martes, 18 de diciembre de 2018

¿Qué es el trastorno bipolar y cuáles son sus causas?


El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica y grave caracterizada por repentinos cambios de humor maníacos y depresivos.

Contenido
1 En qué consiste el Trastorno Bipolar
2 Causas del trastorno bipolar
3 Señales y síntomas
4 Diagnóstico

En qué consiste el Trastorno Bipolar

La manía es una exaltación exagerada y los afectados se muestran, en su mayoría, hiperactivos, eufóricos o irritados. A esta fase le sigue una depresión más o menos pronunciada, con estado de ánimo deprimido, apatía y tristeza. Los cambios de humor ocurren de forma episódica e independientemente de la situación de la vida actual.

Si los cambios de humor son rasgos de personalidad sin consecuencias graves para la persona afectada y para su entorno, esto se llama “ciclotimia”. Sin embargo, si estas fases son más severas, es decir, fases más largas de depresión y fases maníacas muy pronunciadas, que tienen consecuencias negativas para la persona afectada, se habla de enfermedad maníaco-depresiva, conocido como síndrome maníaco depresivo, o simplemente trastorno bipolar.

Se estima que alrededor del 1 al 3% de la población está afectada. Las mujeres y los hombres se enferman con la misma frecuencia.

En muchas personas su primer episodio de enfermedad es experimentado alrededor de los 18 años, pero generalmente el trastorno se reconoce más tarde.

Causas del trastorno bipolar

Las causas de la enfermedad no se entienden completamente. La predisposición hereditaria y las influencias externas, como los eventos estresantes, parecen jugar un cierto papel. Un número por encima de la media de personas creativas sufre de enfermedad bipolar.

Muchos estudios indican que el trastorno bipolar es una enfermedad cerebral. Se ha demostrado que el metabolismo cerebral y los neurotransmisores dopamina, norepinefrina, serotonina y GABA funcionan de manera anormal.

Aunque un trastorno bipolar en sí no se puede heredar, al menos la susceptibilidad a tal enfermedad se transmite de generación en generación. Los eventos estresantes de la vida pueden conducir a la aparición de este síndrome. La investigación ha demostrado que un niño con un padre enfermo tiene un riesgo mayor de padecerlo, entre el 10 y el 20%. Si ambos padres se ven afectados, el riesgo para el niño incluso aumenta hasta el 55% o más.

Por medio de técnicas de imagen, se detectó una actividad alterada del llamado sistema límbico en el cerebro en los afectados durante un episodio de enfermedad. El sistema límbico es responsable de la percepción y el procesamiento de las emociones. La actividad alterada en el procesamiento de las emociones explica por qué a menudo los eventos estresantes ​​preceden a la enfermedad bipolar.

Al parecer, la época del año también juega un cierto papel en el trastorno bipolar. Estadísticamente, los episodios maníacos ocurren con mayor frecuencia en el verano, mientras que los episodios depresivos ocurren en el otoño. Las razones de estas variaciones estacionales son desconocidas, la influencia de la luz y el metabolismo de la serotonina parece influir en este aspecto.

Señales y síntomas

Como ya se mencionó anteriormente, el trastorno bipolar se caracteriza por la presencia de los episodios maníacos, y en el otro extremo, los estados depresivos muy marcados.

El diagnóstico generalmente se puede hacer solo en el curso de la enfermedad, si se observaron ambos extremos del estado de ánimo.

En los episodios de manía, la persona se siente llena de energía, el estado de ánimo es elevado, pero a menudo se siente sobreexcitado, aunque solo descanse 4 o 5 horas al día, siente que tiene mucha energía. Habla como una cascada, está ansioso y desenfocado, se sobreestima a sí mismo hasta llegar al grado de la megalomanía. En estos episodios todo es exagerado: hablar, socializar, gastar dinero, realizar tareas y acciones muy impetuosas.

Luego de la fase maníaca, la depresión puede seguir directamente como un “efecto en cadena” o más tarde como un solo episodio aislado y sin motivo aparente.

La persona que antes se sentía energética, ahora se siente sin energía, incapaz y sin valor. Pierde su interés y no puede hacer nada. A menudo ya ni siquiera está triste, simplemente no siente nada y se vuelve apático.

También puede darse un efecto contrario, tras la depresión, puede aparecer como una cascada el episodio maníaco.

Diagnóstico

El diagnóstico correcto solo se puede realizar mediante una encuesta exhaustiva de los afectados e, idealmente, de los familiares. Sin embargo, el paciente debe estar preparado para ello.

Es importante que el especialista en psiquiatría y psicoterapia esté familiarizado con los síntomas actuales, así como con los cambios de humor que han ocurrido en el pasado. Finalmente, debe aclararse si existe una carga familiar.

Para el diagnóstico, también se debe examinar físicamente al paciente para poder excluir otras enfermedades con síntomas similares. Para el diagnóstico de exclusión, se deben descartar trastornos mentales tales como la esquizofrenia, y también causas orgánicas tales como la epilepsia, tumores cerebrales, enfermedad de la tiroides, el trastorno hormonal, síndrome de Cushing, el HIV, la adicción a las drogas, uso de medicamentos, migrañas, demencia, Parkinson, enfermedad suprarrenal y la enfermedad de Addison, entre otras.

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