jueves, 4 de octubre de 2018

¿Timidez?… o ¿Ansiedad Social?


Muchas personas pueden parecer tímidas, introvertidas o relativamente antisociales, en una primera impresión. Normalmente evitan la mirada a los ojos y hablan poco o en un tono muy bajo, evitando de esta manera ser el centro de la atención. Este cuadro de Ansiedad Social no es una debilidad o una característica de la personalidad. Es un Trastorno de Ansiedad y como tal, afecta la conducta, pensamientos y sentimientos. Es un trastorno muy frecuente, ocupando entre el 2° y 3° lugar en relación con el alcoholismo y la depresión. Las estadísticas indican que 13 de cada 100 personas sufren de este trastorno, en una proporción mayor de hombres que de mujeres.


Cuando hablamos de Trastorno de Ansiedad Social, nos estamos refiriendo a un cuadro que se caracteriza por un temor excesivo e irracional ante la posibilidad de sentirse evaluado negativamente por los otros en situaciones sociales.


Contenido
1 Cuándo aparece la ansiedad
2 Consecuencias de la ansiedad social
3 La evitación debida a la ansiedad social

Cuándo aparece la ansiedad

La ansiedad se presenta ante ciertas situaciones bien definidas. Algunos sienten un miedo intenso, solamente ante una determinada situación; como por ejemplo hablar en público. En otros, la ansiedad hace su aparición ante diversas situaciones en las que temen que su actuación o desempeño pueda llegar a ser inadecuado o ridículo, como por ejemplo: ir a una fiesta, comer o beber en lugares públicos, rendir un examen oral y relacionarse con personas del sexo opuesto.

En general las personas que padecen este trastorno suelen ponerse anormalmente ansiosos cuando hablan con jefes o personas que para ellos pueden representar la autoridad, llegando hasta el punto de rechazar ascensos u otros reconocimientos, si esto implicara una mayor exposición a la situación que les provoca ansiedad; como por ejemplo tener bajo su responsabilidad un grupo de personas a quienes supervisar.

Estas personas tienden a subestimar sus propias capacidades y cualidades y magnificar la habilidad social o personal de los otros. Habitualmente presentan dificultades para iniciar o mantener amistades, por lo que carecen o tienen un circulo restringido de amigos y conocidos, al margen de sus parientes próximos.

Con frecuencia, debido a la excesiva ansiedad previa (ansiedad anticipatoria), deciden a último momento no concurrir a reuniones o compromisos sociales para evitar la incomodidad que les pudiera provocar, siendo expertos en encontrar excusas (las cuales la familia suele hacerse cargo de transmitir), ocasionando enojo e incomprensión.

En situaciones formales estas personas suelen ponerse ansiosos e hipercríticos pensando por ejemplo ¿Que estará pensando esa persona de mí? o ¿Que se supone que debo decir después?.

Consecuencias de la ansiedad social

Los niveles de ansiedad experimentados en dichas situaciones, pueden provocar el olvido de una serie de pensamientos (mente en blanco), ensalada de palabras, responder con monosílabos, comenzar a reír o quedarse mudos en momentos inapropiados. Esto se debe a que estas personas tienen una predisposición para cambiar la dirección de la atención hacia los otros y la situación, en lugar de dirigirla hacia sus propios sentimientos. Las personas que sufren de Ansiedad Social tratan de evitar el riesgo de exponerse cada vez que les sea posible.


Ante la extrema ansiedad que disparan estas situaciones se desencadenan una serie de síntomas físicos tales como: rubor o ponerse colorado, transpiración excesiva, temblor, taquicardia, contracciones musculares, náuseas o molestias gastrointestinales, opresión estomacal, debilidad en las piernas, deseos frecuentes de orinar.

La persona reconoce la irracionalidad de lo que le pasa y tiene dos alternativas:
La evitación debida a la ansiedad social
La afrontación de la situación es su gran dificultad

El núcleo familiar se encuentra inevitablemente involucrado. Con frecuencia se ve en la obligación de dar la cara, para excusar las ausencias de último momento del familiar afectado o acompañarlo, actuando como elemento contrafóbico. Al desconocer el problema, con frecuencia la familia actúa con hostilidad, presionando al familiar enfermo a enfrentar la situación temida, tildándolo de flojo o miedoso, lo cual empeora la situación.

Este trastorno trae aparejado como principales complicaciones asociadas el abuso de alcohol, drogas, psicofármacos y depresión. Desempleo laboral, menor educación, déficit social, mayor dependencia económica, dificultades para formar pareja y eventualmente mantenerse en el matrimonio.

Se desprende de esto, el modo en que este trastorno empobrece la calidad de vida de las personas afectadas; y sin tratamiento puede llegar a convertirse en una enfermedad invalidante.

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