jueves, 9 de agosto de 2018

27 Frases de Pema Chödrön


La maestra budista Pema Chöndrön ha inspirado a millones de personas en el mundo, pero su camino no estuvo libre de obstáculos. De hecho la autora de Los lugares que te asustan también llegó a un punto de su vida en el que tocó fondo.


Nuestro equipo de Paramujeres, te trae 27 frases llenas de sabiduría y amor.

“Nunca deberías tener expectativas con respecto a los demás. Simplemente sé bondadoso con ellos.”
“La verdadera compasión no consiste en desear ayudar a aquellos que son menos afortunados que nosotros, sino en darnos cuenta de nuestro parentesco con todos los seres.”

“Hay tres venenos primordiales: la pasión, la agresión y la ignorancia.”

“El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad.”

“Nos aferramos a la esperanza, y la esperanza nos roba el momento presente.”

“El ateísmo es tomar plena conciencia de que no hay ninguna niñera con la que puedas contar. Cuando consigues un buen niñero o niñera, al poco tiempo se va. El ateísmo es darse cuenta de que no son sólo las niñeras las que vienen y van. Toda la vida es así. Ésa es la verdad, y la verdad resulta incómoda.”

“La compasión hacia los demás comienza con la bondad hacia nosotros mismos.”

“El sufrimiento empieza a disolverse cuando cuestionamos la creencia o la esperanza de que hay algún lugar donde ocultarse.”

“Tener aunque sólo sea unos segundos de duda respecto a la solidez y la verdad absoluta de nuestras opiniones, incluso el simple hecho de tomar conciencia de que tenemos opiniones, nos introduce a la posibilidad de la ausencia de ego. No tenemos que hacer desaparecer nuestras opiniones y no tenemos que criticarnos por tenerlas. Simplemente hemos de ser conscientes de lo que nos decimos a nosotros mismos y ver cuánto de ello no es más que nuestra percepción personal de la realidad, que puede ser compartida o no por los demás.”
“Solo en la medida que hemos llegado a conocer nuestro dolor personal, solo en la medida en la que nos hemos relacionado con el dolor, somos lo suficientemente intrépidos, lo suficientemente valientes y lo suficientemente guerreros para estar dispuestos a sentir el dolor de los demás. En esa misma medida estaremos dispuestos a asumir el dolor de los demás, porque habremos descubierto que su dolor y el nuestro no son diferentes.”

“Si realmente supiéramos la infelicidad que causa en este planeta nuestra evitación del dolor y nuestra búsqueda del placer, si entendiéramos que este hecho nos hace desgraciados y corta nuestra conexión con nuestro corazón y nuestra inteligencia básicos, practicaríamos la meditación como si se nos estuviera quemando el pelo.”

“Siendo bondadosos con nosotros mismos nos hacemos buenos con los demás. Siendo buenos con los demás —si lo hacemos adecuadamente, con la comprensión correcta— nosotros también nos beneficiamos.”

“Todas las cosas de nuestra vida pueden despertarnos o ponernos a dormir, y básicamente depende de nosotros dejar que nos despierten.”
“Relajarnos en el momento presente, relajarnos en la ausencia de esperanza, relajarnos en la muerte, no resistirnos al hecho de que las cosas se acaban, de que las cosas pasan, de que no tienen sustancia duradera, de que todo está cambiando constantemente: éste es el mensaje básico.”

“Cuando nos aferramos agresivamente a nuestras propias opiniones, por muy válida que sea nuestra causa, simplemente estamos añadiendo más agresión y violencia a nuestro planeta, y por tanto aumentando su dolor. Cultivar la no agresión es cultivar la paz.”

“Lo que haces por tu persona, también lo haces por los demás, y lo que haces por los demás, lo haces por ti”

“Si estás furioso, y creyendo que tienes razón expresas tu furia y culpas a todos los demás, en realidad eres tú quien sufre. Las demás personas y el entorno también sufren, pero tú sufres más, porque la furia te está comiendo por dentro, haciendo que te odies a ti mismo más y más. Expresamos estas emociones porque, paradójicamente, pensamos que eso nos producirá cierto alivio.”

“Las personas que nos resultan repelentes nos muestran sin desearlo los aspectos inaceptables de nosotros mismos, que de otro modo no podríamos ver.”
“Cuando vivimos una gran decepción, no sabemos si ahí se acaba la historia; también podría ser el principio de una gran aventura.”

“Cultivar una mente ecuánime, que no se aferra a tener razón ni a estar equivocada, te llevará a un estado de ser presidido por la frescura. La cesación última del sufrimiento procede de ese estado.”

“No nos sentamos en meditación para convertirnos en buenos meditadores, sino para estar más despiertos en nuestra vida cotidiana.”

“Sólo en la medida en que nos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemos hallar en nosotros aquello que es indestructible.”



“Tanto si hablamos de la lamentable situación mundial como de nuestra dolorosa situación personal, el dolor es un resultado del apego al ego, de querer que las cosas sean como queremos, de desear «la victoria del yo». El ego es como una habitación que es tuya, una habitación con vistas, con la temperatura, los olores y la música que te gustan. Quieres las cosas a tu manera. Te gustaría tener un poco de paz; te gustaría tener un poco de felicidad: ya sabes, «¡dejadme tranquilo un rato!». Pero cuanto más piensas de esta manera, cuanto más quieres que la vida se adapte a tus gustos, más temes a los demás, y lo que está fuera de tu habitación se hace más grande. En lugar de estar más relajado, empiezas a bajar las persianas y a cerrar la puerta. Cuando sales, la experiencia te parece cada vez más inquietante y desagradable.”

“Solo en la medida que hemos llegado a conocer nuestro dolor personal, solo en la medida en la que nos hemos relacionado con el dolor, somos lo suficientemente intrépidos, lo suficientemente valientes y lo suficientemente guerreros para estar dispuestos a sentir el dolor de los demás.”

“Tenemos que dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo renunciar a toda esperanza de resultados.”

“Estamos muy acostumbrados a huir de la incomodidad y somos muy predecibles. Si algo nos disgusta, golpeamos a alguien o nos castigamos a nosotros mismos. Queremos sentir seguridad y algún tipo de certeza, cuando en realidad no tenemos lugar donde apoyar los pies.”

“Cuando nos aferramos agresivamente a nuestras propias opiniones, por muy válida que sea nuestra causa, simplemente estamos añadiendo más agresión y violencia a nuestro planeta, y por tanto aumentando su dolor. Cultivar la no agresión es cultivar la paz.”

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