pregunta real es: ¿a quién? La respuesta es: a ti. Te buscas en el afuera, cuando estás adentro. Te aturdes de voces y ruidos cuando el silencio es la solución. Te diluyes en tantos objetivos externos cuando el enfoque es interior. Te niegas al pretender validación de los demás cuando solo puedes afirmarte siendo quienes eres.


Comienza ahora. Paso a paso, desoyendo las voces seductoras del afuera que te prometen todo por nada, enfócate en algo que te vibre interiormente, sé perseverante y paciente, conócete en tu maravilloso potencial, aprende a amar tu unicidad vinculada a la totalidad. No necesitas tanto (los demás tampoco), hay una paz bucólica (que no es ideal) pero sí es verdadera. Está en tu corazón. Respira, relájate, conecta, sonríe, brilla.

www.abrazarlavida.com.ar

¿Qué es el amor propio? 6 consejos para cultivarlo


Las personas suelen confundir el término “amor propio” con arrogancia, egocentrismo o petulancia, pero en realidad hablamos de algo muy distinto: se trata del sentimiento de consideración y estima personal hacia uno mismo, esa conciencia amorosa que nos invita a valorarnos y no negociar nuestra dignidad.

El amor propio es, podría decirse, un estado de aprecio que va surgiendo a medida que hacemos cosas por y para nosotros, y esto no tiene por qué implicar que te creas o sientas superior a otros, o que cometas el equívoco de despreciar a los demás.

Cuando hemos cultivado nuestro amor propio, resulta más sencillo darnos la oportunidad de mostrar al mundo nuestra mejor cara, descubrir el potencial que llevamos dentro y vivir plenamente. Amarnos también es sinónimo de ser honestos con nosotros mismos, comprometernos con una causa y tomar decisiones a favor de nuestro bienestar. 


Ámate lo suficiente para construir tu felicidad

“La única persona en la vida con la que siempre estarás eres tú mismo. Porque incluso cuando estés con otros, estarás contigo también” (C. JoyBell C.)

El amor propio puede ser tan importante que nos lleva a cambiar radicalmente nuestros objetivos a corto, mediano y largo plazo. Quererse a uno mismo supone reconocer y atender nuestras necesidades vitales, aceptarnos, respetarnos y amarnos por ser quienes somos.

Nunca es demasiado tarde para tomar la decisión de cultivar el amor por nosotros mismos y transformar nuestra vida. El camino, si bien puede ser largo a veces, es más sencillo de lo que creemos y hay cientos de cosas que podemos hacer todos los días para fortalecer la autocompasión y la autoestima.

1. Conócete

Cuando nos conocemos plenamente, somos capaces de reconocer nuestros puntos débiles y nuestras virtudes. Una vez que las identifiquemos, sabremos cómo potenciarlas para seguir creciendo en distintas áreas de nuestra vida. Esto nos permitirá sentirnos más seguros a la hora de tomar decisiones y desarrollar proyectos y metas.

Ejercicios para conocerte mejor a ti mismo:

Lleva un diario.
Escucha y dialoga con tu voz interior.
Escribe tus puntos fuertes y débiles.
Sé consciente de tus miedos.
Prioriza tus sueños. 

2. Respétate

Debes considerarte un ser valioso, importante. Cuando identifiques tus defectos o puntos débiles, recuerda aceptar que también son parte de la maravillosa persona que eres. Enfócate en detectar aspectos que te ayuden a mejorar tu vida, siempre y cuando eso sea lo que te haga sentir bien. Al respetarte a ti mismo, harás que otros te respeten por quien eres y podrás establecer relaciones saludables que te permitirán relacionarte desde la sinceridad.

Ejercicios para fortalecer el autorespeto:

No negocies tus principios.
No dejes en segundo plano tu dignidad. 

3. Trátate con cuidado

A veces, el maltrato viene de nosotros mismos, y es que es muy fácil caer en este error cuando algo malo nos sucede y creemos ser los únicos culpables.

Hablarnos mal a nosotros mismos es una manera más de auto sabotaje. Cuando eres tú quien habla mal de ti, no te estás haciendo ningún favor, no es una señal de humildad, ni siquiera haber cometido un error es excusa. Simplemente, convertimos la culpa en un mecanismo de autosugestión que nos prepara para el fracaso.

Debes aprender a perdonarte y dejar de emitir juicios en tu contra. Mejor concéntrate en todas las virtudes que tienes y en cómo puedes hacer las cosas mejor en el futuro.

Ejercicios para la autocompasión:

Pregúntate a ti mismo qué harías si fuera un amigo quien estuviese en tu lugar. ¿Serías igual de crítico y cruel, o serías comprensivo y gentil?
Modifica tu pensamiento autocrítico; cuando te descubras siendo hostil contigo mismo, ponte un alto y modifica ese pensamiento negativo por un cumplido o un mensaje alentador. 

4. Aléjate de las personas negativas

Estar recibiendo críticas constantemente puede aniquilar nuestra integridad. Las personas que te rodean tienen un impacto en ti mucho más fuerte del que imaginas, pero un amor propio bien cultivado nos ayuda a poner límites sin ser ofensivos, y hacerlo de manera efectiva.

Tienes derecho a plantarte con firmeza y decidir quiénes merecen ser parte de tu vida, recuerda que se trata de tus sentimientos, valores y energía, y nadie tiene derecho a hacerte sentir mal.

¡Termina con esas relaciones limitativas para que tu amor propio se expanda!

Cómo identificar a una persona tóxica:

Ten cuidado con quienes parecen disfrutar humillando a los demás y enalteciéndose a sí mismos.
Evita rodearte de personas que disfrutan con el drama y la miseria de los otros.
Aléjate de los especialistas en chantaje emocional o aquellos que se muestran ante el mundo como víctimas de injusticias imaginarias. 

5. Confronta y supera tus miedos

Al dejar de lado nuestros miedos, la tensión y el temor al fracaso desaparecen, te abres a nuevas posibilidades y capacidades que antes no conocías.

Da lo mejor de ti con tal de superar traumas, ataduras, creencias irracionales, comprender que hay cosas que solo están en tu mente y comenzar a conectar con personas o actividades que no te habías dado la oportunidad de conocer.

Cómo enfrentar nuestros miedos:

Pregúntate a ti mismo: ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿Realmente es probable que suceda?
Permítete sentir, experimentar desde la emoción y la intuición. Generalmente, nuestros miedos son producto de la mente y solo podemos superarlos desconectándola por un momento. 

6. Establece metas realistas

En algunas ocasiones, tener altas expectativas con respecto a algo o a alguien puede perjudicarnos. Aprender a ver la vida sin modelos ideales hará que aprecies todo lo que te sucede.

Empieza a proponerte objetivos modestos y a felicitarte por cada logro alcanzado, aunque sea pequeño, eso hará la diferencia.

Cómo fijarnos metas realistas:

Establece metas específicas y a corto plazo. Recuerda que siempre un conjunto de metas pequeñas son la clave para lograr un objetivo grande.
Sé concreto con las acciones o actividades que debes realizar para cumplir cada meta. ¿Hay una forma de medir tu desempeño?
Empieza poco a poco, y en la medida de lo posible, pon a cada tarea una fecha de vencimiento. Esto te ayudará a organizarte mejor y sentirte bien con cada objetivo cumplido.Phrònesis

Atrévete a ser feliz.

domingo, 21 de julio de 2019

Como mantener la práctica espiritual en tiempos difíciles


Mientras nuestro amado planeta está ascendiendo y evolucionando hacia niveles más altos de conciencia humana en este momento, hay energías que fluyen, se despliegan y llegan durante este período.

Aunque en la parte exterior, podría parecer un caos, es una forma de orden divino si somos capaces de aprender a ver realmente el caos como la magia que está en progreso, nuestra perspectiva se transformará y cambiará automáticamente al servicio del crecimiento y la curación.

Estos son los cinco consejos que nos ayudarán a mantener nuestra perspectiva espiritualmente alineada y equilibrada durante los momentos estresantes:

Pide ayuda a tus guías espirituales

Nuestros guías espirituales realmente existen. Aunque nunca los hemos visto, escuchado o sentido directamente, existen. En realidad, tienen políticas estrictas de no interferir en lo que hacen los humanos, hasta que los humanos les preguntan, entonces, se supone que debemos preguntar.

Debemos aprender cómo pedir su ayuda y luego recibirla con gratitud. Cuando oramos, o pedimos ayuda, debemos entregar nuestro desafío a nuestros guías espirituales y ver qué sucede después, sin esfuerzo, sin nuestra ayuda, sufrimiento o estrés.

Detente y respira en momentos difíciles y pregúntate qué necesitas atender en ese momento.

Muchos empáticos van a sentir que piden mucho cuando solicitan ayuda. Normalmente tememos ser una carga para los demás. Sin embargo, tenemos el derecho de mantenernos sin cesar y darnos lo que necesitamos para sentirnos nutridos, apoyados e incluso amados en ese momento.

Nos sorprenderemos cuando veamos lo que realmente necesitan nuestras almas para sentirse mucho mejor y también nos sentiremos inspirados cuando nos demos cuenta de que estamos bien preparados para satisfacer nuestras propias necesidades.

Debemos recordar que nuestras vidas son largas y nuestros antepasados ​​también pasaron por momentos difíciles.
Vamos a encontrar tranquilidad cuando sepamos que no somos las únicas personas que lucharon en tiempos difíciles.

Reflexionemos sobre nuestros abuelos, ya que muchos de ellos tuvieron dificultades como perder sus hogares, hijos o su salud durante sus vidas. Deberíamos llamar a esas personas fuertes y también preguntarles si pueden estar allí para nosotros y con nosotros ahora, otorgarnos una bendición y coraje.

Debemos aprender a vincularnos con las frecuencias que nos gustaría encarnar.

Debemos aprender cómo podemos encarnar naturalmente todos esos dones o cualidades que buscamos. Debemos arrastrarnos a tales frecuencias, lo que significa conectarnos con sus flujos de energías e incluso sintonizarnos con sus vibraciones. Después de eso, vamos a generar esas frecuencias y comenzar a emitir luces similares.


Deberíamos tomarnos un minuto.

A veces, solo necesitaremos un minuto para pensar, sanar, procesar y despejar nuestras energías. Cuando aún somos jóvenes, generalmente intentamos responder con precisión y rapidez incluso cuando todavía no hemos procesado la información necesaria para tomar decisiones.

Sin embargo, a medida que envejecemos, aprenderemos el regalo de la Pausa Sagrada, que es la respiración. Cuando nos demos espacio para simplemente respirar, tendremos tiempo para reflexionar.

Probablemente todos hemos estado en una situación en la que reaccionamos exageradamente a algo y luego queríamos respirar para responder de manera más pacífica y consciente. Debemos crear el espacio necesario para nosotros mismos sin disculpas.

Deberíamos retrasarnos mejor y luego responder con precisión y calma, desde nuestro corazón y también con amor.

https://www.diapordiamesupero.com


Amor propio: el pilar de la estabilidad emocional


Cuando hablamos de amor propio nos referimos al aprecio hacia nosotros mismos, un concepto que involucra la autoestima, la confianza, la seguridad y la aceptación. Se trata de conocer y aceptar quiénes somos o quién queremos llegar a ser.

Puede decirse que el amor propio es el motor que nos impulsa a desarrollar nuestros objetivos e impulsar nuestro crecimiento personal. El amor propio depende de nuestra voluntad y disposición para querernos, y no de quienes nos rodean o de las situaciones o contextos que ocurren en nuestro entorno.

El amor propio es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con el entorno que nos rodea de una manera positiva. Una persona que se ama a sí misma no tiene dudas de quién es ni de lo que quiere, por ende, tiene sus objetivos y sueños muy claros, al igual que el camino que debe recorrer para lograrlos.

Alguien que no se valora tiende a experimentar tristeza, dependencia e inseguridad, y difícilmente logrará amar a otros. Si no puedes quererte, ¿cómo podrás querer a alguien más?

Cuando damos prioridad a nuestra autoimagen y nos dedicamos a fortalecer nuestra autoestima, todo se vuelve más espontáneo. Las relaciones sociales y los vínculos mejoran por sí solos, ya que la energía que emanamos es tan natural y equilibrada que puede ser percibida positivamente por los demás.

Darnos lo que merecemos también es un arte

“Enfréntate a las partes oscuras de ti mismo y trabaja para desterrarlas con iluminación y perdón. Tu disposición para luchar contra tus demonios hará que tus ángeles canten” (August Wilson)

Cuando te amas a ti mismo, las circunstancias externas y los acontecimientos de la vida tienen poca influencia sobre tus emociones. Se vive de forma estable, sin lamentos y agradeciendo por todo, incluso por las cosas malas.

Desde luego, es importante que estés dispuesto a arriesgarte para “sacarle jugo” a la vida, esto implica liberarse de temores y, sin lugar a dudas, puede traer cosas muy positivas. Inicia ese proyecto que tienes en mente, busca el trabajo de tus sueños, confía en todo lo que tienes para dar… esto te ayudará a elevar poco a poco tu merecimiento para tomar siempre decisiones orientadas a tu crecimiento personal.

Amarse a sí mismo no es una tarea fácil, a pesar de que tu disposición es un factor importante en el proceso, puede que no sea lo único que necesitas. Al ser un aspecto psicológico, algunas personas deben acudir con profesionales de la salud mental para fortalecer su autoestima, en especial cuando existen síntomas de ansiedad o depresión.

Es necesario entender que nuestras diferencias son lo que nos hace ser especiales. Cada persona es un mundo y es precisamente esto lo maravilloso del ser humano. Debemos detenernos y escucharnos más a menudo para regular lo que sentimos a la hora de hablar sobre nosotros mismos, ser autocompasivos y dignificarnos de corazón.

Cuando te descubras a ti mismo idealizando la vida de los otros o intentando convencerte de lo bueno que sería no ser tú mismo, recuerda que todos tenemos algo bueno que aportar y depende de nosotros hallar y potencializar nuestros dones, aquello que mejor sabemos hacer y que nos brinda la oportunidad de ayudar o motivar a otros.

Phrònesis

Atrévete a ser feliz.


Renace en tu propio Amanecer. Por Ashamel Lemagsa.


Amados…

Cada amanecer renaces!!!!

Juntas todas tus partes perdidas, olvidadas

Y renaces…

No importa cuánto dolor o heridas tengas, renaces…

Así es la vida, muerte y resurrección de cada día…

Por las noches, cuando el cansancio doblegue tus piernas…

El corazón apasionado, buscará consuelo en el nuevo amanecer…

Renace en tu propio amanecer…

La noche parece eterna, pero el amanecer te ofrece,
mucho más tiempo…

Descansa con esa tranquilidad, que todo tiene solución,
A pesar que no sabes exactamente cuándo llegará…

Renace con el amanecer de tu Luz Divina…

La vida se compone de noches y amaneceres

Cuando te sientas que caminas en la noche más oscura de tu existencia…

Recuerda…

La Luz del Nuevo amanecer está en Ti!!!!

Puedes activarla cuando tú lo decidas!!!

Une en ti todas las partes rotas….

Sana con una caricia de tu Esencia Divina las heridas…

Ámate a ti mismo sin condiciones!!!!

Acepta que hay realidades que no se modificarán, pero…

Desde Tú Luz puedes sentir esas realidades transformadas…

Tú puedes diseñar lo que sientes de ti mismo y tu entorno…

Entonces…

Renace en tu propio amanecer…

Eres invencible en el mismo instante que sueltas…

El rencor, la venganza, el odio, la baja autoestima, la tristeza…

Nada ni nadie puede herirte tan fuerte, para apagar tu Luz!!!

Finalmente, recuerda…

Solo tú puedes renacer de tus propias cenizas…

Sabes por qué???

La fuerza Divina está siempre viva en ti!

Bendiciones Infinitas!!!

Te amo!!!

Con Amor, Ashamel Lemagsa.


sábado, 20 de julio de 2019

El consejo de Nietzsche: Que la prisa por hacer, no nos impida ser


“La gente vive para el presente, con mucha prisa y de una forma irresponsable: y a eso le llama ‘libertad’”, escribió Friedrich Nietzsche a finales del siglo XIX. Si el filósofo hubiera sido testigo de la prisa contemporánea probablemente habría dicho que estamos locos – a secas – y se hubiera retirado a vivir en el bosque, como Thoreau, para recuperar la necesaria calma que demandan la reflexión y la introspección.

Lo cierto es que la prisa se ha convertido en una condición sine qua non de la modernidad, de manera que nuestra vida suele transcurrir en un frenesí de actividades supuestamente imparables, ineludibles e inalienables. En ese mundo, la pausa es un lujo. Demorarse, una virtud perdida en los recovecos de la memoria. Y mientras centramos nuestra mirada en el hacer, nos olvidamos del ser.
La prisa nos aleja de nosotros mismos

La velocidad con que vivimos no es más que una ilusión sustentada en la creencia de que nos ahorra tiempo cuando en realidad la prisa y la rapidez lo aceleran. Vivimos en un estado peremne de “estimulación violenta y compleja de los sentidos, que nos hace progresivamente menos sensibles y, así, más necesitados de una estimulación aún más violenta. Anhelamos la distracción, un panorama de visiones, sonidos, emociones y excitaciones en el que debe amontonarse la mayor cantidad de cosas posible en el tiempo más breve posible […] Y a pesar de la tensión nerviosa, estamos convencidos de que el sueño es una pérdida de tiempo valioso y seguimos persiguiendo esas fantasías hasta altas horas de la noche”, escribió Alan Watts.

No nos percatamos que, mientras corremos de un lado a otro nos perdemos la vida. Así caemos en una contradicción: cuanto más pretendemos aferrar la vida a través de la aceleración, más se nos escapa. Víctimas de la prisa, no tenemos tiempo para mirar dentro, nos desdoblamos para funcionar en modo automático y poder con todo. Y esa forma de vivir se convierte en un hábito tan arraigado que no tardamos en desconectarnos de nuestro “yo”.

Nietzsche lo resumió magistralmente: “la prisa es universal porque todo el mundo está huyendo de sí mismo”. Cualquier intento de volver a reconectar, impulsado por la calma y la demora, nos atemoriza, por lo que buscamos refugio en la prisa, inventamos nuevas cosas que hacer, nuevos compromisos por cumplir, nuevos proyectos en los cuales enrolarnos, con la esperanza de que nos devuelvan al estado de sopor preconsciente, porque no sabemos qué vamos a encontrar en ese ejercicio de instrospección, no sabemos si la persona en la que nos hemos convertido nos gustará. Y eso asusta. Mucho.

La introspección exige demora


No es fácil desaprender algunos de los hábitos que hemos desarrollado. Víctimas de la impaciencia, consumidos por el incesante tic-tac del reloj, hemos aprendido a llenar nuestra agenda y sentirnos orgullosos de ello. Condensamos experiencias en el menor tiempo posible para hacer más, como si la vida se resumiera a una competición en la que gana quien complete más tareas.

Sin embargo, si nos detenemos apenas un segundo y lo pensamos bien, la prisa en la que vivimos no responde casi nunca a cosas realmente importantes y urgentes, sino que se debe a los requerimientos de un modo de vida que intenta por todos los medios mantenernos distraídos y ocupados la mayor cantidad de tiempo posible. La prisa actual consiste en llenarnos la vida con actividades febriles y velocidad, de manera que no quede tiempo para afrontar las verdaderas cuestiones, lo esencial.

¿Cuál es el antídoto?

Nietzsche, quien llegó a calificar la prisa como “indecorosa”, señaló los pilares imprescindibles para sentar las bases que nos permitan vivir de manera más calmada y plena, convirtiendo la propia vida en una obra de arte que se disfruta con esmero y lentitud.

En “El crepúsculo de los ídolos” señaló:“Se ha de aprender a ver y se ha de aprender a pensar […] Aprender a ver implica habituar el ojo a la calma, a la paciencia, a dejar que las cosas se nos acerquen; aprender a aplazar el juicio, a rodear y a abarcar el caso particular desde todos los lados”.

Nietzsche explicaba que debemos aprender a “no responder inmediatamente a un estímulo, sino a controlar los instintos que ponen trabas, que nos aíslan”, ser capaces de aplazar las decisiones y acciones. En el extremo contrario ubicaba a quienes eran incapaces de oponer resistencia a un estímulo, aquellos que reaccionaban y seguían los impulsos, considerando que esa prisa por responder “es un síntoma de enfermedad, decadencia y agotamiento”.

Con estas líneas Nietzsche nos invita a hacer las necesarias pausas para reflexionar, de manera sosegada, permitiendo que la realidad se desvele poco a poco, siendo conscientes de que la razón exige demoramientras que la prisa funciona a base de prejuicios e ideas preconcebidas.

Aunque el pensamiento rápido puede ser adaptativo en ciertas circunstancias, la falta de reflexión y de sosiego nos aboca a la irracionalidad y a las malas decisiones. Precisamente por ello, la lentitud puede llegar a ser tremendamente subversiva en el mundo actual: necesitamos ir más despacio para poder vivir, para poder pensar, para poder decidir por nosotros mismos qué queremos – y qué no queremos.

Es en esos instantes de calma y paciencia es cuando emerge el sentido de la vida. Ese “dejar que las cosas se nos acerquen” al que se refiere Nietzsche es un intervalo de tiempo precioso entre el hecho y nuestra reacción, entre el pensamiento y el acto, una especie de “vacío” que puede llenarse inesperadamente con la existencia plena. Así, y solo así, podremos hacer las paces con nosotros mismos. Aprenderemos a disfrutar de la compañía de ese “yo” que habíamos descuidado y ya no tendremos la necesidad de huir de nosotros mismos.

Fuente:

Nietzsche, F. (2001) El crepúsculo de los ídolos. Madrid: Alianza Editorial.

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