sábado, 2 de junio de 2018

El Pensamiento es Energía.



Cuando venimos a este mundo como niños inocentes se nos enseña a que los adultos siempre tienen razón, los vemos grandes y con conocimientos que nos van pasando a medida que vamos creciendo y aceptamos todo lo que nos dicen y nos enseñan, sin dudar de su saber. Además de transmitirnos cosas con palabras, también aprendemos de su comportimiento y de sus emociones. Cuando no estamos de acuerdo con algún hecho o actitud y reclamamos, somos castigados, muchas veces “sutilmente”, vemos como los rostros pasan de sonrientes a enojados, las palabras se tornan escasas y cortantes y aparece la respuesta del “silencio”, eso nos demuestra que hemos hecho algo mal, asi que para complacer a los demás nos vamos adaptando a la manera de vivir que nos van programando.

Si hacemos o decimos algo que esperan de nosotros somos recompensados y sino somos castigados. Luego en la escuela pasa algo parecido, si tengo una manera de ser que no encaja con el gusto del docente, se hará inmediatamente un pre-juicio de mí, ni hablar si cuestiono cosas en alguna materia, obviamente mis notas reflejarán mi comportamiento. Así nos van llevando por un camino donde todo está estipulado, un camino que hay que seguir para sentirnos parte de la familia, del grupo, de la sociedad, del mundo…

A medida que pasa el tiempo nos vamos adaptando a todo, ya no pensamos por nosotros mismos, ya no somos nosotros mismos, hemos sido programados.

Se nos impone una religión o una creencia, se nos hace temer a Dios, que por un lado nos ama incondicionalmente y por otro nos castiga de la forma más cruel. Y llega un momento en que ya no nos asombra la miseria, la corrupción, la mentira, la desunión, las guerras, llega un momento en que ya no puedo ponerme en el lugar del otro porque primero debo ocuparme de mí, miro en la televisión los niños desnutridos, los desastres naturales, la muerte en las guerras y es como si no lo viera, a los dos minutos cambio de canal y ya no está más en mi mente, creemos que, como no nos pasa a nosotros no nos afecta. Lo que no sabemos es que sí nos pasa a nosotros.

Dejamos que los que dirigen nuestro país lo hagan a costa de nuestro sacrificio, nos mantienen sobreviviendo para que no podamos pensar en otra cosa, pero somos nosotros quienes los ponemos ahí, somos nosotros responsables de cada cosa que nos pasa, pero estamos acostumbrados a que nos digan lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pensar, lo que tenemos que sentir, no nos damos cuenta que somos como las ovejas que siguen al rebaño aunque se dirijan al matadero. Vemos la realidad que los demás quieren que veamos.

Nuestros pensamientos no son necesariamente nuestros pensamientos, sino pensamientos implantados. Si estamos limitados por un sistema de creencias, especialmente un sistema de creencias religiosas, entonces no podemos dar el siguiente paso y ese paso es el que nos llevará a encontrar nuestro camino.

No somos el cuerpo que tenenos, somos consciencia, consciencia que está conectada a un océano de consciencia, no somos pequeños, tal vez te percibas a ti mismo como la gota del océano, pero si pones la gota en ese océano ya no habrá un punto donde termina la gota y comienza el océano. La gota es el océano y el océano la gota. Somos todos una consciencia infinita.

Si cambiáramos la famosa frase “ver para creer” por “creer para ver” notaremos que iremos avanzando considerablemente. No se trata de creer en los demás, se trata de creer en uno mismo, creer en lo que consideramos que es imposible, creer en que hay una respuesta verdadera a mis preguntas, creer en una infinidad de posibilidades y no sólo en un hecho por la única razón de que así lo veo. Se trata de ampliar la visión, considerando que los cinco sentidos no son suficiente para ver.

Se nos ha implantado una forma de identificarnos con el cuerpo físico y lo que ésto hace es que limita la visión y perspectiva de la consciencia e identificamos lo que somos con este mundo físico, y así lo único que podemos hacer es percibir la realidad de los cinco sentidos.

Hay otra realidad que no está afuera, otra realidad que nos grita desde adentro, que somos capaces de escuchar muchas veces cuando nos preguntamos ¿Hacia dónde voy? o cuando pensamos “debe haber algo más” . ¿Te has dado cuenta que la respuesta no está afuera y que nadie la tiene? Queremos que las cosas sean diferentes pero no sabemos qué hacer ¿Por qué? Porque no buscamos nuestra propia respuesta, la que está dentro nuestro, esa lucesita que quiere asomar es ignorada porque no estamos acostumbrados a prestarle atención, nadie nos ha enseñado, la estamos limitando con nuestra manera de pensar y la forma en que vemos la realidad, dos cosas que nos han implantado desde siempre.

Todo eso y mucho más es lo que debemos cambiar, si tienes miedo ¿cómo vas a avanzar? Si sientes que estás sólo en tu lucha ¿qué puedes hacer? Si tienes preguntas sin respuestas ¿dónde buscar? ¿Por qué seguimos igual cuándo vemos que las cosas no están bien? ¿Por qué te resignas a aquello que no te hace sentir como quisieras?

¿ Cómo, qué, por qué, dónde ? Preguntáte a ti mismo. Conócete, deja que tu corazón te guie.

Hay que darse cuenta que vamos por el camino equivocado, nos estamos destruyendo unos a otros y no nos damos cuenta.

En todas partes del mundo hay gente como tú, con problemas, desilusiones, penas, alegrias, fracasos, sufrimientos, placeres, soledad, etc. y también condicionados por una forma de “ver” la realidad que les han ido enseñando.

No soy “yo” o “ellos” somos “nosotros, todos”, somos “uno”, no estamos separados de nadie ni de nada, muy por el contrario, estamos conectados con todo y con todos. Lo que le pasa al otro le pasa a uno.

EL amor es el único camino para remediar la idea de separación que tenemos porque vibra a la mayor frecuencia posible y necesitamos elevar nuestra frecuencia para poder ver la otra realidad, la que se nos oculta, “la única verdad”. Debemos comprender que nadie puede salvarse a costa del otro o ignorando al otro, en este trayecto o nos salvamos todos o nos hundimos todos.

La Nueva Mente significa romper estructuras de pensamiento, ser libres en conjunto con nuestra mente y nuestro corazón, sembrar la semilla del cambio para ser lo que realmente somos, un espíritu puro de amor que habita en un cuerpo limitado. Somos una consciencia que es infinita y que nos pertenece a todos y donde todos somos parte de ella.

Cambiemos la frecuencia y veremos que no estamos solos, que no hay nada que temer, que somos responsables de todo lo que nos pasa y somos responsables de cuidarnos unos a otros, es la única manera de despertar. El amor es la única verdad, donde hay amor no hay miedo, no hay sombras, no hay error.

Comienza a pensar por tí mismo, sólo hace falta que te escuches, que dudes, que preguntes, que investigues y que encuentres tus propias respuestas, lo que ves afuera es una ilusión, la verdad la tienes tú, ¿qué esperas? Búscala y la encontrarás, está allí esperando por tí. 


FUENTE LILY

https://espadadeluzentuhonor.wordpress.com

   
                                 

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