martes, 20 de diciembre de 2016

CUANDO EL DESASTRE GOLPEA.


En lo que concierne a la mayoría todavía inconsciente de la población, sólo una situación crítica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y de obligar a la entrega y forzar al estado de despertar.

Una situación crítica surge cuando a través de algún desastre, una conmoción drástica, una pérdida profunda o el sufrimiento, todo su mundo se hace añicos y ya no tiene sentido.


Es un encuentro con la muerte, sea física o psicológica.
La mente egotista, el creador de este mundo, se derrumba. De las cenizas del viejo mundo, uno nuevo puede nacer.
No hay garantía, por supuesto, de que incluso una situación limite lo haga, pero el potencial está siempre ahí.
La resistencia de algunas personas a lo que es se intensifica incluso en tal situación, y de esa forma se convierte en un descenso al infierno.


En otros, puede haber sólo una entrega parcial, pero incluso eso les dará cierta profundidad y serenidad que no tenían antes.
Partes de la cáscara del ego se rompen, lo que permite que pequeñas cantidades de brillo y paz que estaban más allá de la mente, la traspasen.


Las situaciones límite han producido muchos milagros.
Ha habido asesinos condenados a muerte que en las últimas horas de su vida, esperando su ejecución, experimentaron el estado de no ego y la profunda paz y alegría que lo acompañan.

La resistencia interior a la situación en la que se encontraban se hizo tan intensa que produjo un sufrimiento insoportable y no había ningún sitio a donde huir ni nada que hacer para escapar de él, ni siquiera un futuro proyectado por la mente. Se vieron forzados a una aceptación completa de lo inaceptable. Se vieron forzados a la entrega. De esta forma, pudieron entrar en el estado de gracia con el que viene la redención: la liberación completa del pasado.


Por supuesto, no es realmente la situación límite la que hace sitio al milagro de la gracia y la redención, sino el acto de entrega.
Siempre que lo golpee un desastre, o que algo ande muy "mal" -enfermedad, incapacidad, pérdida del hogar o la fortuna o de una identidad socialmente definida, ruptura de una relación cercana, muerte o sufrimiento de un ser amado, o la cercanía de su propia muerte- sepa que hay otra cara en ello, que usted está sólo a un paso de algo increíble: una transmutación alquímica del metal bajo del dolor y el sufrimiento en oro. Ese paso se llama entrega.

No quiero decir que usted se sentirá feliz en esa situación. No será así. Pero el miedo y el dolor se transmutarán en una paz interior y una serenidad que viene de un lugar muy profundo, de lo No Manifestado. Es la "paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión".

Comparada con eso, la felicidad es algo muy superficial. Con esta paz radiante viene la comprensión -no en el nivel de la mente, sino en la profundidad de su Ser- de que usted es indestructible, inmortal.


Esta no es una creencia. Es una absoluta certeza de que no necesita evidencia externa o prueba de alguna fuente secundaria.


Eckhart Tolle



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