sábado, 14 de febrero de 2015

LOS SENTIMIENTOS Y EL ESTRÉS.



Hay mucha atención y publicidad prestada al tema del estrés sin una comprensión real de su naturaleza esencial.


Se dice que somos más propensos al estrés que nunca. ¿Cuál es la causa fundamental del estrés? Ciertamente no son los factores desencadenantes externos. Ellos son meramente ejemplos del mecanismo que hemos descrito como proyección. Son los "ellos" o el "eso" que se piensa que es el culpable cuando, de hecho, lo que estamos sintiendo es simplemente el dejar salir la
presión interna de las emociones reprimidas Son estos sentimientos reprimidos los que nos hacen vulnerables al estrés externo.

El verdadero origen del "estrés" es en realidad interno; no es externo, como a la gente le gustaría creer. La predisposición a reaccionar con miedo, por ejemplo,
depende de la cantidad de miedo que ya esté presente en nosotros para ser desencadenado ante un estímulo.

Cuanto más miedo tenemos en el interior, más
cambia nuestra percepción del mundo ante un miedo o expectativa preocupante.

Para una persona miedosa, este mundo es un lugar aterrador. Para la persona enfadada, este mundo es un caos de frustración y aflicción. Para la persona
culpable, este es un mundo de tentación y pecado, que ven en todas partes. A lo que estamos aferrándonos interiormente colorea nuestro mundo. Si dejamos la
culpa, veremos inocencia; sin embargo, una persona con sentimiento de culpa sólo verá el mal. La regla básica es que nos centremos en lo que hemos reprimido.

El estrés deriva de una presión acumulada de nuestros sentimientos reprimidos y suprimidos. La presión busca alivio, y así los acontecimientos externos sólo desencadenan lo que hemos estado manteniendo, tanto consciente como inconscientemente. La energía de nuestros sentimientos bloqueados y expulsados
emerge de nuevo a través de nuestro sistema nervioso autónomo y causa cambios patológicos que conducen a los procesos de la enfermedad.

 Un sentimiento negativo inmediatamente provoca una pérdida del 50% de la fortaleza muscular del cuerpo y también reduce nuestra visión, tanto física como mentalmente. El estrés es nuestra reacción emocional a un factor desencadenante o estímulo. El estrés está determinado por nuestros sistemas de creencias y sus presiones emocionales asociadas. No es el estímulo externo, entonces, lo que causa el estrés, sino nuestro grado de reactividad. Cuanto más entregados estemos, menos propensos somos al estrés. El daño causado por el estrés no es más que el resultado de nuestras propias emociones. La efectividad del dejar ir y reducir la respuesta del cuerpo al estrés se ha demostrado en estudios científicos.

Muchos programas de reducción de estrés ofrecidos hoy en día a menudo pierden el punto esencial. Tratan de aliviar las secuelas del estrés en lugar de eliminar la causa del propio estrés, o se concentran en los acontecimientos externos.


Esto es como tratar de bajar la fiebre sin corregir la infección. Por ejemplo, la tensión muscular es el resultado de la ansiedad, el miedo, la ira y la culpa. Un curso sobre
técnicas de relajación muscular va a tener un beneficio muy limitado. Sería mucho más eficaz, en cambio, eliminar el origen de la tensión subyacente, que es la ira reprimida y suprimida, el miedo, la culpa y los demás sentimientos negativos.

Dr. DAVID R HAWKINS

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