También se nos hizo saber que haciendo servir la palabra
podríamos llegar a crear en nuestra vida nuestros deseos por mayores que sean.
Con los años no siempre así sucedía. Fueron inicios importantes
porque tanto la visualización como la palabra nos pueden llegar a facilitar las
materializaciones en nuestra vida, aunque no a todos podían ver los resultados
tan anhelados.
Es cierto que estos elementos innatos en nosotros, la mente y la
palabra, pueden ser de gran ayuda para conseguir aquello que podemos llegar a
necesitar. Con el tiempo, los años, empecé a darme cuenta y a
experimentar que no solo con la palabra y la visualización ya es suficiente
para crear nuestra voluntad en la vida, sino que nos faltaba algo para que así
fuera. Desde de entonces, al tener presente este “algo”, pude hacer de mi vida,
algo más gratificante, dando una cualidad de vida a mi ser y a mi proceso para
poder avanzar por él desde una conexión más firme conmigo mismo. Estoy hablando
del SENTIR.
Cierto que de un tiempo hacia acá, está tomando más relevancia
el SENTIR a voluntad con todo un trabajo detrás de él. Sentir es la llave
maestra de nuestras materializaciones. Si queremos, podemos expresarnos sin
sentir, y todo se queda en eso, en una simple expresión, con cierta actitud de
impotencia por no poder conseguir aquello que “queremos” o necesitamos. Ahora
bien, cuando aprendemos a sentir a voluntad y aprendemos a hacer servir este
sentir para nuestro mayor bien, en el sentido de poder conocernos más, recordar
quiénes somos y darnos una cualidad de vida más amorosa, entonces, nuestra vida
da un giro importante llevándonos hacia la paz, el amor y la serenidad. Cuando
aprendes a utilizar esta herramienta, este potencial que todos tenemos en
nuestro interior (más de lo que nos podamos llegar a imaginar), entonces, tu
vida deja de ser como era hasta entonces, para adentrarte en una de mejor, y
con más posibilidades de realización personal y éxito.
Debemos de entender y aprender de este potencial innato que nos
puede llegar a abrir las puertas de nuestra Divinidad. Así está siendo para
todos aquellos que ya han aprendido a aplicar la puerta del Sentir en sus
vidas. Hay un antes y un después.
Para poder materializar nuestra vida, debemos de sentir lo que
necesitamos. Los esenios ya nos enseñaron, en su momento, habiendo llegado
hasta nosotros su legado, la importancia de sentir, como llave para la creación
y materialización del tipo que sea: sanación física, atracción de personas
concretas, objetivos en nuestras vidas, …
Cuando abrimos nuestro corazón y sentimos, vamos más allá de una
materialización. Cuando más recordemos quiénes somos y apliquemos el potencial
innato que ya tenemos todos desde nuestros nacimientos, entonces, podemos
llegar a salir del “tiempo”, vivir en el ahora y desde el corazón. Cuanto más
amorosos seamos, es decir, recordemos quienes somos, hayamos elevado nuestra
vibración, más podremos sentir nuestra verdadera esencia y los resultados de
ella en nuestra vida.
Sentir nos lleva al Hogar, nos lleva a aquel quien somos. No
podremos conocernos sino sentimos nuestra esencia, aquel quien en verdad somos.
Es la llave que nos permitirá abrir y avanzar más serenamente a través de
nuestro proceso. Hay otros aspectos relacionados con el sentir, pero es cada
uno quien tiene que llegar a ellos, porque la plenitud que se puede llegar a
percibir es inmensa.
Todos tenemos todo lo que podamos llegar a necesitar en esta
vida para llegar a nosotros. Tenemos un potencial espiritual que nos puede
llevar a la manifestación de nuestra divinidad con la activación de él.
Sentir, sentir, sentir a voluntad nos puede llevar al pleno
bienestar en nuestra vida, al reequilibrio y a conexión con nuestros hermanos
del Hogar, estos seres amorosos que nos acompañan en el camino para cuando nos
demos cuenta de ellos y les demos “nuestro permiso” para hacerles partícipes de
nuestra vida, entonces, poder ser ayudados, guiados, amados (que ya lo somos) y
darnos de la mano para llevar a término aquello que hemos venido a hacer.
Sentir es una de las mayores herramientas que he llegado a
conocer dentro de mí, y que se encuentra en cada uno de los seres encarnados.
Sentir nos lleva a la Verdad.
Sentir nos lleva a la Sanación, a la Creación y a la Conexión
con aquel quien en verdad somos.
Cuando incluimos el sentir en un trabajo de creación, todo se
acelera para que pueda ser.
No hay nada porque sí.
No hay nada que no podamos superar.
No hay nada que tengamos en nuestro interior que no sirva para
nada. Todo, absolutamente todo lo que albergamos en nuestro interior tiene una
finalidad superior para nuestra alma: las sensaciones, las visiones, los
sentimientos, las visualizaciones, los pensamientos, el lloro, los sueños,…
todo, absolutamente todo tiene su sentido y su poder.
Somos seres perfectos. Somos Divinidad encarnada, y a veces,
esta materia en la cual nos encontramos nos confunde. Tranquilizaos porque
yendo a vuestro interior volveréis a conectar con aquel quien sois.
Todas las respuestas en nuestra vida actual se encuentran en
nuestro interior, no en el exterior y cuando sentimos según lo que vivimos, es
una de las mayores informaciones sobre nosotros mismos en este momento. Al
igual que podemos llegar a necesitar un estímulo externo para poder sentir
algo: alegría, tristeza, paz, fuerza,…., yo os digo que ya no es necesario
esperar del exterior para sentir los sentimientos más álgidos y puros que uno
puede llegar a sentir. Cuando los sentimos, estos nos abren nuevas puertas para
poder avanzar en nuestro camino desde el corazón, el Amor, y es desde el amor,
donde lo mejor que la vida nos depara, nos llegará sin esfuerzos.
Sentid lo que queréis conseguir o necesitar en vuestra vida.
Sentid aquello que vuestro corazón os dicta. Entonces, dejad que todo sea
porque ya habrá iniciado el camino hacia vosotros.
Sentir elevará vuestra alma. Nosotros somos la Fuente de nuestra
vida: ¡Sentid, Sentid, Sentid!
Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros
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