lunes, 10 de diciembre de 2018

33.- Bendición de Sentir Dios en el corazón. Del Libro Treinta y Tres Bendiciones, para una nueva Realidad. Por Ashamel Lemagsa.



Amados…

Sentir a Dios en el corazón, es una verdadera Bendición, que todos podemos sentir, pues somos Chispa Divina encarnada, un fractal de Dios encarnado, que se conecta con nuestro aspecto Humano desde nuestro Ser Superior.

La intuición es la energía que nace del corazón como un sendero que nos une a esa Chispa Divina en nosotros.

Escuchar y seguir los pasos de la intuición es seguir a Dios.

A veces se confunde la intuición con el Ego/Mente, pero los mensajes del Ego son muy distintos a los de la intuición…

Con dudas, miedos, inseguridades, más sombras que luces, nos confunde y desvía de las decisiones que nuestra Divinidad quiere para nuestro avance Humanamente Divino.

La intuición no tiene un lenguaje específico, pero se vale de todo!!

Del aroma de una flor, de un paisaje, del canto de un ave, de la caricia del viento, del abrazo de un amigo, de las palabras, de una imagen, hasta de un “supuesto error”.

Todo sirve para la intuición, con el único fin de guiarnos, hacia ese sitio donde la sabiduría Divina es fuente eterna de respuestas.

Dios está en nosotros, vive en nosotros, no está afuera, está adentro, integrado al Ser…

Cuando decimos… “Amado Dios en Mí”, estamos honrando nuestro mismo origen Divino, estamos conectando nuestra misma esencia Divina con nuestro aspecto Humano, unidos desde el Amor.

Las sombras no nacen del corazón, las sombras llegan desde la mente/ego, sin la guía del corazón.

La mente es una herramienta del corazón, Dios necesita de la mente para pensar cómo debe llegar a realizar su obra de cada día, pero Dios no se identifica con la mente/ego, se vale de ella para desplegar el personaje que vino a vivenciar.



El albañil, la maestra, el abogado, el cirujano, el comerciante o el político, todos son personajes de este ahora, en todos ellos habita Dios y necesita la mente para estudiar, trabajar y subsistir, pero cuando se logra enlazar a cada pensamiento el sentir del corazón guiado por la intuición, logramos que Dios se exprese, aunque no nos demos cuenta en el momento, seguramente que con el tiempo diremos… “Qué fue lo que me guio al decir lo que le dije, cuando antes nunca se me hubiera ocurrido”…

Es esa energía Divina que nos suelta para decir, sentir o hacer lo que debemos en el momento adecuado y a las personas que deben escuchar ese mensaje en particular.

Cuando creas que estás viviendo el peor de los cuasi infiernos…

Cuando las esperanzas se diluyan…

Cuando no recuerdes cuándo fue la última vez que te reíste tanto que todo tu cuerpo se reía junto con tu sonrisa…

Recuerda que Dios está en ti, pues eres ese Dios que muchos te señalan en el altar, pues ni ellos mismos lograr reconocer a Dios, como esencia de la vida y de toda la Creación.

Aquellos que lo señalan en un altar, viven desconectados de sí mismos, de su verdadero origen…Dios.

Que nos separa de Dios en nosotros???



Nuestra mente/ego, con las creencias que nos han inculcado durante milenios, donde se nos descalifica frente al Poder y la Soberanía Divina.

La Humanidad es soberana, pues es la creadora de su realidad.

Cuando se comprenda, que todo cambio exterior se genera desde nuestro interior y que somos nosotros los que decidimos crear desde las sombras de nuestro Ego o desde la Luz de nuestra Divinidad, ejerciendo nuestro libre albedrío, habremos iniciado un nuevo camino responsable y soberano.

Un día la Humanidad dejará de buscar culpables, para hacerse enteramente responsable de todo lo creado y por lo crear, entonces, comprenderá…

Que la felicidad está conectada a su Paz interior y que la misma existe, es una realidad que forma parte de su Ser, desde la conexión con su propia Divinidad.

Que nuestra Divinidad nada busca, pues lo es en todo, siempre existió y seguirá existiendo en la Humanidad y en toda la creación.

Sentir a Dios en el Corazón, es sentir esa pacífica armonía a pesar del caos que se deba atravesar, sean enfermedades, problemas económicos, de convivencia familiar o de amistades, siempre se puede conectar a esa Fuente de Paz y armonía que logra centrarnos y encontrar las respuestas que necesitamos para cada inconveniente que aflore en nuestro sendero de vida.



Dios está en mí.

Dios está en ti.

Dios está en Todos y en Todo.

Somos Unidad desde nuestro mismo Origen… Dios.

Así es!!!



Los Amo!!!

Con Amor Ashamel Lemagsa.






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