jueves, 21 de agosto de 2014

CONECTANDO CON NUESTRO MAESTRO INTERIOR - Por Sol Ahimsa.



                
 
Cuando empezamos a tomar consciencia de que, no solamente estamos formados por un cuerpo físico, por emociones y por un intelecto, sino que nuestro ser interno busca algo superior, algo que salga de estas frecuencias, algo que consiga elevarse por encima de esos estados básicos del ser, necesarios para la vida pero insuficientes para el ser completo, entonces es cuando estamos preparados para entrar en la búsqueda del ser interno, en la identificación de los yoes quenos componen, en hacer consciente nuestro lado sombrío, en poder trabajar lo denso del ser para conectar con lo sutil, con lo elevado, con lo espiritual.

Cuando entramos en este estado de consciencia y deseamos hacer los cambios necesarios para ello, entonces es cuando podremos realmente identificar qué es lo que hay que cambiar y hacia dónde nos tendremos que dirigir para conseguir conocer y conectar con el Ser interno, con el Maestro Interior.

El único camino para alcanzar la consciencia del yo interno es, primero trabajarlo para que no entorpezca el camino y después dirigirnos hacia la Luz de nuestro ser interno y, por tanto, hacia el Maestro Interior. 

El Maestro Interior es el guía interno que todos llevamos dentro, es la parte de nuestro alma en conexión con nuestro Ser Superior y que nos enseña la forma de hacer consciente este hecho.

Todo ser, llega un momento en su evolución, que posee la capacidad  de conectar con su ser interno para despertar al Maestro que se lleva dentro. Este Maestro nos dará la posibilidad de alcanzar niveles de consciencia superiores que nos permita abrirnos a energías, conceptos y entidades directamente relacionadas con estos niveles.

El camino de la evolución es largo. El alma va recorriéndolo vida tras vida, para poder madurar a través de las experiencias que tenga que ir pasando y así ir almacenando esta información, de forma que vayamos enriqueciéndonos de todo aquello que vaya surgiendo en nuestra vida. Este archivo de experiencias es el llamado Akáshico e implica poder acceder a la información que podamos necesitar, en el momento en que nos sea permitido, para así andar más ligeros y sabiendo el porqué de las cosas y para qué.

Cuando comenzamos a tener consciencia de esta parte de nosotros y queremos conectar con él, parece como si fuera un ser extraño, alguien externo a nosotros ya que aun no sabemos quién es, no hemos dialogado con él, no entendemos que podemos tener una parte elevada próxima a nosotros y que nos guía, aconseja y acompaña en cada momento sin ser un Guía o Maestro exterior. Conforme la consciencia y el trabajo personal se hace mayor, cada vez nos sentimos más cercanos, más identificados con este ser superior interno o Maestro Interior.

Este camino hacia el interior se hace paulatino, no es posible desearlo y que se produzca, es un camino de trabajo y dedicación, es un camino de reconocimiento de lo que llevamos dentro y de lo que tenemos que transmutar. Es muy importante para conectar con nuestro interior que reconozcamos nuestra sombra, lo que nos entorpece el caminar y que trabajemos las trampas que nos pone. Estas trampas del ego, como yo las llamo, son las actitudes y comportamientos que nos acompañan y entorpecen el camino ligero y elevado, las que nos hacen tropezar, disgustarnos con nosotros mismos por no ser capaces de reaccionar de la forma correcta en cada momento o de sentir lo correcto en cada situación o de no tener pensamientos erróneos o negativos ante algo o alguien. Todo ello, forma parte de estas trampas del ego o de la sombra.

Pero qué es en realidad el ego? El ego es el yo, es la personalidad, es quien somos en esta encarnación, pero en él se incluye nuestro consciente y nuestro inconsciente y, como bien sabemos, es en nuestro inconsciente donde está todo lo almacenado del pasado y que forma parte de nuestra sombra y, es esta parte, la que nos pone trampas, la que nos dificulta el camino, porque ha de hacerse notar para que podamos identificarla, trabajarla y transmutarla. Por tanto, todo es ego, ahora bien, lo importante es saber qué parte de él es la que, en esta vida, hemos venido a cambiar. Aquel que piense que no tiene ego o, lo que es lo mismo, que no tiene sombra, que nunca fue en otro tiempo un ser de frecuencias bajas o incluso denso, que no hizo algo dañino, es una trampa que su ego le está poniendo, ya que todos lo estamos experimentando todo, si no fuese así no podríamos identificar los lados de la polaridad.

Estas trampas incluyen desde el miedo a la prepotencia; de la falta de autoestima a la soberbia; de la negación del yo a la intolerancia; es decir, los extremos se tocan y todo forma parte de las trampas de nuestro ego, de lo que debemos identificar para transmutar y así soltar ese lastre arrastrado de tiempo y fomentado en esta encarnación y poder dar el salto y conectar con nuestra luz interior. No huyamos de nuestra sombra, no la temamos, dialoguemos con ella, ¡¡¡si somos nosotros!!! ¿Qué sentido tiene tenernos miedo o no querer aceptarnos cómo somos? ¿Por qué nos formamos una idea de lo que somos, cuando en realidad nos estamos formando un personaje creado por nuestra mente y que no tiene nada que ver con la propia realidad de nuestro yo completo o ego? Así, nunca llegaremos a ninguna parte, así solo estaremos perdiendo el tiempo en esta encarnación.

Cuando entendemos que somos seres con una conexión directa con lo divino y que estamos en estos planos para reencontrarnos con esta divinidad, entonces y solo entonces, estamos preparados para ascender y reconocer a nuestro Maestro Interno. Cuando reconocemos nuestra sombra y entendemos que estar en estos planos de tercera dimensión, en la densidad de la materia, implica el arriesgarnos a dejarnos arrastrar por ella y, por eso, es por lo que se desarrolla una sombra o un ego alterado, que hay que identificar, retomar y transmutar para que se integre en nuestro ser de luz, entonces y solo entonces,estamos preparados para conectarnos con el Maestro Interno.

Pero ¿qué implica esta conexión? Ser capaces de caminar en conexión con la Luz, ser capaces de no identificarnos ya más con esa parte alterada del ego, ser capaces de caminar en humildad, con el único propósito de servir a la humanidad y al planeta, aceptar formar parte de los grupos de Trabajadores de la Luz que se van formando a lo largo y ancho del planeta con el único fin de conseguir que todos trascendamos. Conectar con el Maestro Interno no implica alejarnos de nuestros Guías y Maestros Superiores, pues ellos siempre estarán ahí ayudándonos y, en la mayoría de los casos, ellos tienen una evolución superior a la nuestra, por lo que conectar con nuestro Maestro Interior no es sinónimo de convertirnos en iguales a los Maestros que están alrededor nuestro intentando que aprendamos y crezcamos en espiritualidad y sabiduría, sino que la verdadera conexión se produce cuando entendemos cuál es su papel y cuál el nuestro. Cuando entendemos que debemos trabajar en equipo, cada uno desde su lugar sin otras pretensiones, pues de no ser así no es con nuestro Maestro Interior con quien estamos conectando sino con otras partes del ser de menor luminosidad.

Es maravilloso poder entender que podemos alcanzar estados tan bellos de consciencia sólo con empezar a querer trabajar con nuestro ser interno y conectar con la luz que hay en él.

El camino se aprende, los pasos están establecidos, solo hay que andarlos. En una canalización se me dijo: "Quien sea capaz de entrar y atravesar sin miedo su propia sombra, será el único que se encontrará con la luz dorada que representa su verdadero Yo".


Espero y deseo que en estos momentos de gran importancia evolutiva para todos, se pueda conseguir que la mayor parte de la humanidad adquieran esta consciencia y consigan llegar a adquirir la conexión con su Maestro Interior, CON LA LUZ DEL ALMA 

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