sábado, 24 de mayo de 2014

Disolviendo la dualidad...


Por Ashamel Lemagsa
Amados!!!!

Nuevamente nos reencontramos a partir de mis sentires que pueden coincidir  con los sentires de ustedes o no… libre albedrío.

Hoy siento que el tema a tratar es…la dualidad y sus juegos de aparente liberación de sus efectos.

El juego de la dualidad es muy sutil, cuando creemos que salimos de él… en realidad continuamos enredados en las supuestas salidas que nos guían para despejar el sendero rumbo a la nueva realidad, que tanto deseamos anclar…

Las viejas estructuras están construidas por “hábitos”…

Los hábitos son acciones, en ellas hay mecanismos emocionales, mentales y físicos que la integran y  que por su repetición, terminan formando parte de nuestras estructuras “fijas” en todos los niveles de nuestras vidas.

Tenemos hábitos de lectura, alimentación, de horarios, de asumir responsabilidades o de no asumirlas, de relacionarnos con los otros, de seleccionar lugares “especiales” para sentirnos a gusto o de rechazar sitios que nos incomodan.

Nos formaron desde que nacimos a través de los hábitos y nosotros los incorporamos muchos de ellos como inquebrantables construcciones,  aunque a través del tiempo fueron “evolucionando”, en realidad lo que hicimos es cambiarlos de lugar, de horario, los tratamos de “modernizar”, al ritmo de la moda o lo disfrazamos  según las circunstancias…

Hábitos…
Algunos son perjudiciales, pero aceptados por la sociedad como el fumar o el beber alcohol en las reuniones.

Otros son supuestamente “sanos” como el consumo de alimentos enlatados, congelados o pre-cocidos…

También hay hábitos culturales, religiosos, educacionales que nos inculcaron desde pequeños en los colegios y nos marcaron en nuestro inconsciente los caminos a seguir para llegar al conocimiento, a la verdad.

Nos formaron para aceptar que siempre existe “alguien”, que sabe más que nosotros y que sus conocimientos, son el pedestal para llegar a nuestro desarrollo intelectual.

Así aparecen los Maestros y Profesores en  los colegios en los primeros años escolares, los Licenciados y Doctores en la Universidad,  los Gurú, los Profetas y los Mesías en las religiones…

Son seres que nos demuestran que el camino del conocimiento… está fuera de nosotros.

Dios está lejos, el conocimiento y con él la verdad la podemos ubicar en los Tratados que escribieron “otros”.

Nosotros continuamos con esos hábitos de aceptación sumisa, pues fuimos formados para la aceptación que el “otro” llegó a la verdad, que está vedad está lejos de nosotros, pues lo de afuera es más valioso y seguro, que nuestras propias capacidades…latentes!!!

Entonces…

Consultamos a los médicos, que son los que saben… de salud o recuperación de la misma y no escuchamos los “reclamos” que nuestro cuerpo nos hace…
Un hígado, agotado por los ataques de ira, los riñones que dejan de funcionar cuando nuestra relación de pareja no logra sostenerse por sí misma.
Cada día aparece algún nuevo dolor que nos indica esa parte olvidada o sin tener en cuenta.

Consultamos al tarot, a los canalizadores, a los profetas, a los libros de auto ayuda en una busca desesperada de soluciones…

Así no solo perdemos dinero, perdemos tiempo, paciencia, ilusiones, fe y cada día nuestro hábito de consultar fuera de nosotros para encontrar la verdad se arraiga un poco más, pero nos aleja más y más de la verdadera fuente de conocimiento… es el juego de la dualidad que nos encierra y nos aleja de nosotros mismos.

Entonces… ¿Cómo sigue esta historia????

Hagamos un  poco de memoria…

Los Grandes Maestros como Buda, Confucio, Jesús,  la Madre María, San Francisco de Asís y otros, no llegaron a la Humanidad con un mensaje para que lo siguiéramos ciegamente… ellos transitaron la dualidad para lograr liberarse de ella a través del autoconocimiento según la época que les toco en suerte reencarnar.

Ellos intentaron transmitirnos el despertar de consciencia para que nosotros fuéramos realmente LIBRES!!!... de la dualidad.

Después llegaron los textos de los mensajes de los Maestros que fueron escritos por sus seguidores y también los intérpretes de esos mismos textos.

En todos los casos, la política, la cultura y la sociedad de la época plagada de “hábitos” transmitidos de generación en generación, nos enmarcaron en la dualidad, que la verdad está fuera de nosotros y muyyyyy lejos de nuestro corazón.

Se construyeron Templos  amplios, altos, oscuros, solemnes… para reafirmar  la aceptación obligada que lo sublime, puro y santo no le pertenece al Ser Humano, solo está en Dios y todos aquellos tocados por la “varita mágica de Dios”… son Sabios!!!

Los hábitos de lectura de los Tratados de Ciencia, Filosofía, Religión nos acercarían al conocimiento, casi como algo prestado por los otros…, pero continuaríamos con el hábito de decir lo que decían, los que sabían, pero no lo que SENTÍAMOS durante o después de la lectura.

El SENTIR fue tapado por el  hábito del HACER y en el HACER no había tiempo para escuchar nuestras propias intuiciones, el corazón se mantenía cerrado, olvidado por el desarrollo de la razón, la “coherencia”, la aceptación de lo que “es” y no debe modificarse.

Mientras…
La vida fluía, al ritmo de la Madre Naturaleza y el Ser Humano caminaba a su lado, pero no la veía, no la sentía y lo que es peor aún no se sentía como parte integrante a ella pues ella.

La Naturaleza en su silencioso crecimiento escribía el Tratado más bello de libertad totalmente ajeno a la dualidad.

En ella no existe, ni bueno ni malo, ni puro ni impuro, pues todo es excelso, sincronizado con el Cosmos y con Gaia, como el Ser Humano, exactamente igual, pero con la diferencia que la Naturaleza sabe de entrega, sabe de fluir en la corriente de la vida y el Ser Humano desde la dualidad camina de espalda a la verdadera vida que intentaron los Grandes Maestros mostrarle, para liberarlo.

La dualidad se inicia y termina en nosotros mismos.

Amados… liberarnos de los hábitos propios de la dualidad es una tarea cotidiana, pues desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos desplegando los hábitos milenarios que nos inculcaron nuestros ancestros, pero podemos ser realmente libres desde adentro… desde nosotros mismos.

No significa que juzguemos TODO, o descartemos TODO, es SENTIR TODO DESDE NUESTRO CORAZÓN ABIERTO A LA LUZ.

Cuando alguien te acerca una solución, hay que escucharla, pero también sentirla.

Si te niegas el sentir, pues consideras que tú no estás capacitado para discernir y que los demás si lo están, pues déjame decirte, que tú eres un  pedacito de Dios encarnado y cuando lo aceptes, realmente, como una noble realidad, en ese mismo instante comenzarás a leer, escuchar, conocer, ver TODO, y finalmente llegarás a tus propias respuestas nacidas de tu Interior, de Tú Fuente Sagrada, de tu Chispa Divina Despierta!!!

Amarte a ti mismo es aceptarte, como realmente eres… Fuente de Luz Amorosa, Eterna y Sabia.

La dualidad es nuestra creación y como nosotros la hemos creado, también podemos disolverla cada día un poco más, soltando los “supuestos” que otros nos acercan alejándonos  de nuestra esencia.

La vida espiritual a veces es un sube y otras… nos sentimos que bajamos, pero déjame decirte, que nunca bajas, simplemente te mantienes anclado a los hábitos de la dualidad, a sus “juegos” como: “lo mío es mío y de nadie más” o cuando intentas cambiar al otro para sentirte más cómodo y seguro.

Hay un solo sendero… la EVOLUCIÓN.
Hay una sola energía constructora de la Nueva realidad… el AMOR.

Cada integrante de la Humanidad, es responsable de la parte que le toca SER.
SER, lo que realmente es… constructor a partir del AMOR, la confianza en sí mismo que PUEDE y SABE SER SABIDURÍA ENCARNADA EN UN BELLO TIEMPO DE ASCENSIÓN.

Hasta nuestro próximo encuentro!!!!
Con Amor, Ashamel Lemagsa.




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