lunes, 25 de junio de 2018

Neurociencias en la lucha contra el dolor crónico.



El dolor crónico puede implicar una pérdida significativa en la calidad de vida para la persona, al ser un padecimiento que per se resulta un embalaje extra afecta los distintos ámbitos en los que se desenvuelve la persona, como las relaciones interpersonales, el desempeño académico, en el trabajo representa una importante causa de bajas laborales, impactando en las finanzas, pues el tratamiento integral del dolor crónico en sí supone grandes costos, pueden ser incluso mayores a los de otros padecimientos que presente el paciente.


Contenido:
1 Estudios sobre el dolor y su génesis
2 Dolor crónico y sensibilización central (SC)
3 Un padecimiento a parte: Dolor crónico


Estudios sobre el dolor y su génesis

Min Zuho (2018), en un estudio realizado en la Universidad de Medicina de Toronto, Canadá, afirmó que: “Cuando los médicos no pueden encontrar aquello que genera el dolor, creen que el paciente está inventando”, aunado a que muchas enfermedades con las que se asocia el dolor crónico presentan modulación de síntomas por movimiento, de manera que el paciente puede estar experimentando mucho dolor, sin embargo, cuando llega al médico a veces el dolor puede disminuir o incluso desaparecer, gracias al movimiento como sucede con la fibromialgia y la espondilitis anquilosante.

Min Zuho realizó experimentos con ratones y ratas, descubrió que el lóbulo frontal del cerebro está involucrado en la transmisión del dolor a la columna vertebral, afirmó: “Cuando tienes una ansiedad desmesurada, se liberan neurotransmisores que terminan causando dolor en la columna vertebral, puede comenzar a tratar sensaciones ordinarias como dolorosas”, deduce que esto puede explicar que el sufrimiento emocional ocasione físicamente dolor, una persona que tiene mucha angustia puede manifestar dolor en el pecho de manera intensa, por ejemplo.
Dolor crónico y sensibilización central (SC)

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), lo describe como una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial”. Contribuye a la transformación de información sensorial en impulsos eléctricos, a menudo la sensación dolorosa perdura más allá de su causa. El dolor crónico es el que de manera latente o persistente se manifiesta por más de tres meses.

Las vías de transmisión se pueden sensibilizar de manera que ocasionan que se siga produciendo dolor, numerosas pruebas de carácter experimental demuestran que un estímulo doloroso de gran intensidad puede ser motivo de una serie de alteraciones funcionales y anatómicas del sistema nervioso central (SNC).

Otra enfermedad “invisible”: Dolor Crónico

¿Te han dicho que el dolor físico que verdaderamente experimentas es psicológico porque no pudieron detectar su procedencia? El dolor es importante y debe tomarse en cuenta para su óptimo manejo, en el caso del dolor crónico, los cuadros álgicos no son cuestión psicológica únicamente en la mayoría de los casos, cuando el paciente experimenta dolor, las pruebas en neuroimagen muestran cómo se modifica la forma en la que se gestiona y procesa la información sensorial periférica.

En la mayoría de los dolores que perduran a través de mucho tiempo, coexiste la sensibilización central (SC), caracterizada por la presencia de dolor espontáneo o persistente, propagación de las regiones afectadas y trastornos sensoriales cualitativos como la hiperalgesia y la alodinia. Hiperalgesia es una percepción del dolor amplificada ante determinados estímulos frente a un estímulo doloroso. La alodinia implica una respuesta de dolor ante ciertos estímulos que en condiciones normales no son dolorosos.


¿Qué memorias de dolor guardaste en tu cuerpo? El dolor crónico es una memoria que perduratras una lesión o sin ella, la sensibilización central (SC) puede intensificar el dolor, incluso cuando no hay daño en tejidos. El hecho de que el dolor sea regulado por el cerebro, no significa que el dolor sea “psicológico”, el dolor crónico es real y experimentado por el paciente, representa un derecho (Organización Mundial de la Salud, 2017) y debe ser atendido.

Recordemos que el cerebro es como la gran central de comando, lo que ocurre ahí tiene repercusiones en aspectos somáticos. Muchas personas han muerto padeciendo un terrible dolor crónico, generalmente asociado a otros padecimientos, pero no sólo con un malestar terrible en sus cuerpos, también estuvieron inmersos mucho tiempo en confusión y gran sufrimiento emocional, que los condujo a conductas irresponsables con su salud y algunos de ellos terminaron en suicidio.

La depresión es la psicopatología con mayor prevalencia entre la población de pacientes con dolor crónico, ambos padecimientos deben ser tratados, pues juntos pueden incapacitar a la persona, aun cuando ésta sea potencialmente capaz de realizar muchas actividades con éxito. Cuando experimentas dolor intensamente, es natural experimentar ansiedad, tristeza, irritabilidad, ira y hasta agresividad (Fishman, 2000), es común sentirse confundido, especialmente cuando aún los expertos no te pueden ofrecer aún algo que lo alivie por completo el dolor.

Si alguien que aprecias o tú mismo te has sentido así durante mucho tiempo, quiero decirte que no tienes que tratar de llevar esta carga sólo, investigaciones recientes muestran que es posible reducir la percepción del dolor incidiendo sobre factores psicológicos, si te has sentido así durante mucho tiempo, tal vez sea momento de buscar ayuda psicológica, la falta de regulación emocional, la ansiedad patológica y demasiado estrés puede exacerbar el dolor, trabajar en la gestión de aspectos psicológicos de tu persona puede procurarte mayor calidad de vida.

“A pesar de que el mundo está lleno de sufrimiento, también está lleno de personas valientes que están superándolo”. Hellen Keller
Un padecimiento a parte: Dolor crónico

Existen diversas clasificaciones del dolor crónico, de acuerdo a diferentes criterios clínicos. El dolor crónico tiene comorbilidad con muchos padecimientos que también están incrementando globalmente, por ello la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha catalogado al dolor crónico como una enfermedad por sí mismo y su tratamiento representa un derecho humano (2017); sin embargo, la salud es responsabilidad de cada individuo, cuando se busca mejorar la condición de vida, es necesario hacer lo posible de acuerdo a las facultades y en la medida de los recursos disponibles.

En la práctica clínica valoramos la intensidad sensorial actual y a través del tiempo, así como la intensidad afectiva, pues están correlacionadas. Por ello, las neurociencias demuestran que para poder ofrecer al paciente una mejor calidad de vida, es preciso dar tratamiento al cuerpo y a la mente, pues las estrategias de afrontamiento para el dolor que emplee el paciente, pueden marcar el curso, la evolución y el mantenimiento del dolor.


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Links
doi:10.1038/srep19615
doi:10.5665/sleep.5158
http://www.redalyc.org/html/970/97017363002/
https://www.nature.com/articles/s41467-018-04309-2
https://neurosciencenews.com/frontal-lobe-chronic-pain-9148/
http://mh.bmj.com/content/early/2016/12/09/medhum-2016-011047
https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S1526590004006650
https://www.jpain.org/article/S1526-5900(04)00665-0/fulltext
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15162342
https://neurosciencenews.com/dbs-vta-pain-3967/

https://www.psicoactiva.com

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