lunes, 21 de enero de 2019

EL ORIGEN DE LOS PROBLEMAS: NO TIENES UN PLAN DE VIDA (¡Hazlo!) Por Laura Foletto



Cuando analizo Cartas de Diseño Humano o alguien comienza sesiones de terapia o coaching es común que me cuenten que no saben qué hacer con sus vidas o que quieren comenzar cambios o que están en un camino pero no sucede nada o que están hartos de sus rutinas. Cuando les pregunto qué clase de vida desean vivir, indefectiblemente se me quedan mirando como si un marciano se les hubiera aparecido…



LA pregunta nunca es hecha, por lo que atraen cualquier cosa; esto incluye lo que la familia o sociedad demanda que hay que hacer; sus peores miedos; lo que se sienten presionados a cumplir; lo que su pobre autovaloración les dice que merecen; cualquier bicho que ande cerca y otros etcéteras. Hay un par de frases que resumen esto: “Trabaja por tus sueños o los demás te impondrán los suyos” y “Convocamos lo que más tememos”.



La mayoría tiene diseños en que lo grupal es tan fuerte que ceden su individualidad para ser aceptados y reconocidos, por lo que generalmente terminan insatisfechos y cargando las vidas de otros, sin haber podido liberar el potencial que trajeron. Las crisis suelen aparecer cuando ya no soportan más (y se enferman) y/o caen en la cuenta de estos hechos. No es necesario llegar a los extremos; estamos en tiempos en que podemos usar la conciencia para comenzar a darnos cuenta e ir haciendo los pasos necesarios para cambiarlo.



La cuestión de cómo queremos vivir es fundamental, porque eso dicta todas las decisiones que tomaremos. Es obvio que lo hacemos al revés: hay que estudiar “algo”; hay que tener “un” trabajo para ganarse la vida; hay que tener hijos; hay que llenar el día de actividades; hay que… (llena tú tus propios “deberes”). Después de años de vivir entre obligaciones y exigencias, el vacío nos pega en los talones y caemos al fondo del pozo… o seguimos aguantando porque hay que…



¿Qué nos proveen las metas? Muchas cosas: un rumbo claro; enfoque energético para que no se disperse; aprendizajes que nos harán mejores y con más recursos; un estilo de vida que tenga coherencia con lo que somos; decisiones alineadas con los propósitos, lo que nos facilita tomarlas y hace cómoda la existencia; relaciones acordes, que nos potencien y acompañen, entre otras cosas importantes.



La excusa más común para no hacer esto es que no se sabe qué hacer (o no se tienen las condiciones –se consiguen-), que cualquier cosa da lo mismo. En principio, esto es normal en las personas que no tienen el Centro G Definido y no debe constituir una carga ni un problema; es parte de sus aprendizajes. Sea como sea, no es tan cierto que nada les interese; simplemente, no han indagado lo suficiente en sí mismos como para encontrar lo que les provea un rumbo para el presente. Y esto es crucial: no hay que tomar LA decisión de la vida.



Este tema constituye el impedimento más grande, ya que se piensa que, como no hay una pasión involucrada o un convencimiento total, nada se puede comenzar. No importa si los tenemos o no, siempre sentiremos dudas y miedos. A veces, iniciar algo nos da la certeza de que NO es eso (pero encontramos lo que SÍ en ese camino); nos saca los temores al confrontar los hechos, no las fantasías insanas de la mente; nos suministra informaciones, vínculos, recursos, lo que sea, que nos ayuda a continuar, etc. Comenzar con algo que nos dé un cierto sentido de dirección nos la termina proveyendo.



Estamos en tiempos ahora en que proyectarnos al futuro hace que la energía propia se alinea con la Energía Universal y ésta nos apoye y sustente para lograr lo que soñamos. Tómate el tiempo, siéntate y escribe (debes bajar la información; no solo tiene que estar en tu mente), narra tu día, cómo te gustaría vivir, con quién lo compartes, qué haces, cuánto ganas, qué pasos te llevarán a esto (esto es importante: ¿necesitas realizar un curso, hacer contactos, soltar ideas que te limitan, trabajar con tu perseverancia, etc.?), deja volar tu imaginación. Pero, ten cuidado: si fantaseas cosas que la sociedad o tu maltrecho ego te sugieren, pueden pasar dos cosas; que nunca las consigas o que las logres, en ambos casos sufrirás. Ve a tu corazón, a lo simple y auténtico, a lo que conecta tu alma a la vida. Los más locos sueños están hechos de los materiales más sencillos. ¡Atrévete! Te acompaño.


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