domingo, 14 de octubre de 2018

¿Qué es la disforia post-coital?


En general, hay una tendencia contemporánea de huir de aquellos sentimientos desagradables, reprimiendo en muchas ocasiones nuestras emociones. Pero la tristeza también es necesaria. Nos exigimos ser felices y estamos perdiendo la capacidad para frustrarnos y entristecernos.


Es por eso por lo que la tristeza tras el sexo nos sorprende. La actividad sexual es considerada por la gran mayoría de las personas como una actividad deseada y placentera. Aun así, para algunas personas ocurre todo lo contrario y les surgen sensaciones de malestar tras el acto sexual.

Esta desolación se produce independientemente del grado de satisfacción de la relación sexual, ya que puede ser completamente placentera y anhelada por la persona que la padece. La pueden sufrir tanto hombres como mujeres y es independiente de la edad. Aunque se la llama “depresión”, es en realidad un sentimiento de tristeza y desolación que suele desaparecer en minutos y, muy raramente, se prolonga en el tiempo.
Posibles causas de la disforia

Aunque no se saben sus causas, los expertos tienen dos posibles hipótesis para explicarla, la primera es que se relaciona esta depresión después del coito con la actividad de la amígdala. Esta es una glándula cuya función es regular emociones como el miedo, la angustia o la ansiedad. Durante el sexo esta glándula deja de funcionar, una vez liberado el orgasmo, la glándula vuelve a activarse, y parece que este funcionamiento repentino de la amígdala hace que se experimente dicha sensación de tristeza.

Otro motivo es la percepción que tenemos cada uno y una del sexo, esto quiere decir que las personas que no tienen una idea positiva del sexo son más propensas a tener este tipo de reacción. La causa es porque dentro de ellos se gesta un conflicto interno entre lo que han sentido y lo que piensan.

Este tipo de tristeza puede durar desde varios minutos a incluso varios días, dependerá de la persona y de momento que se encuentre.
Influencia de la amígdala

A partir de la teoría desarrollada por Richard Friedman (2009) estas sensaciones de abatimiento están relacionadas con la actividad de la amígdala. La amígdala es una glándula que regula emociones como el miedo o la angustia y su actividad prácticamente desaparece durante el acto sexual. Tras el orgasmo, los niveles de actividad vuelven a restablecerse y este aumento repentino de actividad podía provocar los sentimientos de tristeza y angustia. Así durante el sexo, inhibimos aquellos pensamientos que nos preocupan o causan malestar, pero tras el encuentro vuelve a funcionar para recodarnos que el problema sigue ahí. Un ejemplo, seria las parejas con problemas, que tras el sexo los problemas que se habían inhibido, vuelven a aparecer.
Teorías psicológicas

Hay teorías que explican que este sentimiento puede ser una manera inconsciente de sufrir la separación que ocurre tras la enorme unión que significa el acto sexual. Durante el sexo, las emociones y sensaciones son muy intensas y la unión es completa. Cuando la relación termina y la separación de esta idealización de la unión desaparece y entonces es cuando invaden los sentimientos de tristeza.

También existe la teoría que la disforia se produce debido a las creencias de la persona con relación al sexo. La psiquiatra Debby Herbenick lo relaciona con sentimientos confusos debido a la educación recibida, sus creencias e influencias. Si el sexo se ve como un conflicto, es más probable que suframos episodios depresivos debido a la culpabilidad que nos supone practicar el acto.


En el caso de los varones, el psiquiatra Anthony Stone lo atribuye a la ausencia de un propósito tras el encuentro sexual. Para estos hombres el fin del sexo es el orgasmo, una vez conseguido, el propósito desaparece y en su lugar se queda una sensación de vacío.
¿Se puede solucionar la disforia?

Aunque cada caso es único y siempre es recomendable visitar a un terapeuta, se pueden tomar una serie de medidas generales para que esta tristeza afecte lo menos posible a nuestras relaciones íntimas.
Caricias

Una vez terminado el sexo es importante dedicar unos minutos a la pareja, se trata de un momento más afectivo, con caricias y besos.
Dormir

Se puede aprovechar para dormir abrazado a la persona que tienes al lado, eso nos hace sentirnos amados y nuestra autoestima se verá aumentada.
Charlar

Una vez relajados, se puede conversar tranquilamente con tu pareja, así será más difícil caer en pensamientos negativos.

La idea es fomentar los vínculos con nuestra pareja tras la relación sexual y no sentirnos mal si aparece. Y si el malestar es profundo o perdura en el tiempo, acudir a un buen terapeuta puede ser de gran ayuda. Pueden existir factores más profundos, como el abuso infantil u otros traumas, que propiciarían esta disforia y se deberían de trabajar en terapia.

Referencias

Herbenick, D., Reece, M., Sanders, SA, Schick, V., Dodge, B., y Fortenberry, JD (2010). Comportamiento sexual en los Estados Unidos: resultados de una muestra probabilística nacional de hombres y mujeres de 14 a 94 años. Journal of Sexual Medicine, 7 (supl. 5), 255-265.

Herbenock, D. Sex Made Easy: Your Awkward Questions Answered – For Better, 2012. Smarter, Amazing Sex

https://www.psicoactiva.com


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