sábado, 30 de mayo de 2020

La Terapia del Alma


Toda la filosofía de Platón tiene como objetivo enseñar al individuo acerca del cuidado de sí mismo. Incluso en La República, obra en la cual uno esperaría encontrar algo distinto, Platón busca el cuidado de sí mismo, pero desde un ámbito colectivo.

La palabra “epimeleia”, que es como llamaban los griegos al cuidado de sí mismo, tiene un sinónimo griego que es “therapeía” y es raíz de la palabra terapia, la cual significa “el que cuida la casa”. ¿Por qué? Porque tiene que ver con un estado de atención y vigilancia para evitar que los problemas “se cuelen hasta la cocina”, o en su defecto, liberar al hombre de los problemas que ensombrecen su existencia.


La therapeía es, pues, el arte de la curación de los males que afectan al alma. De aquí tomó Freud las palabras y el contexto para crear su psicoterapia. La palabra psicoterapia está compuesta de dos palabras griegas: psique y therapeía, es decir, el cuidado del alma. Por cierto, el método para conocer la causa de la enfermedad, lo cual llamamos “diagnóstico” (palabra cuya raíz significa “a través del conocimiento”), es también una concepción griega: anamnesia (recuerdo, reminesencia).

Sócrates decía que “los males del cuerpo no pueden ser tratados sin antes haber curado las dolencias del alma” (Cármides, Platón), lo cual significa que ya desde ese tiempo se sostenía el origen de la enfermedad como un desorden en el alma (psicosomático). ¿Cómo se cura el alma? Para Platón y todos los que siguen su escuela, el alma se cura con discursos que inviten a la reflexión filosófica para llevar la luz de la razón al centro de la vida de cada individuo.


El hecho de que muchos de los diálogos platónicos comiencen con alguna interrogación acerca de la virtud en general, o de determinadas virtudes en particular, muestra claramente que el análisis de la virtud en general no es algo casual en Platón. De hecho, lo hace estratégicamente para llevar al individuo hacia un estado de equilibrio y justicia.

Por su propia naturaleza el hombre busca el bien para sí, pero si desconoce el bien puede tomar como bueno, erróneamente, cualquier cosa y, en consecuencia, actuar incorrectamente; la falta de virtud es equivalente, pues, a la ignorancia. La ignorancia es causa de desorden en el alma (psique), y el desorden en el alma es causa de la enfermedad.


¿Qué tiene que ver la virtud con la salud? Más claro ni el agua: el correcto sentir es causa de buena salud emocional y se manifiesta como felicidad; el correcto actuar es causa de autenticidad física, la cual se manifiesta como salud y fertilidad; el correcto pensar es causa de la autenticidad espiritual, y se manifiesta como paz.

Las virtudes tienen mala prensa en la actualidad porque la mediocridad genera mayor ganancia. El político no quiere acabar con la pobreza porque necesita que la gente esté jodida para sostenerse en el poder. El médico no quiere acabar con la enfermedad porque se vendría abajo la industria farmaceútica. En fin, nos quieren enfermos, pobres e infelices.


De lo anterior, el falso “yo” es responsable de haber convertido nuestra morada en una prisión. Viviendo en busca de la aprobación y el reconocimiento ajeno, convirtió el jardín propio en embajada donde el otro gestiona cómo debemos pensar, actuar o sentir. Por eso son tan importantes las virtudes, pues allí donde el otro había ganado espacio, el yo auténtico viene a reclamar su señorio y a defender su espacio.

En un mundo donde no se escatima en recursos para apagar la luz del sí mismo los 365 días del año durante las 24 horas del día, obviamente constituye una enorme prueba para aquel que decida vivir con autenticidad. Y sólo puede probarse a sí mismo quien previamente se conoce a sí mismo. No hay otro camino.

Por: Anthony de Mello

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SI LA AMARGURA SE INSTALA EN TU CORAZÓN, ENFERMARÁS


Simon Estes tiene 82 años, nació en Centerville, Iowa. Nieto de esclavos, entró a la Universidad de Iowa para estudiar Psicología; participando en el coro de la universidad llamó la atención de Charles Kellis quien lo animó a seguir una carrera lírica consiguiendo becas para que estudiara en la prestigiosa Juilliard School de Nueva York.

Vivió muchos años en Zurich y ahora es catedrático en la Universidad de Iowa. Casado, tiene tres hijas. Y dice: “Todos deberíamos aprender a vivir juntos con amor, paz y compasión. Hay que tener el valor de perdonar. Hoy vivo para servir a Dios y a los niños”.


Cuando habla su voz te retumba en el estómago, es alto y esbelto como un pino y la ciencia debería estudiar su genética, porque les aseguro que la edad biológica de este grande de la lírica no va más allá de los 65 años. Se ve que ser buena persona le sienta de maravilla.

Sigue en activo y donando la mitad de lo que gana para que jóvenes sin recursos estudien una carrera desde que en 1985 creó el Simon Estes International Foundation for Children, y se ha propuesto salvar la vida de millones de niños africanos que mueren como moscas debido a la malaria y se ha comprometido a ofrecer conciertos benéficos por todo el mundo. Ha participado como jurado en el 53 Concurso Internacional de Cant Tenor Viñas.
Su abuelo era esclavo.

Lo vendieron por 500 dólares. Mis tres hermanas y yo nacimos en una casita de cuatro metros cuadrados, sin electricidad ni agua ni lavabo.

¿Padre analfabeto?

Sí, trabajaba en una mina de carbón. Y yo a los 11 años ya era limpiabotas. Tuve que fregar lavabos, suelos y ventanas para pagarme la universidad. A menudo no tenía suficiente dinero para comer, pero nunca le dije a nadie que tenía hambre.
Arreciaba la discriminación en EE.UU.

No se nos permitía ir a las piscinas en las que nadaban los blancos, ni sentarnos en la platea en el cine, y no había justicia para nosotros. Pero mi madre decía que debía rezar por las personas que me discriminaban.

A veces hay que rebelarse y no solo rezar.

A mi padre lo ingresamos por un fuerte dolor en el abdomen pero el médico diagnosticó problemas de corazón. Cuando pedí consultar con un cardiólogo se enfadó muchísimo: “¿Dónde ha aprendido usted esa palabra? Su padre es un viejo y va a morirse de todos modos”. Al día siguiente murió tras grandes sufrimientos y la autopsia reveló que lo mató una apendicitis.

¡Qué rabia!

“No odies a este médico por lo que le ha hecho a tu padre, reza por él –me dijo mi madre–. Nunca odies a quien te daña, porque si la amargura logra instalarse en tu corazón, enfermarás”. Me resultó muy difícil pero la obedecí.

Denunciar no es odiar.

Era el año 1961, ni se me pasó por la cabeza. Sobrevivir nos ocupaba la vida. Pero aunque fuéramos pobres siempre fuimos felices. En casa teníamos un viejo piano que mi madre tocaba.

¿Qué decidió estudiar?

Psicología, hasta que un profesor me oyó cantar en el coro y me dijo que tenía voz de cantante de ópera. Yo no había oído una ópera en mi vida y me prestó unos discos. “Señor Kellis, esta cosa me gusta”, le dije al día siguiente, y acabé en una escuela de música en Nueva York. En 1965 empezó mi carrera en la ópera de Berlín.

¿Aprendieron a valorarle en EE.UU.?

Vivía en Nueva York, había actuado en Berlín, París, Viena, Londres, Madrid… Recuerdo que de nuevo llamé a mi madre llorando: “Madre, no me dejan cantar en las óperas de mi propio país”. Y mi madre volvió a repetirme: “Pues arrodíllate y reza por esas personas. Nunca te conviertas en una persona amarga, sigue siendo humilde y acabarás triunfando”. Obedecí.

Y cantó en la Metropolitan Opera.

Sí, en todas las operas de EE.UU. Pero el único país que me pagó lo mismo que a mis compañeros fue España.

¿Y sus compañeros no señalaban esa discriminación?

No, he cantado con Pavarotti y Plácido Domingo compartiendo protagonismo y ellos cobraban muchísimo más que yo. Pero Placido siempre me invitó a cantar y me pagaba un poco más de lo habitual.

La suya es una historia increíble.

He cantado 102 papeles diferentes con 115 orquesta del mundo en 84 teatros líricos distintos de todos los continentes salvo en la Antártida.
Se negó a cantar en Sudáfrica.

A causa del apartheid. Entonces me ofrecieron una enorme suma de dinero y les dije que cantaría si la mitad del público eran negros y me concedían una entrevista televisada con el presidente Botha.

Es usted un hombre de principios, qué gusto.

Los principios son mucho más importantes que el dinero. Cuando Mandela subió al poder fui el primer negro que cantó allí en la ópera.
Ha cantado usted para reyes, seis presidentes norteamericanos y varios Nobel…

Cuando pienso en mi pasado no puedo créemelo, y todo gracias a que mi padre y mi madre me enseñaron a amar, a ser fuerte, a ser honrado y seguir siendo siempre humilde.

Parece que el racismo está reviviendo.

Hoy ya no te linchan ni te cuelgan, pero los negros, entre otras injusticias, seguimos cobrando menos que los blancos como ocurre con las mujeres. La manera de luchar contra eso es a través de la educación: cuando las personas se forman saben comunicarse y cómo luchar para defender sus derechos, por eso siempre he donado la mitad de mis ingresos para que jóvenes sin recursos puedan ir a la universidad.

¿Sufrió discriminación en la universidad?

En el instituto era el único negro de mi clase. Un día mis amigos blancos me propusieron ir al cine con ellos. Entramos y yo me fui directo arriba, junto a los lavabos, que es donde se sentaban los negros, pero mis amigos insistieron en que fuera con ellos. Entonces el director me chilló. “¿Dónde te crees que vas?”, y mis amigos, niños ricos de Centerville, le dijeron que o callaba o harían que lo despidieran.

¿Los jóvenes tienen menos prejuicios?

Sí. A partir de entonces mis amigos negros también se sentaron abajo.
¿Qué ha entendido del ser humano?

El amor es la mayor fuerza que tenemos, pero le sigue el odio muy de cerca. El ser humano nunca ha vivido en paz. Nos enfrascamos en guerras y sólo cuando ya hay miles de muertos los líderes se sientan a negociar.
Absurdo, sí.

Al final todo tiene que ver con el control y la posición de fuerza. Los líderes envían a la gente a morir mientras ellos se quedan en sus despachos. Solo el amor puede acabar con eso.

Entrevista a Simon Estes en la Vanguardia

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TRANSFORMAR LA AGRESIÓN



Cuando vea a una persona enfurecida tenga siempre en mente algo, lo único que quiere esta persona, es amor. Por increíble que parezca, cuando alguien actúa con ira y perjuicio, no es más que la evidencia del amor que le hace falta.

El alma humana tiende al amor. Así como las plantas giran hacia donde se encuentra un haz de luz, nuestro ser verdadero quiere expresarse en amor. Si hay necesidad de dañar, de vengarse, de manipular, es porque existe una escasez tremenda de amor.


Debemos aprender a ver con ojos más compasivos. El mensaje no es permitir la agresión, pero sí entenderla para no seguir el mismo ciclo una y otra vez, es decir, ir a la verdadera raíz para ponerle una solución. A veces el silencio es la mejor respuesta si es que no tenemos un mensaje pacificador.

Tomar distancia y ver las cosas con más objetividad y desprendernos de lo personal. Recuerde que nada es personal, sólo se trata de la película que proyectamos sobre aquello que nos apartó del amor, y que a veces representa tanta distancia que parece imposible establecer una conexión entre éste y lo que ocurre.


Sea lo que sea a lo que usted se enfrente, mire hacia el amor, elíjalo conscientemente. Aunque al principio no lo crea de verdad, intente imitar a alguien que responda con amor.

Recuerde a alguno de sus mentores de los que recibía un acto de bondad, de comprensión y de compasión cuando usted actuaba incorrectamente.


Inspírese en ellos y en las figuras de la humanidad que con sencillez y contundencia han demostrado que el amor es la fuerza más poderosa.

La violencia, las guerras y lo que atenta contra la vida son grandes espejos de la agresión que decidimos mantener dentro de cada uno y a nuestro alrededor.

Transforme su agresión en creatividad: cante, pinte, baile, toque un instrumento, escriba, diseñe un proyecto, toda la fuerza con la que dice odiar puede ser transformada en una obra maestra de la que se sorprenderá.

Aliente al artista que lleva dentro y deje descansar al artista: el que está harto del dolor, del ciclo de violencia, de la vida como una carga.

Aprenda a pacificarse; no reaccione al primer impulso, porque esto es una clave en la evolución. Ayude al todo siendo parte de la solución. Atrévase a transformarse, porque así usted se convertirá en un gran transformador para su entorno.

Recuerde siempre que somos células de un mismo cuerpo. Evite en lo posible unirse al grupo de las células enfermas, porque de esta manera dejará de recibir más de lo mismo que ya no quiere.

La fuerza de la vida actúa a través de la conciencia, y si usted pone su intento al menos en quererlo, ella hará su trabajo impecable.

No nacimos agresivos ni enojados. Recuerde su naturaleza, busque purificarse con los actos de bondad, porque éstos lo conectarán con su verdadero ser.

Respete la vida, ame y encuentre el amor en todas las cosas.

Por Antonio Esquinca

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jueves, 28 de mayo de 2020

Qué dicen las emociones negativas de nuestros pensamientos


El estilo de vida tan frenético y estresante que la mayoría de las personas de este planeta viven con frecuencia nos hace omitir las primeras señales de desequilibrio en nuestros cuerpos. Pensamos que son simples malestares que «pasaran» o que podemos controlar con medicamentos, vemos sólo la superficie no queremos mirar hacia adentro, escarbar, llegar al fondo de aquello que nos perturba. Los motivos son diversos: falta de tiempo, negligencia, miedo a enfrentar una realidad o algún conflicto con nosotros mismos o alguna persona. Entonces, poco a poco avanza sigilosamente este «malestar» hasta llegar hacer un cuadro severo, el resultado: una enfermedad. Nuestro cuerpo nos alertó pero no lo escuchamos.

Numerosos son los estudios que nos hablan de la relación entre pensamiento negativo-conflictos emocionales= a enfermedad. Y estos mismos estudios nos confirman que la mayoría de las enfermedades son de origen psicosomático, donde la mente y las pautas negativas son los actores principales.

En términos más simples las enfermedades psicosomáticas son: “una dolencia física producida por conflictos emocionales o de tipo psicológico”. Dolencias como las úlceras del aparato digestivo, los dolores de cabeza y las palpitaciones son con frecuencia (pero no invariablemente) psicosomáticas, pero hay muchas más de la misma índole; no pocos médicos opinan que la mayoría de las enfermedades fisiológicas, quizá incluso el cáncer, están influidas en cierta medida por factores psicológicos. Las emociones y sentimientos negativos que no se pueden exteriorizar se manifestarán orgánicamente, pues el cuerpo busca una salida.

Los síntomas físicos que se manifiestan de forma crónica o que aparecen y desaparecen de manera periódica sin que ningún tratamiento médico logre mejorarlos, o que al ser tratados farmacológicamente acaban siendo siempre sustituidos por otros que surgen después, nos están indicando que existe algún problema o conflicto no resuelto de tipo emocional. Si indagamos un poco, es muy posible que descubramos estados emocionales negativos que pueden estar contribuyendo a la enfermedad física, bien produciendo síntomas directamente (dolores de cabeza, problemas digestivos, etcétera.) o bien debilitando nuestras defensas de modo que seamos más fácilmente atacados por agentes infecciosos (como el virus de la gripe o de otro tipo) y que nos cueste demasiado trabajo librarnos de ellos.


A continuación, una lista con órganos o sistemas del cuerpo humano y la causa o patrón de pensamiento negativo que la provoca así como la actitud o el patrón positivo que debemos tener para ayudar a su curación.

Corazón y Sistema Circulatorio

Actitud negativa común: Yo he estado sintiéndome solo, cansado y con rechazo a la vida, he hecho grabaciones erróneas de esfuerzo y presión.
Actitud positiva a adoptar:Yo soy amado por todos, mi trabajo es productivo y esta lleno de creatividad. La vida me proporciona gozo y soy feliz.

Problemas sanguíneos

Actitud negativa común: Yo me he sentido fracasado y estancado sin inspiración y sin gozo por la vida.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy optimista, tengo interés por la vida y mi trabajo es apreciado por todos.

Problemas Respiratorios

Actitud negativa común: Me he sentido inmerecedor de la vida y la he obstruido en mí. He sentido alteraciones en mi ambiente que me irritan profundamente.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy la paz y la armonía dentro
fuera de mí y nada ni nadie las altera, yo soy la expresión de la vida.

Problemas Gastroinstestinales

Actitud negativa común: Yo he tenido miedo no he confiado en el proceso de la vida. Mis decretos han sido erróneos.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy nutrido pro el universo y la vida fluye a través mío dándome paz y armonía total.

Sistema Urinario

Actitud negativa común: He tenido excesiva sensibilidad a ser criticado y he sentido vergüenza, frustración y amargura
Actitud positiva a adoptar: Yo soy capaz de soportar críticas que me ayudan a crecer y me dan más experiencias.

Sistema Genital Masculino

Actitud negativa común: He sentido miedo por la perdida de mi virilidad.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy fuerte y viril, sin presiones externas o internas. Yo soy un hombre libre y me regocijo en mi libertad.

Problemas Neurológicos

Actitud negativa común: He deseado escapar a la realidad por tener desconfianza y miedo a la vida.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy un ser universal, creado para el amor, el gozo, mi seguridad en la vida es total.

Enfermedades Glandulares

Actitud negativa común: Me he sentido demasiado sensible y sin gozo y he retenido la expresión de mi mente.
Actitud positiva a adoptar: Estoy en total equilibrio corporal mental. Soy libre y amo la vida.

Cáncer

Actitud negativa común: Yo he tenido resentimientos y odios acumulados por mucho tiempo. Orgullo falso sobre mi propia valía.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy aquí y ahora el perdón y el amor, mi pasado se fue ya. Me amo como soy.

Alergias

Actitud negativa común: Yo he rechazado a personas situaciones y cosas de mi propio entorno y en muchas ocasiones he negado mi poder.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy confiado y seguro me encuentro a salvo y en total paz con la vida.

Enfermedades Infecciosas

Actitud negativa común: falta de amor. La desesperanza me destruye
Actitud positiva a adoptar: Manejo mi vida y estoy por encima de mis propias limitaciones pues es DIOS quien me inspira.

Problemas de Ojos

Actitud negativa común: Yo he sentido irritación por mi visión de la vida. He temido al futuro y he preferido no verlo.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy guiado pro la divinidad y soy seguro. Veo con claridad y acepto la vida como esta me llega.

Problemas reumatológicos o de huesos

Actitud negativa común: Yo he estado muy afectado por las críticas y los abusos y he creído ser una victima de los demás
Actitud positiva a adoptar: Yo soy guiado por el cosmos y mi
equilibrio y soporte es perfecto. Veo a los demás con amor

Problemas ginecológicos

Actitud negativa común: Yo he rechazado el valor de mi propia feminidad y me sentido sucia, me he auto-rechazado.
Actitud positiva a adoptar:Yo soy una creación especial de DIOS, puesto que dentro de mi cuerpo se crea la vida. Me acepto plenamente como mujer y bendigo mi cuerpo y mis funciones con amor.

Problemas dermatológicos

Actitud negativa común: Yo me sentido amenazado con miedo y ansiedad temo salir lastimado
Actitud positiva a adoptar: Yo soy siempre protegido por mi creador, y me protejo yo mismo con pensamientos de amor, y olvido el pasado.

Problemas psiquiátricos

Actitud negativa común: Yo he querido huir de la vida con ira y desesperación
Actitud positiva a adoptar: Yo soy la vida. Yo soy la salud por intermedio de mi padre. Acepto la vida, como viene la afronto y la disfruto.

Problemas de oídos nariz y garganta

Actitud negativa común: querido ignorar a mí entorno y no he sido capaz de expresar mi pensamiento sofocando a mi yo.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy creatividad y mi expresión es libre, gozosa y positiva. Estoy en proceso de cambio, lo acepto y acepto el fluir de la vida en mi.

odontológicos

Actitud negativa común: Yo he sido incapaz de analizar bien situaciones, y no he tomado a tiempo las decisiones oportunas
Actitud positiva a adoptar: Yo soy seguro. Analizó, desmenuzo, clasifico y decido en casa ocasión lo que discierno como oportuno.

Problemas genéticos

Actitud negativa común: Yo he estado confundido, no he hecho las apropiadas elecciones y mis decretos han sido erróneos
Actitud positiva a adoptar: Yo soy libre y no me auto-culpo, mis decretos y decisiones son positivas y si alguna no resulta así, me sirve de aprendizaje, no de culpa.


Problemas musculares

Actitud negativa común: Yo he opuesto resistencia a los cambios y evitado las experiencias nuevas.
Actitud positiva a adoptar: Yo soy seguro y decidido, la vida supone cambios y lecciones nuevas; las aprendo con habilidad y camino con seguridad.


Es importante aprender a escuchar nuestro cuerpo “la enfermedad se produce cuando el ser -Alma- Yo Real- olvida quien es y a donde se dirige. Es un mensaje directo que nos dice no solamente la forma en la que estamos desequilibrados, sino los pasos que debemos dar para volver al Yo Real y a la salud (Alice Bailey)”. Esto nos obliga a realizar una introspección profunda de nuestras vidas, como las dirigimos, que pautas negativas debemos convertir a positivo, y abolir estos patrones no es tarea fácil, pero, con voluntad, disciplina y amor es posible volver a recobrar nuestra salud física, mental y espiritual. En la segunda parte hablaremos del tratamiento a nivel físico como interno (espiritual).


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LA ACTITUD DEL VICTIMISMO


Hacerse la víctima consiste en “quejarse excesivamente buscando la compasión de los demás”, según la RAE, pero las quejas son solo la punta del iceberg del victimismo, un rasgo de la personalidad que abarca una variada gama de comportamientos no adaptados a la realidad.

Llamamos “victimismo” a la utilización del sufrimiento como recurso de modo habitual. Esta actitud supone una trampa, en el sentido de que constituye uno de los mayores obstáculos para la evolución personal.

La eterna queja sitúa al que la emite en el papel de “bueno de la película”, o del “pobrecito” que sufre las ofensas y los ataques de los demás.

De modo inconsciente suelen utilizar un mecanismo psíquico llamado “proyección”. Este consiste en atribuir la culpa fuera de sí mismos: Son los otros, las circunstancias, el afuera, los que causan sus desgracias. Se trata de “echar balones fuera” y no asumir la propia responsabilidad. Resulta una postura sumamente cómoda, porque el víctima se acomoda a la situación y no cambia nada.

El rol de victima genera toda una serie de creencias erróneas y resulta sumamente peligroso identificarse demasiado con este papel. Por ejemplo:
El sujeto se siente débil, vulnerable, perdido, como “una hoja al viento”, mientras que los demás tienen control sobre sus vidas.
Tienen prioridad los objetivos y deseos ajenos frente a los propios. A causa de esto, se siente forzado, presionado o incluso servil.
Descuida sus propios intereses, sintiéndose vacío , sin metas ,sin futuro.
Sentimientos de inferioridad frente a los demás .Percepción de perdedor frente a los otros, que siempre ganan a su costa.
Reacciones de rabia, envidia, resentimiento y frustración. La agresividad nunca se echa fuera. El sujeto víctima, se la traga y la vuelca contra sí mismo.
No toma decisiones, no sale de la pasividad. Se inhibe y pospone sus metas continuamente.
¿Qué se esconde detrás de una actitud de víctima?

Las personas víctimas se consideran “sufridores justificados”. Piensan que lo que les ocurre es irremediable y no puede cambiarse, lo que les lleva a adoptar posiciones de pasividad y estancamiento.

1. Ser víctima confiere una identidad. El sufrimiento en nuestra cultura ha tenido cierto prestigio, cierto “caché”. Un mártir se le suele identificar con alguien bueno, generoso, sacrificado.

2. Miedos: Al cambio, a perder el afecto o la aprobación de los demás, al “qué dirán”, a lo desconocido.

3. Falta de asertividad. Ser asertivo es decir lo que se piensa, lo que se desea, o lo que uno opina, claramente, directamente. Nunca en forma quejumbrosa.

4. Actitudes narcisistas: A menudo, la persona víctima no quiere ver sus propios fallos y resulta más fácil proyectarlos en los demás. De este modo, el sujeto queda exento de cualquier error o de promover un cambio.

5. Baja autoestima: El víctima se cree sin derechos, sin capacidad de réplica o de reacción. Piensa, por sistema, que los demás son más fuertes, percibiéndose a sí mismo como débil, vulnerable o lleno de carencias.

6. Masoquismo: Consiste en encontrar cierto placer en sentirse fracasado, víctima, mártir…. Todos estos roles están asociados a modelos “románticos” de sufridores, pero no son saludables en absoluto.
¿Cómo cambiar esa actitud?

Preguntarse qué ganancia se logra con esta actitud. La queja aparente siempre busca sacar un beneficio. Podría ser: búsqueda de amor, de aprobación, de seguridad, de protección o incluso un modo de controlar a los demás y culparles.

Cambiar la queja por la reivindicación directa. Perder el miedo a pedir, a formular claramente nuestras demandas a los demás. Tener claro que tenemos derechos, además de deberes.

Uno puede, en ocasiones, sentirse víctima de una situación puntual, pero el autentico víctima se ha identificado con éste papel de modo permanente. Esto es lo peligroso.

Ser conscientes de que podemos elegir. Tomar decisiones, cambiar discursos, actitudes y situaciones, nos coloca en una postura “activa “la cual nos conduce a que nos sintamos dueños de nuestro destino y no “meras hojas a merced del viento”.

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CAPÍTULO 14 – EL SER HUMANO Y LO DIVINO. Por Francisco de Sales.


Este es el capítulo 14 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL.



“El ser humano no vive sólo de pan. Necesita amor y cuidados, y encontrar una respuesta a su duda de quién es y por qué vive”.
(Jostein Gaarder)

“No hay cosa que los humanos traten de conservar tanto,
ni que administren tan mal, como su propia vida.”
(Marco Tulio Cicerón)



Hace muchos años escuché decir que la palabra “humano” proviene de “ku manú”, y que significa “el que es como Dios”. Me gustó mucho escucharla y me gustó lo que eso removió dentro de mí.

(Seguiré escribiendo Dios, pero cada persona puede poner en lugar de esa palabra otra con la que se sienta más cómodo o que se acerque más a su idea)

Algunas personas se sienten muy lejos de Dios. Más bien es que ponen a Dios muy lejos, en una distancia que tal vez Él no quiera.
Me gusta ese significado de humano, porque es un reto para los que se consideran poquita cosa, pobres de espíritu, en una humildad equivocada, y se sienten nada en comparación con la Grandeza y la Majestuosidad de Dios.
La Biblia nos repite continuamente que somos hijos de Dios, pero a algunos les cuesta mucho sólo permitirse imaginar que al ser hijos seamos también de algún modo semejantes. Sólo pensar eso les parece una gran insensatez, por no decir un pecado.
Si somos hijos de Dios, de algún modo debemos ser como Dios.
¿Y tú?
¿Crees que eres como Dios?

Parece que nos resulta más fácil separar dentro de nosotros dos aspectos que tendemos a clasificar como absolutamente distintos, cuando quizás resulten ser lo mismo… o ser una mezcla de ambos.
Me refiero a lo humano y lo divino.
En LO HUMANO metemos tranquilamente, y hasta nos parece normal, los errores y las bajezas, las dudas y los pecados, el dolor y lo malo, lo físico y lo cotidiano.
En LO DIVINO sólo concebimos los pensamientos místicos y piadosos acerca de lo Espiritual y lo Glorioso, todo aquello que de bondad excelsa y sublimación pudiera haber en nosotros, lo maravilloso y sobrehumano –parece que para eso se ha inventado la palabra-, la humildad, la caridad cristiana… pero como dos cosas muy distanciadas.
Lo cierto es que conviven dentro de nosotros.
Pero también somos nosotros los que nos entretenemos en hacer divisiones, en separarlo.
¿Por qué separar divino y humano?
Nadie ha establecido que en la unidad del hombre se hagan separaciones.
¿Dónde acaba una cosa y comienza la otra?
No hay una frontera que lo delimite y disocie.
Lo mejor de lo humano puede ser ya divino.
Pero insistir en este modo de ver como una dualidad lo que es una unidad es seguir haciendo una diferenciación entre dos cosas que son la misma cosa.
¿O acaso sólo lo divino es lo que hay que tener en cuenta?
¿La mejor voluntad de lo humano nos acerca a Dios?
¿Le mejor voluntad de lo humano es la manifestación de Dios?
¿Por qué en lo humano sólo ponemos las bajezas?
Hacemos como que lo humano es indigno o ruin, como si lo humano no tuviera destellos de gloria, instantes magníficos, sentimientos divinos, sensaciones místicas, momentos de recogimiento y espiritualidad…
El Ser Humano, en su esencia incontaminada, es Dios en la Tierra.
O puede llegar a serlo.
O debe serlo.


ATENCIÓN

Para ampliar mi opinión de que lo humano no está disociado totalmente de lo divino, copio lo siguiente de la Wikipedia.

“La expresión lo divino es usada de manera variable en distintas confesiones y creencias, e incluso entre diferentes individuos dentro de una misma fe, para referirse a un poder transcendental, o a sus atributos y manifestaciones en el mundo, y aunque puede, no tiene por qué presuponer la existencia de diversos dioses o de un único Dios absoluto.
En muchas religiones, como por ejemplo en el sufismo islámico, en el gnosticismo, o en el hinduismo advaita, se afirma, o bien que todos los humanos son en esencia divinos, o que son parte de lo divino, o que están unidos con lo divino de manera muy significativa. En esta visión se considera que es el mundo físico y social en el que vivimos lo único que nos oculta esta naturaleza divina que poseemos, que se nos mostrará a través de la práctica espiritual”.


DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL

¿Por qué nos resulta fácil creer que tenemos alma o espíritu, que son intangibles, invisibles, nada más que actos de fe, y en cambio cuesta creer que lo divino es parte indivisible de lo humano que también somos?
¿Por qué la fe no nos llega a tanto?
¿Tan rastreramente humildes somos que no aceptamos lo sobrenatural o lo celestial en nosotros?
¿Por qué nos cuesta tanto admitir que lo divino no es sólo crear el mundo y el universo, y que se puede encontrar a diario en el mundo cotidiano?
Quizás haya que desmitificar lo divino, o, por lo menos, y sin restarle ningún mérito o valor, hacerlo más accesible. Y que nos creamos con derecho a poder tutearlo, a sentirlo como un escalofrío, o como una sensación, o como un momento especial pero posible.
Creo que si Dios y lo divino están en un pedestal inalcanzable nos perderemos grandes momentos.
Aspiro a un Dios que también sea humano al que pueda tutearle, contarle chistes, gastarle bromas y abrazarle como a un amigo.


PARA REFLEXIONAR

Hay una frase de Karlfried Graf Dürckheim que me encanta y me parece muy clarificadora:

“LA VERDADERA HUMILDAD NO CONSISTE SÓLO EN NO QUERER PARECER MÁS DE LO QUE UNO ES. ES TAMBIÉN ACEPTAR SER MÁS DE LO QUE UNO PARECE SER. HAY UNA FALSA MODESTIA QUE ES, SENCILLAMENTE, MIEDO A LAS RESPONSABILIDADES”.


EL SER HUMANO

El Ser Humano aspira a la perfección –por su pura genética animal trata de ser instintivamente el mejor de su especie- y para ello trata de complementarse, de reunificar sus partes disgregadas, y aspira –aún cuando no se dé cuenta de un modo consciente- a su integridad y reintegración.
El inconveniente en la mayoría de los casos es partir de la disgregación previa donde ha ido separando partes que forman su totalidad, por eso siente de algún modo la necesidad de reunificación.
Tal vez algunos -con algún tipo de intereses por medio- han hecho creer que la parte divina es algo ajeno, inalcanzable, en vez de promover el descubrimiento y encuentro en el propio interior.
Así que lo que han conseguido es que el Ser Humano acabe siendo un conflicto continuo al que le cuesta ubicarse en el lugar que le corresponde.
El Ser Humano es cuerpo, alma y emociones. También es naturaleza y pureza. Asimismo es el Todo en su escala.
Es eso con lo que convives cada día, lo que se levanta contigo y se acuesta a la misma hora que tú. Sentimientos, altibajos, dudas, alegrías, sufrimiento, desconcierto, preguntas, una sensación indefinible de sentirse abandonado pero sin saber explicarlo bien, de ser incompleto pero no tener clara la noción de qué es lo que le falta. Todo eso lo vivimos y no somos capaces de encontrarle respuesta y, a veces, ni siquiera una razón o un sentido. Al llegar a este punto es cuando ya necesitamos inaplazablemente afrontar nuestro Ser y permitirnos desarrollarlo como real y completamente es.
Ser Humano no es una definición: es una realidad.
La tarea personal –que es irrenunciable y sería conveniente no aplazar- es el auto-descubrimiento y el auto-conocimiento.


RESUMIENDO

Puede que tú tengas muy clara tu relación con lo divino y que estés muy en paz en ese aspecto. Eso es admirable… y envidiable. Enhorabuena.
Otros, en cambio, aún no comprenden lo que son y su relación con todo lo que también forma parte de sí mismos.
Esto es habitual.
Eres humano. Estás en el mundo. Y confundido.
Posiblemente hasta ahora no hayas afrontado con claridad y valentía este asunto. Posiblemente te haya dado miedo atreverte.
También es posible que tengas conflictos porque la Iglesia, que dice tener el monopolio de Dios, lo ha puesto tan lejos y tan inalcanzable que ni imaginas la posibilidad de intimar con Él, o de tenerlo muy cerca, o de poder hablarle cara a cara, de corazón a corazón, para contarle tus destrozos y tus lamentos y poder acabar sollozando entre Sus brazos.
Eres un Ser Humano, y eso es algo de lo que sentirte muy orgulloso.
Si tú lo decides, también puedes sentirte como divino.
Aunque sea sin mayúscula.

Francisco de Sales
http://buscandome.es/

viernes, 22 de mayo de 2020

Reflexiones...Por Ashamel Lemagsa.


Amados...

La Sabiduría, no se construye, ni se encuentra a la vuelta de la esquina...

La Sabiduría descansa en nosotros mismos, nadie la quita, nadie la obstruye, nadie la detiene...

Somos nosotros, los únicos responsables de reencontrar, lo que olvidamos en nosotros y siempre estuvo presente.
Cuándo se "olvida"????

Cuando permitimos, que todo lo exterior a nosotros ocupe un lugar preponderante en nuestras vidas, alejándonos de nuestra Fuente... Dios, en nosotros.

No necesitamos a nadie, ni a nada para que nos complete, ser felices y sentirnos alegremente vivos!!!
Pues nuestra existencia, ya es completa desde nuestro origen Divino...

Siempre fuimos y seremos Libres, desde el Corazón!!!!

Los Amo!!!
Con Amor Ashamel Lemagsa.



Amados...

Aceptación , no implica resignación...

Aceptar es comprender, que toda situación por más compleja y difícil que se presente, tiene un mensaje...

Comprender el mensaje, es evolución...

Cuando se acepta, estamos a un paso de lograr la comprensión y con ella, llegar a la Fuente Eterna de nuestra Sabiduría Interior.

Los Amo!!!!!
Con Amor Ashamel Lemagsa.


El Tao


Tao significa “principio”, “origen”. Es la causa sin causa, principio y fin de todo lo manifestado, presente en todas las religiones y filosofías trascendentales. De ahí su equiparación a la idea de camino o ley universal, un camino circular que parte y termina en un mismo punto: el Tao. Un camino por el que transitan todos los seres hasta su reabsorción en el Tao que les dio origen.

El Tao Te King es un texto escueto pero profundo atribuido a Lao-Tsé.

Actualmente disponemos de cuarenta y dos originales, de los cuales catorce están escritos en piedra. Hasta el año 1973, los originales más antiguos que se conocían eran del siglo VII. Fue en ese año cuando, excavando una tumba de la época Han, aparecieron dos versiones en seda del siglo II a.C. A pesar de los siglos transcurridos, entre las versiones más antiguas y las más modernas el contenido ha permanecido prácticamente invariable y la pureza de las enseñanzas ha sido respetada, lo que no se puede decir de otros textos tradicionales más cercanos a nosotros, que han sido desvirtuados o alterados en períodos de tiempo más cortos. La única diferencia que hay entre estas versiones del siglo II a.C. y las del siglo VII está en el orden. La estructura actual consta de treinta y siete capítulos dedicados al Tao, seguidos de cuarenta y cuatro dedicados al Te, y en las antiguas versiones esta ordenación es inversa.

Te significa fuerza y energía. Se asemeja al concepto de virtud (virtus) en el sentido clásico latino, que no comporta connotación moral, sino que expresa la idea de fuerza vital.

Ching o King significa libro. En China solo se aplicaba la designación Ching a aquellos textos que se llegaban a consagrar como tradicionales, como es el caso del Tao Te King, y del I Ching o libro de las mutaciones.

El Tao es la fuente de todos los seres, el principio absoluto y sin forma que los conforma, les da nacimiento y les otorga una forma. Y el Te, la fuerza que los alimenta, que los nutre, que los hace crecer, hasta que, llegado el momento de máximo desarrollo, esta fuerza se retira e inicia su declive natural.

En el inicio mismo del Tao Te King, Lao-Tsé ya nos previene de que existe un Tao permanente y un Tao que no lo es. Está trazando una diferenciación entre un Tao innombrable, incognoscible, inaprensible, una causa sin causa, un absoluto, un origen primordial, no sujeto al tiempo ni al espacio, eterno, sin comienzo ni final; y otro Tao al que podríamos considerar como una emanación del primero, susceptible de ser comprendido y conocido por nuestra mente, que contendría las semillas de la manifestación y a partir del cual devendría la existencia de nuestro universo y de los seres en él contenidos. Este segundo Tao es el principio del tiempo y del espacio, e imagen de la unidad del caos primordial. Se corresponde con el símbolo del huevo cósmico, presente en infinidad de religiones, de cuya eclosión surge el cosmos. Obviamente, todo cuanto podamos decir está referido a este Tao impermanente.

De la escisión de esta unidad primordial que es el Tao, se engendra la dualidad inicial del yin y el yang, principios femenino y masculino presentes en la raíz de toda expresión material. Y esta unidad y esta dualidad originales constituyen la primera tríada. Dicho en palabras del Tao Te King: “El Tao produjo al Uno, el Uno produjo al Dos, el Dos produjo al Tres, el Tres produjo todas las cosas”. El Tao y el yin-yang, desde la perspectiva védica, recuerdan a Purusha (espíritu) y Prakriti (materia), o a Poros y Penia, citados por Platón en El banquete, de cuya unión nacerá Afrodita, el amor, o la fuerza de atracción universal que hace participar a todo lo creado de una doble naturaleza, espiritual y material simultáneamente. Desde la óptica de las religiones, el yin-yang coincide con la primera pareja divina, que son hermanos y esposos al mismo tiempo, ya que han nacido del mismo embrión, y tienen naturalezas opuestas y complementarias, de cuya unión surgirá la vida en todas sus formas.

Estos dos principios, yin y yang, aparecen siempre unidos y no se pueden disociar, son las dos caras de una misma moneda, dos aspectos de una misma y única realidad, que es el Tao. Si miramos a nuestro alrededor, comprobaremos que toda la Naturaleza está polarizada, pero todo cuanto existe contiene en sí mismo, a su vez, ese doble principio, en una repetición constante hasta el infinito, desde lo más grande hasta lo más pequeño. Así, vemos que el cielo es yang y la tierra yin. Pero a su vez en el cielo está expresada la dualidad en el Sol (yang) y la Luna (yin). Y en la tierra se puede distinguir la tierra y el agua, en las que también está representada la dualidad en los montes y los valles, y en los ríos y los mares. Esto se simboliza en la figura circular del Tao, dividida en dos partes, una blanca y otra negra. Cada una de ellas contiene a su vez la semilla de su contrario, expresada en un pequeño círculo del color opuesto.

Esta continua y múltiple división del universo en el que nos desenvolvemos transforma nuestro entorno en un mundo dual lleno de relatividades, en el que nada es categóricamente cierto sino para nuestra propia subjetividad, que inevitablemente participa de esa dimensión dual. Cuando nosotros decimos cerca, estamos afirmando lejos. Cuando decimos alto, estamos afirmando bajo. Y cuando decimos grande, estamos afirmando pequeño. Pero en todos los casos estamos estableciendo inconscientemente comparaciones. Nada es absolutamente cercano, alto o grande, sino con relación a algo ajeno a sí mismo, lo que nos devuelve siempre al mundo de lo dual. Solo el Tao contiene todos los atributos en su grado máximo, porque es absoluto, y por consiguiente, es lo único real. Todo lo que está manifestado es relativo y participa de esos atributos divinos en mayor o menor proporción. Por eso se afirma que Dios está en todas las cosas.

Es nuestra percepción del mundo a través de los sentidos la que desvirtúa la auténtica realidad unitaria del Tao, que yace latente detrás de todas las cosas. Es la mente la que nos hace ver la Naturaleza como disgregada y diversa, haciéndonos perder la noción de unidad. Para el Tao no hay dualidad, esa dualidad no existe, es una ilusión de nuestra mente. En su esencia, todo es uno; sólo en su existencia se convierte en múltiple. La mente juzga según juicios previos que no son reales, por cuanto dependen de la posición relativa del observador.

Esta idea también aparece expresada en el budismo cuando se habla de la gran herejía de la separatividad. Las enseñanzas budistas afirman que toda la creación es una y única, y que es la mente del hombre la que crea divisiones y ve las cosas desde un punto de vista dual y subjetivo. Por eso, consideran la mente como la gran destructora de lo real.

La doctrina del Tao propone una forma de acción que trasciende esa dualidad. Los grandes maestros de la Humanidad siempre han amado por igual a todos los seres, sin distinciones. Para el Tao, no hay un ser que sea más importante que otro. Somos nosotros los que, con nuestros intereses y deseos, consideramos unas cosas mejores, más agradables o más importantes que otras. Así, nuestra conducta se guía por lo que me gusta, lo que no me gusta; lo mío, lo de aquel; lo que quiero, lo que no quiero, lo que nos hace estar actuando continuamente fuera del Tao.

La acción inspirada en el Tao obra sin retener, no guarda para sí, no pretende atesorar, no busca enriquecerse. Porque la naturaleza del Tao es precisamente el flujo de la vida y de las cosas. Es nuestra mente subjetiva, interesada, la que nos hace ver ganancias o pérdidas en las cosas, dolor o placer, lo que nos lleva a ponerle una intención a nuestros actos. Pero, desde el punto de vista del Tao, todo eso no es real. Parece real para nosotros por nuestra propia percepción y por nuestro enfoque parcial e interesado de la vida.

Lao-Tsé se refiere al Tao como la Vacuidad. Afirma que el Tao es grande precisamente porque está vacío. Es por ese vacío por lo que las cosas son útiles. Las vasijas tienen capacidad de contener porque están vacías, y las casas se pueden habitar por su vacío. Si imaginamos al Tao como una gran matriz, comprenderemos que es por esa vacuidad. Si no fuese así, si no estuviese permanentemente vacío, no podría ser permanentemente creativo, y no podría mantener el flujo continuo de vida. Por eso, al Tao se lo considera la Madre de todos los seres.

En este sentido, Lao-Tsé aconseja vaciar la mente de deseos y de intenciones para, una vez exenta de intereses personales, poder obrar de acuerdo con el Tao. En esto se basa también el concepto del wu-wei, y la recta acción del Bhagavad Gita hindú. Este es el verdadero sentido del no actuar. El Tao actúa, pero no pone intenciones a las cosas, no trata de favorecer a unos sobre otros, y toma en cuenta por igual a todos los seres. La recta acción no tiene connotaciones morales, en el sentido de bueno o malo, ya que tanto en las buenas como en las malas acciones volveríamos otra vez a la dualidad. La recta acción, similar al imperativo categórico de Kant, hace coincidir el querer con el deber. Nosotros, de forma instintiva, consciente o inconscientemente, tratamos a las personas y a las cosas queridas con un afecto especial que no sentimos hacia lo que nos es extraño, tiñendo de intención nuestras acciones y nuestra conducta.

Quienes han comprendido el Tao actúan por igual con todos los seres. Esto es lo que está en la raíz de todas las religiones: no hacer distinción entre los seres. Lógicamente, resulta una meta a alcanzar. Como seres humanos dotados de voluntad y libertad, tenemos la capacidad de elegir entre actuar o no conforme al Tao. La diferencia entre un hombre común, como nosotros, y un sabio, reside, entre otras cosas, en nuestro concepto de libertad. Para el sabio, la libertad no consiste en hacer esto o aquello, sino en plegarse a la voluntad del Tao.

Este es el trabajo que propone Lao-Tsé a través del Tao Te King.

Bibliografía

Dos grandes maestros del taoísmo. Lao Tse/Chuang Tzu. Carmelo Elourdy. Editorial Nacional.

Las enseñanzas de Lao Zi. Iñaki Preciado. Editorial Kairós.

Tao Te King. Lao Tsé. Versión de Richard Wilhelm. Edicomunicación.

Tao Te Ching. Lao Tsé. Versión de Juan Fernández Oviedo. Editorial Adiax S.A.

Los místicos taoístas. Howard Smith. Edicomunicación.

https://filosofia.nueva-acropolis.es/

SE TRATA DE SALIR DE LA ZONA DE CONFORT.



La vida siempre tiene sus altas y sus bajas, pero de alguna manera tiende a estabilizarse. Sentir la seguridad que te da la estabilidad laboral, familiar y sentimental, es grandioso para estar tranquilo y vivir sin el estrés que genera la incertidumbre.

Sin embargo, es necesario tener presente que la forma como aceptemos la estabilidad, o zona de confort, puede tener efectos negativos. Nos han educado para buscar la estabilidad, pero la realidad es que nos toca aprender a vivir en un eterno cambio, ya que aunque a veces puede ser difícil de aceptar, nada es constante.

La zona de confort, a pesar de ser placentera tiene varias consecuencias negativas que afectan tu capacidad para aceptar cambios, para valorar las nuevas oportunidades, aumenta tu temor a los cambios, limita tu visión a largo plazo y lo peor es que evita que evalúes riesgos adecuadamente y por ende cuando las cosas cambian nunca estás preparado. No estar preparado para los cambios casi siempre es catastrófico.


La zona de confort, como todo lo que genere algún tipo de placer, puede generar adicción y quiero compartir contigo algunos de los síntomas de que presentas un caso de adicción a la zona de confort: 

1. Crees que has logrado todas tus metas.

El éxito mal manejado puede ser contraproducente; creer que tienes todo, limita el sano inconformismo de pensar en qué puedes mejorar y más aún elimina la capacidad de crear e innovar. 

2. Crees que nada puede afectar negativamente tu estado actual.

La sensación de invulnerabilidad generalmente es una forma de negar la existencias de riesgos. No es que nada te pueda afectar, sino que decides ignorar lo que te preocupa y confiar ciegamente en que nada va a pasar. 

3. Consideras que nada puede mejorar tu situación.

El conformismo es otra forma de negar nuevas oportunidades y generalmente termina sirviendo para autojustificar tu decisión de no intentar cosas nuevas por temor a perder lo que ya tienes. 

4. Ves algunas cosas que quisieras hacer, pero no actúas por "razones justificadas".

A veces tu eres el obstáculo de tu progreso. Eres un ser racional pero tu inteligencia se pierde explicándote por qué dejaste de hacer algo, de una manera que te suene creíble. 

5. Te alejas de personas que no comparten tu visión de "estabilidad".

No es que los demás no tengan puntos válidos; es que simplemente no piensan como tú. 

6. Te parece bien verte en unos años haciendo lo mismo y recibiendo iguales beneficios.

Al aceptar tu zona de confort, esto implica creer que va a durar de manera indefinida, por lo que aceptas que al hacer lo mismo, en un futuro seguirás igual de "bien".

7. Sientes que tienes talentos sin aprovechar, pero no te importa porque ya no los necesitas.

Al convencerte de que ya tienes lo que quieres, lo que no has usado, sin importar que tan bueno seas en ello ni que tanto lo disfrutes; es simplemente innecesario. Dejas de hacer lo que disfrutas por lo que simplemente necesitas.

8. Hay personas cercanas que se asombran al saber que sigues igual.

Al estar encerrado en tu zona de confort, quienes no están en ella o simplemente andan en la suya, pueden ver fallas en tu visión de estabilidad. Esas personas son las que siempre dicen: ¿Aún sigues ahí?…. Que bueno… eres muy estable.


9. Aceptas tus limitaciones como absolutas y tolerables sin cuestionar.
El conformismo generado en la zona de confort te lleva simplemente a vivir con lo que puedes, incluyendo lo que no puedes hacer ni obtener. La resignación es muy fuerte y sirve para negarte que puedes hacer algo por mejorar. 

10. Estás explicando constantemente a tus amigos y conocidos el motivo para seguir como estás.

Si tu estado actual fuera aceptable, no deberías estar justificando con nadie el por qué estás ahí. 

11. Tienes amigos que han actuado, cuando tu no lo has hecho y han logrado algo.

Has dejado de aprovechar oportunidades que otros han tomado y para tí fue solo cuestión de suerte el que ellos hubieran podido lograr una meta a la que tu pudiste llegar también. Pero no importa, para ti no justificaba el riesgo. 

12. Ves cualquier elemento que pueda afectar tu estado actual como una amenaza, sin evaluarlo.

Ya sea una oportunidad o un riesgo, lo intentas evitar porque amenaza tu estabilidad.

13. Siempre piensas que no tienes los recursos o el conocimiento suficiente para aprovechar algunas oportunidades.

Siempre dejas de intentar ideas porque sientes que no tienes como lograrlas y aún cuando alguien te dice que puedes hacer algo, siempre encuentras la manera de explicar de una manera razonable, por qué no te conviene actuar. 

14. Te quejas de muchas cosas y no haces nada para buscar mejorarlas.

La queja de adultos no es más que la evolución del berrinche o pataleta de niños. Te sientes mal, lo expresas, pero al final, eso no te dará lo que quieres y seguirás igual. 

15. Has aceptado como ciertos muchos de los síntomas que has leído hasta aquí y aún crees que todo está bien.

La racionalización es la forma como nos autoexplicamos cosas para convencerte de que están como las deseas y te ayuda a ignorar lo que no quieres aceptar. Al final todo, incluyendo lo malo, te suena razonable, creíble y más aún te crees capaz de convencer a otros de tener el criterio para tomar la decisión.

Buscar la estabilidad y disfrutarla no está mal; lo que está mal es creer de manera absoluta en que nada se puede mejorar y que no puedes hacer nada por ti y por los que te rodean, más que seguir igual, quejándote por lo que no te gusta, sin actuar.

Estar en la zona de confort no es malo; pero creer que siempre va a ser así puede traer consecuencias catastróficas, Aprovecha la estabilidad para buscar nuevas ideas de manera tranquila, pero deseando siempre hallar una mejor manera de hacer las cosas y progresar.

¡Deja tu adicción a la zona de confort!



Germán Andrés Castaño Vásquez
http://elartedesabervivir.com

SE TRATA DE SALIR DE LA ZONA DE CONFORT.


SAIKU

Cuando no puedes cambiar las cosas, cambia tu punto de vista


El poder es la condición en la que eres libre de dar forma a la realidad de acuerdo con tus deseos.

Puedes ser más o menos poderoso. Puedes tener poder en ciertas situaciones y con ciertas personas y no tenerlo en absoluto si esas condiciones cambian. Una persona también puede ser muy poderosa, pero nunca tendrá un poder absoluto. Cualquiera en la vida tendrá que aceptar que no todo sale como lo desea.

Si las cosas no fueron el camino que quiero, hay dos posibilidades.
Hay una regla muy importante para tener en cuenta, si las cosas no son como las quieres, trata de entender qué puedes hacer para cambiarlas y cuando lo entiendas, hazlo. Si esperas y observas, nada cambiará nunca.


Sin embargo, no siempre logramos arreglar una situación. Quiero decir, que es fácil hablar sobre el cambio en abstracto, pero la vida real no sigue las reglas de los manuales escritos por algún “Banco Mental”. La vida es demasiado compleja para ser teorizada dentro de un consejo motivacional. La vida es esa cosa cuando el trabajo te desagrada, sin embargo, no puedes cambiarlo porque no puedes encontrar otro.

Cuando estás atrapado en una situación desagradable, solo tienes dos opciones:

1.- Renunciar
Las cosas no cambiarán, también podrías sobrevivir. Me doy cuenta de mi trágica situación y trato de despejar la conciencia del fracaso aniquilando mi psique con las redes sociales, las series de televisión, el alcohol o algo peor.

Mi estado de ánimo empeora lentamente porque aprendo a conocer mi impotencia. La depresión está a la vuelta de la esquina.

2.- Aceptar
Tal vez no lo sepas, pero la felicidad es relativa.Una frase que nos ilustra lo que hablamos, es la que escribió Michael Josephson:

“Para un hombre descalzo, la felicidad es un par de zapatos.


Para un hombre que calza zapatos viejos, es un par de zapatos nuevos.


Para un hombre que tiene zapatos nuevos, es un par de zapatos más bellos.


Y ciertamente, el hombre que no tiene pies, sería feliz de caminar descalzo.


Mide la felicidad con aquello que tienes, no con aquello que te falta.”

Como puedes ver lo que te parece una situación terrible, no es absoluta. Seguramente hay alguien, que incluso lo quiere.

Aceptar una situación que no puedes cambiar significa aprender a mirarla como nunca la has visto antes. Prestando atención a cada pequeño destello de serenidad que lo atraviesa y atesorándolo. Al igual que la hormiga que ahorra comida para el invierno, también tendrás que abastecerte de felicidad al exprimirlos de un ambiente hostil.


No puede cambiar las cosas, pero puedes cambiar tu punto de vista. Aquellos que observan sus vidas para encontrar las cosas que están mal, siempre lo encontrarán. Aquellos que la observan con el objetivo de identificar todas las cosas hermosas, las encontrarán.

Tu punto de vista se filtra por estado de ánimo. Si estás de mal humor, verás todo negro. Si, por otro lado, estás alegre, verás todo positivamente.

Debes entrenarte para adoptar un punto de vista positivo, porque de esta manera entrarás en una espiral positiva. Pero, sobre todo, evitarás la espiral negativa.


domingo, 17 de mayo de 2020

EL SIGNIFICADO DE LAS ENFERMEDADES Y LOS DOLORES CORPORALES


La metamedicina, también llamada medicina metafísica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello, trasciende el plano físico -el cuerpo y sus síntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la enfermedad.

Recupera así la dimensión de la mente y el alma. Se basa en una visión holística que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o creencias. De este modo, cuando una forma de hablar y pensar se vuelve costumbre, se lo termina expresando en comportamientos y posturas corporales, formas de estar y mal estar. Bajo estos supuestos, la metamedicina recupera el significado de los síntomas y entiende que la única curación auténtica proviene del deseo sincero de querer sanar. Esto puede motivar a una persona a hacer los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que ocasionan su sufrimiento.


Al comprender el patrón de pensamiento que se esconde detrás de tus enfermedades, podrás hallar las claves para lograr la autocuración.
El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo

Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.
Los oídos representan la capacidad de escuchar

Los problemas en los oídos manifiestan que no queremos enterarnos de algo que nos está pasando o que aquello que escuchamos nos enoja. Por ejemplo, los niños suelen padecer problemas en esta parte del cuerpo ya no se los deja manifestar su enfado. Se encuentran, al mismo tiempo, con la incapacidad de modificar las cosas.
La cabeza nos representa a nosotros mismos

Es la parte de nuestro cuerpo por la que nos suelen reconocer. Cuando algo está mal en esta región se debe a que sentimos que algo está mal en nosotros mismos. Los dolores de cabeza, por ejemplo, pueden provenir del hecho de que nos desautorizamos. Así, quienes padecen migrañas o jaquecas suelen ser personas muy perfeccionistas con sí mismas que se presionan en exceso. Esto genera una intensa cólera reprimida.
La próxima vez que sientas un dolor de este tipo, piensa de qué manera y en qué momento has sido injusto contigo mismo. Cuando logres perdonarte y dejar de pensar en ello, el dolor de cabeza desaparecerá.
El pelo representa la fuerza

Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar, provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado seria la calvicie. Se trata de comprender que la fortaleza real radica en la serenidad, en estar centrado y relajado, y no en la tensión.
Los ojos representan la capacidad de ver

Cuando tenemos un problema con ellos, generalmente se debe a que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros mismos o en la vida pasada, presente o futura. Se conocen experiencias de curación impresionantes en personas que han accedido a retroceder en el tiempo para encontrarse con aquello que no querían ver y desecharlo.
Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura

Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera por delante o la dificultad de someternos a ello. La energía se desplaza por las articulaciones, de modo tal que una dolencia en alguna de ellas indica que estamos tomando la fuerza de esa parte de nuestro cuerpo. El motivo se vincula con la zona afectada.

Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.
Las piernas: el miedo al progreso

Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energía.
Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Así se vuelven rígidas las articulaciones. Las rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.
Los accidentes son expresiones de cólera

Denotan una acumulación de frustraciones en aquellas personas que no se sienten libres para expresarse o hacerse valer. También señalan rebelión contra la autoridad. La bronca que genera esto termina volviéndose contra ellas mismas. Por otro lado, cuando nos sentimos culpables, un accidente es una forma de castigarnos. Al mismo tiempo, nos permite ubicarnos en el lugar de víctimas y recurrir a la compasión de los otros.


Se trata de pensar que nosotros somos los que los generamos, no el destino.
La contrapartida emocional de algunas enfermedades

La anorexia y la bulimia son la expresión máxima de odio hacia uno mismo. Se trata de identificar qué es lo que vemos tan mal y cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos para alcanzar la aceptación.
La artritis se origina en una constante actitud de crítica hacia uno mismo o hacia los demás. Quienes padecen esta enfermedad suelen ser ellos mismos muy cuestionados, por lo cual frecuentemente son muy perfeccionistas.
El asma denota un amor que sofoca. Así, afecta a personas que no sienten que tengan derecho a respirar por sí mismos.

Los abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones indican cólera que se expresa en el cuerpo. Hay que buscar la manera de dejar salir la presión acumulada de una manera inofensiva.
El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante mucho tiempo. Cuando en la infancia algo destruye nuestro sentimiento de confianza, nunca se olvida esa experiencia. Esto hace que el individuo viva compadeciéndose de sí mismo. La vida se presenta entonces como una serie de decepciones, con lo cual se vuelve muy sencillo culpar a otros de nuestros problemas. Las personas que tienen cáncer suelen ser también autocríticas.


Al lograr amarnos a nosotros mismos, recordamos que las situaciones las creamos nosotros. Nuestra frustración no es culpa de otras personas. Recuerda que tú puedes sanar.

Fuente: La Bioguia