viernes, 7 de agosto de 2015

TRANSCENDER EL EGO PARA CONQUISTAR EL SER.



La Psicología transpersonal considera que luz y oscuridad son dos caras de la misma moneda. Por eso trabaja con tus “sombras”, con esas características o cualidades de tu ser que quedaron reprimidas y olvidadas en tu subconsciente.
¿Cómo llegas a conectar con tu verdadero Ser? Un terapeuta transpersonal te propone: saber quién crees ser para “desmontar” a tu “personaje” (con sus luces y sus sombras).
¿Cómo hacerlo? Con técnicas transpersonales como el diálogo gestáltico, la catarsis emocional (para curar las heridas del pasado), aprender a vivir el “aquí y ahora” y la meditación.
Le damos la bienvenida a Rocío Castro González. Es terapeuta transpersonal y Colaboradora de Buenasterapias. Vive y trabaja en Sevilla. Éste es su primer artículo. ¡Lo vais a disfrutar!
¡Cuántas son las veces que te has preguntado quién eres realmente!, ¡Cuántas son las preguntas sin respuesta que te has hecho acerca de tu persona. ¿De dónde vengo?, ¿Soy yo, todas estas atribuciones que forman mi persona?, ¿Por qué tengo que ser así, si no me gusta?
Preguntas como estas aparecen en nuestra mente y se reflejan en nuestro pensamiento alguna que otra vez. Buscan respuestas profundas. Pero a menudo sólo podemos responder de manera vaga y sutil. Entonces tales cuestiones desaparecen y quedan en el olvido de nuestra mente y corazón, como un estado de embriaguez y ensoñación que, de repente, nos aparta del mundo real. Aunque eso sí, nos deja, en el fondo, muy en el fondo de nuestro latir, un sentimiento de inquietud, anhelo y hasta de incomodidad, muy difícil de definir.
Bien, querido lector, estas preguntas sí pueden tener respuestas, y de esa tarea se encarga la filosofía y la psicología transpersonal.
¿Qué niveles superiores de significado, qué sentido y mensaje profundo nos transmite el mundo y estamos ignorando?
No vemos las cosas como son, sino como somos nosotros. Es por esto que debemos adiestrarnos en la observación y la contemplación, transformando nuestra manera de ser y trascendiendo nuestro ego para llegar así a nuestro verdadero Self. Abriéndonos, pues, a esa sabiduría oculta y perenne y a ese estadio elevado de conciencia que nos acerca al verdadero misterio y sentido de la existencia.
Transpersonal significa “más allá de lo personal”. La psicología transpersonal considera que la psique es multidimensional, por lo que existen diversos niveles de conciencia, cada uno atribuidos con diferentes características y regidos por distintas leyes.
En este contexto, el objetivo del terapeuta transpersonal será el de trabajar con el paciente según su nivel de conciencia, guiándole a abrirse a sus dimensiones interiores y descubrir quién es realmente.
Partiendo del nivel de conciencia del paciente, le ayudamos a superar los conflictos propios de ese nivel de conciencia, en un continuo estado de observación y dispuesto a conducirle hacia nuevos niveles experienciales a medida que se van presentando.
Tratamos de dar importancia a la psique humana en cuanto a sus dimensiones espirituales o cósmicas y el potencial evolutivo de la conciencia.
¿Cómo se manifiesta esa dimensión espiritual en nuestra persona o yo físico?
A través de la búsqueda del sentido de la vida, las experiencias cumbres o místicas, la intuición, la creatividad, la naturaleza, la alegría, sensibilidad hacia emociones y ciertas experiencias no experimentadas anteriormente, tolerancia y apertura hacia diferentes formas de percibir lo real, ecuanimidad y aceptación hacia los momentos de crisis y bondad o solidaridad con los demás y la naturaleza en sí, entre tantas otras.
Todas estas experiencias y sensaciones nos mueven hacia la contemplación espiritual. Hacia la capacidad de poder comenzar a buscar respuestas a algo más allá de nuestra realidad percibida. En definitiva, hacia la conciencia. Y es así, teniendo estos despertares, cuando descubrimos que hay diferentes niveles de conciencia, y nos abrimos al camino y a nuestro crecimiento integral, ya que despertamos hacia una visión más amplia de la realidad.
Dentro de la terapia transpersonal el objetivo primordial es el de llegar a conocer realmente quiénes somos. Llegar a nuestro Self, y, por supuesto, para ello, primero debemos trascender nuestro ego.
Una vez el sujeto renuncia a su posición de pertenencia de la familia y asume su posición independiente, es cuando se crea el ego mental.
Diríamos que nuestra personalidad se define y se llena de atribuciones sobre nuestra persona, positivas y negativas, tanto externas como propias. Podríamos decir, que ya hemos creado nuestro personaje, el cual nos acompañará a lo largo de nuestra vida, desarrollándose en autonomía y haciéndose más rígido con el paso de los años, puesto que nos sentimos más cómodos en nuestro él.
No obstante, mientras más rígido es nuestro personaje y más se reafirma en quién cree ser, antes intenta emerger nuestro “sí mismo” o Self, como lo llama C.G. Jung, despuntando hacia “los fueras”, a través de la experimentación de esas dimensiones espirituales antes comentadas.
En este proceso que C.G. Jung deno
mina, Proceso de Individuación, comienza ese despertar de conciencia. Ese camino consciente hacia la luz que nos llevará a la autorrealización y el verdadero conocimiento de quién somos en realidad. Nuestro Self, nuestro Yo real, nuestro Sí mismo. El Yo soy porque Yo soy.
Según planteó C.G. Jung, ese proceso de individuación se alcanzaría, en definitiva, trascendiendo nuestro ego. Atravesando esa máscara o personaje que hemos creado a lo largo de los años y que creemos ser, para finalmente llegar a nuestro Self.
Sin embargo, trascender el ego no es tarea fácil. Para ello primero debemos tomar una acción de responsabilidad, compromiso y sinceridad con nosotros mismos y trabajar en nuestra sombra.
¿QUÉ ES LA SOMBRA?
Cuando hablamos de sombra, lo hacemos acerca de esas características o cualidades de nuestro ser que quedaron enterradas, reprimidas y olvidadas en nuestro subconsciente. No las conocemos y cuando comienzan a vislumbrar, nos desconciertan y pueden incluso producirnos cierto miedo y, por ende, rechazo.
El ser humano tiende, de manera innata, a crearse una imagen ideal sobre sí mismo y adornarla con muchas atribuciones positivas. Siempre buscamos las cualidades y atribuciones positivas para completar nuestra persona. Pero lo cierto es que no somos sólo eso. No podemos buscar siempre la luz, puesto que la luz también se compone de oscuridad. Luz y oscuridad son lo mismo. No puede existir una sin la otra, porque entonces no habría equilibrio. Es el principio de polaridad. Y de lo que se trata es de que, una vez, sale la sombra a la superficie, la integremos. Porque es ahí donde el Ser llega a ser completo. Una unidad. Y, por supuesto, llega a reconocerse a sí mismo.
“Sigue esa exageración repetitiva e insistente y caminarás al portal de entrada de tus más recónditas sombras”
Los seres humanos tendemos a proyectar en el otro lo que no reconocemos y rechazamos en nosotros mismos. Busca en los estallidos emocionales que te provocan las acciones externas de los otros, es decir, qué te molesta de una o esas personas, y ahí estarás frente a tu sombra. Esa es la elaboración. Asumir que es algo nuestro y no del otro.
Y, por supuesto, ya que la proyección es un proceso inconsciente, una vez nos damos cuenta de que son proyecciones, estas desaparecen. Es entonces cuando nuestro consciente conecta con nuestro inconsciente para poder trascender e integrar ciertos aspectos de nosotros mismo que no reconocemos. Esto es un ejemplo de tomar conciencia y practicar el “darse cuenta”. Base fundamental para realizar un camino consciente y llegar a nuestro verdadero Self.
Sin embargo, la sombra no sólo se trabaja de manera individual. Debemos trabajarla en cuanto a las relaciones con los demás y nuestro entorno. Es decir, no sólo debe radicar nuestro esfuerzo en integrar la sombra en nuestra personalidad con el inconsciente individual, sino también con los demás y el inconsciente colectivo.
Trabajar esta integración de la sombra se consigue a través de técnicas transpersonales como el diálogo gestáltico, catarsis emocional para curar las heridas del pasado y vivir más plenamente el presente, practicar el “darse cuenta” y así poder desarrollar un aprendizaje cognitivo más eficaz, y la meditación, pudiendo expandir nuestra conciencia a través de la observación y la atención plena. Entonces nos alejaremos de nuestro ego y de todo aquello con lo que se identifica; emociones, roles, relaciones, etc. Una vez trascendido, llegamos a nuestro verdadero “Sí mismo” oSelf.
“Si te aman mientras actúas por no ser tú mismo, sino la representación de otro personaje, no te aman, aman lo que finges ser”
En los próximos artículos, me adentraré en el concepto de sombra y trascendencia del ego, así como en su trabajo terapéutico para llegar a tal fin.
La psicología transpersonal, busca en definitiva, integrar todas aquellas terapias, así como técnicas de meditación y líneas de pensamiento de sabiduría perenne de las enseñanzas tradicionales, adecuadas a cada paciente y el momento de crecimiento personal en el que se encuentre. Tratamos de trabajar en el desarrollo interno del paciente y en la capacidad de crecimiento que alberga dentro de sí. Para ello, debemos primero conocer bien quiénes creemos ser, quién es nuestro personaje, sus luces y sus sombras. Y conocer también los focos de neurosis a atender, esas exageraciones que no son más que patologías de comportamiento, patrones erróneos de conducta, reafirmaciones buscadas y adquiridas, etc.
¡Nuestro ego es el hilo conductor que nos llevará a nosotros mimos, a nuestro verdadero Ser!
Hace unos días me comentaba alguien muy querido que quería marcharse lejos, muy lejos, ya que siente esa necesidad de encontrase a sí mismo. Y, yo, impasible, le contesté aquello que no deseamos oír o, en ese momento, no comprendemos, puesto que el “darse cuenta” aún no ha llegado:
– ¿Y para qué quieres marcharte tan lejos a “buscarte”, si ya te estás “encontrando” en “Ti”?
Os dejo una reflexión personal sobre un pasaje de sabiduría milenaria y filosofía perenne del Tao Te Ching:
“El Tao es la oscuridad y caos originario, previo al No-Ser que da lugar al Ser.
Es dualidad.
La nada, la vacuidad.
Lo perpetuo y eterno que está por encima de cualquier raciocinio o sentimentalismo.
Es lo opuesto, lo contradictorio.
El desorden que da lugar al orden.
Lo que parece Ser y no Es. Siendo el Ser forma y por ende, falso.
Solo existe el No-Ser.
Vivimos de las apariencias intrínsecas de la inconsciencia.
Siendo en lo invisible y torcido y en aquellos recovecos por los que el agua escapa y nadie quiere caminar o explorar, donde encontraremos la verdad”.
Psicología Transpersonal: trascender el Ego para conquistar el Ser
GHB – Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/

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