miércoles, 30 de enero de 2019

COMO ATENUAR EL DOLOR EMOCIONAL


Una serie de estudios realizados por los investigadores Ozlem Ayduk de la Universidad de California y Ethan Kross de la Universidad de Michigan, demostró que un simple truco mental puede reducir significativamente el dolor emocional que sentimos cuando reflexionamos sobre experiencias o recuerdos dolorosos del pasado.


En su indagación, los autores descubrieron que la perspectiva a través de la cual recordamos un hecho determina la cantidad de sufrimiento que evoca.


Ayduk y Kross explican que cuando se reproducen y analizan experiencias dolorosas en la mente, la tendencia natural es hacerlo en primera persona, es decir, vemos la escena desarrollándose a través de nuestros propios ojos. Esto, por lo general provoca un dolor emocional significativo, ya que se nos hace revivir la experiencia.


En cambio, el sufrimiento es menor cuando se reproducen recuerdos dolorosos desde una perspectiva en tercera persona, que implica la visualización de nosotros mismos dentro de la escena como si la estuviéramos observando desde el punto de vista de un testigo.
Según los autores, la diferencia entre los dos tipos de perspectivas es profunda. Para comprobarlo, analizaron a grupos de personas que rememoraron experiencias desde los distintas visiones. Quienes reportaron sentir menos dolor, fueron precisamente quienes usaron una perspectiva en tercera persona.


Además, los especialistas explicaron que utilizar un punto de vista psicológico distante también permite reconstruir la comprensión de estas experiencias y llegar a nuevas conclusiones y sentimientos de cierre.


Otro aspecto que impresionó, fue que al monitorear la salud de los voluntarios del sondeo, quienes vieron sus experiencias en tercera persona, presentaron niveles de estrés y presión arterial significativamente menores, además su ritmo cardíaco volvió a la normalidad más rápido que quienes recordaron en primera persona.


Luego, tras realizar un seguimiento de una semana a los participantes, se determinó que quienes reflexionaron en tercera persona meditaron acerca de ellos mismos con mucha menos frecuencia que el resto.


El doctor en psicología Guy Winch, columnista de Pshychology Today, resumió lo señalado por los autores de la investigación en simples pasos que te permitirán cambiar la perspectiva al reflexionar sobre experiencias dolorosas.


1. Asegúrate de estar sentado o acostado cómodamente.


2. Alejarte de la escena, hasta verte a ti mismo dentro de ella. Luego reduce aún más la perspectiva para que puedas ver la situación como si fueras un extraño que pasaba por ahí.


3. Reproduce la escena mientras mantienes la perspectiva en tercera persona.


4. Procura de hacer lo mismo cada vez que reflexiones sobre una experiencia dolorosa.


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Interpretar las emociones de otros, una cuestión de confianza


¿Sabemos interpretar las emociones de los demás con acierto? A diario, vemos decenas o incluso cientos de expresiones faciales en otras personas. Estas expresiones nos hacen reaccionar de una u otra forma en función de cómo interpretamos dichas expresiones.


Pero, ¿realmente interpretamos correctamente las expresiones faciales de los otros? ¿En qué medida confiamos en nuestro propio juicio para confiar en los demás? ¿Hasta qué punto nuestra confianza en el reconocimiento de la expresión de la emoción depende de la información perceptiva u otra información no perceptiva?

No cabe duda de que esta confianza es esencial para evitar situaciones potencialmente peligrosas. Sin embargo, en muchas ocasiones las apariencias engañan, para bien y para mal.

Un equipo de la Universidad de Ginebra, en Suiza, ha probado en qué medida nos sentimos confiados al juzgar las emociones de otras personas y qué áreas del cerebro se activan en este proceso. Sus resultados demuestran que las creencias de nuestra propia interpretación emocional provienen directamente de las experiencias almacenadas en nuestra memoria, y que dicha experiencia, a veces, nos confunde -el pasado no es un perfecto predictor del futuro-. Los resultados del estudio se publicaron a finales de diciembre de 2018 en la revista Social, Cognitive and Afective Neuroscience.

Interpretar las emociones de los demás

Todos los días tomamos decenas, cientos de decisiones. Todas ellas implican un cierto grado de confianza en alguien o en algo. Sin embargo, dicha confianza no siempre honra la decisión tomada. A veces nos equivocamos, incluso cuando estamos totalmente seguros de haber tomado la decisión correcta. Eso pasa en todos los aspectos de nuestra vida.

En lo que se refiere a las interacciones sociales, constantemente estamos interpretando las expresiones en las caras de quienes nos rodean. En este sentido, ser conscientes de la subjetividad es primordial a la hora de interpretar las emociones de los demás. En este sentido, los investigadores estaban interesados ​​en probar el nivel de confianza que tenemos en nuestras interpretaciones respecto al comportamiento emocional de otros y en descubrir qué áreas del cerebro se activan durante estas interpretaciones.

Los científicos decidieron medir el comportamiento relacionado con la confianza, pidiéndoles a 34 participantes que juzgaran varios rostros que mostraban una mezcla de emociones positivas y negativas. Cada cara estaba enmarcada por dos barras horizontales de diferentes grosores. Algunas de las caras aparecían con muecas claras de alegría o enfado, mientras que otras eran muy ambiguas.

Los participantes primero tenían que definir qué emoción se representaba en cada una de las 128 caras. Entonces, los participantes tenían que elegir cuál de las dos barras era más gruesa. Finalmente, para cada decisión que tomaron, tenían que indicar su nivel de confianza en su elección en una escala que iba del 1 (no muy seguro) al 6 (cierto). Las barras se usaron para evaluar su confianza en la percepción visual, que este caso sirvió como un mecanismo de control.

Los resultados de las pruebas sorprendieron a los investigadores. Según los investigadores, el nivel promedio de confianza en el reconocimiento emocional fue mayor que en la percepción visual, aunque los participantes cometieron más errores en el reconocimiento emocional que con las líneas.

De hecho, explican, aprender el reconocimiento emocional no es tan fácil como el juicio perceptivo. Los interlocutores pueden ser irónicos, mentir o evitar que expresen sus emociones faciales debido a las convenciones sociales. De esto se deduce que es más difícil calibrar correctamente nuestra confianza al reconocer las emociones de otras personas en ausencia de cualquier comentario.

Además, tenemos que interpretar una expresión muy rápidamente, ya que esta es fugaz. Por lo tanto, sentimos que nuestra primera impresión es la correcta, y confiamos en nuestro juicio sobre un rostro de enfado. Por otro lado, juzgar la percepción es un proceso más largo y es sensible a los comentarios directos sobre su precisión. Si hay duda, la confianza es menor que para las emociones, porque somos conscientes de nuestra falibilidad.

Nuestra memoria influye en la confianza

Los investigadores, mediante resonancia magnética funcional, examinaron los mecanismos neuronales durante este proceso de confianza en el reconocimiento emocional. Explican que cuando los participantes juzgaron las líneas, se activaron las zonas de percepción (áreas visuales) y de atención (áreas frontales).

Sin embargo, al evaluar la confianza en el reconocimiento de las emociones, se iluminaron las áreas vinculadas a la memoria autobiográfica y contextual, como el giro parahipocampal y el giro cingulado.

Esto demuestra que los sistemas cerebrales que almacenan recuerdos personales y contextuales están directamente involucrados en las creencias sobre el reconocimiento emocional, y que determinan la precisión de la interpretación de las expresiones faciales y la confianza depositada en esta interpretación, según explican los investigadores.

Eva Maria Rodríguez

Atrévete a ser feliz.


El lado oscuro de la Curación Espiritual de la que nadie habla por Emisaria Amor


El lado oscuro de la curación espiritual de la que nadie habla.
-15 de octubre de 2018

La curación espiritual es generalmente considerada como algo muy positivo. 

Quiero decir, ¿qué es más edificante que juntar las dos palabras " espiritual " y " sanación "? 

Es como ver a un cachorro abrazar a un gatito ... o comer un pastel relleno de chocolate cubierto con caramelo derretido.
Simplemente parece maravilloso y encantador.
Y no me malinterpretes.
Me gusta la curación espiritual.
Creo que es absolutamente esencial en nuestros viajes domésticos. 

De hecho, si todas las personas en este mundo estuvieran involucradas en la curación espiritual, creo que la humanidad y el planeta Tierra cambiarían para siempre.
Creo que finalmente podríamos realizar el ideal de la paz mundial.
Pero si has estado leyendo mi trabajo durante un tiempo, sabrás que no me interesa centrarme únicamente en el lado del " amor y la luz " de la espiritualidad.
Soy un trabajador fantasma.
Me gusta sumergirme en la oscuridad y exponer lo que está oculto.
Y hoy, debemos arrojar luz sobre el lado oscuro de la curación espiritual.
Pero primero ... 

¿Qué es la curación espiritual?

La curación espiritual es la práctica (y la experiencia) de restaurar, armonizar y equilibrar nuestra mente o alma . 

Hay muchos enfoques diferentes para la curación espiritual.
Por ejemplo, algunos practicantes de la curación de la nueva era solo buscan equilibrar el campo energético etérico o no físico del cuerpo humano. 

Los curanderos chamánicos se enfocan en restaurar el alma y sanar la pérdida del alma.
Y otros sanadores holísticos se enfocan en la unificación de cuerpo, corazón, mente y alma.
Incluso los psicólogos y los terapeutas comienzan a incorporar la curación espiritual en su trabajo, al igual que los que operan en el ámbito profundo y transpersonal de la psicología.
La curación espiritual también se ve como una experiencia trascendental de reconectarse con nuestra verdadera naturaleza.

Como el escritor y profesor Shakti Gawain escribe:
" La curación espiritual se produce cuando comenzamos a reconectarnos conscientemente con nuestro ser esencial: la entidad sabia, amorosa, poderosa y creativa que estamos en el corazón de nuestras vidas. " 

El lado oscuro de la curación espiritual de la que nadie habla.
Hay una razón por la que nadie habla del lado oscuro de la curación espiritual.
Primero, la mayoría de las personas ni siquiera saben que hay un lado oscuro.
Y si son conscientes de ello, entonces se sienten incómodos con la idea de confrontarlo.
Ayudaré a explicar exactamente cómo la búsqueda de la curación espiritual puede ser auto-destructiva y por qué. Eso suena paradójico, ¿no es así? 

Bueno, aquí está la cosa, ella es!
La curación espiritual puede parecer un enigma rodeado de un enigma, y ​​explicaré por qué.
Para ser lo más breve y conciso posible, hay dos gemelos oscuros de curación espiritual:
Resistencia espiritualizada
El primer gemelo negro es lo que yo llamo resistencia espiritualizada. 

¿Qué significa la resistencia espiritual?


Básicamente, esto significa que a veces podemos usar la curación espiritual como una excusa para " deshacernos de " ciertos sentimientos, recuerdos y experiencias que hemos experimentado.
¿Por qué no intentar prohibir o deshacernos de lo que estamos pasando?
Es una forma de resistencia.
Y la resistencia genera un enorme sufrimiento .
Estoy hablando de ansiedad, depresión, ira, resentimiento, amargura, todo lo que está pasando.
Creo que todos los miembros de la comunidad espiritual deben entender que tratar de " curar " no siempre es una cuestión de curación .


De hecho, la curación se usa a menudo como una excusa para negar, reprimir, negar o rechazar lo que estamos experimentando. 

Es bastante comprensible tratar de deshacernos de nuestro sufrimiento, especialmente si estamos agotados y profundamente heridos.
Pero aquí está el problema: tratar desesperadamente de curar puede exacerbar tu miseria y reforzar tu resistencia a lo que está sucediendo, ¡lo que te impide curarte realmente!
Repetiré esta oración (léala lentamente): tratar de curar desesperadamente puede intensificar tu desgracia y fortalecer tu resistencia a lo que está sucediendo,
¡lo que te impide curarte realmente!
Es importante para nosotros entender que la verdadera sanación espiritual consiste en enfrentar, reconocer, explorar e integrar lo que estamos experimentando.
¡No se trata de tratar de escapar de nuestra realidad!

Maestros espirituales oscuros


El segundo gemelo negro es perpetrado por " curanderos " espirituales y practicantes conscientes, en un nivel consciente o inconsciente, del primer gemelo negro de curación espiritual.
Estos maestros son conscientes de la calidad adictiva del juego de superación personal de los eternos empujes y disparos y lo utilizan para ganarse la vida.
Lo veo literalmente en todas partes.
Es triste verlo.
Este es el caso de personas que creen que tienen que gastar mucho dinero para " manifestar sus deseos ", mantener su alto nivel de vibración y acumular más dinero y tener más (como si fueran y Lo que tienen no es suficiente ya.
¿Cuándo se termina este " aún más para ser ", " aún más para tener "?
Es un ciclo eterno que conduce al sufrimiento.
Luego, por supuesto, tienes la raza más siniestra de maestros espirituales que parecen divinos e iluminados en la superficie pero con una furiosa megalomanía por debajo.
Un verdadero maestro espiritual siempre te hará poder, pero un falso maestro espiritual no solo se desplazará a través de tu co-dependencia como una corona, sino que también lo alentará activamente.


Afirman tener el poder de " curar " todos tus problemas y proporcionarte el " único camino verdadero " hacia la iluminación o la unidad.
Y si los crees, estarás atrapado en una red peligrosa para creer que alguien de fuera puede ofrecerte la salvación.
¿Qué es la curación espiritual auténtica?
"La curación no significa que las heridas nunca hayan existido.
Significa que las heridas ya no controlan nuestras vidas. "- Akshay Dubey
Espero que en este artículo me haya dejado claro.
La curación espiritual en sí misma no es la culpable, es nuestro enfoque mental de la curación espiritual.


Cuando la curación espiritual se utiliza como un medio para evitar, negar, reprimir y rechazar nuestros problemas a través de la " resistencia espiritualizada ", nos abusamos de nosotros mismos.
Y cuando la curación espiritual es utilizada como una zanahoria por maestros espirituales poco éticos e imprudentes, entonces es profanada. 

¿Qué es la curación espiritual auténtica? 

La verdadera sanación espiritual consiste en enfrentar, reconocer, explorar e integrar lo que vivimos.
¡No se trata de tratar de escapar de nuestra realidad!
Es realmente tan simple.
Piénselo simplemente de la siguiente manera: si tuviera una úlcera ardiente con sangre y pus ... ¿realmente obtendría mucho cubriéndose los ojos y pretendiendo ignorarlo?


No, el dolor y la infección todavía estarían allí.
¿Realmente quieres curarte afirmando que la herida no es tuya o que es responsabilidad de otra persona?
No, siempre llevas esta herida a todas partes contigo.
Él no se irá en ningún momento pronto.
La única forma de curar esta úlcera ardiente es enfrentarla, aceptarla y encontrar maneras de aliviar su sufrimiento, no como una forma de escapar de su realidad, sino como una forma de amor propio.
Esto, para mí, es una verdadera curación espiritual.
Entonces, cuando se trata de la curación espiritual, sea consciente de estos escollos y practique una vigilancia saludable.
La capacidad de pensamiento crítico y honestidad radical son tan esenciales hoy en día.

Ya he sido culpable de usar la curación espiritual para tratar de escapar de mi sufrimiento.
Como una persona que ha luchado con la ansiedad durante años, a menudo he caído en la trampa de tratar de sortear espiritualmente mi sufrimiento con pensamientos o métodos suaves de bienestar que prometen " deshacerse de " al instante. la ansiedad.
No funciona.
Tratar de poner una venda en una herida infectada solo empeorará las cosas.
Resistir tu realidad, incluso de una manera " espiritual ", solo profundizará tu sufrimiento.
La única salida es atravesar.
Debes ir al corazón y la raíz de tus problemas para resolverlos.
Piense en lo que escribí en este artículo porque podría ahorrarle años de lucha innecesaria.
Amor y paz a todos.
Luna


https://messagescelestes.ca -
Emisaria Amor 

martes, 29 de enero de 2019

El Método Sedona-soltar emociones-


Hay tres formas de abordar el proceso de liberación, y todas llevan al mismo resultado: liberar tu capacidad natural de soltar de inmediato cualquier emoción no deseada y dejar que se derroche parte de la energía reprimida de tu subconsciente. La primera manera es decidir liberarse de un sentimiento no deseado. La segunda, aceptar el sentimiento y dejar que la emoción simplemente exista. La tercera es sumergirse en el propio núcleo de la emoción.

Permíteme que, para explicarte, te pida que participes en un sencillo ejercicio. Toma un bolígrafo, o algún objeto pequeño que estuvieras dispuesto a tirar sin pensarlo dos veces. Ahora, póntelo delante y sujétalo con fuerza. Simula que es uno de tus sentimientos limitadores y que tu mano representa tu voluntad o tu conciencia. Si sujetaras el objeto el tiempo suficiente, empezaría a parecerte incómodo, aunque familiar.

Ahora, abre la mano y haz que ruede por ella el objeto. Observa que eres tú quien se aferra a él; no está pegado a tu mano. Lo mismo ocurre con tus sentimientos. Están tan pegados a ti como ese objeto lo está a tu mano.

Muchas veces creemos que un sentimiento se aferra a nosotros. Y no es verdad…siempre tenemos el control, lo que ocurre es que no siempre lo sabemos.

Ahora, suelta ese objeto.

¿Qué ha ocurrido? Soltaste el objeto y éste se cayó al suelo. ¿Fue algo difícil? Claro que no. A esto nos referimos al hablar de “soltar”. Puedes hacer lo mismo con cualquier sentimiento: decidir soltarlo. Siguiendo con esta misma analogía: si fuéramos andando con la mano abierta, ¿no sería difícil aferrarte al bolígrafo o a otro objeto que sostuvieras? Pues, del mismo modo, cuando permites o aceptas un sentimiento, estás abriendo tu conciencia, y esto permite que el sentimiento se caiga por sí mismo – como las nubes que cruzan el cielo o el humo que asciende por la chimenea con el tiro abierto. Es como si quitaras la tapadera de una olla a presión.

Si ahora tomaras el mismo objeto – un lápiz, un bolígrafo o una piedrecita – y lo ampliaras lo suficiente, se parecería cada vez más a un espacio vacío. Verías los intersticios entre las moléculas y los átomos. Cuando te sumerjas en el mismo núcleo de un sentimiento, observarás un fenómeno similar: en realidad ahí no hay nada.

Cuado hayas dominado el proceso de liberación, descubrirás que hasta los sentimientos más profundos sólo están en la superficie. En el núcleo estás vacío, en silencio y en paz, y no en el dolor y la oscuridad que muchos suponemos. De hecho, incluso nuestros sentimientos más extremos no tienen más sustancia que una pompa de jabón. Y ya sabes lo que ocurre cuando tocas con el dedo esa pompa de jabón: estalla. Esto exactamente es lo que pasa cuando te sumerges en el núcleo de un sentimiento.

DECIDIR SOLTAR

Paso 1: Concéntrate en una situación sobre la que te gustaría sentirte mejor, y luego permítete sentir lo que sientas en ese momento. El único momento en que de verdad podemos hacer algo en relación a nuestra forma de sentir (y, en este sentido a nuestra vida) es AHORA.

Paso 2: Hazte una de las siguientes preguntas: ¿Podría soltar este sentimiento? ¿Podría permitir que este sentimiento estuviese aquí? ¿Podría aceptar este sentimiento? Estas preguntas no te plantean otra cosa más que si es posible emprender esta acción. “SI” y “NO” son, ambas, respuestas aceptables. Muchas veces soltarás aunque digas “NO”.

Paso 3: Cualquiera que sea la pregunta con la que empezaste, hazte ahora esta sencilla pregunta: ¿Lo haría? En otras palabras, ¿estoy dispuesto a soltar? Aléjate todo lo que puedas del debate. Recuerda que siempre haces este proceso para ti mismo, con el objetivo de lograr tu propia libertad y claridad. No importa si el sentimiento está justificado, viene de antiguo o es correcto.

Si la respuesta es NO, o si no estás seguro, pregúntate: ¿Preferiría tener este sentimiento, o quisiera ser libre? Aunque la respuesta siga siendo NO, ve al paso 4.

Paso 4: Hazte esta sencilla pregunta: ¿Cuando? Es una invitación a liberarte AHORA. Es posible que te veas liberándote con toda facilidad. Recuerda que el soltar es una decisión que puedes tomar en cualquier momento que quieras.

Paso 5: Repite los cuatro pasos anteriores tantas veces como sea necesario hasta que te sientas libre de ese sentimiento concreto. Al principio, los resultados quizá sean muy sutiles. Pero si eres constante, enseguida habrá más resultados y más evidentes. Tal vez veas que existen diversas capas de sentmientos sobre un determinado tema. Pero lo que sueltes, soltado está.

ACEPTAR UN SENTIMIENTO

Es posible que hayas observado que cuando te centraste en tus sentimientos en el Paso 2 del proceso de liberación anterior, lo soltaste. Simplemente se desvanecieron. Como empleamos tanto tiempo en resistir y reprimir nuestros sentimientos, en vez de dejarlos que fluyan con libertad en nosotros, aceptar o dejar que exista un sentimiento muchas veces es lo único que se necesita para permitir que se suelte.

“¿Así que tienes ansiedad (o lo que estés sintiendo en este momento? Si, tengo ansiedad. ¿Serías capaz de dejarte sentir tanta ansiedad como sientes? Si.” Con el simple hecho de pemirtir tus miedos en vez de hacerles frente, tus sensaciones físicas de respiración rápida y temblores irán desapareciendo, y tu mente se tranquilizará.

SUMERGIRSE

La experiencia de liberarse mediante la inmersión puedes ser completamente distinta de los procesos antes descritos. En primer lugar, no es recomendable que intentes sumergirte mientras haces otra cosa. Funciona mejor cuando te tomas tu tiempo para centrarte en tu interior. Y cuando mejor funciona es cuando se está en contacto con un sentimiento más fuerte.

Esto es lo que puedes experimentar: recibes una noticia que te afecta. Empiezas a experimentar una fuerte sensación de miedo o pena, y tienes ocasión de tomarte unos minutos para liberarte. Siéntate, cierra los ojos y reájate ante el sentimiento lo mejor que puedas. Luego hazte preguntas del siguiente tipo: ¿Qué hay en el núcleo de este sentimiento? ¿Podría permitirme adentrarme conscientemente en ese núcleo? ¿Podría permitirme sumergirme en él? Probablemente con el tiempo descubrirás tu propia versión de estas preguntas a medida que trabajes con ellas. Te puedes imaginar a ti mismo realmente sumergiéndote en el centro del sentimiento o puedes encontrarte con que sólo sientes que hay un núcleo.

Una vez que empieces a profundizar, es posible que experimentes diversas imágenes y sensaciones. También puedes observar que el sentimiento se intendifica temporalmente. Así que sigue preguntándote: ¿Podría profundizar aún más? Anímate a descender a mayores profundidades, más allá de cualquier imagen, sensación o historia que te puedas contar sobre ese sentimiento.

Al persistir en esta dirección, llegarás a un punto en que algo revienta en tu interior, o quizá observes que ya no puedes profundizar más. Sabrás que has llegado al núcleo cuando tengas el espíritu tranquilo y te sientas en paz interiormente.

Recuerda que si el sentimiento sigue siendo fuerte o incluso se ha intensificado, es que no has llegado al núcleo. Todos los sentimientos, excepto la paz, están en la superficie. Muchos evitamos sumergirnos en un sentimiento, porque tenemos miedo de perdernos o de que empeore. Sin embargo, si realmente consigues traspasar la superficie y llegar al auténtico núcleo, descubrirás que no hay nada más lejos de la verdad.

Hale Dwoskin-

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Eliminando los topes que marcan los límites de la realidad física. Por David Topi.



Ahora que ya tenemos en marcha un par de procesos genéricos para reforzar nuestra estructura energética y los mecanismos de retroalimentación entre partes de la misma, tal y como hemos visto en los últimos artículos, podemos empezar con otros procesos de desprogramación y limpieza algo más profundos, y quizás más complejos, que pueden asistirnos a seguir moviéndonos hacia niveles superiores de la línea temporal en la que estemos.

En anteriores explicaciones, hemos dado pautas sobre el funcionamiento de la esfera mental preconsciente y su conexión con el IC para crear la realidad individual a partir de las proyecciones de nuestra glándula pineal, para poder proceder con el trabajo de hoy, aquellos que no tengáis reciente este material, aconsejamos su relectura en los archivos del blog para traer de nuevo a la consciencia el conocimiento base sobre el funcionamiento de la psique y cómo se proyecta y materializa el mundo que consideramos “sólido” y físico.

Una vez hecho, adentrémonos pues en el funcionamiento de otra parte de esta misma esfera mental, para eliminar unos programas que nos dificultan o impiden el trabajo de elevación frecuencial. En este caso, los programas y arquetipos de la “materialidad” o “fisicalidad”.

¿Qué es un programa de “materialidad”? Por llamarlo de alguna forma que intuitivamente entendamos, se trata del contenido en nuestra esfera mental preconsciente, y con una “carpeta de datos” en la esfera subconsciente, y en su capa correspondiente del cuerpo mental, que registra todos aquellos valores frecuenciales y parámetros que marcan los límites de lo que la mente humana considera que es y forma parte del mundo sólido y físico.

¿Qué significa esto? Que tenemos codificados en nosotros mismos los límites frecuenciales y energéticos de todo aquello que tiene que ser decodificado e interpretado como perteneciente a la realidad física, para desechar o filtrar y guardar sin usar los datos de todo aquello que cae fuera de esos mismos límites. De esta manera, todos nuestros sentidos tienen unos topes máximos y mínimos sobre los umbrales frecuenciales, los parámetros de las “ondas” y los límites vibracionales que han de registrar, impidiendo que cosas que caen ligeramente más allá de esos límites sean percibidas, por ejemplo entrando en las frecuencias por encima del violeta que pocas personas son capaces ya de captar visualmente, o en el límite superior de las frecuencias auditivas normales para todo ser humano, que ya no captamos, porque se filtra y es desechado por la mente, con todo lo demás que no estamos programados para aceptar.

Entonces, ¿cómo me impide este acotamiento de parámetros la subida de vibración de mis cuerpos sutiles? Lo que hace es que impide que las partículas del cuerpo físico en su parte energética, vayan o puedan ir más allá en vibración de un cierto tope frecuencial, que es el que marca la vibración que nuestra programación le asigna al plano “físico”, por lo tanto, si queremos subir hasta el subnivel 21 de la línea temporal 42, que posee una vibración altísima, podremos solo subir la frecuencia de nuestras partículas mientras no haya programas en la mente que nos digan (internamente) que de ese tope “no podemos pasar”. De esta forma, al quitar o modificar estos topes frecuenciales, podremos elevar mucho más la contrapartida energética del cuerpo físico (es decir, los cuerpos del 1.2 al 1.7 como habíamos explicado en la pregunta #87).

¿Qué sucede si el cuerpo físico-energético no puede subir su vibración más allá de un cierto límite? Que entonces los cuerpos superiores no llegarán tampoco tan altos como podrían, por el “anclaje” que supone tener el cuerpo físico-energético en un nivel mucho más bajo. Es decir, hemos explicado en el último año que para subir a la línea 42 íbamos moviendo primero el cuerpo causal, luego el mental, el emocional, el etérico y luego el físico. Como hemos visto en el artículo anterior, además, todos los componentes están conectados entre si, de manera que al subir el cuerpo causal, también se altera el físico en cierto grado, y al mover o sanar cualquier cuerpo para subirlo de subnivel dentro de la línea temporal, se altera en cierto grado también todo el resto. De manera que si el cuerpo físico-energético está bloqueado cuando lleguemos a un cierto nivel de vibración porque hay programas en las esferas mentales que indican que la parte física solo puede vibrar hasta un cierto umbral X, el resto de cuerpos se verán abocados a no poder subir mucho más allá hasta que la parte más densa que poseemos no pueda ser elevada por encima de este umbral y límite frecuencial actual.

Esto tiene consecuencias positivas en muchos aspectos, ya que pudiera ser que al quitar ciertos umbrales de percepción y elevación frecuencial, también se modifiquen los parámetros de decodificación de la realidad que ahora no vemos, haciendo que, puede, y solo puede, lleguemos a percibir algo más a nivel visual y auditivo de lo que ahora podemos percibir ya que habremos cambiado el umbral mínimo y máximo de lo que se considera parte del plano físico por nuestros programas de decodificación de la realidad, y se darán por buenos paquetes de datos que hasta ahora son almacenados directamente en el subconsciente por pertenecer, por programación, a la parte “etérica” o energética de la realidad y, por ende, no necesarios para la gestión del día a día por parte del programa ego.

Para eliminar estos límites y modificarlos acorde a las necesidades de cada uno, usaremos la siguiente petición:


Solicito que se eliminen los filtros, topes y umbrales que limitan en la programación de mis esferas mentales y cuerpo mental la percepción de los paquetes de datos y energías que provienen de la parte energética del llamado plano físico, de manera que lo que mis sentidos captan y pasan a las esferas mentales y que ahora está siendo almacenado, filtrado o desechado por no ser útil para la gestión del programa ego, sea incluido en los paquetes y datos que van a ser decodificados por la esfera mental consciente como parte de la realidad tangible a mis sentidos. Solicito que se eliminen los filtros, programas, arquetipos y programas de protección, así como firewalls y elementos distorsionadores del proceso de recepción, decodificación e interpretación de estos mismos paquetes de datos, eliminando a su vez los topes que marcan el límite de lo que se considera mi realidad física, y permitiendo así a las partículas que forman mi estructura físico-energética poder subir de vibración y frecuencia acorde a los parámetros establecidos por mi Yo Superior para la línea temporal en la que me encuentro. Gracias.

A partir de aquí, esta desprogramación nos permitirá iniciar un proceso de subida frecuencial más fácilmente a la vez que nos dota de mayor capacidad para percibir, como dice el subtitulo del blog, “el mundo que no vemos”.

un abrazo,
David Topí

¿Te apegas o te despegas en tus relaciones?


Como su nombre lo indica, en términos sencillos, el apego tiene que ver con qué tanto nos “pegamos” o nos “despegamos” en nuestros vínculos. El apego se forma durante los dos primeros años de vida y moldea nuestras relaciones para el resto de la vida. Conocer los patrones de apego nos permite reconocerlos en nosotros y en los demás. De este modo podríamos tener mayor comprensión y control sobre nuestra conducta en el mundo de las relaciones.

Patrones de apego infantil

El apego se logra mediante la relación entre el niño y al menos un cuidador, lo cual le permitirá tener un desarrollo social y emocional normales. De acuerdo al modo en que los padres o cuidadores respondan a las necesidades físicas y emocionales del niño, se formarán distintos patrones de apego. Echemos un vistazo:

• Apego seguro: Es la situación ideal, en la que el niño es cuidado por un adulto sensible que satisface sus necesidades, ya sean de alimento, afecto, dolor, etc. A partir de los dos años de edad, aproximadamente, el adulto pasa a ser una base segura para explorar el mundo y hacerse más independiente.

• Apego evitativo: Si el niño es cuidado por adultos insensibles a sus necesidades físicas y emocionales, aprende a no esperar cuidado ni atención. Por lo tanto, se transforma en un adulto precoz, poco expresivo de sus emociones y que debe cuidarse a sí mismo.


• Apego ambivalente/ansioso: Algunos adultos son inconsistentes en la forma en que responden a las necesidades del niño. A veces son sensibles y cariñosos, y otras veces son insensibles y hasta abusivos. Esto genera inseguridad y confusión en el niño, quien no sabe qué esperar de sus cuidadores y oscila entre la desconfianza y la dependencia excesiva.

• Apego desorganizado o desorientado: Ocurre cuando los padres o cuidadores son física y/o emocionalmente abusivos. Este lamentable escenario genera una relación amor-odio, donde la fuente de seguridad es a la vez una amenaza. En este caso, los niños se disocian de su realidad y de sus emociones, para tratar de sobrevivir en un ambiente tan hostil.

Estos patrones de apego dejan una huella muy profunda en la psique, por lo cual, el patrón de apego prevalente durante la infancia determinará la calidad de las relaciones en la adultez.

Patrones de apego adulto

• Personalidad segura: Quienes han tenido un apego seguro durante su infancia crecen sintiéndose seguros de sí mismos y desarrollan relaciones profundas y saludables. Se sienten bien, tanto solos como acompañados.

• Personalidad ausente: Corresponde al tipo de apego infantil evitativo. Estas personas suelen ser solitarias y tienden a darle poca importancia a las relaciones y a las emociones. Además, reprimen sus emociones y son muy racionales. Frente al estrés y al conflicto reaccionan alejándose de la situación.

• Personalidad preocupada: Ésta se desarrolla a partir del tipo de apego infantil ambivalente/ansioso. Como adultos, son auto-críticos e inseguros y buscan constantemente la aprobación y la validación de los demás, comportándose de forma dependiente con sus parejas.

• Personalidad evitativa/miedosa: Esta tiene sus raíces en el apego infantil desorganizado. Desde muy pequeños aprendieron a disociarse como mecanismo de defensa contra el trauma. De adultos, desean establecer relaciones, pero una vez que éstas se vuelven íntimas, reviven el trauma que sufrieron y temen la intimidad por temor a ser heridos.

Los primeros años de la infancia representan una etapa fundamental, en la cual se sientan las bases que determinarán la felicidad o la infelicidad para el resto de la vida. Así que, a fin de cuentas, más allá de frases hechas, no es la educación, ni la riqueza, la inteligencia ni la belleza, lo que realmente cuenta, sino el amor que hemos recibido y seamos capaces de dar, según cuál sea nuestro estilo de apego. Y para concluir podríamos afirmar que, en definitiva, no ser demasiado “pegajosos”, ni demasiado “despegados” es la clave de las relaciones sanas.

Paula Aroca
Atrévete a ser feliz.

lunes, 28 de enero de 2019

DIETAS, DEUDAS Y CÓMO ENFOCAMOS MAL LA ENERGÍA (CON EL EGO ESPIRITUALIZADO) Por Laura Foletto



Analizábamos con una paciente sus temas con las dietas a lo largo de su vida y, a pesar de que está descendiendo unos cuantos kilos, persistía el problema de esa suerte de yoyo que se ha instalado: baja, dura un tiempo y vuelve a subir. “Hacer dieta es la mejor forma de subir de peso”, le comenté y se rió, porque es verdad; el cuerpo se acostumbra a ese péndulo y el rebote es cada vez peor.

Mientras hablábamos, recordé que, durante bastante tiempo, yo vivía endeudada (Centro del Ego Sin Definir: uno de los aprendizajes más fuertes es cómo ganar dinero, valorándose). Mi primer objetivo en cada nuevo año era: “No tengo más deudas”. Cuando parecía que ya estaba libre, “mágicamente” algo surgía y volvía al círculo vicioso.


Un día en que ya estaba harta de este panorama, viendo los resultados desastrosos en mi vida, se prendió la lamparita: ¡si ponía toda mi atención en las deudas, seguiría originando más! ¡Era una exitosa creadora de deudas, no de abundancia! Yo sabía el axioma de que, donde uno pone la energía, eso crece, en eso nos convertimos. Pero, saber es solo información; hasta que no se hace experiencia, no cambia nada. Ahora que me había dado cuenta realmente, que había bajado al cuerpo, el segundo paso era hacer un plan. En principio, modificando mi forma de pensar, poniendo mi atención en ganar dinero, en valorar mi trabajo, en ampliar mis horizontes, en tener nuevos objetivos; luego, tenía que hacer un saneamiento de mis deudas, planificando cómo acabar con ellas. En seis meses, ya estaba libre y ganando el doble; nunca volví a ese círculo.

¿En cuántas cosas estamos procediendo de esa manera? El efecto compulsivo de pensar negativamente, de limitarnos, de juzgarnos inadecuados, de creer que no lo lograremos, finalmente tiene su resultado: construimos todo eso y mejor. Y nada es más cierto que en lo referente a los miedos: “Convocamos lo que más tememos”. No sucede como un castigo o como una norma; es para que los superemos y liberemos nuestro potencial (el miedo es el Gran Guardián de la Puerta).


Cuando examino estos temas con pacientes o consultantes de Diseño Humano, no paro de escuchar: “¡Pero es difícil!”.  Es una letanía que los sumerge en más de lo mismo, con la fuerza hipnótica de un mantra.  ¿No es suficientemente difícil YA?  ¿No están incrementando sus problemas cada vez más sosteniendo ideas y experiencias que los dañan, anulan y restringen?  ¿Cuántas excusas más pondrán para seguir cayendo (edad, dinero, sexualidad, familia, país y muchos etcéteras)?  Podemos cambiar hasta el final de nuestros días, tenemos la suficiente neuroplasticidad para hacerlo y, mejor, estamos apoyados y guiados por una Energía entrante que justamente quiere que pasemos al siguiente nivel.

Como escribí en el anterior Boletín, si no hacemos un Plan de Vida, la inercia nos seguirá llevando de la nariz.  Pocas personas se dan cuenta de que son parte de un engranaje de un sistema que los prefiere dormidos, escuchando los cantos de sirena del consumismo y adhiriendo al modelo de actividad constante para ir a ningún lado.  Y aclaro que Despertar no es vivir en Disneylandia, no es un camino en donde nos aparece un halo de santidad y los problemas desaparecen de golpe.  No sucede con libros, sahumerios y buenas intenciones, con charla elevada y escondiendo la cabeza en la arena; eso es Ego Espiritualizado

Es duro al principio, porque estamos transformando siglos de condicionamientos y malas interpretaciones y experiencias.  Pero la paz, la satisfacción, el reconocimiento de vivir desde el Ser verdadero no tiene precio.  Y, lo más importante, cuando soltamos las tontas y negativas presunciones del Ego, sus miedos y controles, todo se soluciona rápido y mejor de lo que pensábamos, aparecen oportunidades que no creíamos posible y adecuadas a lo que somos.  EL trabajo, LA gran labor sagrada no se trata de hacer cambios cosméticos en el afuera sino de reeducar la mente, conectar con la verdad, realizar pequeños pasos en lo cotidiano, poner la atención en donde deseamos, confiar (lo más complicado).  Desde allí, todo se puede.  Porque Todos Somos Uno.  Te acompaño.

domingo, 27 de enero de 2019

TÚ ERES UNA PERSONA RESILIENTE?


Hay personas que se caracterizan por su gran capacidad de resiliencia. Precisamente son aquellas que tienen como arma su capacidad de seguir a flote ante las dificultades y como principal sostén la visión de la dificultad como aprendizaje.


Ellas saben que la inmunidad al sufrimiento es imposible y comprenden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros también son oportunidades para sobreponerse. Por lo que se arman de valor y continúan, teniendo como mantra proseguir para crecer, a pesar de las adversidades.


Ser resiliente en el día a día


La resiliencia es un concepto que ha adquirido gran relevancia en los últimos años. Sobre todo desde aquellas perspectivas, como la psicología positiva, que están más interesadas en investigar cuáles son las características que les permiten a las personas superar una adversidad, dejando en un segundo plano la comprensión de aquellos factores que aumentan la probabilidad de un trastorno mental.


Ser resiliente desde la psicología es ser capaz de afrontar la adversidad y salir fortalecido.


Cuando hablamos de resiliencia solemos pensar en hechos traumáticos, como la pérdida de un ser querido, sobrevivir a un accidente o a situaciones de maltrato… Pero en nuestro día a día también se dan situaciones complejas que tenemos que enfrentar. No hace falta que suceda una catástrofe, superar cualquier dificultad cotidiana como hacer frente a las críticas, conseguir superarse o comenzar el día con una sonrisa tras una época de tristeza también es ser resiliente.


Todos tenemos nuestras propias batallas con las que lidiar y nuestros propios recursos para hacerles frente de una manera u otra, tan solo hay que descubrirlos.


Características de las personas resilientes


Hay personas que son resilientes porque han tenido un ejemplo de resiliencia a seguir, como sus padres o un hermano, pero otras han aprendido a lidiar y sortear las piedras del camino por sí solas: han aprendido a partir del ensayo y error, se ha hecho fuertes a partir de sus propias cicatrices.


Esto nos indica que la resiliencia es una habilidad que todos podemos desarrollar y por lo tanto, practicar. Para ello, es necesario gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones. Encauzarlos por el canal que nos dé más control sobre ellos es fundamental.


A continuación te contamos algunas de las principales características de las personas resilientes para que puedas comenzar a entrenarlas.


1. Saben adaptarse a los cambios


Las personas resilientes tienen como los juncos la capacidad de ser flexibles cuando el viento azota con fuerza. Saben que ir en contra de las circunstancias las hará perder energía y optan por tener una mente abierta ante las diferentes opiniones y circunstancias.


Se desprenden de sus viejas creencias, prejuicios e inseguridades para vestirse con nuevos trajes que les acompañen en los momentos de cambio. Pero no se adaptan por resignación sino porque saben que existen otros mundos diferentes que no por ser distintos son erróneos.


“El agua lo vence a todo, porque se adapta a todo”.
-Lao Tse-




2. Se apoyan en sus fortalezas


Las personas resilientes se conocen. Saben qué es aquello que les hace daño y les molesta y comprenden que el soporte fundamental de su bienestar depende de cuidarse a sí mismas. Las personas resilientes saben identificar sus debilidades pero también sus fortalezas para ponerlas en marcha cuando sea necesario.


Utilizaran sus ganas de luchar, su motivación, su esfuerzo y sus habilidades como los cimientos para seguir adelante. Pero, sobre todo, se respetan a sí mismas y se tienen en cuenta porque saben que conocerse es el paso fundamental para crecer y establecer relaciones sanas con los demás.


“Cada persona es una isla en sí misma, en un sentido muy real, y solo puede construir puentes hacia otras islas si efectivamente desea ser él mismo y está dispuesto a permitírselo”.


-Carl Rogers-


3. Saben que aceptar es necesario para avanzar


Las personas resilientes saben que la aceptación es la compañera aliada del avance y el cambio. Porque solo cuando aceptamos lo que nos ocurre podremos comenzar a trabajar para mejorarlo. De otra manera, si lo negamos lo único que hacemos es darle más fuerza.


Las personas resilientes saben que aceptar es comprender y afrontar, no darse por vencidos.


4. Consideran que nadie es inmune al sufrimiento


Ser resiliente no quiere decir que una persona no tenga heridas, sino que a pesar de ellas la situación adversa le ha sido instructiva de algún modo. Ha sido capaz de aceptar el dolor y en lugar de sumergirse en él, ha optado por aprender.


Las personas resilientes saben que escudarse y protegerse del dolor no siempre va a funcionarles, ya que huir las alejaría de la posibilidad de comprender qué les sucede y seguir creciendo.


Como ves, ser resiliente puede aprenderse y entrenarse. De hecho, tendría que ser una enseñanza fundamental en las escuelas. Siempre vale la pena aprender estrategias para mejorar y seguir creciendo y la resiliencia es esa capacidad que nos permite ser fuertes a pesar de que el viento azote con fuerza, adaptándonos lo mejor posibles a los baches que conforman las pérdidas, las decepciones, los traumas y los fracasos.


Tu también eres resiliente, no lo olvides ¿o es que no has superado ninguna dificultad o situación en tu vida?
Piensa y recuerda en aquella vez que fuiste valiente y a pesar del miedo, te lanzaste a la piscina…


lamenteesmaravillosa.com

https://nodejardeleer.blogspot.com/


Las 5 mejores fuentes de proteínas vegetales y sus beneficios


Las fuentes de proteína vegetal no solo benefician a los que siguen una dieta vegetariana o vegana. Es fundamental cambiar el menú y obtener los nutrientes necesarios a través de diferentes alimentos. Además de contribuir a la reducción de enfermedades cardiovasculares y de diversos tipos de cáncer, una dieta basada en las fuentes de proteínas vegetales contribuye también al mantenimiento del peso y al fortalecimiento muscular.

Varios estudios asocian la restricción de los productos de origen animal con efectos positivos para la salud. Dado que el consumo de carne a menudo está relacionado con el aumento de enfermedades crónicas y degenerativas, como la diabetes y la obesidad, ir en contra del consumo de estos alimentos previene la aparición de las enfermedades citadas.


Cuando son bien enfocadas, las proteínas vegetales son capaces de proporcionar todo lo que nuestro organismo necesita. No obstante, antes de iniciar una nueva dieta, es importante buscar ayuda profesional y planearla individualmente.

¿Qué dosis de proteína se recomienda al día?


Para un adulto, esta dosis se fija en una media de 50 g al día. Pero esta cantidad varía, ya que el valor se calcula a partir de 0,08 g por kilo de peso corporal.

A pesar de que la proteína animal es ideal para mantener un entrenamiento activo y ganar masa, ya que responde a todas las necesidades que el cuerpo necesita, la combinación de proteínas vegetales puede cubrir la demanda de aminoácidos del cuerpo humano.

Como los vegetales tienen un bajo valor biológico de aminoácidos, la fusión entre ellos se acerca a la proteína animal. Para lograr el equilibrio nutricional deseado es necesario combinar las proteínas durante el día; hay una larga lista de vegetales, como frijoles, garbanzos, arroz integral, lenteja y aguacate, por ejemplo.
Fuentes de proteínas vegetales ideales para el entrenamiento físico


Garbanzos

Utilizado en varias recetas, como ensaladas, pastas y sopas, los garbanzos son una excelente fuente de vitaminas. El alimento es rico en fibras y mineras, además de suministrar ácido fólico, vitamina C, E Y K, calcio y fósforo. Una porción de 100 g proporciona aproximadamente 9 g de proteína.

El grano aún ayuda en el funcionamiento del intestino, retrasa la absorción de grasas y azúcares y prolonga la sensación de saciedad controlando el hambre.

Judías


Rica fuente de potasio y hierro, uno de los principales beneficios de las judías es su posibilidad de combatir la anemia. La leguminosa es rica en fibras y mineras, además de contener sustancias antioxidantes, responsables de combatir el envejecimiento temprano.

Todos sus tipos (Blanco, Negro, Rojo, azuki, carioca, fradinho, bastón, entre otros) son ricos en diversos nutrientes. Una porción de 100 g contiene 7 g de proteína.
Lentejas

Tiene carbohidratos, fibras, ácido fólico, vitamina C, E y K. La lenteja puede ser una sustituta de las judías, especialmente si se incluye en dietas para reducir el peso.

Cada porción de 100 g contiene aproximadamente 9 g de proteína.

Tofu


Con bajo contenido de grasa y calorías, el tofu no tiene gluten y ayuda a reducir los niveles de colesterol malo. Muy nutritivo, contiene pequeñas cantidades de vitamina K y B-6, tiamina, fósforo y selenio.

Una porción de 100 g ofrece alrededor de 7 g de proteína.

Setas


Sin raíz, tallo u hojas, los hongos tienen poca grasa y son ricos en fibras. Contribuyen al equilibrio de la presión arterial y ayudan a combatir las inflamaciones. Con los aminoácidos arginina, glutamina y lecitina, cada porción de 100 g del alimento proporciona aproximadamente 4 g de proteína.



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EMOCIONES Y SALUD


Según la Medicina Tradicional China, de una antigüedad constatada de cinco mil años, cada emoción básica se halla unida a un órgano.

- la cólera al hígado y vesícula biliar

- la alegría al corazón e intestino delgado

- la reflexión al estómago y bazo-páncreas

- la tristeza al pulmón e intestino grueso

- el miedo al riñón y vejiga

Todos los órganos citados tienen unos canales dentro del cuerpo, a modo de autopistas o carreteras, por las que circula la energía, cuando nosotros nos estancamos en una o varias emociones, se produce el atasco de la energía, que con el paso del tiempo, dará lugar a la enfermedad dentro de ese órgano. Las emociones que nos dañan, por ser alimentadas, pueden ser variadas y dañar varios órganos al mismo tiempo.

No es que las emociones citadas en sí sean negativas, lo que sí lo es, es el quedarse anclado en esa emoción durante tiempo y tiempo (aunque sea a nivel subconsciente), por ejemplo el miedo a quedarse sin trabajo, a no tener casa, a quedarse sin pareja, va dañando nuestros riñones y será muy fácil tener infecciones renales o cálculos o lumbago, etc.

Es interesante e importante recordar que un problema de un órgano favorece la aparición de emociones exageradas o desproporcionadas.

Los más afectados suelen ser el corazón, el hígado y el bazo.

El corazón es el rey de todos los órganos y además controla la mente, por tanto cuando un órgano se halla desmandado en su función, termina dañando al corazón, producirá palpitaciones, pesadillas, insomnio, alteraciones mentales, manías, etc.

El hígado alterado produce depresión, mal genio, suspiros, tumores de mamas, ovarios o útero, dolor en los flancos, etc.

El bazo se manifestará con anorexia o por el contrario, exceso de apetito, vientre abultado, etc.



Conclusión: EL PODER ESTA DENTRO DE TI (Louise Hay, metafísica)


Nosotros somos los arquitectos de nuestra salud, es necesario trabajar sobre las emociones y la mente para recuperar la salud perdida.




sábado, 26 de enero de 2019

Laboriosidad aprendida: ¿Cómo los problemas nutren tu fuerza interior?


“Desconfiad de las cosas fáciles”, decía Italo Calvino, un consejo que deberíamos tener presente en nuestro día a día, sobre todo en una época en la que el objetivo principal parece ser lograr que todo sea más sencillo: conseguirlo todo en el menor espacio de tiempo y con el menor esfuerzo posible. El problema es que reducir el esfuerzo a su mínima expresión no siempre es bueno. Ahorrarnos la fatiga y la lucha a nivel psicológico hoy, mañana puede pasarnos una factura que quizá no estemos dispuestos a pagar.

Ni lo fácil es mejor, ni lo difícil es peor


El deseo de que todo sea más fácil y de trabajar lo menos posible no es nuevo ni exclusivo de nuestra época. Ya en la antigua Grecia las personas añoraban tener en sus casas una especie de “robot” como ayudante. Cuando el filósofo Aristóteles habló de deus ex machina no lo dijo del todo en sentido figurado.


El ingeniero mecánico Konstantinos Kotsanas recreó el primer robot operativo de la humanidad, el sirviente automático de Philon, que tenía forma humana. En su mano derecha sostenía una jarra de vino y, cuando le ponían una copa en la mano izquierda, versaba automáticamente vino primero y luego agua.


Esto significa que, como humanidad, siempre hemos añorado ese momento en el que no necesitaremos trabajar ni esforzarnos. ¿De dónde surge ese deseo?

Es probable que nuestra tendencia a “ahorrar energía” nos ayudara a sobrevivir hace miles de años, cuando consumar todas nuestras fuerzas equivalía a una muerte segura ya que no seríamos capaces de proporcionarnos la comida que necesitábamos. Para asegurar nuestra supervivencia, nuestro cerebro se desarrolló de manera tal que siempre busca el camino más fácil, que requiera menos esfuerzo.


Como resultado, nuestro cerebro nos tiende una trampa haciéndonos creer que las cosas más fáciles son más agradables, positivas y deseables mientras que las cosas difíciles son todo lo contrario. El problema surge cuando aplicamos este razonamiento a nuestra vida psicológica.


Antes o después vamos a tener dificultades si nos cerramos a todos aquellos pensamientos, ideas, opiniones o creencias que generan “resistencia” o “fricción”, en otras palabras: ignoramos todo lo que no se ajusta con nuestra manera de ver el mundo porque genera demasiada disonancia cognitiva. Al contrario, nos alimentamos con todo lo que está en consonancia con lo que ya sabemos y creemos, algo mucho más sencillo porque es fácil encajar esas ideas en los marcos que hemos construido.


Esa apuesta por lo fácil nos tiende una doble trampa. Por una parte, nos impide crecer porque nos mantiene dentro de los límites de lo que conocemos, crea una zona de confort a nuestro alrededor en la que nos anquilosamos. Y por otra parte, nos impide poner a prueba nuestras capacidades, de manera que cuando los problemas llamen a nuestra puerta, no tendremos la confianza necesaria en nosotros mismos ni contaremos con las herramientas psicológicas para hacerles frente, de manera que es más probable que terminemos en las garras de la frustración y la indefensión aprendida.


Laboriosidad aprendida: La vía para fortalecernos psicológicamente


El genial matemático indio Ramanujan es un ejemplo de talento o laboriosidad, según como se mire. Aprendió matemáticas solo y en pocos años logró notables avances teóricos allí donde grandes matemáticos se quedaron estancados. No hay mejor ejemplo de talento innato, pero tanto Robert Kanigel, su biógrafo, como el psicólogo Robert Eisenberger están convencidos de que en su base también se encontró la laboriosidad aprendida.


El concepto de indefensión aprendida de Martin Seligman hace referencia a la pérdida de esperanza y confianza en nuestras capacidades para resolver los problemas como resultado de vivir fracasos repetidos. El concepto de laboriosidad aprendida propuesto por Robert Eisenberger es exactamente lo contrario.


La laboriosidad aprendida es una esperanza que se autoalimenta basándose en los problemas que hemos sido capaces de resolver o las situaciones adversas que hemos superado. Según su teoría, las personas que tienen un historial de esfuerzo, serán más propensas a aplicar todo eso que han aprendido a las nuevas situaciones.


Por supuesto, no se trata de traumatizarnos voluntariamente para convertirnos en personas más fuertes, sino de no huir de los problemas y asumirlos como una oportunidad para reforzar esa laboriosidad aprendida. Si negamos los problemas o dejamos que alguien los resuelva en nuestro lugar, no podremos crecer.


Necesitamos ser conscientes de nuestros límites actuales y plantearnos nuevos desafíos que nos permitan salir de nuestra zona de confort sin experimentar demasiado vértigo. Se trata de que cada quien encuentre sus propias dificultades y cultive habilidades como la perseverancia y la determinación, los dos pilares sobre los que se erige la laboriosidad aprendida.


Trabajar sobre la laboriosidad aprendida implica adoptar una mentalidad de crecimiento, que no significa ser masoquistas a propósito, sino adoptar una actitud proactiva que nos permita crecer, aunque a priori ese camino parezca más difícil.


Según Eisenberger, la clave para alimentar la laboriosidad aprendida radica en los refuerzos positivos, lo cual significa que debes encontrar el motivo por el cual te esfuerzas. Si ese refuerzo es lo suficientemente significativo para ti, poco a poco se irá instaurando una auténtica pasión por los retos que guiará cada uno de tus pasos. Y mientras más retos te plantees, más podrás crecer y conocerte a ti mismo. Es una apuesta que vale la pena.





Fuentes:
Ventura, D. (2018) Cómo eran los robots y los cines que ya existían en la antigua Grecia. En: BBC.
Eisenberger, R. (1998) Achievement: The importance of industriousness. Behavioral and Brain Sciences; 21: 412-413.
Eisenberger, R. (1992) Learned Industriousness. Psychological Review; 99(2): 248-267.