domingo, 31 de diciembre de 2017

8 CONSEJOS PARA ATRAER ENERGÍA POSITIVA A TU VIDA



Aunque a muchas personas les cueste creerlo, estamos rodeado de energía positiva y negativa. De la misma manera que nosotros emitimos energía a través de nuestros pensamientos o acciones, de la misma manera la atraemos. A continuación te invitamos a conocer unos consejos para atraer energía positiva a tu vida.
Consejos para atraer energía positiva a tu vida

1.- Ámate y acéptate como eres.

Este consejos es el más importante, ya que si deseas atraer buena salud y bienestar lo que debes de hacer es dejar pasar todo aquello que es tóxico como los pensamientos y sentimientos negativos. Mantente positivo siempre.

2.- Evita pensar en cosas malas del pasado.

Ya no es tiempo de que te culpes por lo que podrías haber hecho y que no llevaste acabo, es cosa del pasado, ya no puedes hacer nada, deja de culparte. ¡Debes de vivir el presente!

3.- Visualiza tus cosas a tu favor.


Si estás por iniciar un proyecto, debes de imaginarte como quieres que sean las cosas de manera positiva y no de manera negativa. Esto servirá para que las buenas energías lleguen a tiempo cuando menos lo pienses.

4.- No comentes sobre tu malestar a otras personas.

Algo muy común es que contamos todo lo malo a las personas que nos rodean y lo único que logras es agravar aun más los síntomas.

5.- Sé agradecido.

Son pocas las personas que agradecen por lo que tienen, deja de quejarte del trabajo y agradece que tienes, muchas personas no tienen un trabajo para sostener una familia.

6.- Reconoce la capacidad de sanar tu interior que posees.

Este poder surge de los pensamientos y las actitudes positivas. Al tener una buena energía el estrés desaparece y esto automáticamente aumenta las defensas.

7.- Ama con todo tu ser.

No puedes amar a medias, si vas amar que sea con todo tu ser. Aprecia las cosas buenas de la vida y ámalas con pasión. No dejes que lo negativo gane.

8.- Sé feliz.

Así de sencillo, cuando uno es feliz deja a un lado todos los problemas y las malas energías se alejan en lugar de acumularse como estrés. ¡Sé feliz!

Comienza a poner estos consejos para atraer energía positiva a tu vida y con ello buena vibra y éxito.

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Cambio de conciencia.


El cambio de conciencia está involucrado con aspectos trascendentales en la vida humana, donde se en tu vida vas experimentando diferentes etapas y el sentido espiritual de la existencia comienza a aparecer.

¿Qué es el cambio de conciencia?

Cambio de conciencia
Es un término místico y espiritual que marca un renacer a aquello que en el fondo ya somos, donde lo divino forma parte de tu ser. El cambio de conciencia te lleva a una renovación de ideas, una manera diferente de sentir y por ende de actuar.
El cambio de conciencia tiene relación con las energías cósmicas y la metafísica:
Las experiencias en el mundo material no ocurren solo por la ley de causa y efecto de ejecutar ciertas acciones, también están involucradas las energías cósmicas que impactan tu ser interior.
Tu estilo de vida, aspecto, preferencias, pensamientos, sentimientos y actitudes es el resultado de un campo vibratorio o energético que impacta en tu aura. El cambio de conciencia implica modificar ese campo vibratorio y lograr comprender muchos misterios que encierra tu vida.
¿Cómo lograr un cambio de conciencia?
Un punto de partida fundamental es el conocimiento, pero no el tradicional para explicar las cosas que ven los sentidos, sino ir más al fondo de la creación. En el libro que habla sobre los MISTERIOS DE LA VIDA cambiarás por completo muchos criterios y creencias tradicionales, entenderás cómo fluye todos los aspectos de la vida a partir del control de tu mente, conocerás los procedimientos más eficaces para un estupendo control de tus energías y con ello crear el mundo que deseas, dejarás de pensar de una forma limitada y al trabajar en ese proceso un cambio de conciencia ocurrirá en tu vida.
Las respuestas para un cambio de conciencia están en tu mente más profunda:
Una gran cantidad de personas son totalmente escépticas a las ideas de un cambio de conciencia, energías y estados espirituales. Esto ocurre cuando las frecuencias mentales están tan elevadas por un ritmo fuerte de vida, que no hay espacio para la relajación, con excepción del sueño, pero si no hay deseo de cierta evolución, entonces te resultará difícil encontrar las respuestas.
Puedes llegar a tu interior usando técnicas de RELAJACIÓN PROFUNDA. Donde tu cerebro baja a las frecuencias cerebrales theta que son de 4 a 7 ciclos por segundo, al igual que las frecuencias cerebrales delta de menos de 4 ciclos por segundo.
Con la relajación profunda puedes lograr muchas cosas: acceso a otros planos, desarrollo de capacidades psíquicas, mayor intuición, conciencia del todo, clarividencia, desarrollo del tercer ojo para ver las auras y estados emocionales, etc. Pero esto va ocurriendo en un proceso y es ahí donde experimentas el cambio de conciencia.
Algunas manifestaciones físicas y psicológicas del cambio de conciencia:
Una vez que tomes la decisión de un cambio importante y positivo en tu vida, entonces comenzarán a surgir una serie de eventos extraños que son necesarios para tu evolución personal, algunos de ellos son:
1.      Alteraciones en el sueño:
Durante cierto tiempo has tenido sueños reparadores y sin interrupciones, pero los cambios internos a veces provocan que te despiertes por en medio del sueño de una forma abrupta, quizás ves imágenes, episodios del pasado, eventos de tu niñez, etc. Esas experiencias son normales, porque está ocurriendo un proceso de sanación interior y muchos bloqueos, ideas negativas, traumas, etc. Necesitan solucionarse para que tengas la preparación a nuevas experiencias.
2.    Revelaciones y sueños lúcidos:
Existen algunas técnicas que te ayudarán a tener SUEÑOS LÚCIDOS. Y con ello tener el control de tus sueños para dar instrucciones a tu mente subconsciente de las experiencias que deseas, también es normal que en el proceso de transformación surjan revelaciones espirituales, las cuales suceden a menudo en sueños, se te dan claros mensajes para que ejecutes las acciones adecuadas a tus aspiraciones.
3.    Instantes de una gran intensidad emocional:
Si estás concentrado en tus propósitos, entonces una enorme energía invade todo tu ser y eso puede afectar tu estabilidad emocional, a veces sentirás una profunda tristeza sin razón normal justificada, lo mismo que instantes de gran euforia. Es importante que uses tu energía de forma positiva, si has usado la abstinencia en muchas cosas para acumular energía para un cambio en tu vida, cuida esa energía y no vayas a entregarla a una idea que no ayuda en nada a tu crecimiento personal.
4.    Surgen maestros con acontecimientos positivos y negativos:
Cuando piensas en un maestro, lo primero que se te viene a la mente es una persona que te dará estupendos consejo, de hecho, así ocurre. Pero hay otras formas en que los maestros se presentan en tu vida, cuando vas por el camino equivoca, es posible que encuentres con muchos conflictos personales y dirás “estoy cansado de este tipo de gente”, pero ellos son tus maestros, porque te están diciendo “esta ruta o acción es inadecuada para ti”, aprende de todas las señales que las experiencias te dan y será más fácil un gran cambio de conciencia.
5.     Cambios fisiológicos y en el aspecto:
Si estás pensando y actuando de manera positiva tu aspecto se verá mucho mejor, la gente inconscientemente percibirá la luz el brillo de tu rostro. Pueden ocurrir cambios fisiológicos, ciertos dolores, aumento o pérdida de peso, etc. Todos esos cambios están creando tu nuevo yo, una nueva persona que ahora se rige por ideas diferentes.
6.    Necesidad de la renovación de actividades y amistades:
Los ambientes y actividades que antes realizabas y que disfrutabas, ahora ya no te llenan. Deseas otras experiencias y por eso buscas otras personas que se ajusten a la nueva vibración que emites.
7.     Sensaciones extrañas:
Puedes sentir por algunos lapsos que el tiempo se detiene, visualizar cosas, recibir la inspiración de ideas, sentir un impulso súbito a hacer algo, etc. Cada uno de esos estímulos son señales espirituales que te dan una guía para tu evolución.


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Trauma psicológico: Los traumas con “T” mayúscula y “t” minúscula


En el imaginario popular, la palabra "trauma" se ha vinculado con los acontecimientos negativos y las situaciones difíciles. Sin embargo, esa concepción del trauma implica tener un locus de control externo, poner la responsabilidad en las circunstancias y convertirnos en víctimas pasivas. Ese concepto de trauma psicológico nos maniata de pies y manos.

En realidad, todo trauma psicológico siempre es el resultado de la interacción de las situaciones que vivimos y el significado que les conferimos, lo cual significa que todos estamos expuestos, en mayor o menor medida, a sufrir traumas emocionales que dejen profundas heridas. No obstante, también significa que podemos protegernos de los traumas y, sobre todo, que podemos sanar. 

¿Qué es el trauma psicológico?


Pierre Janet resumió a la perfección el concepto de trauma psicológico: “Es el resultado de la exposición a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de la persona. Cuando las personas se sienten demasiado sobrepasadas por sus emociones, los recuerdos no pueden transformarse en experiencias narrativas neutras. El terror se convierte en una fobia al recuerdo que impide la integración del acontecimiento traumático y fragmenta los recuerdos traumáticos apartándolos de la consciencia ordinaria, dejándolos organizados en percepciones visuales, preocupaciones somáticos y reactuaciones conductuales”.

Esto significa que para que se produzca un trauma psicológico es necesario que se cumplan tres condiciones:

1. Exista un acontecimiento que consideremos estresante.

2. No tengamos los recursos emocionales y cognitivos necesarios para afrontar ese acontecimiento.

3. Incapacidad para procesar emocionalmente lo ocurrido, de manera que nos quedamos atascados en el recuerdo traumático.

Cuando pensamos en los traumas psicológicos, solemos imaginar situaciones límite. Esos son los traumas con “T” mayúscula, acontecimientos generalmente inesperados y con un gran impacto emocional que depletan nuestros recursos de afrontamiento. Por suerte, estos traumas son menos comunes.

Sin embargo, también existen traumas con “t” minúscula, que son mucho más comunes e incluso pueden llegar a ser más peligrosos puesto que no siempre somos capaces de identificarlos. Estos traumas están causados por la exposición repetida a acontecimientos que terminan dañando nuestros recursos de afrontamiento, como pueden ser varias pérdidas o situaciones de humillación y sufrimiento. Se trata de “traumas acumulativos”.

Para comprender la diferencia entre ambos tipos de traumas, podemos imaginar que los traumas con “T” mayúscula son un chorro de agua que llena nuestro “vaso psicológico” en un abrir y cerrar de ojos. Los traumas acumulativos, con “t” minúscula, llenan ese vaso gota a gota. No obstante, en ambos casos el vaso termina desbordándose.

Muchas personas subestiman los traumas con “t” minúscula ya que su mecanismo de acción es más sutil, pero su efecto acumulativo puede causar mucho daño. Un estudio realizado en el Hospital General de Changi de Singapur pone de manifiesto los efectos de lo que podríamos denominar “pequeñas sacudidas emocionales”.

Estos psicólogos le dieron seguimiento durante 9 meses a más de 3.000 personas que habían sufrido un accidente de coche. Comprobaron que la mitad de ellas había desarrollado algún trastorno psicológico a raíz del accidente. No obstante, no se trataba de estrés postraumático ya que este generalmente se desarrolla como resultado de un trauma con “T” mayúscula, sino problemas de ansiedad y depresión. Esto indica que es probable que ese accidente haya sido la gota que colmó un vaso psicológico que ya estaba bastante lleno.


Trauma psicológico: Causas y síntomas


Para que se produzca un trauma emocional, no solo es necesario que ocurra una situación perturbadora, también debemos percibirla como tal. Por tanto, los traumas dependen en gran medida del significado que le atribuimos a las experiencias que atravesamos. De hecho, se estima que el 64% de las personas que se exponen a episodios traumáticos no desarrollarán un trastorno psicológico.

Para que un acontecimiento genere un trauma psíquico, debe romper nuestro equilibrio psicológico, poniéndonos en una situación de gran fragilidad emocional e incertidumbre. Más tarde, aunque seamos perfectamente conscientes de que el “peligro” ha quedado atrás, no logramos despojarnos de las emociones negativas y la sensación de malestar que este generó. 

Por eso, en el fondo, la causa del trauma psicológico es nuestra incapacidad para procesar emocionalmente las situaciones vividas. Esas experiencias no se integran de manera armónica en nuestra línea vital sino que se mantienen activas en nuestra mente. 

A la larga, esas experiencias pueden llegar a provocar cambios en la bioquímica cerebral. Mientras atravesamos una situación traumática la amígdala, uno de los centros emocionales del cerebro, se mantiene activada, lo cual genera un exceso de cortisol, una hormona que inhibe el funcionamiento del hipocampo, una estructura fundamental en el proceso de simbolización de las experiencias y su temporalización en nuestra historia vital. Esa es la razón por la cual, es muy difícil que las experiencias traumáticas se puedan convertir en hechos narrativos y logremos pasar página. 

Sin embargo, no siempre es fácil reconocer que estamos sufriendo un trauma pues a veces los síntomas del trauma psicológico no son tan evidentes. Cada persona reacciona de manera diferente, aunque algunos de los signos del trauma emocional más comunes son:

- Pesadillas. Incluso en los casos en los que se produce una disociación, un mecanismo de defensa a través del cual apartamos la situación traumática de nuestra mente consciente, a menudo pequeños retazos del episodio traumático se reviven o aparecen en los sueños en forma de pesadillas.

- Ansiedad, nerviosismo e irritabilidad. A menudo los traumas generan un estado de expectación ansiosa que nos mantiene en vilo, como si en cualquier momento fuera a ocurrir algo malo. Esa tensión constante pasa factura generando irritabilidad y nerviosismo, haciendo que reaccionemos de manera exagerada ante las situaciones cotidianas de la vida.

- Anestesia emocional. En algunos casos, sobre todo cuando el impacto emocional ha sido muy fuerte, se produce una especie de anestesia emocional, un mecanismo de defensa que se activa para protegernos de otros golpes. De repente, es como si la vida perdiera el sentido, nada nos importa ni anima, nos sentimos desconectados de nuestras emociones, hasta el punto de que podemos sentirnos ajenos a nosotros mismos.

- Indefensión aprendida. Los traumas acumulativos suelen generar este sentimiento, que se manifiesta con la sensación de que nada de lo que hagamos puede marcar la diferencia. Los traumas con “t” minúscula suelen generar un mecanismo de defensa pasivo, nos limitamos a protegernos pues creemos que cualquier esfuerzo es inútil, lo cual genera la sensación de indefensión, que suele terminar desencadenando un cuadro depresivo pues no somos capaces de vislumbrar cómo salir de esa situación y nos limitamos a sufrirla. 

- Culpa y vergüenza. A veces podemos experimentar una profunda sensación de vergüenza, sobre todo cuando creemos que la situación traumática ha sido culpa nuestra, lo cual genera a su vez vergüenza. También podemos reaccionar enfadándonos con nosotros mismos, o culpando al mundo de lo ocurrido, lo cual se debe a que estamos buscando un sentido para lo ocurrido, pero no podemos hallarlo y eso nos frustra.

- Síntomas psicosomáticos. A menudo los traumas psicológicos terminan generando problemas que impactan en la salud física. Lo más común es que se manifiesten a través de dolores musculares, pero también pueden desencadenar problemas dermatológicos, migrañas, dificultades gastrointestinales, generar ataques de pánico o dar lugar a enfermedades psicosomáticas mucho más complejas.

¿Cómo superar un trauma?


Superar un trauma no es sencillo, a menudo es necesario apoyarse en un psicólogo ya que hurgar en la herida emocional sin los conocimientos adecuados puede hacer que supure más, causando un daño aún mayor. 

Sin embargo, lo que sí podemos hacer es “blindarnos” contra los traumas emocionales. Se ha apreciado que existen dos factores que aumentan las probabilidades de vivir una situación como traumática:

- Tener problemas psicológicos anteriores a la situación traumática, como padecer estrés, ansiedad o depresión.

- Evitación experiencial, evitar los recuerdos, sentimientos o pensamientos relacionados con el episodio traumático.

Por tanto, llenar tu mochila de herramientas para la vida te ayudará a enfrentar mejor las situaciones difíciles, de manera que no se conviertan en un trauma. El primer paso es comprender que los traumas no son experiencias sino respuestas emocionales, por lo que es en ellas que debemos trabajar.


Fuentes:
Chan, A. O. et. Al. (2003) Posttraumatic stress disorder and its impact on the economic and health costs of motor vehicle accidents in South Australia. Journal of Clinical Psychiatry; 64(2): 175-181.
Rasmusson, A. M. et. Al. (2000) Low baseline and yohimbine-stimulated plasma neuropeptide y (npy) levels in combat-related ptsd. Biol Psychiatry; 47: 526-539.
Goodyer, I. M. et. Al. (1998) Adrenal steroid secretion and major depression in 8-to 16-year-olds, iii: Influence of cortisol/dhea ratio at presentation on subsequent rates of disappointing life events and persistent major depression. Psychol Med; 28: 265-273.


sábado, 30 de diciembre de 2017

Sentires del Alma…Soltando sombras para Ser lo que somos, Luz. Por Ashamel Lemagsa.



Amados…

No hay fecha específica o ideal para soltar las sombras interiores!!! Todos los días son los mejores o ideales para valorarnos a nosotros mismos y decidir soltar las sombras para Ser Luz…

Nuestra propia Luz!!!!



Es muy importante comprender que nosotros somos una fuente viva de energía lumínica que podemos liberar para cambiar nuestra vida hacia metas más elevadas.

Entonces…

Por qué caminamos a los tumbos entre los subes de alegría cuasi pasajera y los bajones de pesadumbre y frustración que parece que nunca terminan?



Por qué causa nos deprimimos, cuando las situaciones no se resuelven cómo nosotros, lo esperábamos?

Quizás esperamos que los demás actúen como nosotros quisiéramos, sin tener en cuenta que cada quién es como es y cómo puede ser en ese instante y nada podemos hacer para que cambie, si el otro o los otros no están conscientes del cambio que deben realizar y que nosotros esperamos de ellos.

Entonces, cuando no recibimos las respuestas esperadas, llega el bajón emocional y los pensamientos que oscurecen nuestro corazón.



Ahora bien…



Si nosotros somos una Fuente de energía viva de Luz, esa misma luz tendría que iluminar nuestros estados de ánimo sombríos…

Sin embargo, nuestra Luz no aparece tan rápidamente y permitimos que aquellos estados de ánimo de melancolía, tristeza o depresión nos hagan tambalear.

Cómo resolverlo?

Cómo cambiar la frecuencia sin endurecer el corazón por las decepciones recibidas?



En primer término…

No esperar nada del otro, ni positivo ni negativo, NADA!!!!

Cuando nos centramos en nuestra Luz interior, en nuestro amor interior, Nuestra Fuente de Energía Divina, sembramos desde la alegría y la fe, sabiendo que las respuestas llegarán según el terreno donde fueron sembradas las semillas, entonces no pueden surgir frustraciones o decepciones.


Se recibe lo que hay que recibir, y nuestra mayor alegría es la siembra!!!



En segundo término…

Cuando sembramos sabemos que existe el libre albedrío para todos y para nosotros también, por lo cual, cada Ser Humano será como debe o puede Ser independientemente de nuestra siembra.

Los frutos serán apreciados, según la capacidad del comensal para saborearlos y valorar la calidad del sembrador.



Finalmente…

Cuando se acepta a los otros como son realmente, sabiendo que nadie verá flores cuando están los ojos del Alma cubiertos con los velos de las sombras interiores, muchas de nuestras decepciones se disolverán en una profunda comprensión del Alma Humana y sus luchas interiores para ser realmente libre de sus propios velos de sombras interiores.



Esta misma reflexión, cuando se aplica a nosotros mismos y logramos sentirnos como Fuentes vivas de Luz, las sombras lentamente caen…

Cae el orgullo, para dejar paso a la humildad.

Cae la ira, para dejar paso a la comprensión y la reflexión.

Cae el odio y la venganza para dejar paso al perdón.

Cae la tristeza para dejar paso a la fe y la esperanza.

Cae el miedo para dejar paso al Amor Ilimitado.



Cuando caen nuestras sombras personales, creadas por nosotros mismos, dejamos paso a la Luz que somos realmente.



No somos las sombras, somos la Luz Divina, siempre lo fuimos.

No existe el pecado o el castigo de Dios, existen nuestras sombras que nacieron como parte del aprendizaje que debíamos atravesar para que lentamente nuestra Luz se arraigara en la vida.

Es el sendero del Sabio… cada día se hace consciente de los velos  que posee, para ir disolviéndolos con la energía Luz que él mismo es, desde su origen prístino.



Hoy y para siempre…

Soltemos los velos de esas sombras…

Que carga la personalidad,

Para que nosotros, de manera consciente

Las disolvamos en nuestro amor y

Respeto hacia…

Nuestro mismo origen… Dios.

Somos Dios.

Siempre lo fuimos.



Los Amo!!!!


Con Amor, Ashamel Lemagsa.




viernes, 29 de diciembre de 2017

El poder del “Tercer Momento”



Cuando el enésimo conductor te corta el paso, es probable que sientas una oleada de ira. Cuando haces una fila inmensa y no obtienes lo que necesitas, te embarga una oleada de frustración. Cuando tu compañero de trabajo recibe una promoción que crees merecer, sientes una oleada de celos. Enfado. Impaciencia. Tristeza. Frustración… Nos pasamos gran parte del día invadidos por varias emociones.



A menudo esas emociones son “negativas” puesto que nos hacen sentir mal y descarrilan nuestros planes. Por culpa del enfado, la irritabilidad o los celos, terminamos haciendo cosas de las que después nos arrepentimos. Además, esas pequeñas experiencias van oscureciendo nuestra jornada, impidiéndonos sentir alegría y satisfacción, arrebatándonos nuestro equilibrio emocional. La buena noticia es que no tiene por qué seguir siendo así.



No puedes cambiar las situaciones, pero puedes cambiar tus reacciones



Lo queramos o no, nuestras reacciones emocionales terminan moldeando nuestras experiencias. No podemos cambiar las situaciones pasadas, pero a cada momento nos enfrentamos a nuevas experiencias sobre las que sí tenemos cierto grado de control. Nuestra respuesta ante cada situación moldeará los próximos minutos u horas de la jornada, solo tenemos que aprender a prestar atención en el momento correcto.



Puede ayudarte pensar en las emociones como si fueran una llave en la cerradura. Puedes introducir y mover la llave sin problemas en su interior, pero dado que tu objetivo es abrir o cerrar la cerradura, tendrás que encontrar el punto preciso en el que puedes sacar la llave. Si no lo encuentras, la llave se atascará y tendrás que seguir dándole vueltas en la cerradura, con lo cual no conseguirás nada más que aumentar tu frustración.



De manera similar, en la vida algunas situaciones pueden generar estados emocionales en los que nos quedamos atraapdos, las más usuales son la culpa y el rencor, que generan a su vez un bucle de negatividad, un ciclo que no se detendrá hasta que no seamos capaces de encontrar ese punto preciso. El método del “Tercer Momento” enseña cómo encontrar ese punto, para que logremos seguir adelante usando las emociones a nuestro favor, en vez de quedarnos a su merced.



Los tres momentos de la experiencia



La vida está compuesta por una serie de experiencias, y cada una de ellas se puede dividir en tres momentos.



El primer momento – La sensación



En un primer momento, nuestros órganos sensoriales perciben un cambio en el entorno. Es ese momento en el que escuchamos nuestro nombre o vemos a una persona. En ese instante, simplemente percibimos, no reconocemos lo que está sucediendo. Nuestros órganos de los sentidos captan y transmiten la información.



El segundo momento – La atribución de significado



En un segundo momento, en cuestión de milisegundos, que es lo que tarda en viajar el estímulo a través de las redes nerviosas, reconocemos que han dicho nuestro nombre o el rostro de la persona. En este momento se activa lo que Antonio Damasio denominó “marcadores somáticos”, los cuales nos permiten calificar esa percepción de manera automática como buena, mala o neutral.



Esa atribución no depende exclusivamente del estímulo sino también de nuestros recuerdos, de las experiencias anteriores con estímulos similares e incluso de nuestras creencias y expectativas. En ese momento la experiencia comienza a tener una valencia emocional, nos agrada o genera rechazo. Ese mecanismo transcurre fundamentalmente por debajo de nuestro umbral de conciencia.



El tercer momento – La reacción



En este momento tenemos la posibilidad de aceptar o rechazar el significado que nuestro cerebro más primitivo le ha impreso a la experiencia. Podemos analizarla conscientemente y decidir si realmente es tan desagradable y amenazante o si, al contrario, se trata de una reacción exagerada basada en experiencias pasadas que no guardan mucha relación con la situación actual.



El tercer momento nos brinda la posibilidad de marcar la diferencia entre la acción y la reacción, podemos distanciarnos de las respuestas automáticas, comprender nuestras emociones y pensar una respuesta.



El método del Tercer Momento



No podemos influir en nuestras sensaciones y en la atribución de significados que realizamos de manera automática, pero tenemos un enorme poder en el tercer momento de la experiencia. Podemos usar ese tiempo como una pausa, de manera que no nos limitemos a reaccionar sino que seamos capaces de responder.



El método del Tercer Momento nos permite tomar el control y no ser víctimas de las circunstancias. ¿Cómo aplicarlo? Simplemente observando la emoción.



En el segundo momento, nuestro cerebro primitivo desata una emoción, que es la que nos impulsa a alejarnos o acercarnos de lo que está ocurriendo. Debemos ser capaces de detectar esa emoción justo cuando surge. Se trata de concientizar esa emoción antes de que pueda desencadenar una respuesta automática y se conecte con cualquier pensamiento.



Cuando la emoción se conecta con un pensamiento, creemos que estamos reaccionando de manera racional pero en realidad no es así. Por ejemplo, podemos sentirnos frustrados y, como resultado, pensar que la persona que tenemos delante es un incapaz. Obviamente, se trata de una conclusión sin una base sólida más allá de lo que estamos sintiendo. Cuando observas la emoción apenas nace, evitas hacer ese tipo de asociaciones que pueden llevarte a cometer errores.



Es probable que te sientas tentado a rastrear la fuente de esa emoción. Es comprensible, pero no es nada útil porque puedes caer en un bucle infinito de culpabilización. En vez de centrarte en quién hizo qué para quién, simplemente observa tu emoción.



No lo hagas como si fueras un observador externo, deslingándote de la emoción, sino que debes sentirla plenamente. Puedes imaginar esa emoción como si fuera un globo inflado que te llena. No le prestes atención al globo sino a lo que hay dentro de él.



¿Cómo se siente? Es importante que no racionalices. ¿Qué hay dentro del globo? En realidad, solo hay espacio.



Eso no significa que tu emoción sea espacio, pero te ayudará a comprender que la emoción en sí misma no existe tal y como crees, no es algo estático y sólido. Poco a poco comenzarás a sentirte más ligero, esa emoción se “desinflará” y es probable que hasta te sientas feliz o satisfecho. Cuando dejas ir una emoción que te estaba afectando, sientes el alivio de quitarte de encima un gran peso.



Sin embargo, no es algo que se consiga de la noche a la mañana, debes practicar. No hay dudas de que en el calor del momento puede ser difícil poner en práctica este método, por eso es importante que practiques en situaciones que puedas controlar mejor.



Lo interesante es que a medida que vas controlando este método, vas ganando en confianza y autocontrol, mejora enormemente tu calidad de vida porque dejas de reaccionar, dejas de estar a merced de las circunstancias y puedes elegir realmente cómo comportarte.

Rincón de la Psicología

Práctica estos 7 consejos para ser emocionalmente más fuerte


Una herramienta valiosa que todos deberíamos desarrollar es aprender maneras de ser emocionalmente más fuerte, esto nada tiene nada que ver con la fortaleza física, sino más bien con la resistencia, con la habilidad de encarar los altibajos que enfrentamos, así como con tener una mente flexible capaz de reinventarse, de asumir desafíos con confianza, con valiente resolución.

La fortaleza emocional nos dota de recursos psicológicos adecuados con los que hacer frente a cualquier reto. Para que esto ocurra, para ser emocionalmente más fuertes, necesitamos tomar conciencia de lo que deseamos ser y de lo que queremos y no queremos en nuestras vidas. Una vez quedan claras las prioridades, ya no dejaremos espacio para las inseguridades o rendiciones.

Aceptar las emociones negativas es una de las maneras de ser emocionalmente más fuerte

Aprende 7 maneras de ser emocionalmente más fuerte

1. La autoconciencia: 20 minutos de reflexión personal al día
Al igual que dedicamos una parte de nuestros días a hacer deporte, a leer o ver la televisión, sería muy recomendable que además, nos “regalásemos” un intervalo de tiempo para reflexionar, para practicar la autoconciencia.

2. Acepta las emociones negativas
Pensemos en algo durante un momento. Nos han convencido durante mucho tiempo de que “debemos ser felices”, nos lo han repetido tantas veces que al final nos hemos convertido en adictos de las emociones positivas. Algo así provoca que, de algún modo, no toleremos o no entendamos el objeto de las emociones negativas.

3. Entiende que los obstáculos no son muros, son desafíos
Los recursos psicológicos que vamos a tener que desarrollar para ser emocionalmente fuertes no siempre son fáciles ni rápidos de asumir. Una tercera estrategia que nos puede resultar útil es la de darle un sentido distinto a los obstáculos.

4. En lugar de atención ajena, reclama respeto
Hay quien pasa gran parte de su vida nutriéndose de la atención ajena. Así, al disponer de la aprobación de los demás, de la complacencia de los amigos y de la familia, logran validarse y alimentar la propia autoestima. Esta práctica insana nos impide ser emocionalmente más fuertes. Lo que necesitamos no es atención, es respeto, el mismo que ofreceremos a los demás.
Aprender a dar gracias es otra manera de ser emocionalmente más fuerte

5. Recuerda, el cambio forma parte de la vida
Algo que caracteriza a las personas fuertes emocionalmente es el entusiasmo. La personalidad entusiasta tiene una fuerza en su interior que le anima a superarse, a encontrar nuevos desafíos con los que crecer, a hallar ese impulso con el que dejar atrás los entornos tóxicos, las personas que no aportan y hacen daño.

6. Aprender a dar gracias
Puede que a simple vista nos parezca algo ingenuo o incluso poco científico, pero en realidad el acto de dar gracias cada día por lo logrado, por lo que uno tiene, por lo que uno es y le rodea, es en realidad un ejercicio altamente saludable.

7. El mejor día para conquistar tus sueños siempre es hoy
Ser emocionalmente más fuertes implica también ser capaces de luchar por aquello que deseamos sin miedos, sin inseguridades, sin tener que aplazar para mañana las necesidades que tenemos hoy.

Para concluir, comienza a practicar estas 7 maneras de ser emocionalmente más fuerte, pues es una tarea que en realidad nunca se termina.


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RECOMENDACIONES DE RICHARD GERE PARA VIVIR.


Como una forma de luchar contra sus tormentas interiores e ir en búsqueda del equilibrio, el conocido actor de Hollywood Richard Gere se ha dedicado a indagar sobre los caminos hacia la felicidad. Recordemos que el actor de “Pretty Woman”, antes de hacerse famoso en el mundo del cine fue estudiante de filosofía, lo que lo llevó a descubrir el budismo, consagrar su vida a la meditación y transformarse en activista por los derechos humanos.
En ese contexto, Gere define la conquista de la felicidad como una lucha diaria en que debes hacer trabajar mente y corazón.  Richard Gere recomienda que vivamos así:
1. Olvídate de la edad cronológica, es sólo un número.

2.Mejora tus relaciones con los que te rodean, mejorará el aspecto de tu piel.

3. Despiértate siempre con una sonrisa..

4. Juega por jugar, diviértete con lo que te gusta hacer. Cumple algún sueño infantil.

5.Cuida tu alimentación, disfruta con ella, no te excedas en nada y equilibra las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.

6. Muévete, camina, nada, practica algún deporte. Ve probando hasta que encuentres lo que mejor le sienta a tu cuerpo.

7. Aprende a ver en cada enfermedad un maestro, en cada bache de la vida una lección que aprender.

8. Sé por sobretodo agradecido.

9.Aprende cada día algo nuevo, es un seguro contra enfermedades neuro-degenerativas.

10.Exprésate y escucha a los demás, abre nuevos canales de comunicación. Aprende a utilizar las nuevas tecnologías.

11.Practica algún arte. Si no lo has hecho nunca, busca un maestro e imponte una disciplina. Disfrútalo.

12.Aléjate de personas tóxicas, procura estar al lado de quien amas.

13. No contamines tu cuerpo con lo que le perjudica.

14.Abre tu corazón, no digas siempre “yo pienso”, incluye en tus mensajes “yo siento”.

15.Haz todos los días algo diferente. Toma caminos distintos, tira lo que no te sirva, renueva tu vestuario, desordena alguna de tus rutinas, prueba a entrar en lugares nuevos.

16.No te autolimites en la forma de vestir, en la decoración de tu casa, en la música que escuchas… todo lo que hace disfrutar, si no hace daño, está disponible para todas las edades.

17.Encuentra todos los días una noticia positiva y compártela con alguien.

18.Practica la bondad y el desapego.

19. Aprende a recibir.

20. Juzga menos (mejor nada), ama más.

21.Vive cada momento, pero si tu mente viaja en el tiempo que sea más hacia el futuro que hacia el pasado.
Hay un poderoso ejercicio, muy simple, que empecé a usar hace algunos años.
A quien encuentre en mi camino, sea una persona o un insecto, el primer pensamiento que asumo respecto a este momento es “Te deseo felicidad”.
Y mucho más importante que la idea era esa primera vez que decía “Te deseo felicidad”.
Esto transforma completamente lo que va a ocurrir entre tú y esa persona.
Digo esto desde mi experiencia personal. En ocasiones, es muy difícil cuando encuentras a tu enemigo o cuando te ves a ti mismo en situaciones inesperadas. En este momento, creas la oportunidad de hacer más espacio alrededor de ti. Ves cómo desaparece esa emoción negativa antes que te tome y te da tiempo a transformarla. Ves las cosas como son, como simple y evidente ignorancia, ira, temor, no de los otros, sino como ignorancia de mi parte, de su parte. Transformas esto, lo dejas ir, te vuelves al amor.
Prueba a hacerlo, y observa todo lo que cambiará en tu vida. 
¡Te deseo felicidad!


https://consejosdelconejo.com