lunes, 9 de febrero de 2015

LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA.



Uno de los mayores males del mundo es la ignorancia. No sabemos cómo estar en paz, cómo ser felices, dejar de sufrir, disfrutar la vida sin sobresaltos, dominar nuestros estados de ánimo y dejar de atraer problemas. La realidad muchas veces parece dura, injusta. Sin embargo, sólo se trata de aprender a reconectar con nuestro poder natural, que perdimos hace ya mucho tiempo debido a los condicionamientos familiares-sociales y a que nuestra esencia divina nunca fue reconocida. 
Es así como crecimos creyendo que somos algo que en realidad no somos. Ese falso yo con el cual la mayoría de la gente se siente tan identificada, se basa en una personalidad condicionada, con un cuerpo, deseos, miedos y ciertos hábitos. Su vida está orientada la búsqueda del placer y al escape del dolor. Es en esta esta prisión donde vive la raza humana.
Hay muchos maestros, muchas técnicas y meditaciones, pero lo que genera la verdadera alquimia interior es la actitud; el cambio de carácter. Esto no es chiste. Se trata de transformarte en otra persona; más noble, más amorosa, más compasiva, poderosa, paciente y tolerante. Lo que permite que ese cambio de carácter tenga efectivamente lugar es el anhelo ferviente de expandirte, de ser libre, de salir de lo pequeño, de la personalidad con todas sus limitaciones. Tiene que haber un hastío, un cansancio. Puedes resignarte a vivir en tu prisión o sacar fuerzas de donde ya no hay para escapar de ella. Es la necesidad de tu alma ya casi insoportable de abandonar una existencia basada en la mezquindad del corazón, limitando su poder, su luz y su amor, para dar lugar a que el Ser eterno despliegue sus alas y se manifieste plenamente.
He creado un listado a modo de resumen para aquellas personas que aunque lo intentan, no logran liberarse de la infelicidad.
Este listado es el resultado de mi propia experiencia y jamás se basa en teorías que mueren cuando se las quiere llevar al plano de la realidad cotidiana.


1. DOMINAR TU MENTE.
¿Tienes una voz en tu cabeza que ya te está diciendo que tal cosa es imposible?
Cuando hablamos de dominar, no nos referimos al estado iluminado que lograron Buda, Yogananda, Krishna o Jesús. No se trata de un imposible como muchos creen, sino simplemente a la capacidad de dirigir tu propia mente en vez de que ella te dirija a ti. Lo que sucede hoy es que ella ha ocupado el trono que en realidad te pertenece. Te ha destituido, y tú se lo has permitido. Cuando esto ocurre, quedas a merced. No puedes elegir tus propios pensamientos y emociones, y vives sometido a su voluntad. Ella te dirige y decide por ti cuando ser feliz y cuando infeliz, cuando estar en paz y cuando en el pantano de la intranquilidad.. En pocas palabras, has perdido el poder.
El secreto para salir de esta penosa prisión que dirige tus estados de ánimo y atrae negatividad y sufrimiento (ya que tus pensamientos y emociones crean tu realidad), consiste en tomar a la mente como un TODO, y no como pensamientos separados que no tienen relación entre sí. Se trata en un nivel profundo de comprender cómo funciona la mente humana. No importa qué pienses, lo que importa es que no prestes ninguna atención a lo que estás pensando. Para lograr no prestar atención, debes estar muy atento. Pues si te descuidas, ella te atrapará, te seducirá, te obligará a viajar al pasado y al futuro, y una vez más quedarás atrapado en sus garras como un perrito cachorro que lo arrastran con una correa hacia donde su amo desea.
Todo el sufrimiento que experimentas en tu vida comienza cuando le crees a tus pensamientos. Como consecuencia de ello, reaccionas emocionalmente de acuerdo a lo que esta voz interna te está diciendo. Si te dice cosas positivas, te sientes bien. Si te dice cosas negativas, te sientes mal. Crees que eres libre, pero en realidad eres un esclavo. Hasta que no veas con claridad cuán preso vives de tu mente y cómo ella decide sin tu consentimiento las emociones y estados de ánimo que experimentas todos los días, no podrás comprender el alcance nefasto que tiene el no tener control alguno sobre ella.
El problema de muchas personas es que no dudan del origen de su sufrimiento. Están convencidos de que sufren por algo que les está ocurriendo en sus vidas, o que no les está ocurriendo (y desean que les ocurra). Esto puede ser la ausencia de un objeto material, de un estado interno, de una pareja, etc. La cuestión es que su felicidad depende siempre de una meta a alcanzar en el futuro.
La naturaleza del ego es la búsqueda. Lo que busca compulsivamente es sentir placer (a través de los viajes, la comida, el sexo, la pareja, etc) y escapar lo más posible del dolor. Siempre está viajando de un extremo hacia el otro. No sabe estar en paz con el presente tal como es. Siempre algo le falta. Cuando parece que está satisfecho, que ya cumplió su objetivo, aparece otro deseo, otra meta. Es insaciable. Nada le alcanza.
Dominar la mente es elevar la conciencia hasta desenmascarar y desarmar este mecanismo, convirtiéndote en el observador del mismo, para así dejar de darle el poder. Tu dolor viene por tu inconciencia, por el estado de identificación con tu falso yo, en vez de permanecer desapegado y alerta a lo que sucede en tu interior. Tienes que comprender esto: tú eres tú, y tu mente es tu mente. Son dos cosas totalmente distintas, separadas. Cuando veas a tu mente como un todo, como si fuera una entidad inteligente con conciencia propia, pero a la vez totalmente ajeno a ti, podrás elevarte por encima de tus circunstancias, liberándote del malestar y de cualquier estado negativo.

2. AMARTE SIN CONDICIONES
Probablemente habrás leído esta frase en algún libro de autoayuda, pero....¿porque no logramos amarnos así?
Se ha subestimado el poder del amor verdadero, ya que siempre se lo confundió con el amor cultural condicionado, que es el que predomina en esta sociedad dormida. Lamentablemente, este último es el único que conocen la mayoría de las personas. Es el que nos enseñaron. No vimos a nadie vivir bajo las alas del amor incondicional en la vida real; ni a nuestros padres, ni a nuestros maestros, ni a nuestros amigos, ni a los políticos, ni a ninguna figura de autoridad. Por lo tanto, se ha transformado en una utopía.
Muchas personas tienen facilidad en dar, pero no saben darse a sí mismos. Se convierten en esclavos de ayudar a los demás, abandonándose y olvidándose de su propio Ser. Si bien dar es algo maravilloso, el universo no hace distinción entre dar a los demás o a ti mismo. Cuidado con el mandato o la creencia de que para ser espiritual te la tienes que pasar ayudando a los demás, cuando todavía no puedes contigo mismo. Es importante buscar un equilibrio entre ambos. Dedica un tiempo a los demás y la misma cantidad de tiempo para ti, pues sino te estarás abandonando. Si realmente estas en contacto con tu Ser, no darás a los demás lo que no puedes darte a ti mismo, como tampoco te darás demasiado a ti descuidando a los otros. Pero si estás desconectado, vivirás para los demás de manera compulsiva o serás un egoísta que sólo piensa en su bienestar y satisfacción personal.
Para amarte sin condiciones (esto significa estar libre de juicios, expectativas, criticas, exigencias y auto rechazo), es necesario desarmar primero aquello que te lo impide: el modelo familiar. Este modelo lo llevas dentro tuyo a donde quiera que vayas. El dirige tu vida. Es el “chip” que han instalado en tu cerebro. Te dice qué está bien y qué está mal, con quien relacionarte y con quién no, por qué sufrir y por qué no hacerlo, quienes son los buenos y quienes los malos, y cuales son las cosas importantes en la vida. Además ha construido, en base a lo que recibiste de los demás en tu infancia, la imagen que tienes acerca de ti mismo.
El modelo familiar limita tu crecimiento e impide la expansión de tu Ser. Es como vivir en un charco de agua, cuando podrías vivir en una laguna colmada de hermosa flora y fauna. Este charco de agua representa todo lo que para ti es conocido; la vida que has visto vivir a los seres que amabas (tus padres). No importa cuán negativo pueda resultar en el presente, eso es lo que te enseñaron y lo repites inconscientemente para sentirte en casa. Es como una lealtad negativa que reproduce lo peor y lo mejor de tu pasado sin hacer distinción entre lo que está bien y lo que está mal.
Cuando somos niños, no hay discernimiento. Todo lo incorporamos, todo lo repetimos. Esto sucede porque todavía no está desarrollado nuestro cerebro racional, pero si nuestro mundo emocional. Allí no existe bueno ni malo. Sólo somos capaces de discernir cuando somos adultos, pero ya es demasiado tarde. Ya nos programaron. Al menos que seas conciente de este modelo y profundices en él lo suficiente para soltar el apego al mismo, para dejar de reproducir los pensamientos y emociones negativas de manera automática, seguirás siendo toda tu vida un niño que depende de la mirada de sus padres. Esto es lo que se llama “inmadurez emocional”.
Cuando te ocupas de sanar y liberar tu corazón de esta prisión, un sin fin de bendiciones comienzan a venir a tu vida.
Comprende de una buena vez lo siguiente: si todavía no logras ser feliz, es porque no te estás ocupando realmente de ti. Sigues dando vueltas por la superficie, intentando crecer por caminos equivocados que no conocen el lenguaje del amor. Estás girando en círculos sin profundizar en la raíz del verdadero problema. Deja ya de invertir tu tiempo en cursos y técnicas. Lo único que debes realmente aprender para evolucionar y alcanzar la paz interior que tanto anhelas, es a entrar en la dimensión del corazón. Puede comenzar con una práctica, con un simple ejercicio, debido a que has olvidado como vibrar en esa frecuencia, pero una vez que lo recuerdas, te darás cuenta que es lo más normal del mundo. Simplemente, es volver a estar contigo mismo sin la intervención de tu mente.
El amor no es una técnica. No requiere de nada. Ningún aprendizaje. Ningún secreto. Ningún maestro. Ya lo tienes. Solo debes recordar cómo acceder a él, lo cual se traduce en “aprender a amarte”. Deja de esperar que el amor venga del mundo exterior (de afuera hacia adentro), y aprende a auto generarlo (de adentro hacia adentro). Una vez que recuperes esta vivencia, este estado, verás que es el mayor tesoro que una persona puede poseer en este Universo. Y entonces tu búsqueda para ser feliz acabará.
3. RECORDAR QUIEN ERES REALMENTE

Existen cientos de creencias y aprendizajes erróneos que fueron instalados en nuestros cerebros desde que nacimos, pero ninguno tan devastador como la falsa idea acerca de quienes somos. Como nuestras creencias se reflejan en nuestra experiencia (lo que pensamos tarde o temprano se convierte en nuestra realidad), si creemos que estamos fallados por naturaleza, como nos hicieron creer nuestros padres, como aseguran los maestros, psicólogos, filósofos, profesionales de la salud mental, y eruditos de la ciencia moderna, ¿que posibilidad tenemos de vivir la vida que soñamos? ¿de ser realmente felices y liberarnos de todo sufrimiento?. Hasta no eliminar por completo de nuestra mente la falsa idea de que el ser humano es imperfecto, no podremos encontrar la plenitud que buscamos.
El primer paso y más importante para recordar quien eres realmente detrás de los condicionamientos, es soltar toda creencia acerca de lo que eres. Liberarte de tu falso self.. No eres la mente. No eres el cuerpo. No eres una persona. La persona que crees ser es tan sólo una construcción mental que empieza con el nacimiento y termina con la muerte. El mismo cuerpo es tan sólo una idea. Hoy en día hasta está comprobado científicamente que el universo sólido no tiene en realidad sustancia alguna. Cuando se empieza a investigar y profundizan en la materia, encuentran que debajo de toda forma sólo hay energía. Esa energía es una e indestructible. Sin inicio, sin fin. Es la energía de la vida misma, que algunos llaman Dios.
Tú no tienes defectos y virtudes, errores y aciertos, debilidades y fortalezas, miedos y deseos. Son tan sólo experiencias pasajeras de este plano físico. En el nivel real, nada de ello te toca. Nada te afecta. En esto consiste el verdadero trabajo interior: en lograr experimentar día a día esta verdad, y no que se reduzca a una mera teoría intelectual. Es liberarte cada día más de quien te han hecho creer que eres, para despertar tu verdadera identidad divina oculta tras la mente, el cuerpo y los sentidos.
Es muy importante que entiendas que esta falsa identidad está avalada y consensuada por el mundo entero. Es totalmente incuestionable. Pueden tomarte de loco si andas diciendo por ahí que no eres una persona. Sin embargo, desde esta idea tan errada y limitante, no es posible construir una vida acorde al verdadero potencial humano, por más que uno lo desee. Si crees ser imperfecto, atraerás limitaciones y problemas. Cuando parezca que todo marcha bien, algo te sucederá, y entonces calificarás negativamente esa experiencia, pero en realidad tú la creaste en base a esta creencia errónea que tienes de ti mismo.
Cuestiona seriamente quien crees que eres. No asegures nada, ni siquiera lo más evidente. Duda de lo que nadie duda. Investiga y te darás cuenta que todo aquello que va y viene carece de Ser.
Afiánzate a esta verdad hasta que no queden dudas en tu interior. Puedes recurrir a la lectura de libros escritos por maestros auténticos para acelerar tu evolución y despertar el recuerdo latente acerca de tu verdadera identidad.
Desde esta nueva visión de ti mismo, tu visión de la vida cambiará drásticamente, y las dificultades de todos los días serán insignificantes y pasajeras debido a tu estado de conciencia más elevado.

4. ACEPTAR EL PRESENTE
Aceptar el presente significa dejar de resistir la vida. Es soltar la necesidad compulsiva de que las cosas sucedan cuando tú quieres que sucedan, de que sean a tu manera. Confía en que la existencia te da siempre lo que necesitas y no lo que tu ego desea. Vive en paz con el que eres y con tus circunstancias. Haz lo que esté a tu alcance para cambiarlas, pero mientras tanto relájate.
Sólo cuando te das cuenta en un nivel profundo de que no se puede luchar contra lo inevitable (el ahora), te detienes y dejas de sufrir.
Una vez que logremos alcanzar el estado de maestría, seremos capaces de elegir hacer que suceda lo que deseamos y cuando lo deseamos, pero mientras es práctico aprender ciertos trucos internos para disfrutar lo más posible la realidad que hoy tenemos.
Un juego que me ha ayudado y puede ayudarte también a ti a estar en paz con tu vida tal cual es hoy, es hacer de cuenta que nunca vas a lograr lo que buscas. Sea lo que fuere que creas que necesitas para ser feliz, juega a que nunca lo tendrás. Nunca lo conseguirás, no hay posibilidad. No tienes chance. Entonces tienes que decidir si seguir sufriendo por ello o comenzar a disfrutar la vida con lo que tienes y eres hoy. Es allí cuando cambias tu foco de atención y comienzas a ponerlo en las cosas pequeñas de todos los días (que en realidad no son pequeñas), en todo aquello que pasa desapercibido en tu percepción ordinaria. Alguna de ellas son: poder respirar aire puro, tener buena salud, una familia, un hermano o hermana que te quieren, amigos, vitalidad, disfrutar y recargarte con la energía del sol, poder caminar y correr, andar en bicicleta, hacer deportes, yoga, escuchar la música que más te gusta, y muchas otras. Y la más importante de todas: la meditación. La capacidad de permanecer contigo mismo en silencio, para profundizar cada día más hasta encontrar dentro tuyo lo más maravilloso de este Universo y más allá de él: Dios.
Este juego es muy útil para valorar y agradecer el presente y soltar el deseo compulsivo de escapar de él.
Puedes cambiar el futuro, pero jamás el presente. Por lo tanto, ama la vida que tienes y amígate con ella. Si supieras como la existencia nos ama!!! Nos da siempre lo mejor y solo lo mejor, pero no lo vemos. Nuestro parámetro de lo que tiene o no que suceder, está regido por una visión limitada y condicionada de la realidad. En cambio, el universo es amplio e infinito, ve más allá de nuestros ojos humanos. No pretende facilitarnos las cosas para que no maduremos espiritualmente, sino que es tan inteligente que sabe cuando son necesarias las pruebas y el dolor para alcanazar la realización y la plenitud que buscamos.
Cuando ya no sea necesario el dolor para crecer, se irá y nunca más volverá.
La vida no tiene condicionamientos ni limitaciones. No tiene dualidad. La dualidad empieza cuando aparece la mente humana, creando divisiones donde no las hay. Por lo tanto, es perfecta, aún cuando para nosotros pueda parecer que no lo es.
Tienes lo que tienes que tener. No tienes lo que no debes tener todavía. Algo te falta aprender. Algo te falta sanar. No hay error. Busca dentro tuyo y encuentra las respuestas.

5. ACTITUD: CONOCIMIENTO + INTENCION + ACCION
Cuando llega el momento en que tu alma necesita despertar para manifestarse en este plano físico, empiezas a sentirte incómodo. Tu vida comienza a quedarte chica. Sientes que algo falta, algo que no puedes explicar. Puedes incluso tener una vida aparentemente ordenada; un buen trabajo, una buena familia, dinero, amistades, pero aún así algo sigue faltando. Es entonces cuando buscas inclinarte por la espiritualidad. Sabes que lo buscas no está en este mundo. El mundo ya lo conoces y no te satisface. Has comprendido por primera vez que nada de afuera puede darte lo que necesitas.
Para lograr el cambio que buscas debes tener tomada la decisión de cambiar. Esta decisión es inquebrantable, indomable, y no puede ser saboteada por el lado oscuro. No hay justificaciones tales como "es difícil, ya lo intenté, no puedo, ya lo probé todo, etc...". Es cambiar o cambiar. No hay vacilación, no hay dudas. Es una llamada interna más fuerte que cualquier obstáculo que se te pueda presentar.
Nada te puede detener. Puede ocurrir que se presenten días difíciles, en los cuales reina el enojo, la tristeza o la frustración, pero luego debes volver a tu centro para re conectarte con tu esencia sabia y poderosa, recordando con certeza que no existe nada que no puedas conseguir, pues tú eres un hijo de Dios. Esto no es un cuento ni una creencia: es la verdad.
Es de vital importancia recordar quien eres a la hora de luchar para trascender tus limitaciones. Pues este conocimiento te llevará a la actitud correcta. Esta actitud consiste en caerse, aprender del error y levantarse. Caerse de nuevo, volver a aprender del error, y levantarte más fuerte que la vez anterior. Es sacarle provecho a las experiencias negativas, aprender de ellas, en vez de victimizarte y buscar culpables.
Debes comportarte como un niño encaprichado; que hasta no conseguir de su madre lo que desea hace un escándalo y llora y patalea sin cesar.
Es así como vas forjando tu carácter, y a medida que veas los resultados plasmados en la realidad gracias a tu cambio de actitud, te transformarás en alguien cada vez más poderoso, más capaz y más sabio.
En este planeta existen dos maneras de evolucionar: la primera es con el correcto trabajo interior (enfocado en el desarrollo del corazón y en la desidentificación de la mente); y la segunda es con las experiencias que la vida nos da. Ambos son necesarias. Trabajo interior sin pruebas, es vivir tal cual un erudito adentro de una cueva que no conoce el sol ni la tormenta. No podrás disfrutar de nada, pues no conocerás la dualidad. Quizás no sufras, pero tampoco crecerás. Será una vida mediocre y estancada. Es así como viven algunos monjes que se alejan de la ciudad y se van a las montañas para escapar de la dura realidad. Cuando creen que han evolucionado, vuelven a la Matrix, al sistema, y aflora de nuevo toda su negatividad y locura que permanecía reprimida por no existir estímulos externos.
Experiencias sin trabajo interior, es la forma en que vive la mayoría de las personas en este mundo: pase lo que les pase, no aprenden. No cambian. Siguen cometiendo los mismos errores una y otra vez, hasta que llega la muerte. Recién allí se arrepienten de no haber sido mejores personas, de no haber dado más amor, tanto a sí mismos como a los demás. Quizás logran evolucionar algo en esta vida, pero en dosis muy pequeñas y a costa de tremendos golpes.
Para que la teoría se convierta en realidad y vivas la vida que sueñas, debes convencerte de que eres absolutamente capaz de lograr todo lo que te propongas. Si tienes miedos, inseguridad o dudas, es preciso primero ocuparte de sanarlas, ya que sino serás como un motor fallado que funciona un día bien y uno mal.
No ganarás a media máquina la carrera contra la oscuridad. Si no estás seguro de que puedes, no pondrás toda tu intención en ello y por lo tanto no verás los resultados que tanto anhelas. Te quedaras en la queja, en la resignación, impotente, o consumido por la bronca y la falsa creencia de que la vida es injusta.

Hay personas que han invertido mucho tiempo y dinero en realizar cursos y meditaciones, visitar maestros y lugares sagrados, para encontrarse a sí mismos. Sin embargo, mueven sus cuerpos de aquí para allá sin comprender que dentro suyo está todo lo que necesitan. Estas personas deben simplemente enfocarse en encontrar la llave que abre todas las puertas: el amor. Y no buscar ninguna otra cosa. Pues si a pesar de tantas meditaciones y camino interior recorrido no logran sentirse plenas, con seguridad lo que les falta es amor.
Cambia tu actitud. Adiéstrate para ser invencible, para comportarte como un león y no como un corderito temeroso que ante cualquier dificultad cae rendido ante las garras de su enemigo. Reconoce quien eres detrás de las apariencias. Convéncete de ello. Habrá dificultades, pero no cedas, no dudes y no temas. Sigue. Insiste, insiste, e insiste. Encuentra el camino del amor conciente.
Conéctate con personas que estén vibrando en esa frecuencia y no te apartes de ellas. Pídeles su consejo. Ellos querrán ayudarte todas las veces que sea necesario si tu motivación es sincera.
Entrénate para abandonar cada día más tu mente, para desidentificarte de ella.
Busca libros que te expliquen cómo lograrlo, como por ejemplo “El Poder del Ahora”, y releelo todas las veces que puedas hasta que lo comprendas y se transforme en tu experiencia.
Acepta tu realidad. Amígate con la vida. Ama tus lados más oscuros, porque son parte de ti. Rechazarlos es rechazar a Dios, quien creó la dualidad con el único fin de poder disfrutar y experimentar la luz.
Enfócate en tus objetivos, pero no quieras escapar del dolor. Ese camino sólo engendra más dolor. Transfórmate en una máquina de aceptar. ACÉPTALO TODO Y AGRADECELO TODO, INCLUSO LO QUE NO ENTIENDAS. INCLUSO LO NEGATIVO. Esto es confiar realmente en la existencia.

Si lo que acabas de leer resuena en tu corazón, si tienes la certeza de que es la verdad, comienza por buscar ayuda. Es muy importante comprender que todos necesitamos ser ayudados hasta recuperar nuestro poder y sabiduría naturales. Hay que acabar de una vez por todas con la soberbia espiritual. Con la omnipotencia de creer que uno solo puede. No es así. No es fácil dar vuelta una vida prácticamente errada en todo, llena de condicionamientos, creencias, hábitos y pensamientos negativos.
Busca ayuda cómo un perro abandonado. Demuéstrale al mundo entero que estás mal. No vayas con una máscara falsa para que los demás no vean tus debilidades y miserias. Sé auténtico. Llora, pide consejos, enójate si es necesario. Aférrate a la primera persona que veas con verdadera luz, aquella que ya haya logrado lo que tú estás buscando. Persíguela por todo el planeta si es necesario, hasta que te escuche y te preste la atención que mereces. Una vez que esto suceda, guarda cada palabra que te haya dicho en tu corazón y haz todo lo que te haya indicado.
Si quieres cambiar, demuéstrale al Universo que realmente lo deseas. No hagas las cosas a medias. No intentes una, dos, tres veces, para después abandonar. Muévete hasta conseguirlo y no dudes de qué te mereces lo mejor ahora.
Recuerda: la existencia está ansiosa por darte todo lo que deseas, quiere lo máximo para ti. No tiene barreras. No es mezquino ni injusto. Tú eres tu único obstáculo, como así también tu propio salvador.
Luz y amor
Lic. Fernán Makaroff
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