lunes, 11 de junio de 2018

Orgullo: ¿Cómo puede afectar a nuestras relaciones?



“Un hombre orgulloso siempre mira hacia abajo -con desdén- a las cosas y a las personas; y por supuesto, cuando estás mirando hacia abajo, no puedes ver lo que está encima de ti.” C.S. Lewis.

La sana autoestima incluye el reconocimiento de nuestras virtudes y defectos, esto implica humildad y es un antídoto poderoso contra el pernicioso orgullo; aceptarse y confrontarse a uno mismo, sin maquillajes, filtros ni retoques, es un acto que nos exige ser valientes y salir de nuestra zona de confort.


Aceptarnos implica conocer nuestro lado luminoso y nuestra parte de sombra, es un acto de madurez, que nos puede ayudar a evitar que relaciones que son importantes para nosotros se fracturen por este motivo. El “Amor”, decía el Dr. Fromm, “es la única respuesta satisfactoria a la existencia humana”. Sin embargo, muchos de nosotros no podemos desarrollar nuestras capacidades para amar en el único nivel que realmente cuenta el amor, pues éste implica madurez, autoconocimiento y coraje.


Contenido [esconder]
1 ¿Estás educando a tus hijos como ciudadanos globales por la paz o como tiranos?
2 ¿Qué es el orgullo?
3 ¿Cómo tratar a una persona orgullosa para no desgastar la relación?
4 Humildad Vs. Orgullo
¿Estás educando a tus hijos como ciudadanos globales por la paz o como tiranos?

Las preocupaciones existenciales de los niños pueden ser muchas, aunadas a las de los padres o tutores; por tanto, es conveniente que se les oriente para que construyan un autoconceptosaludable, en el cual puedan ser capaces de reconocer tanto sus áreas de oportunidad como sus virtudes, hay que procurar que esas cualidades sean para su beneficio y el de la sociedad, no sólo para ufanarse por ser superiores, el orgullo también es aprendido; ¿Sabes poner límites a tus hijos? Muchos padres tienden a minimizar las debilidades de sus hijos y a exaltar de manera exorbitante los logros, consiguiendo así hinchar el ego de manera, que pudiera tender a ser un hijo tirano.

“La Tierra es nuestro hogar… Es un pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de un lugar del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra parte del punto. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, fervientes son sus odios. Nuestros posicionamientos, nuestra supuesta importancia, el espejismo de que ocupamos una posición privilegiada en el universo… no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Dependemos sólo de nosotros mismos… Para mí, recalca la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que hemos conocido. (Carl Sagan, 1996).


Se necesita que los individuos vayan más allá de sus intereses, los enfoques centrados en la persona procuran coadyuvar a desarrollar las potencialidades y para esto se requiere pasar por un continuo proceso de nuevos inicios, dar a luz a otra persona, una versión diferente y mejor de nosotros mismos.
¿Qué es el orgullo?

Es una autovaloración en donde la persona se considera que está por encima de los demás, en alguno o varios aspectos, lo cual le da cierto aire de ser soberbia, arrogante y altiva; afectando así la calidad de sus interacciones sociales. Apegándome a la filología del vocablo, no puede haber algo tal como orgullo sano, pues esto sería una falacia en sí misma.

Es muy diferente el sentimiento de satisfacción y alegría que experimentamos cuando logramos un sueño que creímos quimérico, una meta que pensamos inalcanzable o por la cual luchamos arduamente; esta dicha puede ser hacia algo propio o cercano y se considera loable en algún sentido, como cuando un hijo logra algún reconocimiento por destacarse en un área en la que sabes, que fue un reto para todos, incluso para ti como padre o madre.

Celebrar tus éxitos y los de los demás con personas que aprecias, saber recibir cumplidos y reconocimientos cuando la ocasión lo amerita es algo sano, una manera de reforzar conductas positivas y funge como motivación para alcanzar tus metas. Es natural sentir alegría por nuestros logros y querer compartir, después de todo el hombre es un ser social, tanto el altruismo como el egoísmo son procesos comunes en él.
¿Cómo tratar a una persona orgullosa para no desgastar la relación?

Si te ves obligado a convivir con una persona orgullosa, es importante que conozcas algunas claves, para que la relación que lleves con él, sea lo más cordial; especialmente si es una figura de autoridad ineludible, de esta manera podrás lograr establecer más empatía con ella, llegar a efectivas soluciones, diálogos y negociaciones, pues puede ser incluso la típica persona autoritaria, por lo que es preciso llegar a él por el canal adecuado, para que no se activen sus defensas y termines siendo incluso atacado con algún comentario hiriente. Para ello, es importante que establezcas tus límites de manera diplomática y aprendas a respirar y a contar hasta 10.

El espacio personal es algo que debe ser respetado con las personas que tienden a ser altivas, de otra manera se pueden presentar problemas en la relaciones con ellos. Sobrepasar los límites de distancia personal causa una respuesta de defensa en el cerebro, incluye dos áreas que responden a los elementos que se aproximan demasiado: la corteza premotora en el lóbulo frontal y la corteza parietal, por eso cuando alguien o algo se aproxima demasiado hay una respuesta instintiva que se da de manera automática. Los científicos explican que la invasión del espacio personal, produce una respuesta de defensa en el cerebro, por lo que las personas pueden sentirse incómodas y en el caso de la persona orgullosa, lo tienden a considerar incluso como una agresión, si no es una persona cercana a ellos.

Respetar el espacio de las personas ayuda a establecer límites personales sanos. El antropólogo Edward Hall identificó distintas “esferas” para describir esa zona alrededor de una persona, esa distancia oscila entre unos 50 centímetros aproximadamente y es frecuente para personas cercanas y amigos con los que se está en concordia; existen diferentes variables que influyen en cuanto a la flexibilidad de nuestro espacio personal.


Es pertinente hacer respetar y valer nuestros derechos de manera asertiva, para indicar al otro cuándo algo ha herido nuestros sentimientos y necesitamos distanciarnos un poco. Pues como bien lo dijo el ilustre indígena zapoteca mexicano, Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, este abogado fue presidente del país, realizando en él importantes reformas para bien.

Tenemos que conocernos y examinar nuestras actitudes, para hacernos respetar, para indicar a los demás con asertividad y diplomacia cuando no estamos de acuerdo, cuando nos sentimos incómodos, y necesitamos cambiar de postura, de ubicación o incluso tomar tiempo y distancia. Puedes hacer el Test de autoconocimiento para averiguar un poco más acerca de la persona más importante en tu vida: ¡Tú!

No tienes que tolerar un comportamiento agresivo hacia tu persona constantemente, por eso es importante marcar límites con amabilidad desde el principio.

Evita confrontaciones cuando la persona se encuentra en un estado alterado en donde no entrará en razones, tenemos que promover una cultura más colaborativa y menos competitiva, no siempre tenemos que ganar las discusiones, tener armonía y paz en nuestras relaciones sociales, se traducirá en bienestar para nosotros. Hablando laboral y académicamente en una mayor productividad, sinergia grupal y logros.

El egoísmo se va reforzando con las experiencias no tan gratas de la vida, sin embargo éste tiende a escindir como una espada de doble filo. A muchas de éstas personas les cuesta mucho trabajo expresar su agradecimiento, incluso cuando lo sienten. Por eso no te desanimes, ni te lo tomes de manera personal, tiene más que ver con una incapacidad de ellos, que puede ser superada a través de la humildad y el trabajo personal.


Con este tipo de personas “lograrás más con miel que con hiel”, hablar con respeto, ser tolerantes y generosos puede hacer que reevalúe sus actitudes para contigo y cambie por una disposición más favorable hacia ti. Al ser personas que generalmente les gusta mantener el control, toma en cuenta pedirle su opinión, esto ayudará a eliminar algunas de sus defensas y podrán avanzar más hacia sus metas, ya sean familiares, académicas o laborales.

Muchas veces detrás de una armadura de orgullo y soberbia, se esconden inseguridades y miedos, las personas que tienen ésta característica se tratan de proteger con una armadura que les da aires de superioridad, imponiendo, para ellos mismos y para los demás rígidas normas que consideran que son las más correctas o que están por encima de los que le rodean. Con éstas barreras, la persona orgullosa trata de enmascarar su propia vulnerabilidad.

Sin embargo, algo que debes tener muy claro, para tratar de comprender a ese fatuo ser que a veces te atormenta y te puede sacar de tus cabales, es que detrás de esa armadura de orgullo y soberbia, se esconden inseguridades, traumas y miedos; las personas que tienen esta característica se tratan de proteger a sí mismas con una coraza, muchos de ellos fueron maltratados o abusados, incluso desde su infancia, en una o más formas, por eso aprendieron a responder actuando en ocasiones con sus mecanismos de defensa más primitivos, como la negación, por ejemplo.

Cuando logran reconocer que cometieron algún error, en ocasiones su soberbia les impide pedir disculpas, lo cual se deriva en un retraimiento que puede concluir en aislamiento y soledad -de la que no se disfruta demasiado-, fracturando y desgastando relaciones que eran importantes por “no querer dar su brazo a torcer y parecer débiles”, pues no se permiten mostrarse vulnerables en ocasiones.

Por esos aires de superioridad característicos, tratan de imponer y de ejercer control, para ellos mismos y para los demás imponiendo lo que consideran que es lo más conveniente.

Perdiendo así la oportunidad de llegar a soluciones efectivas, de sentirse bien y de establecer relaciones sanas.
Humildad Vs. Orgullo

El orgullo puede destruir o desgastar relaciones, la humildad puede ser el antídoto, promueve la armonía reparadora.

Tenemos que tratar de ser flexibles en todos los sentidos, para promover relaciones basadas en el respeto y la armonía, no permitir que las emociones exaltadas den lugar a roces innecesarios. Es conveniente tratar de racionalizar las consecuencias de actuar de manera impulsiva.


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El orgullo se convierte en algo muy tóxico cuando es excesivo, buscar el equilibrio, siempre es lo más aconsejable para nuestro bienestar biopsicosocial. Pues da una incapacidad a la persona para reconocer sus propios errores o para admitirlos.

Cuando las personas que se esconden detrás de la armadura del orgullo deciden salir de esa incómoda y rígida zona, en la cual han creado confort, es cuando pueden desarrollar relaciones más satisfactorias y felices.

Si a causa de tu orgullo se han desgastado o destruido relaciones que eran importantes para ti, trata de mantenerte más atento a tus acciones, en este preciso momento pudieras estar justo a tiempo de sanar una relación con alguien que valoras. Si te muestras más abierto, tratas de ser tolerante con los demás y de respetar sus ideas, usos y costumbres.

Resulta muy sanador para estas personas realizar un proceso terapéutico, para derribar esas barreras que les impiden disfrutar de muchos gratos momentos, mediante el ejercicio de la voluntad, psicoeducación y constancia, puedes aprender a responder de una manera en donde tus relaciones no se vean afectadas de manera negativa.

Si tienes un problema con el orgullo, los psicólogos te pueden ayudar a salir de esa rígida armadura, que termina siendo una cárcel y el cuerpo con los años tiende a asumir las consecuencias. Puedes liberarte de esa pesada carga e incluso perdonar a la persona que te ha tiranizado más durante toda tu vida: ¡Tú mismo! Cuando reconocemos nuestras debilidades estamos mostrando fortaleza y es cuando las personas nos pueden ayudar. Recuerda que el postulado délfico citaba: “Conócete a ti mismo”.

Sea cual sea la situación, tenemos que observar nuestro interior con la mayor objetividad posible, con amor y sobre todo mucha paciencia, para ser capaces de descubrir la carga de pasado que no fuimos capaces de dejar ir, la que nos impide avanzar. Sí mejoras éste aspecto puedes generar y aprovechar las oportunidades que la vida y la convivencia armónica te pueden brindar, pues hay riqueza en la diversidad.


Referencias bibliográficas
Rogers, Carl. El poder de la persona, (1980). México. Ed. Manual Moderno.
Fromm, Erich. The Art of Loving (1956). U.S.A. Ed. Bantam Books.
Eisler, Riane. Placer Sagrado, Vol. II, (1998). Chile. Cuatro Vientos Editorial.
https://www.psicoactiva.com


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