jueves, 18 de abril de 2019

Aceptar es transformarse? Por Ashamel Lemagsa.



Amados…

Mucho se está hablando de la aceptación como la solución casi automática para transformarnos en Seres más evolucionados y por ende, luminosos…



Supuestamente con el simple reconocimiento de ese “algo” negativo, oscuro en nuestro interior…nos transformamos en mayor Luz, pero en realidad no es tan así.



Aceptar sería el primer paso para iniciar un cambio interior, pero no es el cambio en sí mismo.




Podemos aceptar que fuimos egoístas, celosos, envidiosos en determinadas situaciones o aceptar que nuestra personalidad es vanidosa y prepotente, pero este reconocimiento no implica necesariamente un real cambio, para mejorar y eliminar esa parte oscura, que tantos problemas no trae en la convivencia diaria.



Iniciamos la posible transformación interior con la aceptación interior y comprendiendo que esa emoción, pensamiento o acción es negativa para nosotros y nuestro entorno, este sería el inicio para comenzar con la segunda fase…

El trabajo interior, para auto sanarnos…


El trabajo interior, implica un gran esfuerzo de nuestra parte… Es ver nuestras sombras, sin culpa ni enojo, para soltarlas en paz.


La primera reacción que puede aparecer, ante esa negatividad, es la “archi conocida”… Culpa, una de las emociones más torpes e inútil, que podemos sentir, pues se interpone demorando nuestra sanación.

La culpa crea un ambiente de nostalgia, tristeza y depresión en nuestro interior nace de un ego que se siente herido y en la culpa se acomoda para continuar como un personaje “victimizado” por las circunstancias adversas.

Para liberarnos lo antes posible de la “culpa”, se debe aceptar que de nada sirve sentirse culpable, lo más sano es aceptar que los errores, son aprendizajes que aún no logramos adquirir, por causas muy diversas, entre ellas pueden ser por ignorancia, por herencia ancestral de creencias familiares o sociales y un ego desatado por una incorrecta comprensión de la vida… “soy una víctima de las circunstancias”.



Entonces…

Cuando comprendemos que la culpa, es otra emoción negativa, la soltamos para sentir que somos Seres de Luz, construyendo una realidad, a veces con errores, pero en la medida que los reconocemos, podemos transmutarlos en la Luz que nosotros mismos podemos desplegar desde nuestro interior.



Siguiente paso…

Sin culpa y con aceptación comencemos a crear la energía contraria a la que debemos desechar
, es decir, si somos orgullosos y prepotentes, aceptando esta realidad, debemos abrazar la humildad y aceptarla en nuestras vidas en pensamientos, sentimientos, actos y palabras humildes.

En cada estallido de orgullo, debemos hacernos consciente de ellos y lograr dominarnos a través de la humildad nacida del corazón y conducida hacia la mente, para que ella comience a trabajar bajo las energías de la humildad.

Debemos “re educar” a la mente, guiándola hacia las energías del corazón. De esta manera “destronamos” al Ego, sin luchar contra él, pues trabajamos en favor del Amor que genera el corazón.

Cuando racionalizamos, la vida, con la mente/Ego, el corazón queda desconectado del Alma y en Ser Superior, pues todo verdadero cambio debe nacer del amor y es el corazón el responsable de la expansión del amor en nosotros.

Finalmente…

El real cambio en nosotros, se produce cuando aceptamos la existencia en nosotros de las sombras, soltamos las culpas que puedan aparecer, por dicha aceptación, para posteriormente trabajar en incorporar las energías contrarias a esas sombras.



De esta manera en paz y armonía, lentamente nos transformamos en una Antorcha de Luz, conectando personalidad, Alma y Ser Superior, logrando la Unidad en nosotros mismos.

Siguiendo siempre a la Luz… Seremos Unidad en la Fuente Divina, Dios en mí, en ti, en todos!



Los Amor!

Con Amor, Ashamel Lemagsa.



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