martes, 30 de julio de 2019

Problemas, crisis, dificultades, cambios; TODO ESTÁ PUESTO PARA APRENDER.


1. En mi dificultad aprenderé a priorizar

Cuando muere un ser querido, cuando aparece una enfermedad, cuando pierdes el trabajo... es entonces

cuando te alejas de cosas sin sentido.
Porque cuando uno pasa por un momento difícil, cuando uno pierde a un compañero, cuando uno ve una injusticia, es entonces cuando te olvidas de todas las tonterías INSIGNIFICANTES y empiezas a priorizar.
Hay gente que se concentra en pequeñeces: «No sabes lo que le he hecho, he pasado por su lado y no lo he saludado, para que le duela.»
Pero debemos aprender a ponernos de acuerdo con la gente con la que tengamos objetivos claros para mirar
al futuro y no quedarnos en el mal momento.


2. En medio de las dificultades realizaré mis mejores conquistas.

Los mejores beneficios vienen cuando hay presión. Mirar lo negativo nos conduce a lo negativo, pero mirar hacia delante nos sacará del lugar en el que estamos estancados. Lo primero que podríamos o deberíamos hacer es visualizar nuestro futuro mentalmente y dar el primer paso hacia nuestro bienestar.

Si nos concentramos con tenacidad en nuestro futuro, podremos levantar la vista de nuestra situación y salir adelante. Es escoger mirar la luz que entra por la ventana antes que seguir mirando la oscuridad.
Según hacia donde enfoquemos la mirada se dirigirán nuestros pasos.


3. En medio de la crisis surgirá toda mi sabiduría

La cuestión no es correr, sino llegar.Dar el primer paso, cambiar nuestra actitud negativa, fijarnos una meta corta y alcanzable que luego nos remita a otra meta, y así sucesivamente, podremos lograr grandes objetivos. Sé inteligente y creativo, atrévete a enfrentarte a tus circunstancias. Solo cuando hacemos frente a nuestra situación con una visión clara de nuestros objetivos podemos lograr un cambio.



Bernardo StamateasEMOCIONES TÓXICAS

http://nodejardeleer.blogspot.com.ar/

El viaje del héroe: claves para conectar con el héroe que llevamos dentro


El viaje del héroe es un concepto acuñado por Joseph Campell, para describir el modelo básico del relato épico en todas las civilizaciones. También es conocido por monomito, y está perfectamente descrito en su obra “El héroe de las mil caras“, de 1949.

El autor sostiene que los héroes de todas las culturas del mundo comparten entre sí unas características comunes. Además, la transformación del héroe vendría dado por un ciclo característico, también llamado el viaje del héroe.


En este ciclo, el héroe debe atravesar por una serie de fases, pruebas y obstáculos que terminarán por forjar su personalidad y conducta. Lo más increíble de todo, es que todos, en gran o pequeña medida, somos héroes en algún o algunos aspectos de nuestra vida.

El viaje del héroe no solo hay que verlo desde el punto de vista cultural y mitológico; seguramente, al leer estas líneas, te sientas identificado con muchos de los procesos que aquí se describen. Tal vez seas un héroe y no lo sepas.



El viaje del héroe: las 3 etapas

Joseph Campbell divide el viaje del héroe en 3 fases principales:
La partida: donde el héroe debe apartarse del mundo que conoce para dar inicio a la aventura
La iniciación: es la etapa vital en la que deberá hacer frente a las pruebas y obstáculos que la persona deberá superar para convertirse en un héroe
El retorno: la fase final en la que el ya convertido en héroe regresa de su viaje con todos los conocimientos y destrezas adquiridos

Como veremos, cada etapa cuenta con una suerte de subetapas. No obstante, en el viaje del héroe no es necesario pasar por cada de una ellas. Las etapas principales sí son obligatorias.


El viaje del héroe: La partida

Dentro de esta etapa inicial en el viaje del héroe, Campbell describe 5 subetapas.

1. La llamada a la aventura

El héroe empieza la aventura en el mundo que, para él o ella, es familiar y conocido. Así pues, todo es familiar, estable, predecible, y se siente cómodo en ese mundo.

Sin embargo, en un momento determinado, al héroe se le presenta una situación determinada a la que debe enfrentarse. Puede ser un desafío, una aventura o un problema que debe resolver.

Por consiguiente, debe decidir si acude a la llamada del destino, si cambia radicalmente su forma de vida, si se atreve a adentrarse en lo desconocido y a alejarse de todo aquello que le resulta predecible y familiar. Es decir, a salir de la zona de confort.

2. La negativa a la llamada

Por comodidad o miedo al cambio. O bien, por el apego a la vida que conoce y a la rutina, el héroe expresa duda o temor a acudir a la llamada. Puede que rechace cambiar su vida para enfrentarse a la situación que debe resolver.

En este caso, el autor destaca la fuerza psicológica del héroe frente a aquellos atascados simbólicamente en su propio ego, que son incapaces de tomar la acción. En muchos casos, el héroe ha de salvar a estas personas de sí mismos.

3. La ayuda sobrenatural

Aquellos valientes que aceptan la llamada a la aventura, a menudo se encuentran con la ayuda de una figura protectora, que representa la fuerza protectora y benigna del destino. Además, es guía y maestro del héroe durante su periplo.

Este personaje puede reflejarse a través de un anciano o anciana, una persona más sabia y experimentada, una especie de mentor para el héroe que lo orienta y le otorga alguna especie de amuleto, real o simbólico con el que puede hacer frente a dificultades específicas.

4. El cruce del primer umbral

El héroe debe ahora atravesar la línea simbólica que separa ambos mundos. Esto es, el mundo conocido por aquél y un mundo diferente. Por lo tanto, ahora debe adentrarse en lo desconocido y dejar definitivamente atrás la seguridad que le ofrecía la rutina y lo familiar.

En este punto el compromiso con la aventura es serio y unívoco. Por consiguiente, se dejan atrás los límites del mundo conocido y se avanza hacia un nuevo mundo mágico, desconocido y peligroso, donde sus características aún están por definir.

5. El héroe en el vientre de la ballena

Es una etapa muy ligada a la anterior. El los mitos, aparece como continuación del cruce del umbral. En ella, se remarca la muerte simbólica del héroe, no porque muera, sino porque parece que ha sido tragado por lo desconocido. Por lo tanto, parece que hubiera desaparecido o muerto, al igual que Jonás cuando se lo tragó la ballena.

En definitiva, la aventura absorbe al héroe, de forma que está muy lejos de nuestro mundo, pero luchando dentro de otro mundo completamente diferente.
El viaje del héroe: La iniciación

Esta etapa es crucial, pues aquí se dan las pruebas y obstáculos que el héroe debe superar.

1. El camino de las pruebas

En un mundo completamente nuevo y desconocido, el héroe hará frente a una serie de pruebas que deberá superar. Según Campbell, estas pruebas son un “proceso de disolución, de trascendencia o de transmutación de las imágenes infantiles de nuestro pasado personal”. En otras palabras, representan toda una experiencia cargada de nuevos aprendizajes, crecimiento y madurez. Toda una etapa de crecimiento personal.

2. El encuentro con la diosa

La diosa representa el modelo de belleza y deseo, la meta de todos los héroes. Sin embargo, en nuestro caso, representa la gran prueba final que el héroe ha de ganar para obtener el don del amor (amor fati).


“Amor fati” proviene del latín y significa “amor del destino”. O sea, aprender a aceptar todo lo que sucede en la vida, lo bueno y lo malo, incluido los sufrimientos y las pérdidas.
Desde el punto de vista masculino, al final de la aventura tendríamos un matrimonio místico del alma triunfante del héroe con la Reina Diosa del Mundo
Y desde el punto de vista femenino, es ella quien por medio de sus cualidades, su belleza o deseo se convierte en la consorte de un ser inmortal

3. La mujer como tentación

En esta etapa el héroe debe hacer frente a la tentación. En la mayoría de los mitos esta viene representada por una figura femenina, pero no siempre tiene que ser así. Por tanto, el eje central de esta etapa es la lucha contra la tentación en cualquiera de sus formas.

Además, es importante no sucumbir a la tentación carnal, física o material, pues amenaza al héroe al desviarlo de su camino. De hecho, esta será una de las mayores pruebas a las que tenga que enfrentarse el héroe. Como resultado, accederá a una conciencia amplificada y a un refuerzo de su voluntad y carácter. El héroe ya no volverá a ser el mismo.

4. La reconciliación con el padre

El héroe, tras ir superando las pruebas e ir transformándose psicológica y espirualmente, es capaz de dejar atrás los traumas infantiles. Ahora el padre es una figura que le servirá de ejemplo en muchos sentidos. Sentirá una unión más cercana a él.

En el caso femenino, la reconciliación sería con la madre. En la etapa infantil, niños y niñas ven al progenitor del mismo sexo como un rival, un intruso y enemigo. Sin embargo, a medida que el héroe madura se da cuenta de que el padre y la madre son iguales en su esencia elemental.

5. Apoteosis

La apoteosis es el momento en el que el héroe alcanza la cima de su transformación espiritual y humana. En él, se libera de todo temor. Además, las cosas mundanas ya no le afectan. Simbólicamente, ha muerto y renacido. Ahora es una persona nueva, libre y más fuerte. Nada lo puede parar.

6. La gracia última

En esta última etapa, el héroe obtiene el don que había perseguido desde el principio, aquél para el que se ha estado preparando durante toda la aventura.

En esta fase deberá enfrentarse con el guardián del don o el elixir. Aquel solo le otorgará la recompensa a aquellos que se hayan probado sobradamente. Incluso, pueden llegar a ser extraordinariamente cautelosos o severos, por lo que el héroe puede recurrir a otros métodos para obtener el elixir.

Este último don puede ser espiritual o material, como el Santo Grial. Por tanto, muchas veces no hay que verlo como un simple objeto físico que el héroe debe obtener.

El viaje del héroe: El regreso

En esta postrera etapa, el héroe regresará transformado física, mental y espiritualmente y con los conocimientos y dones necesarios para restaurar el orden.

1. La negativa al regreso

Según Campbell, cuando la misión del héroe se ha llevado a cabo, por penetración en la fuente o por medio de la gracia de alguna personificación masculina o femenina, humana o animal, el aventurero debe regresar con su trofeo transmutador de la vida.

El ciclo completo, requiere que el héroe empiece ahora la labor de traer los misterios de la sabiduría al reino de la humanidad, donde la dádiva habrá de significar la renovación de la comunidad, de la nación, del mundo.

Sin embargo, ahora el héroe puede mostrarse reticente de volver a su mundo. Esta fase funcionaría al revés que la negativa a la llamada.

2. La huida mágica

Como se expuso en la subetapa de la última gracia, el héroe puede obtener el don o el elixir con la bendición de los dioses o del guardián. Sin embargo, cuando este lo obtiene pese a la oposición del guardián, con tretas o incluso mediante el robo, esta fase daría lugar a una persecución agitada.

Es decir, el guardián o dios persigue al héroe para matarlo y recuperar el elixir, oponiendo en su camino milagrosos obstáculos y realizando el héroe todo tipo de fugas mágicas.

3. El rescate del mundo exterior

Como alternativa a la huida mágica, puede ser que el héroe necesite ser asistido por el mundo exterior para su regreso. Es decir, puede que ahora sea el héroe el que necesite la ayuda de los demás y ser rescatado.

En esta fase final, el héroe puede quedar fascinado por ese mundo, por la nueva situación creada, así como por los seres perfectos que en él se encuentran. En esta situación, tal vez sean otros los que deban recordarle la importancia que tiene el éxito en su misión para su mundo de origen.

4. El cruce del umbral de regreso

Una vez completada la aventura, el héroe debe regresar con el elixir o su nuevo don, pero entonces, ¿cómo explicar con palabras aquello que se ha vivido de forma profunda y espiritual? ¿Cómo hacerse entender por la sociedad?

El héroe se siente solo e incomprendido. En esta ocasión, la dificultad radica en el impacto que tiene volver a cruzar el umbral entre esos dos mundos, pero ahora en sentido contrario.

Por tanto, al héroe le horrorizan las banalidades de la vida, el poco calado espiritual y la simpleza de sus gentes. Siente que su transformación ha hecho que no termine de encajar. Sin embargo, en esto último estaría la clave.

Y es que, no había un umbral físico que separaba su mundo y el mundo mágico, el umbral, el límite estaba en su propia persona. Somos, pues las personas, las que nos imponemos nuestros propios límites, somos nosotros nuestro peor enemigo. Aquél por el que nos dejamos vencer. Derrotar nuestro ego, sin duda, equivale a vencer el Dragón.


El enemigo nunca estuvo fuera, sino dentro de nosotros mismos

5. La posesión de los dos mundos

El héroe es consciente de que los dos mundos son, en esencia, uno solo. Por tanto, lucha para lograr un equilibrio entre lo mundano y lo trascendente, hallando las conexiones fundamentales entre ambos.

6. La libertad para vivir

Si el héroe obtuvo el éxito en su aventura hasta el punto de regresar con su don o con el elixir al punto de partida, el viaje del héroe se cierra aquí. Como consecuencia, el héroe se ha visto radicalmente transformado, en comunión con las leyes naturales y en conexión con los dos mundos. Ahora, es libre para rehacer su vida, vivir y prosperar en paz y libertad. Es el final feliz de los cuentos de hadas.

Conclusiones

A lo largo de milenios en todas las culturas y civilizaciones del mundo, se han sucedido los mitos. La importancia del mito heroico es fundamental para el desarrollo humano, personal y espiritual de los individuos.

Este mito, no solo transmite que la voluntad puede sobreponerse al destino, sino que constituye un ejemplo cara a la transformación o individuación del ser humano. Además, refleja, desde una perspectiva simbólica, cómo hacer frente a las crisis vitales y estados de necesidad.

El poder del mito heoíco, tan presente en la actualidad como lo estaba antes, no es solo un hecho meramente expositivo, es un proceso transformador para el ser humano, casi podríamos decir que es como una psicoterapia. No obstante, es una terapia que alcanzaría al espíritu.

Finalmente, señalar que a lo largo de nuestra vida, todos hemos podido pasar por crisis vitales y acontecimientos que nos ha puesto a prueba, y de los que hemos salido vencedores. No es necesario ser Perseo, Perceval o el Rey Arturo; todos podemos ser héroes en nuestra propia vida.

Para ello, debemos aceptar la llamada, superar los obstáculos y pruebas que esta nos pone, y hacernos con el don más valioso de todo: la capacidad de vencernos a nosotros mismos y de transformarnos personal y espiritualmente. También, hacer de nuestra voluntad un bastión inexpugnable y de nuestro propio comportamiento un ejemplo para los demás.

Y, cuando lo hayas conseguido, puedes darte a los demás, ayudar a otros y compartir tu experiencia con ellos. Se trata de hacer de este mundo un lugar mejor, a través de mejorarnos en primer lugar a nosotros mismos. En palabras de Wittgenstein: Revolucionarioserá aquel que pueda revolucionarse a sí mismo.

Referencias
Campbell, J. (1959). El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito. Fondo de Cultura Económica.
Campbell, J. (2017). El poder del mito. Capítán Swing Libros.
Campbell, J. (Ed.). (1997). Mitos, sueños y religión. Barcelona: Kairós.
https://www.psicoactiva.com


Las 10 grandes debilidades de los seres humanos


Las principales fortalezas y debilidades de los seres humanos tienen que ver con el funcionamiento de la mente. Lo que tenemos en la cabeza es lo que nos ha permitido, individualmente y como especie, enfrentar grandes adversidades y realizar impresionantes hazañas.


Así como hay sentimientos y actitudes que nos fortalecen, también hay debilidades de los seres humanos que suponen obstáculos para alcanzar nuestros objetivos. No importa cual sea la cultura, la clase social o la raza. Esas debilidades nos habitan en mayor o menor medida a todos.

Las debilidades de los seres humanos son aquellos sentimientos y actitudes que se transforman en limitaciones. Frenan nuestro progreso porque nos conducen a perspectivas desgastantes y poco rentables desde el punto de vista psicológico. Diez de ellas son las siguientes.

“La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”.
-Jacques Benigne Bossuet-

1. Cobardía

La cobardía tiene lugar cuando permitimos que el miedo se imponga en situaciones difíciles y riesgosas. Esto lleva a la ausencia de valor, pero también de determinación y voluntad.

Enfrentar los peligros no es solo de valientes, sino también de prudentes. Hay cobardía solamente cuando se evita asumir un riesgo razonable, o cuando por miedo se renuncia a lo que se desea.

2. Egoísmo

El egoísmo se puede catalogar como una de las debilidades de los seres humanos y no tanto como un defecto, ya que es propio de quienes se sienten carentes o desprovistos. Sienten que si dan de sí mismos, van a quedarse sin nada. O sienten que ellos merecen más que los otros, porque están en falta.

El egoísmo implica una incapacidad para romper las fronteras del yo.

3. Antipatía

La antipatía se expresa como un sentimiento de rechazo, desaprobación o desprecio hacia los demás. Etimológicamente proviene el griego antipathos, que significa ‘pasión o sentimiento en contra de alguien’.

Esa animadversión implica incapacidad para comprender al otro y para respetarlo. También supone sentimientos de superioridad, inspirados en la ignorancia frente al valor de los demás.

4. Falta de concentración

Podríamos decir que esta es una de las grandes debilidades de los seres humanos en la actualidad. No se trata solo de un problema intelectual, o que afecte las actividades cognitivas únicamente.

La falta de concentración impide que nos enfoquemos en nuestros sentimientos, nuestras ideas y nuestras metas. Por lo tanto, casi siempre va acompañada de una vida trivial y dispersa.

5. Desconfianza, una de las grandes debilidades de los seres humanos

La desconfianza generalizada es otro de esos frutos del miedo. Cuando se desconfía a priori de todo y de todos, lo que hay en el fondo es una profunda inseguridad.

Tememos al mundo porque nos sentimos incapaces de sortear sus dificultades y sus vicisitudes. Más que desconfiar en los demás, de lo que desconfiamos es de nuestro propio poder.

6. Impaciencia

Esta es otra de esas debilidades humanas que son muy propias de nuestra época. Esa incapacidad para esperar, para dejar ser y fluir, es una de las marcas de nuestro tiempo.

La lentitud o la falta de avances causan inquietud y nerviosismo, alimentados a su vez por una mirada temerosa hacia el futuro.

7. Envidia

La envidia tiene que ver con el sufrimiento que originan las virtudes o los logros de otros. Lo que se envidia en realidad no son esas virtudes o éxitos, sino el sentimiento de satisfacción que les genera a quienes los tienen u obtienen.

Por eso la envidia no tiene fondo. Es una debilidad porque implica un enfoque dirigido más a la vida de otros que a la propia. La dicha del otro hace más patente la propia desdicha.

8. Resentimiento

El resentimiento es la incapacidad para elaborar un daño sufrido. Como la misma palabra lo indica, se experimenta una y otra vez el mismo sentimiento, que en este caso es de rencor.

Se trata de una debilidad porque tiene que ver con el estancamiento de las emociones. En la medida en que no se abordan y procesan, continúan ahí, haciendo daño.

9. Dependencia

Todos somos dependientes en alguna medida, pero para algunas personas este es el sello de marca de las relaciones que establecen, no solo con los demás, sino también con el mundo en general.

La dependencia nos limita en la medida en la que apoyamos buena parte de nuestras necesidades, deseos y responsabilidades en el otro, perdiendo una buena parte del control que tenemos sobre lo que nos ocurre y facilitando sensaciones como la indefensión.

10. Testarudez

La obstinación nos hace más débiles, porque se inspira en motivos poco razonables. Una cosa es la determinación y la tenacidad, y otra muy diferente la terquedad. En esta última lo que prima es un deseo infantil de imponer la voluntad o de lograr algo que se desea. Hace daño porque genera sufrimientos innecesarios, quizás por objetivos que no son tan importantes.

Estas debilidades son realidades a las que todos estamos expuestos. Probablemente la mayoría de nosotros hemos incurrido en una o varias de ellas alguna vez, cuando nos hacen daño. Por eso es importante saber gestionarlos cuando se dibujan en nuestros horizontes.

Edith Sánchez

Atrévete a ser feliz.


Respuestas #23. Por David Topí.



142. En tus artículos dices que KUMAR es el logos de la Tierra. Quisiera saber si existe un logos llamado KAIMAT. Gracias.

Es muy posible que ese nombre sea una distorsión de alguno de los nombres que los diferentes “logos planetarios” usan en la codificación del idioma “Irdim”, que hemos comentado en otros artículos que es una especie de “esperanto galáctico”, es decir, el lenguaje que, para los más de dos millones de especies y razas conscientes que hay en la Vía Láctea, se “creó” como medio de comunicación y entendimiento entre ellos. Así, todos los nombres que os pongo en el blog son nombres en Irdim, por lo tanto, Kumar es el nombre en Irdim que el logos planetario se da a sí mismo, pero ni siquiera es su nombre “original”, pues Kumar significa “joven”, y es un nombre que le fue “asignado” por nuestro logos solar “Rawak” cuando Kumar se incorporó como el ser que iba a gestionar este planeta en sus orígenes y en el momento de su creación. Siendo el logos más “joven” de todos los otros logos planetarios de nuestro sistema solar, Rawak le llamó “Kumar” y “Kumar” aceptó este apelativo, algo así como si nosotros llamáramos cariñosamente “peque” a nuestro hijo y entonces todo el mundo lo llamara “peque”. No es exactamente la misma analogía pues Kumar no es “hijo” de Rawak, en ningún sentido, pues son dos logos de enormes diferencias evolutivas, tanto que uno usa un planeta para su crecimiento y evolución, y el otro usa una estrella, algo que solo está disponible para jerarquías más elevadas. Por lo tanto, ese nombre que tienes no es el nombre real de ningún logos de ningún planeta de nuestro sistema solar, pero quizás sea una aproximación al nombre de alguno de ellos en cualquier otra parte de la Vía Láctea. También es posible que hayas recibido un nombre que se parece en vibración al nombre real de algún logos pero no así su codificación “en palabras” o nombre escrito.

143. Hola David. Al igual que realizamos peticiones directas a nuestro Yo Superior, ¿también podemos realizar peticiones directamente a Kumar, a Rawak, al logos regional Umar, al logos galáctico Eur y a la Fuente? ¿O sería más adecuado solicitar a nuestro Yo Superior que sea él quien haga la solicitud, en nuestro nombre, a estas jerarquías superiores? Muchas gracias por todo David

No, no podemos, o mejor dicho, sí que podemos hacerla, pero no tenemos los “códigos” evolutivos necesarios para que se ejecuten o se tomen en cuenta. Expliquémoslo. Si miramos la estructura de una empresa, por ejemplo, el becario o la persona que ostenta un cargo en los niveles más inferiores de la empresa no tiene línea directa con el CEO o el director general, sino que tiene que pedirle lo que necesita a su encargado que lo pide al suyo que lo pide a su nivel jerárquico más alto, etc. Lo mismo por ejemplo en estructuras militares, el soldado no puede hacerle peticiones al capitán general, puede gritársela o puede mandarle una petición por escrito, pero el capitán general o el CEO no las atienden. En el universo, en la Creación, funciona igual, por jerarquías. Pero hay una diferencia abismal con las analogías que os he puesto, mientras que en la Tierra estos ejemplos, como una empresa, son estructuras de control y de gestión de las personas para que mantengan funcionando el sistema, en el universo las jerarquías funcionan por nivel de consciencia, energético, de vibración y evolutivo, y, por lo tanto, para que nuestro logos planetario “acepte” ejecutar una petición, es necesario que venga desde el nivel de consciencia y energía adecuado para ello, y eso se “mide” por los “códigos” energéticos que todos nosotros tenemos según la evolución o el estado de consciencia que tengamos. Por lo tanto, desde la personalidad, difícilmente podemos dirigirnos a Kumar, Rawak, Umar, Eur o Uan (el nombre en Irdim del logos “cósmico” de este universo), pero, si lo hacemos a través de nuestro Yo Superior, donde la personalidad o el alma le solicitan al Yo Superior que lo “traspase a los de arriba”, este sí que posee “línea directa” con Kumar, pues tiene los códigos “jerárquicos” adecuados para interactuar directamente con el logos planetario. Luego, para que Rawak acepte “algo”, lo tiene que pedir Kumar, que es el siguiente grado evolutivo que tendríamos entre nosotros, nuestro Yo Superior y el logos solar. Para pedirle algo al logos “regional”, Umar, lo mismo, solo aquellos seres, grupos, logos o jerarquías con los “códigos” adecuados que no son más que una identificación de la consciencia, vibración y nivel evolutivo de algo o alguien, se puede hacer llegar una petición a esos niveles tan altos dentro de la jerarquía de seres que rigen todo lo que sucede en este universo. En muchos casos, cuando alguien le pide “algo” a los niveles evolutivos percibidos como superiores (según el sistema de creencias de cada persona) suele ser el propio Yo Superior de la persona quien trata de responder de la manera más adecuada a lo que cada persona cree que es el concepto de la “Fuente”, deidades externas, etc., para poder ayudar a su parte de “personalidad” sin, por otro lado, violar las reglas de no intervención y libre albedrío bajo las que se rige la ayuda del YS hacia el avatar físico y al alma.

144. Decías en algún artículo que nuestro nivel de consciencia como humanidad es muy bajo, ¿cómo se mide eso? ¿Qué o quién lo mide? ¿Qué nivel de consciencia o qué nivel tendremos como raza cuando estemos en la nueva Tierra? Gracias.

Alguna vez hemos comentado, en diferentes explicaciones a lo largo de estos años, que nuestra Vía Láctea, de hecho todas las galaxias, se dividen en “bandas frecuenciales” o “planos frecuenciales”. En total, existen aproximadamente unas 350 “bandas” o “niveles energéticos” desde el más denso y “sólido” hasta el menos. En cualquiera de estos 350 niveles disponibles, algo menos pues algunos están reservados para funciones de “mantenimiento” y “organización” de la vida en la galaxia, puede ubicarse el inconsciente colectivo de cualquiera de las razas que existen en nuestra Vía Láctea. Por lo tanto, el nivel evolutivo de un grupo o especie lo indica la “ubicación” de su IC, por lo que una especie cuyo IC se encuentre en la banda 100 tiene un nivel evolutivo de grado “100” dentro de todos los posibles niveles evolutivos que existen en los dominios de Eur.

La raza humana tiene su IC en el banda “3” de estos 350 niveles, pues el plano físico y sólido y material de nuestro planeta se ubica en la banda 1, siendo la más densa de todas las franjas o divisiones energéticas. El plano etérico de la Tierra se ubica en la banda 2, y el plano mental de la Tierra se ubica en la banda 3, que es donde tenemos nosotros nuestro IC. Otras razas, como los amoss, habitan en planetas que se encuentran, por ejemplo, en su nivel más denso y sólido por encima del nivel 50, su nivel etérico en las bandas 60 a 69 y su nivel mental en la banda 70 y superiores (por ejemplo). Si el IC de esta raza se encuentra en la banda frecuencial 70 de las 350, esa especie tiene un nivel evolutivo “70” de 350 posibles.

Esta organización y forma de medir que nivel de desarrollo tiene una especie consciente en cualquier planeta marca luego las reglas de intervención, las reglas de contacto intergaláctico, las reglas de comunicación y cooperación entre especies, estando nosotros aún lejos de poder tener acceso a esos aspectos de la “relación vecinal” con otras razas pues es el equivalente a estar en la guardería de la galaxia, aún sin acceso a la información, conocimiento y comprensión de la mayoría de cosas que son necesarias para poder ser “aceptados” e interactuar con otras especies abiertamente. Esto, sin embargo, no es un concepto negativo para nadie, es decir, estar en el nivel que estamos es tan respetable y tan adecuado como estar 80 niveles por encima, pues se comprende que cada especie consciente avanza al ritmo que puede o consigue avanzar, y, por lo tanto, nadie tiene “prisa” por que una raza o especie en ningún punto de la galaxia dé saltos de consciencia sin estar completamente preparada para ello. Se han dado casos de especies como los grises cuyo IC se mueve tecnológicamente de una banda a otra cada vez que asimoss lo deciden, con lo que esa raza, los “grises bajos”, no avanza “evolutivamente” porque su especie crezca en consciencia o vibración, sino por que por medios tecnológicos se la está subiendo “de curso” sin haber hecho, digamos, los “deberes” para ello, algo que tendrá consecuencias para este grupo en el futuro y en sus procesos de “karma” (causa-efecto, acción-reacción).

Luego, en el siguiente nivel evolutivo, la “nueva Tierra”, la cosa cambia, pues el plano más “sólido” de todos, el plano físico 15,6Hz está en la banda 6, el plano etérico 15,6Hz está en la banda 8 y el plano mental está en la banda 12, que no corresponde directamente con un incremento del doble de las bandas actuales, pues de estar en los planos 1, 2 y 3, físico, etérico y mental de la Tierra 7,8Hz pasamos a tener nuestra nueva Tierra en los planos 6, 8 y 12, físico, etérico y mental 15,6Hz.

Esto es así porque el plano físico de la nT se ubica en las bandas 6 y 7 de la estructura de Eur, el plano etérico de la nT abarca las bandas 8 a 11, y el plano mental abarca las bandas 12 a 14 de la estructura de Eur, mientras que el plano causal y los planos superiores al mismo se ubican en bandas aún más altas. De hecho, el llamado plano “átmico” de la Tierra 7,8Hz está casi al mismo nivel que el plano físico de la Tierra 15,6Hz.

La humanidad, pues, da un salto enorme de consciencia, pero solo lo hace o lo hará quien tenga la frecuencia y vibración adecuada para ello, porque nuestras moléculas y partículas actuales de nuestros cuerpos físico, etérico, mental, etc. no pueden resonar ni resistir la vibración de las bandas energéticas 6, 8 y 12 donde se asientan los planos y estructuras de la nueva Tierra, de ahí la enorme preparación que hemos de hacer durante estos años para llegar a la frecuencia mínima necesaria para rozar la banda 6 (15,6Hz) y poder traspasar a la nueva escuela.
145. ¿Está previsto algún tipo de acción “externa” al plano físico 1.1 (el que podemos “ver”) para tener la certeza de que se nos está ayudando “desde fuera”?

Para contestar a esta pregunta, lo mejor es que os copie un trozo de uno de los capítulos de Dinámicas de lo Invisible volumen II donde he intentado explicarlo en profundidad:

“La dificultad de abordar un tema como este radica en la cantidad de fantasía presente en el inconsciente colectivo sobre el concepto de “razas extraterrestres”, no en vano hemos escrito hace un par de temas que no van a venir mil naves pleyadianas a salvarnos o a elevar al ser humano a un lugar idílico para que continúe con su camino evolutivo, ni va a llegar ninguna otra salvación externa. Y sin embargo, tenemos ayuda “de fuera”. Y es que hay mucha otra vida consciente que está millones de años de evolución por delante de nosotros, de amoss, de asimoss y de otros de los grupos en control que han permanecido en la Tierra desde nuestra creación, y, a esos grupos, es a los que el propio planeta pidió ayuda hace ya muchas décadas, sino siglos, para poder contrarrestar, hasta cierto punto, la caótica situación evolutiva que se estaba dando en la Tierra en su plano físico, etérico y mental.

Esto quiere decir que diferentes razas y grupos, algunos que habían tomado parte en el proyecto de creación de la propia Tierra como reserva multi-especie y otros que fueron colaborando con el tiempo en el mismo, aceptaron y se ofrecieron a ayudar a mantener en el mejor “estado” posible la estructura evolutiva del planeta sin interferir, o haciéndolo lo menos posible, en la evolución de la humanidad.

De esta manera, siempre ha habido interferencia sobre las estructuras de la Tierra por otras razas que han tenido el permiso para ayudar cuando ha sido necesario, por ejemplo, cuando el ser humano lanzó varias bombas atómicas en el siglo pasado durante la escalada armamentística de la segunda guerra mundial y la guerra “fría”, cuando explorábamos el potencial de las bombas nucleares, cuando hacíamos experimentos subterráneos con todo tipo de explosivos que dañaban tanto la vida física como la vida etérica del planeta, etc.

Y, puesto que en todas estas ocasiones, los elementales y fuerzas de la naturaleza no se bastaban para mantener controlados los efectos tan nocivos y destructivos de las acciones de la humanidad sobre la estructura de la Tierra, otros grupos de fuera, “extraterrestres” a nuestra concepción, tuvieron que intervenir, y lo han seguido haciendo, procurando que la Tierra no se “rompiera en pedazos” por nuestra inconsciente acción. Esto llevó, con el tiempo, a la formación de diferentes grupos de “trabajo” que diferentes razas iban formando para poder asistir a Kumar, de nuevo, que no a la humanidad, y, de ahí, a procurar que el resto de vida no física pudiera mantener un lugar habitable hasta cierto punto para poder seguir con sus caminos evolutivos.

Cuando la acción de asimoss, amoss y otras razas de fuera ponían en peligro la integridad de alguna de las estructuras del planeta, estas fuerzas y razas también intervenían contra ellos, tratando de mantenerles a raya en la medida que era posible sin violar las reglas de no intervención y de libre albedrío.

Y es que esto último es muy importante. ¿Por qué no intervienen todos esos grupos para sacar de una vez por todas a asimoss y amoss por la fuerza? Porque una de las directrices “galácticas” que todos los grupos “positivos” respetan es la no intromisión en ningún planeta donde conscientemente no se haya dado o se haya producido una invitación y un permiso conjunto de la especie que lo habita para poder ser asistidos.

Es decir, si no hay permiso total o global desde la humanidad solicitando esa ayuda, la ayuda no se puede conceder, y ninguno de los grupos que nos asisten tiene el menor deseo de iniciar una guerra contra otras razas como los asimoss cuando aquellos que se pudieran beneficiar de ello, en este caso los humanos, ni siquiera son conscientes de que han sido creados ellos mismos por otros seres de allende y que están sujetos a un sistema de control que les mantiene “dormidos” y como recursos del mismo.

Debido a este tipo de “reglas del juego” galáctico, los diferentes grupos de otros planetas que vinieron a asistir a Kumar, se han mantenido al margen durante milenios de la acción de asimoss y amoss y demás excepto cuando el propio planeta lo pedía, daba permiso y autorizaba alguna acción para poder contener un exceso de acciones contra su integridad y la del resto de la vida natural.

Por lo tanto, tenemos ayuda de fuera, pero no nos está ayudando a nosotros directamente, por decirlo así, sino que está aquí para ayudar al planeta. Sin embargo, y por esa misma razón, los seres humanos nos estamos beneficiando de esta ayuda porque, sin ella, no podríamos estar ahora hablando de un cambio de nivel evolutivo.

¿Qué significa esto? Que aquellos que han instalado las estructuras de la nueva Tierra no son los elementales o no son las fuerzas de la naturaleza, son fuerzas externas que han venido a ayudar a Kumar a crear la “nueva realidad”. Aquellos que están protegiendo a la línea temporal 42 y a sus puentes de paso, no son las jerarquías que cuidan de la flora o de la fauna, sino que son fuerzas externas que están dejándose sus “horas de trabajo” para que haya unas estructuras de paso que permita a la humanidad subir de curso. Pero ¿están haciendo algo para que subamos de curso? No. Es el equivalente a alguien que te pone un puente entre dos puntos y luego deja el puente “ahí” para que lo cruce quien lo necesite o pueda cruzar, de manera que no se está “empujando” a la humanidad a subir de nivel, o se está frenando que una parte suba y otra no, o se está impidiendo que los miembros de los círculos de poder intenten frenar a aquellos que desean pasar a la nueva realidad.

Pero, si una persona hace todo el trabajo interior que ha de hacer, se encontrará con una estructura de paso, un plano físico 15,6Hz, un entramado etérico y mental listo para ser habitado, unas barreras de protección y todo lo necesario para que esa persona pueda dar el salto evolutivo y tenga los “caminos” necesarios para ello. Y todo eso, lo están haciendo más de 50 grupos y razas que ahora asisten al planeta en este cambio.

Estos más de 50 grupos son miembros de diferentes “asociaciones” o “consejos” que colaboran allá donde son requeridos dentro de los dominios de Eur, ya que su orientación de servicio y su capacidad, tecnología y conocimiento les permite ejecutar este tipo de asistencia. Pero no se trata de que venga toda una raza a echar una mano, sino de que si Kumar pide ayuda a “gritos” para que le asistan con esto o con lo otro, simplemente se envía a un equipo “especializado” que pueda hacer esas labores y luego, si es necesario se puede quedar a monitorizarlo una temporada o si no, regresa a su lugar o planeta de origen.

Por lo tanto, de todo aquello que el ser humano ha sabido o creído saber siempre sobre el tema “ovnis”, y sobre el tema “extraterrestre” una parte tiene una base cierta y otra parte tiene una base distorsionada. La mayoría de avistamientos “ovnis” corresponden a las naves de asimoss, amoss y resto de fuerzas que han gestionado la humanidad. La segunda “gran mayoría” de avistamientos es debido a los prototipos de aparatos militares de última generación obtenidos por las élites militares en cooperación con razas como los “grises bajos” o los asimoss, y una pequeñísima parte de los avistamientos de naves y “ovnis” es debido a misiones de reconocimiento en el plano físico de aquellos que nos asisten o por otras razas y grupos que han pasado como observadores y que, o bien se han dejado ver por descuido, o bien tenían la intención de comprobar las reacciones de aquellos humanos siendo observados al verles a estos.

Esto nos lleva a la siguiente cuestión. ¿Por qué aquellos que nos asisten no se dejan ver, conocer o interactúan más con nosotros? Porque no están interesados en ello, porque no buscan publicidad y no la necesitan, y es contraproducente para la ayuda y el servicio que desean hacer. Debido a la cantidad de desinformación que se ha vertido en el inconsciente colectivo de la humanidad sobre el tema extraterrestre, ahora mismo ninguna raza que realmente tenga intención de echarnos una mano se dejaría ver ni conocer ni por asomo. Primero por el caos, miedo y sospechas que eso levantaría, y segundo porque no hay permiso para ello, ya que la humanidad no ha pedido que se den a conocer ni que interactúen con nosotros más abiertamente. Seria rechazado de plano por todos esos grupos que están y siguen procurando ayudar al planeta, ya que la mitad de la raza humana los trataría como salvadores, tomando el rol de dioses y “cristos” que vienen a rescatarlos, y la otra media humanidad recelaría, sospecharía, entraría en pánico y tendría una crisis existencial.

Como podéis intuir, todo esto ha sido muy bien planificado por el sistema de control que evita así que la humanidad por un lado crea en todo el entramado de ayuda “intergaláctica” que existe en Eur, y, por otro lado, que si se llegara a producir algún tipo de intervención que fuera visible, pudiéramos llegar a aceptarla, creer en ella, tomarla como algo positivo para nosotros, etc.

Estamos en un nivel 3 de consciencia de 350 grados evolutivos, y eso marca la diferencia a la hora de decidir por parte de otros grupos si realmente es necesario dar a conocer su presencia o no. Para que esto, en todo caso, no pudiera ser tomado como que nos dejaban a nuestro aire y que nadie nos venía a ayudar, siempre se ha intentado dar la visión y algo de conocimiento a personas que pudieran tratar de explicar lo que son realmente estos grupos y estas razas que nos asisten, sin entrar en el juego del sistema de control sobre que si nos quieren conquistar, comer o dominar, o si vienen a salvarnos y hacer el trabajo por nosotros.

El equilibrio es muy precario entre estas dos posiciones, porque ninguna de ellas es correcta, y, sin embargo, sí que es correcto, hay seres de “ahí fuera” ayudando a que este proceso que estamos explicando llegue a buen puerto, pero lo hacen entre bambalinas, desde el anonimato para el ser humano “medio”, porque, entre otras cosas, todos los Yo Superiores saben quiénes son, todos los seres que habitan en la Tierra conocen sus proyectos, asistencia y trabajo y solo la humanidad permanece en la inopia respecto al origen, posición, y ayuda que se está recibiendo.

Por eso, personalmente, siempre me he acostumbrado a hablar de “aquellos que nos asisten”, y por mucho que a través de mi Yo Superior conozca nombres, jerarquías, proyectos o planes de varios grupos y razas, no tiene sentido darlo a conocer a bombo y platillo, porque sería muy contraproducente para todos. De eso se encarga ya el sistema de control con miles de libros que hablan de decenas de especies extraterrestres que van y vienen, que hacen esto y lo otro, que se consideran nuestros “hermanos galácticos” o “primos mayores”, que hablan de mucho amor y de mucha luz, pero, luego, no hay ninguna base real sobre ello, no son conocimientos que tengan un sustrato cierto pues solo viendo lo que se publica sobre estas razas y grupos “salvadores”, ya vemos que si no cumplen las mínimas reglas de no violación del libre albedrío y no intervención sobre una especie en desarrollo es que no forman parte de aquellos que están para asistir al planeta, sino que, probablemente, son aquellos que, en el imaginario colectivo, han sido “colocados” para reforzar sistemas de creencias que contribuyan a la manipulación del mismo.”

Un abrazo,

David Topí


25 Frases De Carl Jung Que Te Ayudarán A Comprenderte Mejor


Carl Gustav Jung fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda enmarcando en ella sus nociones sobre interpretación de los sueños, filosofía, arte, mitología, religión, antropología y alquimia.

Considerado uno de los mejores psiquiatras de todos los tiempos, y lo podemos llamar psicólogo positivo y filósofo. En cualquier neurosis o depresión, él vio un impulso para la expansión de la consciencia. A continuación 20 frases que nos ayudarán a comprender y aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos.

1. Quien mira hacia afuera, duerme y quien mira hacia adentro, despierta.

2. No retengas a quien se aleja de ti. Porque así no llegará quien desea acercarse.

3. Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.


4. El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.

5. Nada tiene una influencia psicológica más fuerte en su ambiente y especialmente en sus hijos que la vida no vivida de un padre.

6. La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir.

7. Tu visión se hará más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón. Aquel que mira afuera, sueña. Quien mira en su interior, despierta.

8. Todo depende de cómo vemos las cosas, y no de la forma en que son en sí mismas.

9. Hasta la vida más feliz no se puede medir sin unos momentos de oscuridad, y la palabra feliz perdería todo sentido si no estuviese equilibrada por la tristeza.

10. Tendemos hacia el pasado, hacia nuestros padres y hacia delante, hacia nuestros hijos, un futuro que nunca veremos, pero que queremos cuidar.

11. Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma. Aquello a lo que te resistes, persiste.

12. La depresión es como una señora de negro. Si llega, no la expulses, más bien invítala como una comensal en la mesa, y escucha lo que te tiene que decir.

13. La cosa más aterradora es aceptarse a sí mismo por completo.

14. El sueño es una pequeña puerta oculta abriéndose a la noche cósmica que era el alma mucho antes de la aparición de la consciencia.

15. Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.

16. Las personas hacen lo que sea, no importa lo absurdo, para evitar enfrentarse con su propia alma.

17. Yo no soy lo que me sucedió, yo soy lo que elegí ser.

18. Podemos llegar a pensar que nos controlamos por completo. Sin embargo, un amigo puede fácilmente contarnos de nosotros algo de lo que no teníamos ni la menor idea.

19. «Mágico» es simplemente otra palabra para definir el alma.

20. De una manera u otra somos parte de una sola mente que todo lo abarca, un único «gran hombre».

21. Si eres una persona con talento, no significa que ya hayas recibido algo. Quiere decir que puedes dar algo.


22. A menudo, las manos resolverán un misterio con el que el intelecto ha luchado en vano.

23. El conocimiento de tu propia oscuridad es el mejor método para hacer frente a las tinieblas de otras personas.

24. La soledad no llega por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes a ti, o por mantener ciertos puntos de vista que otros consideran inadmisibles.

25. Todo lo que nos irrita de otros nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.

«Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad, lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino».

-Aleja Bama-

https://sanazion.com/

domingo, 28 de julio de 2019

La experiencia de aceptación y rechazo de los demás


La experiencia de aceptación y rechazo forma parte del desarrollo de la personalidad de cada uno. Esta idea tiene su base en el hecho de que los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Así, intentamos establecer interacciones unos con otros, y también deseamos que los demás quieran afiliarse con nosotros.

El deseo que experimentamos de aceptación y pertenencia está en la base de muchas de nuestras conductas. Por ello, solemos intentar ajustar nuestra conducta a patrones que favorezcan que los demás nos acepten. Del mismo modo, por norma tratamos de evitar que las relaciones que desarrollamos terminen, incluso aunque para mantenerlas tengamos que pagar un precio medio o alto.

A pesar de ello, en numerosas ocasiones somos rechazados. O no lo somos pero podemos sentirnos así. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es el origen de estas experiencias? A continuación profundizamos en ambos conceptos.

Experimentar aceptación y rechazo por parte de otras personas

Posiblemente, el mejor modo de conceptualizar estas experiencias tan subjetivas es considerándolas como áreas a lo largo de un continuo «valor relacional percibido». Este concepto se define como el grado en el que una persona cree que los demás consideran la relación que mantienen con ella valiosa o importante.

Es decir, si percibimos que nuestro valor relacional para otra persona o grupo es alto, la sensación de vernos aceptados se verá retroalimentada. En contraste, la sensación de rechazo aparece cuando percibimos que los demás no ponen en valor las relación que mantienen con nosotros.

Por tanto, de una experiencia subjetiva, interna y personal de cada uno, que guarda poca relación con el grado real de aceptación o rechazo. Así, ser valorados en el plano relacional aumenta la probabilidad de aceptación. Por ello, muchas de nuestras conductas buscan promover y mantener nuestro valor relacional.

Medir el valor relacional de cada uno

La forma de medir el valor relacional de la persona se establece a través de la denominada teoría del sociómetro. Esta teoría propone que las personas poseen un sistema psicológico que rastrea las claves del entorno social que son relevantes para el valor relacional. Es decir, claves sobre aceptación y rechazo.

También alerta a la persona cuando se detectan signos de valor relacional bajo o en declive. Síntomas que provocarían un estado de ánimo negativo y, en consecuencia, una disminución de la autoestima.

Existe una extensión de la teoría del sociómetro que defiende que las personas poseemos un sistema de monitorización social. Este sistema respondería en aquellos casos en los que nos encontramos preocupados por nuestro nivel de aceptación e integración.

Una mayor necesidad de pertenencia aumenta la sensibilidad de las personas a la información social, de modo que les ayuda a manejarse en sus contextos sociales con más éxito. Se activaría en momentos en que las personas se encuentran preocupadas por el rechazo social.

A modo de resumen, podría decirse que estos sistemas:

Buscan claves relevantes para la aceptación y el rechazo.
Alertan al individuo cuando se detectan amenazas potenciales a su valor relacional.
Motivan conductas que protegen o restauran dicho valor.
Aumentan la sensibilidad de las personas a información social que hará más probable que sean aceptadas.
Sin embargo, la intención de querer interactuar con los demás, y de ser valorados y aceptados por ellos no ocurre con la misma intensidad hacia todas las personas, sino que se produce en mayor medida hacia quienes más nos atraen.

Atracción interpersonal

En general, la atracción implica la evaluación positiva que una persona realiza sobre otras y el deseo de acercarse a ellas. Pero no existe una definición consensuada sobre el término. Una de las más influyentes ha sido la que considera la atracción interpersonal como una tendencia o predisposición individual a evaluar a otra persona de una forma positiva o negativa.

Cuanto más positiva sea la evaluación, mayor será la tracción que experimentemos hacia ella y cuanto más negativa menor será la atracción. La atracción se considera una actitud con componentes cognitivos, afectivos y conductuales. Con el tiempo, se han enfatizado los aspectos emocionales y considerando que la atracción implica, no solo la evaluación sino también el deseo de iniciar contacto o establecer intimidad con ella.

Patricia Grande Yeves

Atrévete a ser feliz.


¿Qué puedo aprender en la victoria y en la derrota?


Cada experiencia es una oportunidad para aprender. Más allá de que sea positiva o negativa para nuestros intereses constituye un contacto con la realidad susceptible de generar conocimiento.

En ocasiones es más importante el camino que te ha llevado al éxito o al fracaso que el propio resultado. Son los retos y lo que has tenido que crecer para superarlos. Seguir preguntándote cada vez que tropiezas, ¿qué puedo aprender yo de esto? es la única forma de seguir avanzando hacia tu meta.


Soichiro Honda acudió a Toyota para realizar una entrevista de trabajo. El perfil del joven no gustó demasiado a la empresa y decidieron que Soichiro no era el candidato adecuado para el puesto de trabajo. Años mas tarde, decidió crear una empresa que compitiera con Toyota, a la cual le puso su propio apellido Honda.

¿Sabías que la primera novela de Stephen King fue rechazado por la mayoría de editoriales a las que acudió? Al llegar a su casa, después de recibir una de estas negativas, tiró su novela a la basura. Su mujer la recogió y le animó a seguir intentándolo. Lejos de ser un fracaso la perseverancia le llevó posteriormente al éxito.

Otra historia nos habla de una enfermedad neurológica y de Teresa Perales. El hecho de tener que ir en silla de ruedas no supuso un obstáculo que no pudiese salvar para realizar lo que más le gustaba, nadar. Hoy en día sus éxitos reflejan el trabajo y el camino que hay detrás.


Son numerosas las historias que nos animan a seguir luchando, a seguir trabajando, a descubrir qué hay detrás de cada derrota o de cada fracaso, porque solo así podemos descubrir qué podemos aprender y avanzar sin rendirnos.


¿Qué pilares me ayudan a seguir?

Hablamos de las principales fuentes de energía frente a las adversidades:

Fuerza de voluntad. No es magia, no requiere de dinero, no necesita electricidad, pero sigue siendo nuestro mayor tesoro, la fuerza de voluntad. El motor que nos impulsa a seguir hacia delante y tan solo requiere de nosotros para recargarlo y mantenerlo siempre a punto.

Compañía. Rodearnos de personas que nos animan, que nos empujan cuando nos quedamos sin fuerza o que nos impulsan a seguir hacia adelante. Personas que nos sostienen cuando caemos o nos prestan sus recursos como asidero cuando estamos escalando.

Recordar los logros. Cada logro lleva detrás muchos pasos, muchas artimañas que nos han llevado a conseguir la meta. Identificando los puntos clave, aquello que nos costó, lo otro que podíamos haber hecho mejor también lograremos aprender.

Nutrirnos de los fallos. Cada fallo apunta cambios. Aquello que todavía requiere de más trabajo, inteligencia o de distinta fortuna.

Mente centrada en el objetivo. Si quisiera viajar hacia un sitio concreto no se me ocurriría introducir en el GPS otras direcciones, simplemente me centraría en el lugar donde quiero llegar. Con la mente pasa igual, si consigues centrarte en aquello que quieres, no puedes desviarte con pensamientos disfuncionales, con obstáculos posibles, con miedos y ansiedades, puede que te los encuentres en el camino, pero la mente debe permanecer centrada en la meta.

«No he fracasado, tan solo he descubierto 999 maneras de cómo no hacer una bombilla».

-Thomas Alva Edison-

Mujer pensando lo que no quiere olvidar mientras mira flor

Aprender, aquello que nos queda

Visualiza tu futuro, visualiza el lugar donde quieres estar. ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta donde has llegado? ¿Crees que dentro de unos años recordarás el momento en el que estás y te arrepentirás de no haber seguido intentándolo? Estas preguntas puede que te ayuden en tu búsqueda.

¿Qué puedo aprender de esto? En cada caída hay un mensaje, en cada obstáculo hay un desafío. Puede que a corto plazo sea más difícil verlo, que solo nos quede la negatividad de los intentos fallidos. Pero, posados sobre el horizonte, aquello que intentamos pudo ser el punto de partida para aquello que logramos o lograremos.

«Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana».

-Walt Disney-

Información tomada del sitio de: lamenteesmaravillosa.com


Cuando las necesidades emocionales de la pareja nos controlan



Cuando priorizamos las necesidades emocionales de la pareja, descuidando las nuestras, todo empieza a ir a la deriva. Esto es algo que, a veces, hacemos casi sin darnos cuenta al dejarnos llevar en exclusiva por ese impulso a la hora de satisfacer al otro. También lo llevamos a cabo por miedo a perder a quien amamos y a su vez, para poder demostrar que somos capaces de ofrecer felicidad y satisfacción.

El amor, en ocasiones, crea situaciones tan complejas como desgastantes. Por llamativo que nos parezca, aquellos que van por el mundo con una venda en los ojos en materia emocional son quienes tienen más grande su corazón. Son esas personas, hombres y mujeres, que lo dan todo por el ser amado pero son incapaces de ver por dónde van. Y el camino que siguen es el que tarde o temprano, les conducirá a la frustración y la pérdida de la autoestima.

Comenta John Gottman en sus libros, que si hay un aspecto que conducirá al éxito y a la durabilidad de una relación de pareja, es aceptar las necesidades emocionales del otro. Es cierto, esto es algo que nadie pone en duda, pero aún así, hay importantes matices que nunca debemos perder de vista.

El primero es que tal tarea debe ser recíproca. No vale con que uno asuma el papel del que se limita únicamente a satisfacer y el otro a recibir. El segundo aspecto, y quizá el más importante, es que en ocasiones, nuestra pareja no puede ni debe nutrir todas y cada una de nuestras necesidades emocionales. Hay tareas, deudas emocionales, que nos competen solo a nosotros mismos. Veamos más datos al respecto.

«Entregar el poder a alguien o a algo para que te domine y se apodere de tu mente es una forma sutil de suicidio psicológico».
-Walter Riso-

Tus necesidades emocionales, mis necesidades emocionales

Todos nosotros tenemos necesidades emocionales. La primera, es sentirnos amados, porque el amor al fin y al cabo, es el oxígeno de la vida y en una relación de pareja es el principal alimento. Otras necesidades son, por ejemplo, sentirnos seguros, reconocidos, libres para actuar, decidir y comunicar, etc.

Todas estas dimensiones aparecen en cualquier vínculo afectivo porque toda relación es dinámica, está en continua evolución y por tanto, dichas realidades deben estar presentes y cuidarse cada día. Es como quien tiene una delicada flor, y la atiende nutriendo sus raíces y procurándole la luz adecuada. Si la descuidamos, esta acabará marchitándose.

Podríamos definir por tanto una necesidad emocional como un deseo interno que cuando se satisface, nos hace sentirnos bien, felices y en equilibrio. Pero si falta, surge la infelicidad y la frustración. Así, expertos en el tema como el doctor Willard F. Harley, autor de numerosos libros sobre relaciones de pareja, nos explica en un trabajo titulado Sus necesidades, que uno de nuestros errores más recurrentes es priorizar las necesidades emocionales del otro a las nuestras. De ahí que nos proponga tener en cuenta algunos aspectos.

Las necesidades emocionales también tienen límites

En el amor sí hay límites, si existen barreras que delimitan espacios que nadie debe sobrepasar. Un ejemplo, no le puedo pedir a mi pareja que satisfaga una necesidad mía si con ello, le estoy obligando a cambiar su forma de ser. Yo no puedo exigir que alguien que es introvertido, tímido y reservado, sea más abierto porque socialmente y para mi trabajo, me gusta tener a una persona con este perfil.

Hay responsabilidades que solo nos competen a nosotros mismos

Existe una realidad muy común en las relaciones de pareja y es la siguiente: pensar que la otra persona tiene la obligación de cubrir mis vacíos, de ser el sostén de mi autoestima y esa figura que fortalecerá mi autoconcepto. Debemos tenerlo claro, nuestra pareja no tiene la necesidad ni la obligación de salvarnos de nada, ni actuar como ese componente básico para nuestro crecimiento personal.

Hay por tanto necesidades emocionales que deben llegar a una relación cubiertas con anterioridad. No es saludable iniciar una relación cuando la autoestima es baja, cuando hay un exceso de miedos, cuando necesitamos aferrarnos a alguien o algo casi a la desesperada para defendernos de la soledad. Todas estas realidades nos abocan hacia destinos de elevado sufrimiento.

Atender necesidades del otro sin descuidar las nuestras

No hay un secreto concreto y exclusivo que nos permita construir relaciones felices y duraderas; en realidad, hay muchas claves. Está la comunicación, el cariño, la preocupación por el otro, la empatía, la reciprocidad… Así, saber atender las necesidades emocionales de la pareja debe ir siempre de la mano de ese otro reverso imprescindible: recordar que las nuestras son igual de importantes.

Por ello, no debemos tener miedo de exigir ser tenidos en cuenta. No esperemos tampoco a que el otro ‘adivine’ qué necesitamos. El amor no nos da poderes mágicos, nos da responsabilidades de adultos. De ahí, que sea recomendable comunicar, expresar con asertividad qué necesitamos y qué esperamos de la otra persona. Ese intercambio de información nos permitirá construir un espacio donde nutrir y ser nutridos, donde conocernos mejor y seguir creciendo como pareja sin dejar nunca de ser nosotros mismos.

Valeria Sabater

Atrévete a ser feliz.


viernes, 26 de julio de 2019

¿Cómo potenciar el autocontrol para cumplir las metas?


El autocontrol es la capacidad que tiene toda persona de regular conscientemente lo que siente y hace. Se trata de un verdadero arte que muy pocos logran obtener y mantener a lo largo de sus vidas. El secreto para cumplir las metas radica en la valoración y el uso de la disciplina para tener el control sobre las apetencias y las emociones, evitando que estas nos hagan presa de ellas, es la manera más sana y correcta de no equivocarnos y evitar el fracaso.

Todos estos factores forman parte de la capacidad de autorregulación, en pocas palabras, el autocontrol es el punto de inflexión que media entre nuestros deseos y objetivos, por lo que siempre es conveniente buscar la manera de potenciar esta virtud para lograr cumplir nuestras metas. En esta oportunidad, te hablaremos un poco sobre la forma de lograr cultivar el autocontrol, pues es a través de esta herramienta que alcanzamos todos los objetivos que nos proponemos. ¡Sigue leyendo y no pierdas la oportunidad de crecer y superarte!

El autocontrol: Un concepto clásico en psicología

El autocontrol y la manera de potenciarlo es uno de los cuestionamientos que más se han estudiado en el comportamiento humano, se trata de un concepto clásico en psicología, tan fundamental como lo es también el psicoanálisis. Freud, Pavlov, entre otros personajes lo han investigado y aplicado en sus experimentos, recordemos que el autocontrol es un elemento que define el comportamiento racional e irracional del ser humano y de allí su importancia.

¿Por qué es importante el autocontrol?

La capacidad de autorregularse es algo básico en cada persona, es un mecanismo que permite la sociabilización, la interacción y la sobrevivencia; es la clave para alcanzar una personalidad equilibrada. Es fundamental encontrar el punto óptimo entre el libre albedrío y el disfrute, sabiendo a su vez, potenciar ese dominio de sí mismo para salir bien parado ante cualquier situación.

Si deseamos cumplir con nuestros objetivos o lograr alcanzar ciertas metas o determinadas actividades, es necesario el autorregularnos; un ejemplo de ello, es si queremos adelgazar. Bajar de peso pareciera fácil, pero es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una persona que no tiene autocontrol, pues en este caso debemos potenciar nuestra determinación, dominio, fuerza de voluntad, entre otras para tener el control sobre el apetito, la ansiedad, el hambre y el estrés. Recordemos que, en lo que respecta a la ingesta de alimentos, mantener un balance entre los carbohidratos y las grasas es fundamental, estas en grandes cantidades pueden resultar perjudiciales.

Otro ejemplo
Si deseamos retomar nuestro hábito de lectura, es necesario y hace falta que nos desconectemos más de la televisión y el internet, lo cual hoy en día es una tarea dura. Cada cosa amerita un esfuerzo y un sacrificio, hasta lo más simple requiere dominio y control de sí mismo. Recuerda que, es un pésimo hábito dejar las cosas para después.

¿Cómo desarrollar y potenciar el autocontrol?

Existen muchas maneras de potenciar el autocontrol, el secreto radica en planificarse y en imponerse pequeños objetivos a cumplir a pesar de sacrificar y salir de nuestra zona de confort. Desde hacer ejercicio una hora al día, levantarse más temprano para trabajar, hacer dieta, entre otras, son construcciones de comportamientos que crean hábitos positivos, los cuales a la larga, nos permiten alcanzar lo que esperamos. Además, es una forma de gerenciarnos mejor, manteniendo un pensamiento crítico y analítico sobre nuestro accionar.

Para potenciar el autocontrol es necesario sobreponerse a determinadas barreras, las mismas son aquellas que nos pueden impedir llegar desde donde estamos a donde queremos estar. El primer paso, es detectar esas dificultades para poder ejercer un autocontrol pleno sobre ellas. La aceptación de las debilidades y el reconocimiento de nuestros fallos son el paso más difícil y lo que presenta mayor dificultad. La clave del éxito está en intentarlo sabiendo que la meta está ahí y que sola no llegará a nosotros, sino que debemos ir por ella sin dudarlo y para eso es necesario el trabajo duro.

La fórmula para potenciar nuestro autocontrol

Cada quién asume la vida de acuerdo a sus capacidades, educación, cultura y personalidad. Por eso, definir una receta mágica que te permita alcanzar el éxito a través del autocontrol no siempre funciona a todos por igual. Lo que a unos resulta positivo a otros puede dar como consecuencia un caos total. Saber cómo potenciar el autocontrol es algo muy personal y subjetivo en cada quién y debemos ser nosotros mismos desde el autoconocimiento quienes logremos dar con la fórmula. No obstante, podemos aplicar una serie de pasos que nos ayudarán a organizarnos y a obligarnos a asumir nuevos retos, lo cual a largo plazo educa el autocontrol y permite alcanzar las metas. ¡Presta mucha atención!
El paso a paso:

Debemos definir metas: Establecer de forma clara y concreta cuáles son las metas que se quieren conseguir. Para ello debemos centrarnos en una o dos cosas, pero nunca proponerse más de tres objetivos. ¿Por qué?, porque como bien dice el refrán popular, el que mucho abarca poco aprieta. Si se pueden cambiar de objetivos en el proceso, pero con la condición de que en verdad el mismo resuelva una necesidad importante.
Llevar un diario de control: Conseguir una agenda y apuntar tanto los objetivos como los progresos a medida que se vayan consiguiendo, es una excelente forma de darnos cuenta de lo que estamos haciendo y de cómo lo hacemos. La agenda termina siendo una herramienta bastante útil, porque impide que como personas empecemos a procrastinar, es decir, a dejar todo lo pendiente para más tarde en vez de llevarlo a cabo en el ahora. Es importante poner fechas a nuestros objetivos, si hace falta que sea a corto, mediano o largo plazo, pues poder comprometernos a cumplirlas es el principio de un éxito seguro. Si hacemos este paso bien y a cabalidad, de seguro estaremos trabajando y potenciado nuestro autocontrol. 

¿Qué más podemos hacer?


Una lista de razones que nos sirva de recordatorio: Anotar y enumerar cada una de las razones por las que debemos cumplir nuestros objetivos es fundamental, pues nos sirven de motor y motivación para lograr las metas planteadas. Además, es una forma segura de potenciar nuestro autocontrol. Debemos visualizarnos cumpliendo y logrando lo que deseamos, pero debemos ser realistas. Recordemos que, nuestro cerebro termina experimentando esa sensación de inmersión y de ahí que nos motivemos aún más a hacer las cosas. Por lo tanto, pequeños ejercicios mentales como este permite que nos llenemos de energía cuando nos sintamos decaídos e incapaces de poder auto controlarnos.

Descansar lo suficiente es necesario: El cansancio físico y mental es, sin lugar a duda, un fuerte enemigo para potenciar nuestro autocontrol. ¿Por qué? Sencillamente porque nos resta energía y nos llena de estrés, la energía y la actitud positiva son factores fundamentales para cumplir nuestros objetivos. Durante la noche, se debe procurar tener un sueño de calidad y en el día relajarnos y desconectarnos en determinados momentos que dispongamos para el descanso y el placer. ¡Recuerda todo es un equilibrio!

Phrònesis


Atrévete a ser feliz.

Sectas: qué son y en qué consisten


La palabra secta suele despertar interés y temor al mismo tiempo. Por una parte, se trata de un interés teórico. Saber qué se esconde detrás de las sectas fascina a mucha gente. A nivel general, las creencias populares sobre las sectas suelen ser que nos lavan el cerebro, que se quedan con todo nuestro dinero, que una vez que entramos es muy difícil salir, incluso que planean suicidios colectivos. Pero, ¿qué hay de cierto detrás de todo esto? ¿Puede una secta cambiar tanto a una persona? ¿Puede una secta incluso llegar a inducir al suicidio a cientos de personas?

A lo largo del artículo profundizaremos en el concepto de secta. Observamos que no es tan fácil definirlo como puede parecer a primera vista. También indagaremos en los diferentes tipos de sectas. Por último, describiremos en qué consisten las sectas destructivas y las características de aquellas personas más vulnerables a ser captadas.


Contenido


Sectas, ¿qué son?

Describir qué es una secta no es sencillo. A lo largo de muchos años, este concepto se ha ido convirtiendo en sinónimo de algo malvado. Como describen González, Ibáñez y Muñóz (2000), “el sentido general, a pesar de todos los esfuerzos, que se da a la palabra secta, es claramente peyorativo, porque evoca fanatismo, intolerancia, peligrosidad social y todo lo que pueda contribuir a amenazar las estructuras de la sociedad, dando una imagen espectacular y dramática”.

Albert Samuel (1990), afirma que la etimología del concepto es difuso, puede provenir de secare y sequi. En este caso, una secta sería una “sección, un sector separado de un conjunto más amplio y el grupo que ha seguido a un maestro, precisamente en el origen de esta separación”. Por otro lado, Pepe Rodríguez (1984), la define desde el término “sectum”, esto es “lo cortado, separado, desgajado”.

Rodríguez las describe como un “grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir una determinada doctrina y/o líder y que, con frecuencia, se ha escindido previamente de algún grupo doctrinal mayor, respecto al cual, generalmente, se encuentran críticos”. Un dato que nos ofrecen González, Ibáñez y Muñóz es que “el propio cristianismo fue considerado como una secta del judaísmo. El budismo lo sería del hinduismo y son también numerosas las sectas derivadas del Islam”.

Por otro lado, Pilar Salarrullana (1990), las define como un “grupo convencional de gentes que participan de las mismas experiencias, aportándoles diferentes factores: de seguridad y certeza, afectivo y rigorismo doctrinal, disciplinar y moral”. Como vemos, hasta el momento el concepto de secta no posee ninguna connotación negativa, simplemente se trata de un grupo de personas que piensan de otro modo y poseen unas creencias diferentes. Así pues, ¿de dónde viene la connotación tan peyorativa? Lo descubriremos un poco más abajo.

Tipos de sectas

El sociólogo Bryan Wilson (1970) identifica diferentes tipos de sectas:

Conversionitas

Se trata de sectas características de fundamentalismo cristiano evangélico. Aseguran que el mundo exterior está corrompido. Ejemplo: las Asambleas de Dios, Iglesias del Evangelio Cuadrangular, etc.
Revolucionarias

Movimientos escatológicos de la tradición cristiana. Su intención es destruir el orden social en el momento apropiado. El fin justifica los medios, esto es, si hiciera falta, harían uso de la fuerza. Los miembros esperan un nuevo orden bajo la dirección de Dios y son hostiles hacia las reformas sociales. Ejemplos: Adventistas, Cristadelfianos, etc.

Introversionistas

Consisten en retirarse del mundo para gozar de la seguridad a través de la santidad personal. No esperan la conversión de la población ni la destrucción del mundo. Las reformas sociales les son indiferentes. Ejemplos: Hutterianos, Mennomitas, Amish, etc.

Manipulacionistas

Hacen hincapié en un tipo de conocimiento diferente y particular. Wilson afirma que “su Dios no es un Dios redentor, sino una idea abstracta de un poder extraordinario que los hombres pueden aprender a utilizar para su propio provecho en el mundo presente”. Ejemplo: Teosofía, Antroposofía, Cienciología…

Taumatúrgicas

Defienden que los hombres tienen la capacidad de experimentar al efecto extraordinario de lo sobrenatural en sus vidas. Los espiritistas serían un ejemplo de ello. Su objetivo es buscar mensajes personales de los espíritus para obtener curaciones o milagros.

Reformismas

Son grupos un tanto revolucionarios. Consideran que “la salvación se obtiene transmitiendo una ética mediante la cual puedan vivir los hombres“. Su comportamiento con la sociedad es una actitud alejada, pero no es ni indiferencia ni hostilidad. Ejemplos: los cuáqueros.

Utópicas

Al mismo tiempo que se retiran un poco del mundo también desean cambiarlo. Proponen la reorganización social a través de estamentos comunitarios. Ejemplos: Comunidad de Oneida, movimiento llamado Bruderhoff y la Fraternidad de la Nueva Vida.

Sectas destructivas

En este punto se tratará el tipo de sectas que, a nivel general, es el que una gran mayoría de personas asocia a este concepto. Uno de los ejemplos más claros es la secta El Templo del Pueblo, liderada por Jim Jones y cuyo final consistió en el suicidio colectivo de 918 personas. Pepe Rodríguez (1994), establece varios criterios que caracterizan a las sectas destructivas:
Utiliza técnicas de persuasión para la captación y adoctrinamiento que favorece la desestructuración la personalidad del adepto o lo dañan severamente.
Provoca la destrucción total o grave de los lazos afectivos y de comunicación del sujeto con su entorno social habitual y consigo mismo.
Conduce a la destrucción derechos jurídicos inalienables en un estado de derecho.

Rodríguez define estas sectas como “todo movimiento totalitario con una estructura jerarquizada en el que se presta absoluta devoción a una persona, doctrina o idea, en el que se utilizan técnicas de manipulación, persuasión y control”. Además, añade que los objetivos son“el poder y/o el dinero, y que origina en los adeptos una dependencia del grupo en detrimento de su entorno familiar y social”.

Según el autor, existen algunos aspectos en los que fijarse para saber si se trata de una secta destructiva:
En manos de quién reside el poder.
Grado de respeto del líder hacia sus adeptos.
Si su estructura respeta la libertad individual y la vida familiar.
El origen del grupo.
La utilización y el control de las finanzas.
Técnicas de captación de adeptos.
Características de los sujetos seducidos por sectas

González, Ibáñez y Muñóz (2000), defienden que cada sujeto es un mundo, sin embargo, a nivel de seducción por parte de las sectas, se puede identificar un perfil más o menos general. Los autores los describen en una serie de puntos:
El contenido y la forma del mensaje están en la misma sintonía que los esquemas mentales, necesidades, intereses y valores existenciales del sujeto. En general, son personas descontentas con las opciones que tienen a su alrededor y buscan nuevos estados.

La proximidad del maestro o “reclutador” es importante. Si el “reclutador” despierta respeto y confianza, el sujeto será seducido más fácilmente.
Si el sujeto está atravesando una crisis, es más fácil ser captado. El malestar del sujeto puede hacer que busque alivio en cualquier parte, lo que le lleva a ceder el control de sí mismo al grupo.

Cuando la identidad del “captado” todavía está en fase de desarrollo por su juventud, aumentará la probabilidad de ser captado. El sujeto es más receptivo y se verá más atraído hacia aquellas ideas y conductas que sean claras y rápidas.
Si la persona viene de una familia desestructurada la probabilidad de ser captado es mayor. Se necesitará cubrir la necesidad de afiliación o pertenencia.
Desconocer las estrategias de manipulación es un aspecto que favorece la captación.

Una educación pobre puede llevar al sujeto a no adaptarse con éxito en la sociedad, por lo que en una secta puede encontrar la estabilidad que necesita.

Bibliografía
González, J., Ibález, J., Muñóz, A. (2000). Introducción al estudio de las sectas. Papeles del Psicólogo, 76, 51-56.
Salarrullana,P. (1990). Las sectas. Madrid: Temas de Hoy.
Samuel, A. (1990): Las religiones de nuestro tiempo. Navarra: Ediciones Verbo Divino.
Rodríguez, P. (1989): Diccionario de las religiones. Madrid: Alianza Editorial.
Rodríguez, P. (1990). El poder de las sectas. Barcelona: Ediciones B.S.A
Wilson, B. (1970). Sociología de las sectas religiosas. Madrid: Ediciones Guadarrama.
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