lunes, 13 de agosto de 2018

4 técnicas para autorregular las emociones


Las distintas emociones nacen por alguna razón y nunca es buena idea contenerlas por sistema, encapsularas a presión en nuestro interior, de la misma forma que no lo es entregarles el timón sin control de nuestra conducta. Hay técnicas para autorregular las emociones y que nos hacen más inteligentes en este campo.


Una de las emociones más difíciles de gestionar es la ira, por ser una de las que más energía nos aporta. Son muchas las personas en el mundo que se dejan invadir por el enfado y terminan diciendo o haciendo algo que los daña a sí mismos o daña a otros. Así mismo, el miedo a veces toma el control, generando límites que lastran nuestro crecimiento o lastran nuestra calidad de vida.

De ahí que sea tan importante conocer las técnicas para autorregular las emociones. Son métodos sencillos que nos permiten gestionar lo que sentimos, de modo que sea más fácil alcanzar un punto de equilibrio entre la contención y la expresión. Estas son cuatro de ellas.
“Quien conquista a otros es fuerte; mas quien se conquista a sí mismo es poderoso”.
-Lao Tsé-

1. Vipassana, una de las técnicas para autorregular las emociones

El vipassana es un antiquísimo método de meditación que se basa en la autoobservación. El nombre significa “ver las cosas como son”. Para las culturas de la India equivale a un medio para desarrollar “el arte de vivir”. La técnica consiste, básicamente, en dedicar tiempo a verse a uno mismo, como si se mirara desde fuera.

La idea es ir a un lugar tranquilo, cerrar los ojos y respirar profundamente. Observar la respiración. Hacernos conscientes de cómo el aire entra en el cuerpo, para salir más tarde. El siguiente paso sería repasar cada una de las zonas del cuerpo para identificar qué se siente al recorrerlas mentalmente. Lo adecuado es hacer esto todos los días, por unos minutos. Es un ejercicio que ayuda a desarrollar el autocontrol.

2. Entornos virtuales

Otra de las técnicas para autorregular las emociones es el empleo de entornos virtuales o imaginarios. Consiste en exponerte, de manera simulada, a diferentes situaciones frente a las que te sientes particularmente vulnerable. El segundo paso, será evaluarlas (tanto a las situaciones en sí como a tus sensaciones). Actualmente hay psicólogos e institutos que cuentan con la tecnología necesaria para reproducir determinadas situaciones de manera digital. Sin embargo, no es el único medio.

Cuando no se dispone de la tecnología necesaria, nada mejor que recurrir a la imaginación. Puedes dibujar o describir con palabras alguna de esas situaciones frente a las cuales sientes que no tienes control. La idea es identificar cuáles son exactamente los estímulos o los momentos que te llevan a sentirte fuera de ti. Luego, tratar de comprender esa emoción, su razón de ser y qué podría sustituirla o aminorarla.

3. Arteterapia

La arteterapia es mucho más que una moda o una de tantas tendencias. En realidad, existe desde siempre, pero solo hasta ahora se le ha dado la importancia que merece. Consiste en emplear los diferentes artes como un medio para expresar las emociones y lograr un mayor equilibrio emocional. Además, también ayuda a elaborar los conflictos psíquicos y a construir nuevos significados.

Esta es una de las más eficaces técnicas para autorregular las emociones porque, principalmente, invita a expresarlas a través de un lenguaje creativo. Este solo hecho ya implica un paso adelante. Las emociones deben pensarse y replantease para ser expresadas mediante la escritura, la pintura, las manualidades o cualquier otro vehículo que se emplee. Practicada de manera constante, nutre el autocontrol.

4. Autovaloración

La falta de control sobre las emociones muchas veces nace de la falta de auto-reconocimiento y de autovaloración. Nos sentimos tensos porque nos exigimos demasiado o porque nos castigamos por nuestros errores, en lugar de concentrarnos en los aciertos. Esa tensión hace que nos volvamos demasiado sensibles a determinados elementos, como la crítica, la diferencia o la exigencia.

Una buena idea es hacernos una evaluación concienzuda semanal o mensualmente. En este caso, no se trata de identificar en qué hemos fallado durante la última semana o el último mes, sino todo lo contrario.

El objetivo es identificar nuestros aciertos, las razones que tenemos para felicitarnos. Este simple ejercicio ayuda a que nos reconciliemos con nosotros mismos. Y reconciliarnos, nos hace más inteligentes regulando nuestras emociones.

Las técnicas para autorregular las emociones no son recetas mágicas. Sin embargo, el solo hecho de ponerlas en práctica ayuda a que se operen cambios visibles en nosotros. Así, aprender a gestionar lo que sentimos nos permitirá vivir una vida más tranquila.

Edith Sánchez

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