sábado, 30 de junio de 2018

Tómate el debido tiempo para sanar…




En la vida solemos afrontar distintas situaciones, de alguna manera para eso es la vida, para experimentar, conocer, comprender y enfrentar los obstáculos, caemos y aprendemos a levantarnos y continuar, nos topamos con afines y con relaciones tormentosas, almacenamos heridas y recuerdos…


En ese camino sufrimos perdidas, rupturas, separaciones, distanciamientos, además de todos los beneficios, logros y éxitos que forman parte de nuestro camino, sin embargo, son esos recuerdos tristes y dolorosos, los que se arraigan con mayor fuerza y quizás por más tiempo en nuestra alma.


No elegimos sufrir…

Sufrir una pena en nuestra existencia, es más común de lo que parece y en muchas oportunidades, no nos damos el espacio para sanar nuestras heridas, sino que por valentía o por buena voluntad, nos levantamos de manera inmediata y seguimos adelante, en esta misión de lucha que tenemos en la vida.

No es nuestra elección sufrir, en la mayoría de los casos, simplemente las cosas ocurren, la fatalidad, los malestares y los sin sabores aparecen en nuestra vida sin avisar y en muchos casos solo nos queda tratar de comprender y aceptar.

Por supuesto, que no está mal tener la voluntad y la entereza para levantarnos y seguir adelante tras una caída que sufrimos, pero de alguna manera debemos tomarnos un espacio para estar realmente sanos, para pasar ese proceso de superar el dolor que sufrimos, el sufrimiento y la tristeza, cualquiera haya sido la causa de lo que nos haya sucedido.

Sanar es un proceso…

Más que quedarnos ensimismados en la situación, es un tema de procesar, de entender y sobretodo aceptar lo ocurrido, para que pueda pasar a formar parte de buena manera de nuestro pasado, de lo contrario quedará una espina, una abertura, una grieta, una herida constantemente sangrando en nuestro interior, por no haber tenido un tiempo para sanar y regenerarse.

Las etapas de ese proceso dependerá de nosotros, cada quien tiene un ritmo distinto y es sabio respetar estos tiempos, sin necesidad de forzar nada, todo debe fluir con sencillez pues sólo la hartura sanará la herida y esto solo ocurre viviendo el dolor y asimilando la separación.


Tiempo para sanar…

Siempre tómate un tiempo para sanar, respeta y vive tu dolor, entiende que eres un ser humano y que está bien sentirse mal y que con esa misma aceptación, podrás levantarte verdaderamente sana y continuar tu camino.

El tiempo sana las heridas, dicen por allí, y debe tener su certeza pues solo al pasar el tiempo podemos mirar hacia atrás y darnos cuenta de lo que hemos podido superar, en muchas ocasiones ni siquiera sabemos hasta donde somos capaces de tolerar y hasta que punto soportamos el dolor, solo nos percatamos hasta que lo vivimos, por ello dar cabida al paso del tiempo para recuperarnos es la oportunidad de no dejar huella sin saldar, para que no se abran viejas heridas…

RINCON DEL TIBET


QUÉ HACER ANTE UNA PERSONA TÓXICA.


“Las personas tóxicas se adhieren como bloques de hormigón atados a sus tobillos, y luego invitan a nadar en sus aguas envenenadas”.
-John Mark Green-

Así, ya sea a través de la negatividad, la crueldad o el victimismo (entre otras estrategias),las personas tóxicas provocan en el cerebro de los demás un estado de estrés que requiere de una gestión emocional inteligente para desaparecer.
La clave para actuar de manera inteligente ante comportamiento tóxicos es cultivar la capacidad de manejar tus emociones y de mantener la calma bajo presión. De hecho, una de las mayores cualidades de las personas que saben gestionar el estrés es su capacidad de neutralizar a los efectos de las personas tóxicas.

La gente tóxica no lleva un distintivo que permita identificarla. Sin embargo, todos sabemos bien quiénes a nuestro alrededor son una fuente de conflictos y malestar. Sabemos el daño que pueden llegar a causar. También sabemos por dónde nos atacan. Sabes quién te busca, y sabes también que te encuentra. Y cuando te encuentra, ahí mismo, en ese mismo lugar sabes que estás perdido.
Si, por el motivo que sea, no puedes evitar a esa persona tóxica, intenta no caer en su red. Ignórala. Sabes que va a buscar tu atención, que ta va a provocar. No te dejes enredar. Que no te encuentre. No te dejes provocar por sus interrupciones, sus comentarios o sus acciones. Sé benévolo. Sé paciente. Préstale la menor atención posible. Múerdete la lengua si hace falta para no hacer que su veneno forme parte de ti. Sé asertivo si ha llegado el momento de marcar un límite.

“Comparte solo con  personas que te pueden ayudar con información y apoyo. Cuando encuentres a gente negativa, cierra la boca”.
-Israelmore Ayivo-

La característica principal de lo tóxico es que se contagia. Eso mismo ocurre con la gente tóxica: contagia su actitud. Si respondes con un comportamiento tóxico habrás perdido la batalla. Aunque esa persona tóxica consiga pulsar tu botón de “sentirte culpable” no está todo perdido. Mantener la serenidad ante su peor veneno, la inoculación de la culpa, es posible.
Que sea posible, no significa que sea fácil ignorar las llamadas de atención de una persona tóxica. De hecho, una estrategia habitual de la gente tóxica es ridiculizar a su objetivo en público cuando no consigue un enfrentamiento directo, si es que no ha optado por este camino primero. Por eso, mantener el control de las emociones es primordial ante una situación así.
Por otro lado, mantener una distancia emocional requiere conciencia. No siempre puedes impedir que alguien pulse tus botones sensibles. Cuando esto suceda tendrás que superar tus miedos y tus complejos y seguir adelante. En cierto modo, es mejor ignorar lo sucedido, puesto que de ese modo será más sencillo controlar tus emociones. Sin embargo, hay otra opción: defender tus límites.


El Efecto de los Pensamientos en las Circunstancias.




La mente es como un jardín que puede ser inteligentemente cultivado o abandonarse y llenarse de hierbas y maleza. Sin embargo, ya sea que esté cultivado o descuidado, siempre está destinado a producir algo. Si no se siembran semillas útiles, entonces caerán, crecerán y se reproducirán en abundancia semillas de maleza.

Al igual que un jardinero cultiva su parcela manteniéndola libre de maleza, sembrando las flores y frutos que desea, así también todos debemos atender el jardín de nuestra mente, limpiándolo de pensamientos dañinos, inútiles e impuros, y cultivando los frutos de pensamientos correctos, útiles y puros.

Siguiendo este proceso, tarde o temprano descubrimos que somos los jardineros de nuestro espíritu, reconocemos las faltas en nuestra manera de pensar, captamos cada vez con mayor precisión, cómo nuestros pensamientos se encargan de moldear nuestro carácter, nuestras circunstancias y nuestro destino.

El pensamiento y el carácter son uno solo, ya que este último es la sumatoria de nuestros pensamientos dominantes. Puesto que el carácter de una persona se revela y manifiesta en sus circunstancias, es posible afirmar que el entorno de cada uno siempre estará en armonía con su estado interior. Esto no significa que las circunstancias de una persona en un momento dado sean un indicador de la totalidad de su carácter, sino que algunas de ellas están íntimamente conectadas con algún elemento vital de su pensamiento, el cual ha sido el causante de dichas circunstancias.

Cada persona está donde está por decisión propia (pero no lo sabe).

Los pensamientos que han moldeado su carácter la han llevado allí. Esto es válido tanto para aquellos que se sienten decepcionados con el mundo que los rodea como para quienes están satisfechos con él.

En el proceso del desarrollo humano, cada circunstancia que enfrentamos trae consigo una enseñanza y una lección que debemos aprender; una vez que la hemos aprendido, ésta termina y da lugar a otras circunstancias.

James Allen nos recuerda lo siguiente:

“La persona que piensa que su vida es el resultado de condiciones externas, suele ser víctima de ellas. No obstante, cuando crea conciencia del poder creativo que reside dentro de ella, y entiende que es allí donde se encuentran tanto las semillas, como la tierra que da fruto a tales circunstancias, sólo entonces se convierte en la dueña y señora de sus pensamientos.

La persona que por algún tiempo ha practicado el autocontrol sabe que las circunstancias nacen de los pensamientos; es consciente de que en la medida en que cambie su estado mental y su manera de pensar, cambian sus circunstancias. De igual manera, quien se dedica a corregir los defectos de su carácter con tenacidad, comienza a ver progreso rápido en su manera de pensar y actuar.

Siempre atraeremos aquello que ya se encuentra dentro de nosotros; tanto lo que amamos como lo que tememos. Inequívocamente, el ser humano siempre alcanza la cúspide de sus más preciadas aspiraciones, o cae al nivel de sus más indignos deseos. Las circunstancias son simplemente los medios mediante los cuales recibimos aquello que merecemos o que creemos merecer.

Cada semilla de pensamiento que sembramos y permitimos que eche raíces y crezca en nuestra mente, produce aquello que constituye su esencia, florece y, tarde o temprano, produce sus propios frutos de oportunidad y circunstancias.

Buenos pensamientos producen buenos frutos, malos pensamientos dan malos frutos.

El mundo de las circunstancias exteriores toma forma en el mundo interno de los pensamientos, y todas las condiciones externas, agradables y desagradables, son factores que finalmente existen para qué el ser humano aprenda, tanto de sus logros como de sus sufrimientos.

Siguiendo sus más profundos deseos, aspiraciones y pensamientos dominantes -ya sean visiones engañosas, viciadas por la imaginación, o caminos de elevadas aspiraciones- el ser humano finalmente recibe por completo los frutos de dichos pensamientos en la clase de vida que termina viviendo.

Una persona no acaba en la cárcel debido a la tiranía del destino o a la injusticia de las circunstancias, sino como resultado del camino y los deseos que ha elegido perseguir. Una persona de pensamientos nobles y puros no cae en el crimen de repente, a causa de las presiones o circunstancias externas que le puedan rodear. Lo cierto es que estos pensamientos criminales, seguramente han sido secretamente albergados en el corazón, y la ocasión propicia simplemente se ha encargado de revelarlos.

Las circunstancias no hacen a la persona; ellas simplemente la revelan a sí misma.

No pueden existir condiciones que nos hagan descender en el vicio, a menos que existan inclinaciones viciosas previas; o ascender en la virtud y la felicidad sin haber cultivado continuamente aspiraciones virtuosas. Por lo tanto, como amos y señores de nuestros pensamientos, somos los arquitectos y constructores de nuestro propio destino.

Las personas no atraen hacia ellas aquello que quieren, sino aquello que son. Sus caprichos, gustos y ambiciones suelen ser pasajeros y pronto desaparecen, pero sus más íntimos pensamientos y deseos -buenos o malos- se alimentan de sí mismos. Nuestros pensamientos y nuestros actos son, o los carceleros que nos condenan a una vida de mediocridad, o los redentores que nos liberan y nos empoderan.

Nunca obtendremos aquello que deseamos, ni pedimos, sino aquello que merecemos. Los deseos y oraciones sólo son gratificados y atendidos cuando armonizan con los pensamientos y las acciones.

A la luz de esta verdad, ¿cuál es entonces el significado de aquella frase que dice que estamos luchando contra las circunstancias? Significa que absurdamente, el ser humano parece estar siempre luchando contra un efecto que no desea ver en su vida, mientras todo el tiempo está alimentando y preservando la causa que genera dicho efecto en su corazón.

Y esta causa puede ser un vicio consciente o una debilidad inconsciente; pero cualquiera que sea, retarda o anula nuestros esfuerzos y clama por una cura.

Desgraciadamente, muchas personas están ansiosas de mejorar sus circunstancias, pero no están dispuestas a mejorarse a sí mismas; por eso permanecen atadas al pasado del cual quieren escapar.

Quienes entienden y reconocen su necesidad de crecer y mejorar siempre alcanzarán los objetivos que su corazón les haya trazado. Pero para eso, deben estar preparados para realizar grandes sacrificios personales antes que puedan lograr su objetivo, entendiendo que el precio del éxito no es negociable. Y una vez han comenzado a transitar su camino, descubrirán la presencia de esa gran ley que es absolutamente justa, y que no retorna mal a quien hace el bien, ni premia con el bien a quien mal actúa.

Una vez que sabemos esto, entendemos que nuestra vida se desarrolla, y siempre se desarrolló, con justicia, y que toda experiencia pasada, buena o mala, ha sido siempre el resultado de este proceso de crecimiento.

Buenos pensamientos y acciones jamás pueden producir malos resultados; malos pensamientos y acciones no pueden jamás producir buenos resultados.

Esto no es otra cosa que afirmar que al sembrar trigo, lo único que podemos cosechar es trigo; si sembramos ortigas cosecharemos ortigas.

Es fácil entender esta ley en el mundo natural, pero muchas personas se rehúsan a entender que funciona de igual manera con nuestros pensamientos y actitudes; por esta razón, actuamos de manera inconsistente con ella. El sufrimiento siempre es el efecto de los pensamientos equivocados en alguna dirección; es indicador de que el individuo está fuera de armonía consigo mismo, con la ley de su ser.

Al igual que el tratamiento de una herida o infección produce dolor y sufrimiento temporal antes de producir el alivio deseado, el único uso del sufrimiento es purificar y sanear todo aquello que es inútil e impuro. Sin embargo, una vez que se ha llegado a ese punto, el sufrimiento cesa.

Las circunstancias por las que los seres humanos sufren son el resultado de su propia falta de armonía en su manera de pensar, y aquellas que le traen paz y felicidad son el producto de una vida armónica. Este estado de felicidad y paz, y no las posesiones materiales, es la medida del pensamiento correcto; la infelicidad, no la falta de posesiones materiales, es la medida del pensamiento errado.

Una persona puede ser desgraciada y ser rica en posesiones materiales, o puede tener pocas posesiones y gozar de una gran paz interior. La felicidad y la riqueza sólo se juntan cuando la riqueza se emplea correctamente y con sabiduría. La persona pobre sólo desciende a la miseria cuando considera su destino como una carga injustamente impuesta. Una persona no puede ser feliz, saludable y próspera hasta que no entienda que la felicidad, la salud y la prosperidad son el resultado de la armonía entre su mundo interno y externo”.


http://mundodelyoga.com


viernes, 29 de junio de 2018

Nos habituamos a lo bueno y dejamos de agradecerlo


Ante todo, gracias
Por lo general se tiende a creer (estudios de Teresa Amabile, profesora de la Harvard Bussines School) que las personas que escriben reseñas críticas sobre una obra son más expertas e inteligentes que las que la alaban. Pero sabemos que esa tendencia a valorar las opiniones negativas es mayor en los individuos que se sienten intelectualmente menos seguros de sí mismos.

¡Un ejército! Lo mismo ocurre con la gratitud, hay que ser humilde e inteligente para asumir que la vida no nos debe nada, y así el mínimo gesto de bondad ajena se convierte en un regalo. Agradecer nos refuerza y refuerza al otro. Para Shankland la gratitud puede cambiar la sociedad. En Los poderes de la gratitud (Plataforma) explica como cultivarla.

Qué le llevó a investigar sobre la gratitud?
Ejerciendo de psicóloga observé que uno de los grandes dolores era la ingratitud.


Qué interesante.
En el año 2003 Emmons y McCullough hicieron una investigación en la que le pidieron a un grupo de estudiantes con alto nivel de estrés que escribieran un diario, unos debían escribir cada noche los eventos negativos del día, otros su diario sin pautas y el tercer grupo lo que les había despertado un sentimiento de gratitud.

¿Qué hizo?
Los maestros suelen lamentarse de que lo dan todo y nadie los valora. Propuse en varias escuelas que los estudiantes de preescolar hicieran el diario de gratitud y resultó que más de la mitad de los niños agradecían cosas a sus maestros en las que estos no habían ni pensado.


¡Qué cambio para esos profesores!
Algunos hasta lloraron. Su motivación se renovó. Y entre los niños el “estoy agradecido de que Alan me haya prestado sus lápices” tenía efecto multiplicador. El que los había prestado se sentía de maravilla y estaba dispuesto a repetir la acción, y el que lo había agradecido se sorprendía del valor de su gesto de gratitud. El ambiente cambió, se respiraba seguridad y bienestar y se reflejó en las notas.


¿Por qué somos tan ingratos?
A causa del fenómeno de habituación ya no percibimos las intenciones benévolas que hay detrás de los actos, pasamos por alto el sentimiento de gratitud y generamos una sensación de falta de reconocimiento en el otro. Esta sensación puede generar frustración y, con el tiempo, sufrimiento.


Hace falta humildad.

...Es la cuna de la gratitud. Ser capaz de percibir y agradecer los pequeños gestos, salir del autocentramiento, genera bienestar. André Comte-Sponville decía que la gratitud es un segundo placer que prolonga el primero; como un eco alegre de la alegría experimentada, como una felicidad más para más felicidad.


Solemos ser poco agradecidos con los que tenemos más próximos.
Nos habituamos a lo bueno asumiéndolo como normal, y tendemos a ver lo que no funciona, lo que el otro hace mal en lugar de lo que hace bien, por eso es tan útil el diario de gratitud.


Otorga otro punto de vista.
Lo que escribimos por la noche nos ayuda a que cuando despertamos miremos de forma diferente. En su diario un señor escribió: “Agradezco el beso que desde hace diez años me da mi mujer cada mañana”, y después de haberlo escrito lo recibió con mucho más placer.


¿Por qué es tan difícil ser agradecido?
El cerebro percibe en primer lugar las amenazas, al final del día recordamos lo que ha salido mal, las críticas, los que han sido desagradables, y eso genera insatisfacción ante la vida y las relaciones. Y cada vez que tenemos emociones negativas aumenta el sesgo negativo.


¿Y se contrarresta siendo agradecido?
Sí, porque la gratitud es una emoción muy intensa que nos permite recordar lo positivo. Semanas después de realizar el diario de gratitud, cuando le pedimos a las personas que escriban diez recuerdos, escriben más recuerdos positivos que los que no hicieron el diario. El diario de gratitud hace que los buenos recuerdos estén más accesibles y nos da una sensación de satisfacción con la vida.


¿Forma parte de ese sesgo negativo nuestra tendencia a criticar?

Criticar es una estrategia de adaptación y defensa para no ser engañado, pero es tan poco útil como la autocrítica que no nos ayuda a mejorar aunque creamos lo contrario.


¿Qué dicen las investigaciones?
Pensar que no somos capaces o que somos malos disminuye la confianza en uno mismo y nos paraliza. Sin embargo la autocompasión, ser tú mejor amigo, nos da energía, esperanza y optimismo y nos empuja a resolver los problemas.


El pensamiento positivo, ¿no es algo naif?
Yo no lo utilizo. Alguien que tiene baja autoestima y se repite ante el espejo “soy bueno, soy guapo, soy inteligente….” , cuando llega al trabajo y nadie le saluda se hunde. Hay una diferencia demasiado grande entre lo que quiere creer y la realidad de su experiencia.


Eso me parecía.
No se trata de autoconvencerse de que todo irá bien para que todo vaya bien, sino de poner los medios necesarios, de conectar con tus recursos y con acontecimientos que te generaron resultados positivos.


Hay que ser modesto.
Hay que evitar creer que la felicidad aparece cuando todo va bien desde todos los puntos de vista, lo cual raramente ocurre en la realidad.


¿Cómo mejorar las relaciones familiares?

Estamos demasiado atentos a lo que no funciona, a lo que no hacen bien nuestros hijos o nuestra pareja. Hay que abrir espacios para reconocer y agradecer, porque el hecho de mostrar lo que funciona bien genera más comportamientos de ese tipo.


Pero a menudo la gratitud es sólo cortesía.
Dar mucho las gracias sin estar conectado a la emoción es contraproducente porque los otros perciben que no eres sincero y desconfían.

Por Rébecca Shankland, Psicóloga Positiva de la Universidad de Grenoble
Fuente: lavanguardia.com
https://www.diapordiamesupero.com


INGREDIENTES DEL ÉXITO: MOTIVACIÓN, PACIENCIA, DISCIPLINA


19 enero, 2015 Luis Fernando Martínez Gómez Aceptación, Ansiedad, Artículos, Éxito, Bert Hellinger,Claves para la felicidad, crecimiento personal, Disciplina y autodisciplina, Frustración, Libros, Mindfulness, paciencia,Proceso de cambio, Psicoterapia Gestalt, Recientes, Recomendaciones y reseñas, Resientes, Terapia GestaltDeja un comentario


En la época actual vivimos de manera vertiginosa, siempre con prisa; la mayoría de las personas de nuestra sociedad se desespera y quiere lograr las cosas con el menor esfuerzo posible; sin embargo, los éxitos que más se disfrutan son aquellos a los que le ponemos toda nuestra pasión, trabajo, entusiasmo y cuidado para lograrlo. El desarrollo de este proceso toma tiempo y requiere mucha paciencia.

La paciencia es una virtud que nos enseña a ser más tolerantes y que nos capacita para entender y saber manejar los contratiempos y las adversidades con inteligencia y fortaleza, reconociendo que sólo el actuar con serenidad nos da la posibilidad de utilizar nuestros conocimientos adquiridos a través de nuestra experiencia en el pasado y a reconocer las oportunidades disponibles, lo que nos ayudará a actuar de la manera correcta frente a las diversas situaciones que se nos presenten en el camino hacia el logro de nuestros objetivos.

La impaciencia, la desesperación, la apatía y la falta de voluntad o disciplina serán nuestros más difíciles obstáculos en el logro de nuestros propósitos.

Las personas que aprenden a ser pacientes disfrutaran con más frecuencia de los frutos que su actitud ofrece en las diferentes áreas de la vida: las relaciones humanas y de pareja, en los estudios o en el trabajo, en los deportes, en la superación de las dificultades; en los logros de las metas financieras, en síntesis, en toda situación en la que es indispensable esperar, sin dejar de trabajar, para lograr lo que se anhela.

De igual manera las personas pacientes logran desarrollar la sensibilidad para afrontar las dificultades y adversidades conservando la calma y el equilibrio interior y están más preparadas para comprender la naturaleza compleja de las circunstancias, sin que esto las desmotive o las desaliente, generando paz y armonía tanto en su interior como a su alrededor, conspirando con ello, al logro de su éxito.

Antes de continuar te recomiendo ver el siguiente video:


De acuerdo, ya nos quedó claro que para triunfar, un requisito importante es la paciencia y la tolerancia a la frustración, pero te preguntas cómo empezar. Tal vez una buena manera de hacerlo es reconocer que es mala idea querer comerte el elefante entero pues sería muy indigesto, por tanto tal vez es mejor idea aprender a:
Dividir algo complejo en una secuencia de tareas sencillas

Supongamos que tienes que contar mil billetes de un dólar, mientras tienes que enfrentarte a interrupciones periódicas. Es muy probable que si no estás concentrado perderás la cuenta constantemente teniendo que volver a empezar una y otra vez. De esa manera, algo que podría ser muy sencillo, como contar mil billetes, puede resultar bastante frustrante. Pero, atención, esto sólo ocurrirá si te planteas contar las mil billetes de una sola vez, pero, ¿qué pasaría si decides contar los billetes de diez en diez y luego estos grupos los reúnes también de diez en diez formando montoncitos de cien?. El recuento final será sencillo: concentrarás tu atención en contar sólo diez en vez de mil. Si te pierdes por una interrupción no tendrás que volver al principio. La probabilidad de completar tu tarea de manera fácil y rápida será mucho mayor con tan sólo cambiar el procedimiento porque:

Dividir una tarea compleja en fragmentos pequeños, factibles y concretos nos permite alcanzar el éxito a corto plazo, lo que genera confianza y optimismo. Conseguir un pequeño logro nos motiva para conseguir otro pequeño logro. Comerse un elefante no es imposible, sólo tienes que dividirlo en porciones digeribles y masticarlas de una en una.

Es lo mismo con los retos: si te planteas obtener resultados demasiado altos con tal de comprobar que eres capaz o por demostrar a otros que no eres una persona ineficiente es más probable que te enfrentes a fracasos y tropiezos que te hagan dudar de ti o de tus capacidades.

Por el contrario, si te planteas objetivos más realistas y acorde a tus capacidades, sin darle tanta importancia a la opinión de los demás (comerse el elefante en pequeñas porciones), iras cosechando pequeños éxitos, ganando más batallas y eso te producirá mayor seguridad y confianza personal, y con ello tendrás más posibilidades de ver al final del proceso coronado tus esfuerzos con el éxito.
Motivación y disciplina: elementos indispensables para alcanzar el éxito.“


“La paciencia es amarga pero su fruto es dulce”.

Aunque no te guste esperar y seguir intentando con nuevas opciones hazlo, porque el triunfo puede estar más cerca de lo que imaginas y, aunque no lograras lo que anhelas, te sentirás satisfecho y contento por haberlo intentado, en cambio, si ni siquiera lo intentas, siempre te sentirás con la duda y con la culpa de no haberte arriesgado.

Muchas personas confunden paciencia con conformismo, puesto que hay muchas personas que son pacientes pero no insisten en lograr algo el tiempo suficiente para obtenerlo, sino que dejan a un lado sus metas y sueños porque ven que hay un esfuerzo a largo plazo que implica disciplina, es decir, comprometerse y ser persistentes más allá de las dificultades y, entonces, se instalan en una zona de confort conformándose porque no están dispuestos a esforzarse más allá de lo ya conocido.

Aunque al inicio de todo plan o proyecto necesitamos sentirnos motivados internamente, con un fuerte deseo de alcanzar la meta, pero, después de determinado tiempo, la motivación de forma natural se agota, pues su función es sólo darnos la energía necesaria para iniciar un camino o proceso hacia algo que deseamos obtener, cuando la motivación se empieza a desgastar, muy seguramente porque se presentan los obstáculos y dificultades en las que muchas veces no pensamos en un principio, será el momento de recurrir a otro importante ingrediente del éxito: la disciplina, para poder alcanzar nuestros objetivos.

Lo primero que tenemos que hacer en esta etapa del proceso es aprender a reconocer de qué tipo de disciplina estamos hablando, para no confundirnos con la disciplina que teníamos que obedecer en la época escolar, cuando éramos niños, y teníamos que hacer las cosas por obligación, por ganar un premio o evitar un castigo. En esos casos la disciplina resultaba aburrida, incómoda o amenazante, pero si le damos un nuevo enfoque, viéndola como autodisciplina, reconociendo que ahora la podemos utilizar voluntariamente no como imposición, como una herramienta que nos ayude a alcanzar aquello que realmente nos importa y deseamos lograr, no por obligación sino por iniciativa propia, la disciplina se convierte en algo que disfrutemos en grande y que nos ayuda a sentirnos fuertes y capaces, un recurso que refuerza nuestra confianza personal.
Ante la ansiedad y la prisa en el proceso terapéutico

Ahora me gustaría relacionar lo que estamos diciendo con lo que ocurre en el proceso terapéutico: Si la persona quiere resolver en unas cuantas sesiones lo que le ha llevado construir durante años en relación a sus comportamientos, actitudes y sentimientos lo más probable es que la persona se bloqueé, se sienta confundida y desmotivada.

Pero si su terapeuta le ayuda a ver los pequeños logros que va conquistando sesión con sesión y a reconocer la importancia que esto tiene en su proceso para poder alcanzar los cambios que desea en su vida es muy probablemente que la persona no se desaliente ni se deje dominar por la ansiedad de no alcanzar esos “cambios mágicos” que esperaba su ser neurótico y estará más dispuesto a tolerar su frustración por no lograr sus objetivos inmediatamente.

Si un consultante se está queriendo comer el elefante completo y se desespera de no poder hacer lo que quiere, es una posibilidad para el terapeuta para ayudarle a comprender que eso no es posible ni es real y que lo más inteligente que puede hacer es soltar sus altas expectativas, la prisa y sus juicios negativos, pues de lo contrario, lo más probable es que se desilusione y desista, abandonando su proceso antes de alcanzar las metas y objetivos.

Es mejor ayudarle a tomar consciencia de que se trata precisamente de eso, de un proceso y no de una carrera ni de una competencia; también podemos apoyarlo a darse cuenta del estrés y de los sentimientos que le genera el querer correr para alcanzar los objetivos de manera automática y no de manera paulatina, paso a paso, lo que genera la indigestión de querer comerse todo el elefante entero en vez de dividirlo en partes.
Las verdaderas transformaciones se dan cuando trabajamos desde lo profundo hacia la superficie y no a la inversa

Hace ya mucho tiempo que tuve la oportunidad de leer el libro titulado El trabajo como práctica espiritual, una metáfora que dejaba más claro aquello de lo que estamos hablando. De lo que nos habla el libro es acerca del proceso de la práctica de la meditación, pero se puede utilizar para cualquier otro caso en el que estemos realizado algo en busca de resultados y por eso creo que es pertinente el compartirla, La metáfora con el trabajo espiritual que nos menciona el autor de este libro es la siguiente:

Si colocas sobre una mesa un montón de arena de mar seca y todos los días acudes a depositar en ella dos cucharadas de agua, sólo dos cucharadas, no notarás ningún cambio de un día para otro o de una semana a otra. Pero si persistes disciplinadamente agregando cada día dos cucharadas de agua sobre la montaña de arena, tarde o temprano se humedecerá por completo y se transformará cuando menos lo esperes.

Así son los procesos en los cuales trabajamos desde nuestro interior. Los efectos no son evidentes de inmediato en lo externo, pero si tienes fe, disciplina, compromiso, determinación, para continuar sin importar que “no esté pasando nada”, en apariencia, tarde o temprano los efectos se verán reflejados cuando tengan que verse, no antes ni después, y serán cambios más profundos, pues son transformaciones que se dan desde lo profundo, no sólo desde lo externo, ya que lo que se trabaja de esta manera, genera transformaciones verdaderas que perduran en el tiempo.
Elementos para desarrollar la paciencia
La paciencia se puede lograr ejercitándola.
Autocontrol es la clave.
Dejar ir las preocupaciones y disfrutar de cada momento por pequeño que sea el logro o el avance.
Identifica y conoce las cosas que logran impacientarte, reflexiona porque te impacientan y trata de distribuir responsabilidades entre otra personas o de salir de lo que no puedas manejar con serenidad, tu puedes dominarlo, es sólo un plan.
Recurrir a la meditación, oración y ejercicios de respiración, caminatas, lecturas y conversar con personas conocedoras del tema.
No perder el foco el objetivo.
Identifica los beneficios de lograr un estado de paz interior y mantener el equilibrio.
Elementos claves para obtener éxito en lo que deseas emprender
Tener claridad de lo que quieres hacer.
Tener conocimiento de cómo lograrlo.
Hacer un plan de cómo desarrollar las acciones para conseguir lo que quieres.
Identificar los mejores momentos para emprender el camino hacia la meta.
Concentrarte en el logro de la meta, nunca dispersarte.
Trabajar para lograrlo.
Mirar soluciones, no problemas.
Identificar las oportunidades y aprovecharlas de la mejor manera.
Ama y apasionate por lo que quieres.
Aprende de las experiencias que vas viviendo en el proceso.
Mírate a ti mismo obteniendo lo que quieres.
No te rindas, y si te rindes porque descubres que aquello que deseabas no es realmente importante, renuncia de verdad a ello y enfócate en la nueva meta.
La serenidad, hermana de la paciencia
Sereno es aquel que es capaz de soltar. Por ejemplo, una preocupación, la revuelta del corazón tras una ofensa, una humillación, una calumnia. Sereno es también aquel que es capaz de dejar atrás viejos sueños, viejas pretensiones, viejos reproches, aquel que libera así el corazón de forma que esté sosegado, pronto y dispuesto para lo posible y lo regalado.
Sereno es por tanto también aquel que perdona, en el sentido de “lo pasado, pasado”, de no guardar rencor por nada, esa serenidad es fuerza sin emociones, disposición concentrada del alma a lo venidero y al ahora.

Bert Hellinger
La práctica de mindfulness ayuda a fortalecer la paciencia

El Mindfulness nos ofrece técnicas efectivas para desarrollar la paciencia y liberarnos de la autoexigencia dándonos permiso de ser más pacientes y aceptantes con nosotros mismos, de ser más tolerantes con su frustración cuando no logramos los cambios mágicos ni automáticos, creyendo que estos se logran tan sólo con desearlos y no a base de mucho esfuerzo y paciencia.

Tal vez, dentro de este mismo proceso de aceptar las cosas como son y de ir caminando paso a paso, el consultante encuentre la paz, la tranquilidad y la satisfacción que está buscando y pueda utilizar las mismas herramientas que está aprendiendo en la terapia, en los asuntos que a él le interesa modificar de su personalidad y en su vida:consciencia de sí mismo, autoaceptación, autocompasión, actitud realista, disciplina, compromiso, paciencia, flexibilidad… Cuando logramos deshacernos de la autoexigencia, de la necesidad de perfección, de las prisas y de la necesidad de reconocimiento, podemos aprender a caminar más despacio y, al mismo tiempo, a disfrutar de nuestro camino, descubriendo que la mayor felicidad no está en la meta sino en el camino.
Para ahondar en el tema de este artículo te recomiendo El libro de la paciencia:

“El objetivo principal de este ensayo es abordar el tema de la paciencia y, su contraparte, la emoción aflictiva del enojo. El autor enumera una serie de preguntas y aforismos para despertar una sana curiosidad y animar a emprender la aventura de investigar a partir de su propia experiencia.

La Paciencia: ¿Es ésta una utopía?
La Paciencia: ¿Es debilidad o virtud?
La Paciencia: ¿Es un remedio contra el estrés?
La Paciencia: ¿Desarrollarla conlleva a mejorar nuestra calidad de vida?
La Paciencia: ¿Es una tarjeta de crédito las 24 horas del día?
La Paciencia: ¿Es ésta un arte?
La Paciencia: Es un filtro para las emociones aflictivas.
La Paciencia: Cuerpo enfermo en mente sana; esta se torna en un don.
La Paciencia: Antídoto del enojo.
La Paciencia: El mejor regalo que te puedas dar.
La Paciencia: La persona que te daña, maestra por excelencia para practicar.
La Paciencia: Cualidad para afrontar la adversidad sin miedo.
La Paciencia: Cuando es auténtica antecede al enojo.
La Paciencia: Elemento medular de la espiritualidad.
En realidad lo que se acaba de describir son solamente ideas que nos pueden hacer pensar con cual de estas propuestas nos identificamos o, por el contrario disentimos. Lo cierto es que tarde o temprano enfrentaremos situaciones que nos remitan a lo anterior.

“La decisión de publicar este libro en nuestra Editorial es justamente la relevancia que tiene la paciencia como un posible antídoto al incendio de violencia que vivimos actualmente en nuestro mundo y país. Hoy más que nunca necesitamos de una herramienta que nos de equilibrio, una cierta paz interna que nos permita acceder a un dominio ejemplar sobre nosotros mismos, como un freno de mano que ayude a disminuir la velocidad de nuestras vidas y que en esa pausa nos permita responder a situaciones de una manera apropiada y compasiva, en lugar de impactarnos con nuestras propias emociones y problemas. Es de vital importancia aprender a ser pacientes así como mostrar este valioso camino a otros. Por ello, Alberto ha llamado así a este manual: “el libro de la paciencia”, estructurado como una excelente guía. Sin duda, será de beneficio para cualquiera que esté buscando progresar en el sendero hacia la madurez espiritual”.
—Marco Antonio Karam

¿Cómo se puede lograr la autodisciplina?

Si deseas conocer estrategias para desarrollar la autodisciplina puedes consultar el siguiente enlace:


Siete reglas para tener disciplina

Fuentes consultadas:

libro: Pensamientos en el camino. Autor: Bert Hellinger

El libro de la paciencia. Autor: Alberto Atala.

El trabajo como práctica espiritual. Autor: Lewis Richmond.

http://www.educando.edu.do

amazón.mx
https://gestaltsinfronteras.com

jueves, 28 de junio de 2018

¿Sabes reconocer los signos de la “Bancarrota Emocional”?


Cuando tienes dinero en tu cuenta bancaria, puedes pagar las facturas, comprar cosas, acceder a servicios y tener un estilo de vida más o menos cómodo. Cuando estás en bancarrota, cuando tu cuenta está en números rojos, no puedes pagar nada. Este mismo concepto se aplica a las emociones.


La bancarrota emocional es un concepto más desconocido que la insolvencia económica pero es tan habitual y real como esta, sobre todo en la sociedad actual, cuyas exigencias, expectativas y ritmo puede terminar drenándonos emocionalmente.


De hecho, si últimamente estás más irritable que de costumbre, te enojas prácticamente por todo, no logras controlar tus emociones y tienes dificultades para expresarlas asertivamente sin dañar a los demás, es probable que te estés acercando a cero en tu “cuenta emocional”.


¿Qué es la bancarrota emocional?


La bancarrota emocional es un estado en el que no somos capaces de expresar, procesar, compartir y/o aceptar nuestras emociones. Simplemente perdemos la capacidad para gestionar nuestros estados emocionales, estos nos controlan, convirtiéndose en una fuerza superior a nosotros.

En algunos casos podemos caer en la indiferencia emocional, sentir que todo nos resulta ajeno y que no podemos corresponder con el mismo afecto a las personas más cercanas. En otros casos la bancarrota emocional se manifiesta a través de riadas de sentimientos negativos que no logramos contener.


Algunos de los signos más evidentes de la bancarrota emocional son:


1. Te irritas por cosas intrascendentes que en otras circunstancias hubieras obviado.


2. Reprimes tus emociones, hasta que no puedes más y explotas.


3. Cambios repentinos de humor que no puedes explicar, pasando de la euforia a la tristeza o de la motivación a a la apatía.


4. No aceptas determinadas emociones, te culpas por experimentarlas y las rechazas, lo cual crea un sentimiento de culpa.


5. No logras compartir tus estados emocionales con los demás, te encierras en ti mismo pensando que nadie podrá comprenderte.


6. Te sientes distante emocionalmente de las personas que te quieren porque no logras establecer un vínculo afectivo y empático.


7. Haz desarrollado una especie de indefensión aprendida porque no ves la salida al estado en que te encuentras.


El camino hacia la ruina emocional


Muy pocas personas quiebran de la noche a la mañana. Lo mismo ocurre con la bancarrota emocional. Si bien es cierto que podemos perder nuestro equilibrio psicológico debido a una situación traumática que ha sacudido nuestros cimientos, lo más usual es que la bancarrota emocional sea el resultado de un proceso lento, el resultado de pequeños problemas, obstáculos y microtraumas que se han ido sumando sin que te des cuenta. De hecho, es probable que en cierto momento te preguntes cómo has podido llegar hasta ese extremo, pero al mirar atrás todo te resulte bastante confuso.


Existen más probabilidades de perder el autocontrol emocional cuando:


- Haces demasiadas cosas, ocupas demasiado tus jornadas hasta el punto que no te dedicas tiempo para cuidarte y recargar tu batería emocional.


- No le prestas atención a las señales de alarma, piensas que has perdido la paciencia por culpa de los demás sin asumir tu cuota de responsabilidad.


- Postergas el autoanálisis pensando que todo se resolverá mañana, cuando logres un aumento de sueldo, tu pareja sea más comprensiva, termines de pagar la hipoteca… De esta manera arrastras una carga de insatisfacción emocional que terminará explotando ya que, aunque los problemas que te acucian hoy pueden desaparecer, en su lugar aparecerán otros.


El camino más seguro hacia el sufrimiento es hacer planes sobre lo que esperas que pase, en lugar de tomar nota de lo que realmente está sucediendo. De hecho, en muchos casos la bancarrota emocional es el resultado de un profundo agotamiento psicológico, de haberse resignado a sufrir esperando tiempos mejores cuando podíamos haber hecho algo para mejorar nuestra situación.


Los terribles efectos de la bancarrota emocional


Obviamente, la bancarrota emocional es tan perjudicial para la persona que la sufre como para quien se relaciona con ella. En primer lugar, el estrés emocional que genera esta situación puede llegar a terminar causando trastornos como la ansiedad o la depresión o incluso puede desencadenar problemas de salud.


Cada vez que no aceptas, procesas, compartes o expresas tus sentimientos y emociones, estás generando estrés en tu cerebro, el cual se reflejará en tu cuerpo. Vivir en un estado de bancarrota emocional puede enfermarte y posiblemente acortar tu esperanza de vida.


La frialdad emocional o las explosiones emocionales también dañarán tus relaciones y dejarán cicatrices en las personas más cercanas. Una persona en bancarrota emocional no puede satisfacer las necesidades de afecto de los demás ni les brindará la validación emocional que todos necesitamos. Como resultado, esas relaciones terminan deteriorándose o rompiéndose definitivamente.


¿Cómo evitar la bancarrota emocional?


- Ponte en el presupuesto. Sería ideal que pudieras sanear tu economía emocional. Es probable que de vez en cuando mires al pasado añorando ese tiempo en el que todo era más tranquilo. El problema es que las creencias y los comportamientos que te metieron en problemas en un principio, probablemente se mantendrán.


No es raro que justo cuando piensas que has saneado tus cuentas, aparezca una nueva cosecha de gastos, que cuando piensas que finalmente has recuperado el control emocional, otra situación te lo vuelva a arrebatar. Esa situación se evita proyectando un presupuesto sólido; es decir, siendo conscientes de hasta dónde podemos llegar y deteniéndonos mucho antes del punto de no retorno. ¿Cuántas horas de trabajo son demasiadas? ¿Cuántos encuentros con una persona problemática puedes soportar?


Tienes que aprender a defender tu paz interior desarrollando la Inteligencia Emocional y tomándote el tiempo que sea necesario para reponer fuerzas. Recuerda que a veces no se cae por debilidad, sino por haber sido demasiado fuertes durante mucho tiempo. Al final, igual que no dejarías que otros metieran la mano en tu billetera y gestionaran tu dinero, tampoco puedes permitir que gestionen tu cuenta emocional.


- Impulsa tus ingresos emocionales. Todo presupuesto tiene dos partes: ingresos y gastos. Hasta ahora hemos hablado de cómo reducir ese gasto, pero también puedes potenciar tu salud emocional. Descubre qué actividades te ayudan a reponer la energía emocional perdida. Algunas personas necesitan paz y tranquilidad, otras requieren actividad y emoción. Para algunos, la soledad es una necesidad imperiosa pero otros necesitan estar rodeados de personas.


Encuentra lo que sea mejor para ti e invierte en lo que te hace feliz. Eso te permitirá crear una especie de colchón emocional, que se llama resiliencia, y que te ayudará a enfrentar los momentos más difíciles sin perder el control.


Rincón de la Psicología

Programas que bloquean el trabajo interior (segunda parte). Por David Topí.


Si hay ciertos programas que intentan activar todo tipo de distracciones, molestias, disminución de la voluntad y otras acciones para minimizar los intentos de trabajo “personal” que podamos llevar a cabo, tal y como explicamos en la primera parte de esta serie, hoy vamos a contar que sucede con las distracciones externas, por qué se activan tantas cosas a nuestro alrededor cuando estás haciendo ese tipo de actividades, por qué suena el teléfono cuando te pones a meditar, por qué pican a la puerta justo en ese instante, por qué tu familia a la que les has pedido que te den un rato sin interrumpirte no hace más que hacerlo, o por qué el vecino de encima se pone a hacer ruidos que te distraen cuando lleva toda la mañana en silencio. Si te suena esta situación, no es casualidad, sino causalidad.

Programas y dispositivos de disrupción energética

Así como hay programas en las esferas mentales que actúan cuando el ego encuentra que se están activando procesos que no están directamente bajo su control y que caen fuera de su programación estándar (pues meditar, hacerse auto-sanaciones, activar o trabajar con la energía de uno, visualizar, proyectarse, etc., son parámetros que no forman parte de la gestiones autorizadas” del programa ego) también hay sistemas automáticos en nosotros mismos que crean “disrupción” alrededor cuando esto mismo ocurre y los sistemas internos no son lo suficientemente “molestos” como para hacerte desistir. Estos sistemas tienen, como todo, un potencial limitado, así que, de nuevo, es posible a muchos de vosotros por vuestras características personales lo que vamos a explicar ahora tenga poco impacto en vuestra realidad o, por el contrario, sea el pan vuestro de cada día y uno de los limitantes más importantes a la hora de poneros a trabajar en vosotros mismos.

Su funcionamiento es bastante sencillo de explicar. En la primera parte del artículo habíamos desmontado unos programas que simplemente activan molestias o sensaciones internas para que desistas de hacer lo que estás haciendo, así que unos programas presentes en la mente subconsciente da órdenes al sistema nervioso autónomo para que te pique la pierna, amplifican tu percepción auditiva de los ruidos o envía paquetes de pulsos a los músculos para que no te puedas relajar. Todo lo que ya hemos contado y mencionado.

Esta segunda categoría de sistemas que desmontamos hoy lo que hace es usar el potencial co-creador de nuestra realidad y entorno físico emitiendo hacia el exterior de tu campo electromagnético un cierto tipo de ondas que causan alteración en ese entorno físico-energético. De esta manera, programas y dispositivos que traemos de serie, emiten a través de nuestra glándula pineal, que es nuestro proyector de realidad por defecto, “señales de alteración energética” destinadas a impactar en cualquier cosa que esté en un radio de unos pocos metros de ti, de manera que pueda causar el máximo de disrupción posible en ese espacio en el que tu, tranquilamente, estás intentando hacer algo que, de forma genérica, va en contra de los parámetros del sistema de gestión bajo el que existimos.

Sistemas de alteración de los campos electromagnéticos

Así, estos sistemas internos trabajan proyectando “ondas” de disrupción en tu realidad, para generar un campo energético alrededor tuyo que cause “alteración" y que, al interactuar con el campo energético de las personas que están a unos pocos metros tuyos, sean en tu casa o sea en la casa de enfrente o el vecino de arriba, genere, por “impacto”, una “revoltura” en sus sistemas emocionales y mentales sin que se den cuenta, que activan programas de comportamiento “revueltos” y “alterados”, atrayendo su atención hacia ti, que es de donde viene la “onda emisora”. Algo así como si estar recibiendo pulsos de energía que tu mente no decodifica pero que, sutilmente, te hacen ir hacia el origen, es decir, hacia el emisor del mismo, abriendo la puerta de la habitación donde alguien está meditando, relajándose, haciendo cualquier cosa, porque tienes un “no se que” interior que ha activado en ti la necesidad de hacerlo.

Este paquete de datos es difícil incluso para mi ponerlo por escrito, pues mientras lo estoy haciendo, y como el sistema de control bajo el que estamos está vigilando siempre lo que escribo, se están produciendo alrededor mío en estos momentos todo tipo de intentos de distraerme y bloquearme para impedir que termine de teclear estas líneas que leéis.

Sistemas imbuidos en elementos tecnológicos

Además de todo lo anterior, imaginad también que en vuestra casa haya un artefacto que emitiera ondas que remueven un poco vuestro sistema mental y emocional sin que lo sepáis, y que esas ondas activan en vosotros patrones semi-aleatorios de comportamiento errático, de forma sutil, pero suficiente como para que, de repente, os entren ganas de coger y hacer ruido cuando os han pedido que no, que tengáis la necesidad urgente de hacer algo en la habitación cuando os han pedido que no entréis, que los hijos que tenéis en casa se pongan a chincharse entre ellos y terminan gritando o llorando cuando no lleváis ni cinco minutos meditando, etc. Estas situaciones, que a veces parecen sacadas de un manual de las leyes de Murphy, están también provocadas y detonadas por “ondas”, (siempre y cuando no haya entes alrededor que hagan lo mismo) cuyo emisor está colocado en todo tipo de elementos tecnológicos que tenéis en casa y que se activan también remotamente, cuando, si llega el caso de que estáis vigilados individualmente, os ponéis a hacer cualquier cosa que no interese al sistema bajo el que vivimos. Como todo, soy consciente de que esto a algunos os parecerá una paranoia rozando la ciencia-ficción, pero, como de nuevo, es ciencia-realidad, y vamos a trabajar para eliminar estos “emisores de disrupción” de manera que podáis comprobar por vosotros mismos, si os sucede todo lo anterior o si estáis en situación de que os pueda suceder, el efecto que tienen.

Desmontando los disruptores internos y los presentes en casa

Para eliminarlo, lo haremos en dos partes, dos peticiones. La primera, la desprogramación interna, que podéis hacer también si queréis para vuestros familiares trabajando con sus YS si estos (los familiares y sus YS os dan permiso para ello), la segunda, para los disruptores y emisores presentes en los elementos tecnológicos que tenemos en casa. Ahí van:


Solicito que se eliminen y desprogramen todas las rutinas, sistemas, elementos y programas presentes en mi que generan ondas de disrupción, caos, confusión, alteración y movimientos energéticos a mi alrededor para evitar que realice actividades que caen fuera de los parámetros aceptados por el sistema de control y el IC. Solicito que se eliminen todos los dispositivos presentes en mi que los amplifican, desconectándolos de los programas que rigen las rutinas de identificación de estas actividades y bloqueando las órdenes del programa ego para su activación. Solicito que se desconecte toda fuente de alimentación interna que estos dispositivos y programas posean para funcionar a mayor potencia y que se eliminen todos los remanentes energéticos que tengan asociados para hacerlos desaparecer por completo. Gracias.

Luego la segunda:


Solicito que se eliminen todos los dispositivos, elementos y sistemas presentes en mi vivienda o lugar habitual de residencia o trabajo que generan caos, confusión y alteración en el sistema energético de las personas presentes en esos espacios, activando aleatoriamente programas de comportamiento, rutinas mentales y patrones de interrupción, bloqueo, limitación, manipulación o generación de estrés y ruido. Solicito que se extraigan de los dispositivos y elementos tecnológicos presentes en mi vivienda o lugar habitual de residencia todos los sistemas tecnológicos y etéricos presentes en sus estructuras para la manipulación de los campos energéticos de las personas que se encuentran en ellos. Solicito que se asigne un equipo de aquellos que nos asisten para la desactivación de los elementos físico-energéticos presentes en todos mis dispositivos tecnológicos que emiten este tipo de pulsos hasta su desactivación completa. Gracias.

Con esto, una vez lo hayáis completado, y dando por hecho que la anterior parte de los programas internos ya está también finalizada, confío en que podáis notar la diferencia cuando intentáis hacer algún tipo de actividad como las que hemos mencionado, y dejan de aparecer tantas distracciones tanto internas como externas que os intenten sacar de las mismas.

un abrazo,

David Topí

Respuestas #11. Por David Topí.


59 Hola David, muchas gracias por todas tus informaciones. Mi duda es que significa que te encuentres inmerso en un torbellino estresante, que estás en constante limpieza y la vibración es distinta a la de tu entorno o al contrario. Muchas gracias.

Puesto que la situación personal de cada uno es diferente, pueden significar desde cambios radicales y profundos en la estructura energética que posees, que se materializan como situaciones físicas estresantes o de alto movimiento, hasta que en el entorno en el que estás se encuentra muy desajustado a tu estado vibracional actual, no terminando de “encajar” y poder ubicarte en él, así mismo, que tu entorno energético personal está cambiando muy rápidamente y arrastras a todos contigo o te dejas arrastrar hacia el entorno de otros. En general, se trata de cambios energéticos, drásticos, profundos, que llevan a ser estirado hacia un lado u otro, puede que estés intentando subir de nivel dentro de la línea en la que estés y otras fuerzas estiren de ti “hacia abajo”, puede que tu YS esté por el contrario “tirando” de ti hacia “arriba” y eso a nivel de personalidad y estado energético también te descoloca, etc. En todo caso, trata de pedirle a tu YS que armonice las octavas y procesos que están activos en tu vida ahora acorde al ritmo que puedas llevar cómodamente y tenderás a ver una estabilización de la situación que te ayude a llevar los cambios personales con más paciencia. También echa un vistazo a este artículo que puede orientarte más:

http://davidtopi.net/cuando-todo-se-nos-pone-patas-arriba/

60 Buenos días David, te quería hacer unas preguntas referentes a cuando hablas de las razas tipo Anunnakis... ¿Ellos también tienen su YS? ¿Si están tan evolucionados, por qué no tienen la consciencia y compasión por los demás que deberían tener?

Prácticamente todas las razas que existen en la “Creación” tienen YS, sea como sea que cada raza lo llame, ya que nosotros hemos usado ese nombre para entendernos, pero toda especie, grupo, raza, que sea consciente y esté por encima del nivel evolutivo mínimo para estar “individualizados” posee un YS o su equivalente. Solo animales, plantas y el reino mineral están regidos por mentes o almas grupales, así que una vez superado el umbral evolutivo equivalente al que tenemos nosotros ahora, desde la “Fuente”, se nos dota de la estructura que conocemos con un YS como la parte que “gestiona”, desde posiciones atemporales y adimensionales, la evolución y el crecimiento de la parte “física”, energética y más terrenal (tengan o no cuerpo físico) de esas mismas razas. Pero, de nuevo, el hecho de que muchas razas estén más evolucionadas dentro de los grados y escalones que, acotando a nuestra galaxia, existen para la evolución dentro de la Vía Láctea, eso no significa que tengan que mostrar las cualidades que nosotros asociamos al concepto de “ser buenos”. Recordad en una pregunta anterior que habíamos hablado de que la Fuente no es buena, no es mala, solo ES. Que no existe el concepto de ser positivos o ser negativos dentro de las escalas evolutivas, que no te dan puntos por ser “bueno” como grupo y no te los quitan por ser “malos”. Esto es difícil de entender, quizás lo más difícil, pero existen dos polaridades o dos caminos evolutivos para todas aquellas razas y grupos que aún no han alcanzado como grupo el estado “neutro” o balanceado que rige a la consciencia universal y única de la “Fuente”, y que rige a nuestro YS y a la parte más elevada de todo ser consciente. Por lo tanto, el YS de las razas que nosotros llamamos “negativas” no juzga, no castiga, no permite ni deja de permitir que sus contrapartidas “terrenales” (sea la raza que sea) haga o deje de hacer, pues son experiencias para esos mismos YS que la raza reptoide, mantid, Anunnakis o la que sea haga esto o haga lo otro sin juicio de valor asociado, exactamente igual a como todos los YS encarnando en la raza humana hacen con nosotros, no nos juzgan si hacemos esto o lo otro, no nos ponen la etiqueta de malos o buenos si lo dejamos de hacer, no nos castigan si nos portamos mal con nuestros semejantes y nos matamos en guerras y no nos premian si dejamos de hacerlo. Esto queda al libre albedrío de aquellos que jugamos el juego de la vida en el interior del tablero de juego, así que cada raza es libre para ejecutar según los ICs de las razas deciden. Sé que es complicado de entender que lo bueno y lo malo sean solo conceptos usados para dotar a nuestras experiencias evolutivas de catalizadores y detonantes de lecciones y vivencias, y que todas las razas del universo jugamos al mismo juego mientras que todos los YS de todos los miembros de esas razas se encuentran fuera de los juicios y consideraciones que nosotros tomamos como positivo y negativo.

Finalmente, hay razas tremendamente evolucionadas por nivel de IC y por nivel de expansión de la esfera de consciencia o equivalente de sus miembros que son tremendamente hostiles y negativas en nuestros términos, que no entienden de compasión y amor porque no tienen cuerpo emocional ni sistema energético para ello y, aun así, desde el punto de vista de los Logos y jerarquías más altas de la Creación, no son malas, ni son buenas, solo son lo que son y hacen lo que hacen.

61 Buenas David. ¿Cuando hablas que al volver a casa nos encontramos con nuestros guías y comprendemos que todos somos parte de lo mismo, nos encontramos también con ellos? ¿Nosotros decidimos venir a la tierra y ellos ejercer de esas razas?

Dos partes para esta pregunta. Para la primera parte, si, cuando uno desencarna y pasamos por el llamado periodo entre vidas (en tiempo lineal, todo sucede simultáneamente) nos reencontramos con nuestro “equipo de apoyo”, con aquellos que nos asisten y con otra miríada de seres que ayuda y apoya en todo el proceso de sanación, descanso, revisión de aprendizajes y lecciones, etc. Por lo tanto, aquellos que forman parte de ese grupo de “guías” que todo el mundo tiene por derecho de vida y por estar formando parte de este sistema en la Tierra, también nos asisten cuando dejamos atrás el plano físico, y el alma (y el espíritu si la persona lo tiene) se despoja del personaje que ha sido en la encarnación en curso y se prepara para la siguiente.

Luego, este tipo de seres que hace de apoyo y guías no tienen absolutamente nada que ver con las diferentes razas que hemos comentado en el blog, y que forman parte de aquellos que gestionan el sistema de vida en el planeta desde nuestra creación como seres humanos. Una cosa son las diferentes especies que forman un grupo autoconsciente y que tiene un hábitat en un planeta, sea su medio tan físico como el nuestro o menos, y hablaríamos de razas o grupos como los que ya hemos mencionado, algunos de ellos existiendo en la Tierra desde antes de que existiéramos nosotros como especie consciente. Otra cosa son los trillones de seres que forman parte de las jerarquías que asisten al logos planetario, Kumar, y al logos Solar, para que los sistemas, estructuras, planos, niveles dimensionales y evolutivos puedan existir y mantenerse. Estos últimos son los que nos asisten como nuestros guías.

Es como decir que si la Tierra fuera una escuela, un edificio de muchos pisos, hay “operarios”, “conserjes” y “responsables del mantenimiento” que asisten a los “dueños” de la escuela y que también asisten a cada alumno, siendo sus “guías”, pero no estando dentro del sistema educativo de la escuela, ni interviniendo en el mismo más que para que el alumno al que ayudan complete sus asignaturas y exámenes.

Luego, las razas que gestionan la escuela, son otros alumnos más avanzados de otros planetas, que llegaron aquí cuando el edificio de la escuela estaba casi vacío, pero los operarios ya la mantenían funcionando, pues estos últimos fueron creados por la misma consciencia de la escuela. Esos alumnos “de fuera” que ahora hacen “bulling” a los alumnos humanos, siguen siendo alumnos, no forman parte de los seres que cuidan la escuela, y por lo tanto, el conflicto entre alumnos “opresores” (desde nuestro punto de vista) y alumnos humanos solo compete a los operarios de la escuela en la medida que cada alumno humano pida ayuda, asistencia, y trabaje en sus propias lecciones y aprendizajes a pesar de las dificultades que ponen para ello esos otros alumnos “negativos” que intentan controlar todo el edificio. No sé si lo he liado más pero espero que se entienda la diferencia entre los seres que nos apoyan y hacen de guías y los grupos y razas que gestionan actualmente nuestra escuela particular.

62 Buenos días David. Entiendo, como dices, que esto canaliza energía en el plano etérico de la L33. Mi duda: si tu cuerpo etérico está aun en la L33, ¿en qué medida este suceso te afecta o te puede repercutir? Gracias

Todos los eventos de la línea 33 pueden afectar a todo el mundo, pero cada vez menos y menos a aquellos que se encuentren en la 42. Si tu cuerpo etérico, y quizás el físico también, se encuentra en la 33, el impacto energético que recibe es el de la línea a la que está sintonizado. Por lo tanto, si sabes que tienes cuerpos en la 42 y aun estás en transición con los cuerpos inferiores, intenta pasarlos lo más rápidamente posible para “aislarte” energéticamente y no verte sujeto a los vaivenes de la línea que no te corresponde.

63 Buenos días David, tengo una duda. En un artículo anterior comentas que hay personas que siguen desmontando escenarios negativos en la línea 33, y si no recuerdo mal, en otro artículo decías que desde la 42 ya no se podían desmontar más escenarios negativos porque las personas de la 33 conscientemente no quieren hacerlo. Entonces, ¿quiénes son las personas que siguen desmontando esta clase de escenario? ¿Desde la línea 42 se puede ayudar a la 33 en ese sentido? Gracias.

Es correcto. En el momento en el que se hizo el desmontaje de los escenarios bélicos que existían en el planeta, principalmente empezando por Corea y expandiéndose a otros escenarios menores que también fueron desmontados, fue el total de todos los YS de todos los seres humanos los que intervinieron por orden de la jerarquía inmediatamente superior a nuestros YS, que son los que les asisten a coordinar todo el proceso de encarnar y gestión de sus contrapartidas terrenales en el planeta. Esto ya no se hace más, es decir, no ha vuelto a haber una intervención masiva de todos los YS por las razones que os comenté, ya que “hablando entre ellos” (lo digo coloquialmente), vieron que la mayoría de personas en la 33, donde esos escenarios iban a tener repercusión, no tenían interés, no sabían, no querían, no podían o no creían simplemente que esto se pudiera hacer. Por lo tanto, no ha habido ninguna “petición” global de nuevo a todos los YS para ello.

Ahora bien, si por el libre albedrío de aquellos en la 33 o en la 42, se juntan varias personas, y hacen peticiones a sus YS individualmente y estos las aprueban y las ejecutan, entonces, en pequeños escenarios del plano mental y luego del etérico, como está sucediendo, se van borrando situaciones puntuales por aquí y por allá. Ahora ya no se trata de que los 7000 y pico millones de YS (más o menos) trabajen en conjunto, lo cual podría cambiar la historia de una semana para otra, sino que unos pocos individuos por aquí, unos pocos por allá, están trabajando desde ambas líneas temporales y aprendiendo como ejecutar estos cambios. Puesto que los YS de estas personas necesitan que se haga por la experiencia que supone para sus contrapartidas terrenales, se aprueba la eliminación de aquello que se está pidiendo, ya que, como hemos comentado en el blog, es necesario dominar este proceso para poder participar activamente en la creación de lo que habíamos llamado un complejo de memoria social y poder co-crear activa y conscientemente la futura realidad hacia la que estamos yendo. Es algo así como un entrenamiento para algunas personas para lo que vendrá, a la vez que un servicio al planeta y a la humanidad pues, como hemos comentado, gracias a estos desmontajes, estamos teniendo una época de relativa calma a nivel macro en la línea 33 que no tendríamos de haberse materializado algunos de los eventos que nuestras “élites” están preparando.

64 ¿Qué hay con la ley Causa/Efecto y las razas "negativas"? Estas razas pueden simplemente ir dando tumbos por el universo, someter y esclavizar razas en desarrollo, ¿y ya, no pasa nada? Así como comentas que ya tienen otros "viveros" y que somos prescindibles en ese sentido.

Habíamos hablado anteriormente que todas las razas están sujetas a los procesos y leyes macro que rigen el sistema de evolución cósmica, universal. Si nos ceñimos a nuestra galaxia, que a donde pertenecen todas las razas “negativas” que conocemos, las reglas del juego siguen estando en pie tanto para ellos como para nosotros. ¿Cuál es la diferencia? Que nosotros no comprendemos que estas reglas tienen manifestaciones ligeramente diferentes a como las interpretamos y, por lo tanto, la causa-efecto para un nivel evolutivo es diferente que la causa-efecto para otro nivel inferior. Por ejemplo, ¿qué sucede cuando el ser humano tala millones de hectáreas de árboles y contamina el planeta donde vive? Eso está sujeto también a causa-efecto que, como raza, a nivel conjunto, estamos obligados a reparar y compensar. ¿Qué sucede cuando la raza humana maltrata al reino animal y vegetal? También, de algún modo, es un proceso de causa-efecto que tenemos y tendremos que compensar. Lo mismo les ocurre a todos los grupos, razas, seres, consciencias, etc. La diferencia es que, en muchos casos, son procesos y octavas que abarcan eones de tiempo terrenal, o son procesos que algunas razas han aprendido a diluir, transmutar o difuminar no viendo los efectos en su entorno “más físico” (sea el que sea que tengan como la parte más densa en su existencia) y, por lo tanto, nos da la impresión de que salen impunes del juego en el que ellos dominan el sistema de vida en la Tierra y nosotros estamos indefensos.

No es correcto, estamos indefensos (a muy groso modo, no es 100% correcto) en la misma medida que un tomate lo está frente a un ser humano. Tal y como dice la frase de “como es arriba es abajo”, si el ser humano termina cargándose el planeta en el que vive y tiene que compensar el desbalance y equilibrio causado por ello, entonces como raza, en algún otro momento, habremos de ejecutar los procesos contrarios para restablecer este equilibrio y desajuste causado, mientras que en estos momentos, los reinos inferiores de la naturaleza no pueden entender cómo hacemos lo que hacemos con el planeta y no sufrimos castigo por ello, que es la misma pregunta que nos hacemos nosotros respecto a las razas “superiores” (evolutivamente hablando) que nos crearon. De esta manera, no es premio ni castigo, simplemente se trata de energías que van y energías que vienen.

Por otro lado, es correcto que la mayoría de razas que han pululado por aquí desde el inicio del sistema de vida en la Tierra tienen otros lugares y puntos de abastecimiento energético, pero hay otras razones para no abandonar la Tierra más allá de que seamos meros generadores de sustento nutricional, ya que hay temas de líneas temporales, futuros alternativos, paradojas del futuro que revierten en el pasado y cosas tales como que, nosotros, desde la línea 42, podríamos intervenir en escenarios donde ellos tienen el poder, y quitárselo o revertírselo, y muchos otros temas que hacen que la Tierra sea un caramelo muy codiciado y los cuerpos humanos unos vehículos evolutivos muy deseados por muchos grupos, no en vano tenemos ADN de más de 20 razas y eso hace que, aunque dejáramos de ser pilas para sus necesidades, habría otras razones que impulsan, principalmente a nuestros creadores genéticos, a no querer tirar la toalla y perder este planeta y la raza que crearon.

un abrazo,

David Topí