viernes, 9 de marzo de 2018

10 maneras de tener la autoestima alta y no volver a perderla.



Todos los seres humanos aspiramos a ser amados y aun con más ambición, aspiramos a ser amados por las personas que amamos, pero olvidamos que en primer lugar, debemos ser objetos del amor de nosotros mismos.

En el ámbito laboral, en la vida de pareja, entre nuestras relaciones interpersonales; el nivel de autoestima se refleja en nuestras elecciones y hace que seamos más o menos felices.

Por otra parte, a largo plazo, las consecuencias de haber elegido mal pueden ser devastadoras, a menos que tomemos conciencia y actuemos en consecuencia.

La falta de autoestima puede modificar de manera negativa el curso de nuestra vida y en eso, no podremos echarle la culpa al destino.

Pero una de las cosas más graves que puede generar esta falta de amor por un mismo es que somos capaces de transmitirla a las generaciones que nos suceden. La familia es el terreno en el que crecen y se desarrollan nuestras virtudes. Porque, ¿saben qué? El amor se enseña y cuando se trata del amor hacia uno mismo no escapa a esta regla de hierro.

Las personas con baja autoestima son fáciles de reconocer porque a toda costa se empeñan en pasar inadvertidas, resaltan los fracasos antes que sus aciertos e incluso tienen tendencia a repetir errores que los han llevado a este punto.

Por el contrario, tener una autoestima elevada nos lleva a ser positivos, actuar según las aspiraciones que tenemos y hacer frente a las dificultades que se nos vayan presentando. Por lo tanto, es indispensable desarrollar nuestra autoestima y conseguir al mismo tiempo que siempre se encuentre en un buen nivel.

Pero esto requiere de un trabajo personal y necesario. A cualquier edad, en cualquier momento y en todas las situaciones, es posible trabajar en nuestra autoestima y reforzarla todo lo que sea posible.

Presentaremos aquí algunas estrategias que pueden contribuir a desarrollar y mantener una buena autoestima si son practicadas de manera regular, al mismo tiempo que una actitud más constructiva en relación a uno mismo.

1) Aprendamos a decir “NO”: ¡Empezamos con algo bien difícil! Ser capaz de decir no es una forma de protegernos. No siempre es fácil, porque uno teme la crítica y el chantaje emocional, dos repercusiones posibles al hecho de expresar lo que uno realmente quiere. Es necesario sobreponerse al miedo al rechazo, a la desaprobación y a la no aceptación.

El miedo a decir no es muy antiguo y tan condicionante que incluso nos hace pensar que ya no seremos amados, algo que nos debilita emocionalmente.

Sin embargo, recuerda alguna vez que seguramente te haya pasado en la que tuviste que reafirmar un deseo y… ¡Sentiste que tenías el poder! ¡Qué satisfacción! Uno se siente realmente libre.

De la misma manera, es inaceptable permitir que se nos critique por sentir tal o cual emoción en particular. Todas las emociones son legítimas y valederas. En todo caso, lo que se puede discutir es el comportamiento de las personas.

No tiene sentido mostrarse conformista con el único objetivo de vivir en paz. Por el contrario, renunciar a vivir nuestros miedos, nuestros enojos o nuestros valores es la mejor manera de estar en conflicto con uno mismo.

Los adultos que tienen una autoestima fuerte son capaces de expresarse libremente independientemente de las reacciones de los demás, son capaces de mostrarse en desacuerdo cuando la situación lo exige, de poner límites y aun así conservar intacta su autoestima.

En cuanto sientas que es necesario, tiene ese derecho de cambiar de idea y al mismo tiempo de expresar su disconformidad. Desarrollar estas actitudes requiere de coraje y a veces es necesario volver hacia atrás para tomar conciencia de que en ocasiones a veces uno dice que sí cuando en realidad tendría que haber dicho que no.

También se deben evaluar las consecuencias posibles del hecho de decir no y los beneficios que puedes obtener de un sí.

2) Exprésate claramente: Debemos aprender a decir lo que pensamos, lo que deseamos y lo que sentimos. Pero cuidado, reafirmarse no implica ser agresivo. Es un aprendizaje el poder expresar las ideas sin agresividad. Seamos prudentes a la hora de formular nuestros deseos y de comunicar nuestros sentimientos, pero hagámoslo de manera clara y concreta.

En esto debemos encontrar un equilibrio y sabemos que es un punto difícil de alcanzar. Pero de la misma manera que decir “no” es un aprendizaje, también lo es expresar con claridad qué viene detrás de esa negativa.

3) Define tus prioridades: Tomemos el tiempo de reflexionar y analizar de manera objetiva cuáles son nuestros propósitos en la vida. Esto te llevará invariablemente a dejar de lado tus dudas y separar tus prioridades de las cosas secundarias.

Centrarse en un objetivo prioritario y poner todas las energías en concretarlo, nos hace sentir bien con nosotros mismos y fortalece nuestra autoestima.

4) Identifícate con valores fuertes: Piensa en esos valores que definen a las grandes personas y establece cuántos de ellos también figuran entre tus ideales.

La libertad de pensamiento, el respeto por el otro, el amor por el prójimo, la compasión y todo aquello que hace a la nobleza de una persona.

Todos contamos con valores y somos capaces de ponerlos en práctica en algún momento. Incluso debes hacerlo a menudo y seguramente otros los vean, menos tú.

No te dejes influir por “accesorios” superficiales de tu personalidad y rescata eso que sabes que siempre va a formar parte de tu ser.

Vivir con valores sólidos contribuye a sentirse feliz.

5) Reconoce tus virtudes: Todas las personas tenemos defectos y virtudes que muchas veces podemos modificar a lo largo de nuestra vida.

Es importante focalizar lo bueno y no detenernos siempre en lo malo. Destaquemos nuestras cualidades y aunque te parezca un ejercicio insignificante, te proponemos que las escribas en un papel, las leas de tanto en tanto e intentes mejora alguna. ¡Este es un buen ejercicio!

¿Quieres llevarte una sorpresa? Pide a tus amigos que hagan una lista de tus virtudes y de todo eso que aman de ti. ¡No podrás creer todo lo bueno que descubrirás de tu propia personalidad!

6) Busca soluciones: ¿Cómo actúas frente a un problema? Cuando tenemos una baja autoestima tendemos a ver las cosas malas y por mucho que le demos vuelta a la cuestión, no encontramos un costado luminoso; todo lo vemos negro.

Sin embargo, siempre hay una alternativa positiva o una solución.

¡Esto merece práctica! Frente a una situación difícil puedes recurrir a parte de la estrategia del punto anterior y anotar los problemas y los puntos negativos y los puntos positivos y las posibles soluciones.

Verás que en poco tiempo tendrás una lista de alternativas que en otro momento no se te hubieran ocurrido y que en algún punto pueden parecerte difíciles de implementar, pero siempre hay una manera.

7) Apela a la comprensión: Se comprensivo contigo mismo que no quiere decir ser indulgente y permisivo. Si tratas de hacer lo mejor e intentas ser cada día mejor persona, mereces ser benévolo con ese que ves en el espejo y al que debes sonreír cada día para darle más y más confianza.

¡Anímate a darte ánimos!

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